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Li tua "confissão" e diante dela te pergunto:
Por que me condenas? Se me condenas por amar, por querer a quem não posso ter...
Hás de condenar o mundo, que grita e pranteia a falta do ser.
Então pode me matar, aceito calada a pena imposta... Nada mais me importa!
Já vivo a prisão da solidão, que o perpetuou no coração.
Atire a primeira pedra aquele que nunca amou, aquele que nunca desejou!
Se serei culpada não sei, amei com a fome do amor e da paixão, enlouqueci e de prazer o saciei!
Se me acusam, acusam também a ele. Que pediu, insistiu e eu me entreguei, sei também me quer, reconheço no meu seio de mulher.
Se algum crime cometi, não me arrependo, não quero perdão.
Meu álibi? Ele! Meu coração. Pos
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Poeta
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Silueta del alma y Marceleste
Te vi morir entre manos encantadas. Jugaban las hadas a tu alrededor, y rozaban tu espalda, enamoradas.
Me vi morir en una visión de amor. El corazón aceleró su ritmo, mis hadas y tu alma festejaron su idilio.
Te vi caer entre gotas de rocío. Mientras el éxtasis te arrebataba, tu esencia colmaba el vacío.
Me vi caer, antes que el rocío. Tu tesoro escondido me entregaste, savia de amor puro que no quedará en el olvido. Te vi morir en el silencio de un deseo. Cómplice la fantasía, de la distancia fugitivo prisionero.
Me vi morir en el cierre de tu ventana. Encubridora la razón, de la incertidumbre, injusta condena.
Te vi caer en silencio. En la promesa de una ausencia eterna, descubriste tu frágil misterio.
Me vi caer sin redes. Salga al encuentro el final feliz, en este cuento de hadas y duendes.
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Poeta
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Cómplice el tiempo de un deseo. La poesía hace realidad ensueños. Espléndido consentir del corazón. Estila su maestría la fantasía.
Demolida la barrera de la realidad, me siento contigo en un portal cubierto de orquídeas, frente al mar. Secreto de luna nuestro versar.
Cantan las azules golondrinas una sinfonía de amor eterno, y el viento hace galas de danza, en la unión de nuestros cuerpos.
Sensitivo el espacio pronuncia en asombrosas auroras boreales, que este paréntesis en el tiempo, sella nuestros corazones amantes.
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Poeta
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AMANTES y AMIGOS
la vida sigue ahí haciéndome antesala, para que yo, la asuma y la despache.
Esto es entre ella y yo: por eso ella me espera todos los claros días sentada en las barandas de mi casa.
Algunos, algunos pensarán que ella es mi amante, que apenas me levanto descorre las cortinas y me brinda un café para animarme.
más tan solo yo sé y es mi secreto, que ella me hace la cama, que me anota en la agenda Mis deberes, y me da sus orgasmos como sin preguntarme.
II
La vida, nunca me exige nada, tan solo me recuerda que instante que malgaste seguro que no vuelve.
He tenido con ella, con la vida, los más bellos momentos y también los más tristes. . Por eso entre ella y yo no existen las barreras, ni cortinas ni muros Ni opacas intenciones.
Ella me ha sido fiel y yo lo he sido, En todos los momentos que me ha dado. Por eso ha funcionado este pacto de amantes Y de amigos [/size]
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Poeta
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Tienes ese tono cálido, esa complicidad, ese afecto discreto, esa música detrás de la música, que mi garganta arde con solo pronunciar tu nombre.
Te escucho, te veo, y siento como te abres espacio en mi alma, dulce, tenáz, brava, sin demora.
No soy norte, no soy sur, no soy caricia fugáz, ni prodigio de cabellos grises, solo soy un palmo de eternidad, que soñó con seguir tus pasos y ser tu amor después del amor, despertando en tu piel.
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Poeta
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[b][i][size=medium]Qué difícil, corazón, cerrar la puerta. Qué difícil decir me equivoqué ...
No sólo por los errores, sino por esta herida abierta, que sangra, que lacera, que cerrar no sé.
Ayúdame, corazón, tú que sabes de esperanza, tú que conoces la fé en la vida, en la dicha, en los besos y caricias, en la felicidad compartida.
