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Después de mil peripecias, lidiando con toda clase de tentaciones al fin pude decir albricias, dominando mis emociones… ¡Me ordené de cura… y con honores! Y desde ya les diré con orgullo que a mí me espera la Gloria, entera y plena, sólo para mí. ¿Quién es ella?... una mujer alegre y divertida que entró como novicia, introvertida y recatada media tonta y hasta tarada eso parecía… hasta la entrada pero terminó enamorada, y antes de que algo pasara la regresaron cargada para que de mí se alejara. A la primera que tuve, la visité en su departamento una semana pasé con la dama en suave cama, como las nubes; de cutis suave como la pana... ¡Y vamos que tenía un peluche…! para calentarse cuando yo no estaba. Nadie podrá quejarse, de mi paso por el monasterio, soplan nuevos aires de frescura por los jardines, el gimnasio y el campanario basta tener el alma pura, para llegar a ser cura. Dueño ahora de mi destino con un rebaño para cuidarlo me convertí en el pastor, de sus vidas y sus agobios entré de nuevo en lo mío la renovación y los cambios busqué ordenar el santuario poniendo reglas a los usuarios. A mi diestra cada semana una tenía que dar lectura de las escrituras que ordené tuvieran siempre a la mano, de las propiedades que poseyeran de terrenos casas y coches, y de las joyas que ellas tuvieran. La primera vez, la misa, fue gratis llevé una botella de Borgoña seco y un par de panes, uno para mí y el otro para el monaguillo, el vino me lo acabé y ya no hubo para el acto de fe. Absolví a todos sin preguntarles nada, pero a ninguno di la eucaristía. Mi antecesor se llevó hasta la última hostia y se fugó con Sor Presa. Cargó con vasos cuadros y santos… ja! como si yo fuera a hacer milagros. Tenía los asientos numerados y cuotas fijas con derecho a picnics cada mes, por sus óbolos voluntarios, descontados del importe de sus propiedades. La vida no era tan mala, pronto pude adquirir un lindo pent-house, algo lujosos diría pero a mi investidura correspondía, también un coche del año, para mi vocación revivir. Así me vi envuelto con Gloria y su traje blanco de novia, aquí les dejo la foto del martirmonio de la Gloria y yo, y de mi departamentito. Tal vez un día vuelva como la noria porque nos vamos de luna de miel a Varsovia, con tristeza me alejo pero os dejo concordia pues aquí se acaba la historia. ¡AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS! Seguid hermanos por el camino del bien y las bienaventuranzas. AMAD AL PROXIMO BIEN AMADO SIN FALSEDAD NI ENGAÑO. EL, OS ESTA MIRANDO. P: D: Si alguien está interesado en saber cómo me va Escriban a mi correo: [email protected] cuando llegue a ser papa responderé por orden de de llegada. Y no se olviden de enviar una cuota voluntaria de $10.00 dólares por mail. Servirá para mantener a mis hijos, perdón… ¡para el mantenimiento de mi fe! Delalma Jueves, 17 de junio de 2010
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Poeta
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Un joven en la habitación oscura volteaba en la cama, cambiaba la almohada cerraba los ojos pensando en nada con la sábana preferida llena de blancura.
El sueño comienza a desfallecer y se pierde en el aura de la inmensidad, oye ruidos, divisa sombras, se altera la tranquilidad un miedo atroz le comienza a carcomer.
Cientos de ratones se le suben al lecho chirriando, el cántico lo va estremeciendo una nefasta figura con harapiento atuendo posa su lengua gusanienta sobre su pecho.
Gritaba, ahogado en el silencio espeluznante nadie escuchaba los gritos despavoridos, estaba inerte, sus fuerzas habían desaparecido, con siniestras carcajadas el engendro seguía adelante.
Como por arte de magia de la sábana lo despoja sin nada que le cubriera sentía un frío intenso, se detiene, le observa y todo se queda en suspenso, burlonamente se ríe, fuego de sus ojos arroja.
Un meneo de sus manos, inclinado su cuerpo levanta con las piernas por el aire y la cabeza recostada, un falo extrae de sus adentros, aterrado el joven bramaba. La densa niebla moldeaba una tétrica helada manta.
