Colina abajo, inhóspito es el camino, habitantes liberales, de materia desleales, la destreza del oficio les permite sus vivencias, de extremo a extremo las viven promoviendo competencias.
Casi resbalo y llego, basureros pestilentes, no te quejes, de repente se te olvida, que buceaste con tus pies, fangos tan deprimentes.
Te incorporas a la acera, metros y ya al llegar ,te encuentras el enrejado, son los bloques desgarrados los que salen a buscar y los perros a ladrar... ¿almorzaste? Coge aquí, es la primera impresión, siéntate pues acabe de colar, al rato de conversar historias música alta, las otras obscenidades, voceros de alguna venta. Yo de nuevo me despido, otro día ya que pasa, ella me cuenta las cosas y otras las modificó; el desgaste y la edad se comprenden al caminar, ha dado lo mejor de sí, lo que pudo ella dio, en su mundo nada tiene, que no sea su ilusión, su herencia, su hijo, su amor, su riqueza, su desdicha, eso dio.
Ahora uno ya comprende que, no supo no se qué, mejor es algunos viernes, que ya tener la razón.
En el silencio palpita el frío Agua helada recorre el tallo de la rosa subcionando el color de los pétalos En su espina mora sangre y como el magma crea tierra a mares
La lluvia se desliza a los cántaros el firmamento de negro se cubre Aún sabiendo que amasa el barro que el sol brillará para secarlo y la sed del alma saciará
El dolor en cascadas repta No cesa de correr el tiempo El tormento del adios no cesa la tormenta del corazón en espera al campo de amapolas
Donde una cala en calma Acune el alma calentando la cama y ahuyente el mal Rescatando el malva
Tesón en la desazón Humildad para el asombro En la esquina la sorpresa Recordando la quimera El aguacero cesa
La puerta del tesoro abierta de par en par para el que sabe mirar por el brillo no se deja cegar mil aristas del prisma descubrirá
¿Qué estarás haciendo ahora que en mi ser los recuerdos se desatan? ¿Quizás apagando la luz de las auroras? Mientras en la noche los ríos me delatan.
¿Qué estarás haciendo ahora que encuentro tu imagen en el espejo? ¿Estarás hecha un demonio con la luz del sol? Mientras el hueco del colchón es mi complejo.
Y yo respirando tu vientre en el infinito soñando contigo desde la humedad. Y yo deshojando latidos tristes, sin avisos, gritándole al silencio de esta soledad.
¿Qué estarás haciendo ahora que quiero abrazarte en el sillón? ¿Quizás atrapando olas al viento encerrando el mar de la ilusión?
¿Qué estarás haciendo ahora que mi nocturno se ha vuelto frío? ¿Estarás viajando en las nubes del olvido? Y yo muriendo en las hojas secas del plantío.
Y yo incendiando el puerto de mi vida pintando los vacíos de tus cuadros en la pared, deletreando tu nombre con un cigarrillo… Preguntándome ¿Qué estarás haciendo ahora? ¿Qué estarás haciendo ahora, amor mío?
Se fue quedando sin agua, se fue quedando sin tierra, como se queda sin aire, el pecho que no respira. Las sabias palabras vuelven, como retorna la lluvia, al vientre de donde era, y va llenándose el fondo, vacío de duermevelas.
El viejo miró de frente, nebulosas las pupilas, en la mirada, presente, está el joven de aquel día. Se fue quedando sin tiempo, se fue quedando sin ira, y en su pasos se adivina, el presente que transita.
Borrones entre las hojas, como sombras entre líneas, en las páginas en blanco, del libro que el tiempo pisa, caminos intransitables, donde la trampa camina, y miradas que se pierden, entre las letras que giran.
En silencio quedo el viento, sin voz quedo el instrumento, y los torrentes callaron, al contemplar su belleza. Ribeteada la silueta, de resplandores de sueños, y hasta el aire se arrodilla, ante el brillo de su pelo.
Soñar, que el verso es la sangre, que da a los cerebros vida, que es latido y es pulsión, que restaña las heridas, soñar, que la vida es rima, plasmada en una canción. Soñar, que el verso camina, por donde pisa el amor.
Se fue quedando sin pena, sin amargura y sin ira, se hizo leve la condena, por las penas infringidas, se hizo un hueco en el espacio, para albergar sus desdichas, y se fue pasando el tiempo, sintiendo día tras día.
Amor que vive y respira, eternamente inconsciente, constantemente suicida.
Monarca del cielo preciosa alada, divina sedosa aterciopelada, hermosa longeva que inspiras poesía, gran factor de equilibrio en la ecología.
Te vistes el cuerpo de lindos colores el naranja, el negro, te rinden honores con tonos brillantes, coquetas pintitas de blanco pigmento, a admirarte invitas.