Le decía sofocado: ¡no lo hagas soy un hombre! El averno se reía y murmuraba :”no importa te voy a inocular, es mandato del infierno tu hombría deshonrar, yo cambiaré el destino para que el mundo se asombre.”
Nunca escuchó sus ruegos ni los gritos de dolor un simiente putrefacto sobre la cara cayó, le violaba tantas veces que la conciencia murió, el satánico de las tinieblas regocijaba el horror.
Con el pensar aniquilado, sin sueños para vivir impune quedó el atropello, timó la flor de su hombría. Sufre el alma sin consuelo, muere triste en su agonía, tiene mente perturbada, le robaron su existir.
Julio Medina 28 de diciembre del 2010
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Poeta
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El día que me quieras será como el comienzo. Será, despertar de un sueño profundo de en medio del infierno y volver a tu mundo, que es mi mundo; y es más tierno.
El día que me quieras será como el universo. Será, viajar enormes distancias en un solo momento y doblegar al dolor, y arrancarte todo; todo tu sufrimiento.
El día que me quieras será vivir un nuevo intento. Será, cambiar lo amargo de la hiel por el dulce de tu aliento y liberar al amor y encerrar la tristeza, que aún llevas por dentro.
El día que me quieras será como yo pienso. Será la luz de tu estrella, el astro que ilumine mis sentimientos y tendrás de mi todo mi amor; el amor, que hoy por ti yo siento.
Juan Carlos
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Poeta
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Angustiado con tanta trama hasta el castigo había olvidado, pasé la noche en buena cama luego me puse a buen recaudo… ¡He subido al campanario! ha cantar como un canario los secretos del hermano Mario y por poco los de Rosario. Debido a mi fino oído escuchaba… que por la noches… algo se arrastraba creí que alguien penaba… ¡Era el hermano Mario!... ¡que como bebé gateaba! Casi “sin querer” le pisé la mano grande fue mi sorpresa que el hermano en vez de gritar… ¡au! sin remordimientos gritó… “¡miau! ¿Acaso es un gato?.. pregunté y de respuesta… ¿Qué creen que escuché? ¡No te metas en lo que no te intereeeesaaa… total tú ya tienes a Tereeesaaa!!! (Él pensaba que estaba en misa). Sólo quería convencerme que el gato no fuera de otros claustros nadie puede “mecerme” donde vivo más de dos lustros… Ha subido una comisión llevando una proposición… pedirme que calle mi alocución o me dejan sin internado ni habitación. Es que nuestro hermano bonachón así gordito con cara de lechón y un par de pillos de monjas vestidos se habían vuelto más consentidos. Y yo trabajé para cambiar la estructura oraciones por físico cultura, espionajes internos por masajes alternos largas faldas engorrosas por unas piernas preciosas. Cambiar un cuarto de libros repleto por un gimnasio completo, hacer ejercicio en la alfombra para estar siempre en forma. Dejar la sotana por el short… el hábito por las minis, ¡ja! pero sin abandonar la carne para poder agarrarme. ¡La última…! Me he ocultado en el portal y desde allí se veían que otros curas a oscuras, salían… y a las celdas de las monjas se metían, ¡shhhh!... y ahí se dormían… ¡mañana sigue la historia! Delalma
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Poeta
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Pensando en ti se emociona el corazón al latir, desaparece cruento sufrir y tu nombre invoco dentro de mí.
Ese recuerdo es del alma el aliciente invade mi ser de regocijo, al solo pensar en estar contigo trae alegría a mi presente.
Pensando en ti desmedido fue el amor que me diste, innovaste mi interior que estaba triste, de las amarguras me desprendí.
Resplandeces en el abismal de la memoria la más hermosa alegoría guardada, al pensar en ti, doncella amada con tu querer escribes mi historia.
Julio Medina
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Poeta
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Te voy a dejar en paz aunque me duela perderte, y tal vez no vuelva a verte ni sabré dónde estarás.
Voy a hacer tu voluntad como siempre me pediste, y porque también me dijiste que era solo una amistad.
Ya no serás mi Julieta y no es lo que yo deseo dejaré de ser tu Romeo y también de ser poeta.
No tengas pena de mí te lo pido por favor, ya me sentiré mejor cuando me olvide de ti.