Cinco mil kilómetros viajas por el aire entre tersas nubes pasas con donaire, contra la intemperie luchas impasible no obstante que eres pequeña, sensible.
Cumples el destino, pues, fuerte resistes, tiendes al milagro por eso es que existes; de sitios distantes, de lares lejanos, desde Norteamérica sin afanes vanos.
Huyendo del invierno, otoño por marco, en tu migración cruzas cielo zarco, te alías con millones en vuelo fraterno la “matusalén” va guiando nuestro Eterno.
Al vaivén del viento mágico momento de asombro increíble de vida portento, sorprendiendo a todos llega a Michoacán y a Estado de México colonia, “huracán”.
El bosque gozoso brinda bienvenida, natura te quiere harto consentida, así que contenta sus brazos más te abre porque reina eres de la sierra madre.
Perfecta te adaptas al buen medio ambiente, innato prodigio ser noble, ferviente es tu hibernación en ramajes finos de oyameles, pinos, de cedros y encinos.
Reserva de biosfera, imperio de calma, parakata maja que encantas el alma en doce santuarios se guarda tu especie, ojalá el humano consciente bien te aprecie.
Puede visitarte respetando normas ver revoloteo cuidando las formas en Sierra Chincua, la Mesa, el Rosario, en el Capulín, muy reglamentario.
En noviembre llegas, en marzo regresas, en desfiles de hadas de sacras altezas danzando te marchas al norte, al final, tu instinto persigue el mayor ciclo vital.
La gente pregona que eres mexicana, tu hazaña y belleza la tierra engalana, mereces el rango de símbolo patrio, altar, catedral con todo y bello atrio.
Posees un valor serio, magno excepcional, reconocimiento inmenso . . . universal, ya Patrimonio eres de la Humanidad de rango Mundial con mucha dignidad.
Valorar tu esencia la moral impone vencer la ignorancia que mal se interpone, tenemos cultura para resguardarte vayamos más lejos hay que venerarte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Municipio de Zitácuaro, Estado de Michoacán de Ocampo, México, . . . Dedicado al Sr. Homero Gómez (QEPD), gran defensor de la mariposa monarca . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Pensar que el mundo es pequeño, que son más cortas las horas, que se han quedado sin dueño, las luces de la mañana. Pensar que no existe el tiempo, que es quimera lo que aguarda, y pensar que el pensamiento, nace y vive en las entrañas.
Volver a pensar despacio, en una plácida calma, y pensar que la templanza, se escribe con la esperanza. Pensar que el amor es aire, que el viento es solo amenaza, y creer que los derechos, solo son palabras vanas.
Pensar que ama el poderoso, que no sean solo finanzas, y ver tan solo la cruz, de la madera tallada. Mirar de frente sin miedo, como se observa la nada, y sentir que son los ojos, los que miran en el alma.
Volver a la misma senda, donde los pasos quedaron, plasmados en la leyenda, que va dejando el pasado. Vivir sin mirar al lado, donde la taimada ofensa, extiende su largos brazos, sentir que el mundo es inmenso, y que son pocos los pasos.
Pensar que el beso es la mano, que se extiende como un lienzo, donde se pintan las ganas, de poseer el respeto. Pensar que es más noble el necio, que el sabio que ama la vida. Envolverse en las ideas, con ropajes de otros tiempos.
Cocinar nuevas ideas, aderezando el talento, con el sabor de lo bello. Pensar que todo es efímero, excepto el amor eterno. Saber que lo hermoso anida, en los más oscuros huecos, en las más profundas simas.
Volver pensando en la vida, de los más pobres y hambrientos, para dar sentido al mundo, que todos llevamos dentro.
Bendita es esa piedra inerte que no camina entre bulliciosas espinas, dichosa es aquella piedra que no siente, habladurías que se convierten en neblinas
Aunque de su fortuna no sea consiente y su vida es comportamiento de la muerte, envidio a esa cosa dura completamente pues no lamenta y eso es mucha suerte.
No mira lo que veo seguidamente euforia, sonrisas, aunque también personas puramente indiferentes en un mundo mendigo de asistencia
Bendita es esa perversa piedra que no es flechada con ese veneno alucinógeno, que no se envuelve en calor de yedras para no intoxicarse con viles mentiras
Dichosa aquella piedra insensible con carencia de prestigiosos sentidos, pues no percibe la propia extinción sublime y no se entristece con los remitidos.
Tengo celos de un cuerpo resistente, no danza en encadenadas nubes no juega con inocentes y no tiene guerra con la gente
No contempla, y eso es gran virtud no mira clamores, ni carencia no ve tristezas, ni pobreza se queda con el mismo rostro de quietud.
¡Dichoso es ese pedrusco! que es totalmente no sensitivo que esta en un oscuro y húmedo escombre, pues no hay peor dolor de ser vivo y más aun de ser un hombre.