No te puedo negar que estoy loco por ti, y que desde que te vi se desmoronó mi hogar.
No hago más que pensar en este amor imposible, que ya no es, ni invisible ni lo puedo ocultar.
No tendrás que preocuparte por lo que me está pasando, y pensar que me estás usando y no puedes escaparte.
Te libero de esta situación y de todo compromiso, ya que usted nunca me quiso ni tuvo ninguna intensión.
Yo sé que nunca quisiste aprovecharte de mi bondad y que no fue por maldad las cosas que me pediste.
Tampoco tienes que temer de una posible reacción, a partir de la ocasión en que nos volvamos a ver.
Las cosas van a cambiar y no me lo vas a creer, pero tú lo podrás ver mucho antes de llegar.
Si en algo te puedo ayudar y te interesa ocuparme, no dude usted en llamarme que nunca me voy a negar.
Mi deseo es muy bonito y te lo digo de corazón, que vuelva a ti la ilusión y abra tu corazoncito.
Y aunque lo tengas chiquito y no te sirva para amar yo guardo, para ti un lugar en el mío, que es infinito.
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Poeta
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RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, más recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.
Antonio Machado, 1906
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Poeta
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Mira a tu alrededor, puedes hacer lo que quieras, menos no amar ...
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Poeta
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La mujer sin velo, El hombre con sombrero ...
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Poeta
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Tuve que dedicarme un tiempo a la meditación aunque las hermanas como Teresa y Rosario, decían que me dedicaba a la levitación pues las levantaba en el campanario. Pero yo no quería faltar a mi vocación más, cuando se encuentra la mesa servida ¡Cómo dejar pasar la ocasión! hay que darle trámite al pan alimentar el cuerpo y el alma eso nos trae calma. Aun escucho gritar al cura… ¡¡¡Oye… toca ya la campanaaaa!!! claro, no sabía lo que en la altura me encontraba… ¡¡¡Ya llevas media horaaaa!!! Y tocaba llamando a misa… ¡¡¡Tienen que ser tres… recién vas dos!!! ¡Lo cantaba y los contaba! después de la tercera… me bajaba. Desfilaban todas hacia la unción mientras yo miraba con gran satisfacción sonrisas, guiños y gestos… sí, creo que nací para esto. Mas no todo era felicidad, a veces pasaba unos sustos y era cuando ellos pecaban de justos, trataban de arruinar mi comodidad ¡Planean un castigo!... no importa… ¡yo estoy contigo! -gritaba la hermana Teresa en el postigo-… mientras le agarraba… algo más que el ombligo… si, también le agarraba el cabello… ¡Yo creo que me ha entrado el demonio!...- dije- mientras le ofrecía matrimonio… ¡¡¡Me hiciste el milagro San Antonio!!! -gritaba en su celda que nos sirvió de amatorio-
¡Yo te voy a sacar al enemigo, así tartamudee si hablo! ¡Como se estremecía la hermana Teresa! a mitad del exorcismo… casi se queda tiesa… ora arriba… ora abajo… con mucha ligereza blanqueando los ojos… como una tigresa.
Agotada y desconsolada fingía llorar y miraba, las sábanas blancas, ahora tenían color, ella vestía de Eva, sin ningún pudor. ¡Ya no soy virgen como María!...-decía- ¡Yo tampoco soy carpintero como José! –repliqué- por tanto no tendremos ningún pesebre ni niños para que albergue. ¡Pensé que esto, tan pronto, no pasaría… pero si que algún día llegaría y que tal vez me dolería… ¡pero no me ha dolido… me ha gustado! Seguí los consejos de mi conciencia estoy aprendiendo con la experiencia, nadie nace sabiendo pero se aprende, ahora ya sé… desde que en esa celda encerrado con la hermana Teresa… me acostumbré. ¡Todo lo ha visto Dios!... ¡Cállate que si no, nos botan a los dos! -Tuve que decirle para que se callara… - ¡aquí dormimos abrigados… en la calle estaremos desarrapados-!... Yo era inocente, pero no tonto me gustaba la vida en aquel recinto quería quedarme, no irme pronto ¡Jardines, aire fresco y por las noches…! ¡Continuará! Delalma
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