Yo espero que aunque él no vuelva, lo demás puede volver.[/b[/size]][/ i]
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Poeta
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***ARENA QUERIDA***
En esta morada, playa Dónde tejen los vientos Dorados telares ¡Querida!
Lloran los recuerdos Y oran Los minutos, los segundos ¡Sin borrar su rostro! Ningún rastro... Ha quedado.
¡Detengámonos! Tú, disipándome Las tinieblas abundantes Las olas rebeldes Las heridas clavadas. ¡Querida!
Areneandome, amor, arena.
¡Querida! Viña de mi vino Desnúdame tu cuerpo ¡Tu alma, en éste lecho! Cuerda, melodía... ¡Sinfonía! Eres... ¡La plata! De un espejo, pulida, esbelta.
Toda, toda tu En mí... ¡Arenémonos! En las manos, racimo y dátil En el fondo... ¡Arenas, amor! Perlas hay... ¡En tus labios! Dulces.
¡Dulces valles de mieles! Piernas seducciones Hay, en él, frágil Perfume blanco, de tus. Algodonosos y firmes ¡Pechos, uvas, olivas!
Arenas, areneándonos, amorosos. Eres, aquélla... ¡Querida! ¡Qué sostiene presa la mirada! En, él, entusiasmado ...Eco, de cada latido... ¡Qué enarenas todo mi desierto!
Corazón De ... Mis ¡Recuerdos!... ¡Querida del desierto!... ¡Hoy, hoy tan adolorido!.. Por otros.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Mi amor por ti, será eterno, eterno, a través del tiempo, tiempo, en que he sido muy feliz, feliz, con tus abrazos y besos, besos, que endulzan mi vida, vida, que alimentas de abrazos, abrazos, que acarician el alma, alma, que te ama sin fin, sin fin, late por ti mi corazón, !!corazón apasionado!! apasionado por tu amor, amor tardío de Primavera, Primavera, en que mi Otoño transformaste, transformaste, la tristeza en alegría, alegría, salpicada de tu fuego, fuego, que ha encendido mi hoguera, hoguera, que por ti sigue viva, viva, me siento con tu amor, amor eterno, serás por siempre, por siempre...para mi corazón!!!
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Poeta
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Nuestro amor en la distancia se hace, una alejada amistad transformada en un tesoro, es mágica la ilusión que en el horizonte nace, la flor del jardín lejano, la rosa que tanto adoro.
Aunque a mi lado no puedo tenerte, y quizás eso nunca suceda, sin tu presencia he aprendido a quererte, mi amor contigo se queda.
Como aire melodioso encantas mi suspirar llenando en mi ser ese espacio que en el alma está vacante, falto del afecto de alguien que me pueda amar, y me haga vibrar con amor regocijante.
En mi corazón te has metido sin importar que estás lejos, bien distante, amada mía, pero brillando en mi desvarío. Serena, tierna, en mis sueños sobresale el reflejo delicioso de tu amor que me enamora de ti, y me extravía.
Julio Medina 25 de junio del 2011
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Poeta
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De mi poemario: "Yo soy ese ser que cree en el misterio"
Yo caminaba y creía volar. Mientras el sol se humillaba en mi pecho, mis senos flameaban para iluminar y hacer feliz a los hijos del futuro.
Fue la mañana y la noche del primer día y la semilla fue sembrada en el campo fértil, de los ojos poblados de pestañas borrachas y ebrias consonancias.
Yo caminaba y creía volar, mientras mis entrañas las acariciaba el viento. Y se abombaban por los sueños inducidos y atrapados.
Y una maraquita de filigrana inventaba en mis oídos una melodía para el corazón.
Porque nunca fue la hora del llanto, siempre fue pospuesta para ese futuro que se aleja siempre, pues llega en presente con las manos dulces sobre una tristeza, con las manos blancas sobre una esperanza.
Y no me di cuenta que el segundo día fue cuando en mi vientre surgió otro universo poblado con astros de alguna galaxia. Fue mi primavera de flores ocultas fue mi primavera que estuvo atrasada.
Y en el día tercero la madre fue padre, con los senos llenos, con el vientre acre escondido en velos de mujer sonriente novia clausurada, con las flores vivas y la luna inerte. Y en el cuarto día la madre fue hermana en las jugarretas retozo inocente, del canto sin voz y el juicio clonado para aquel dictamen de amor implantado sobre la equidad, del amor tendido en sábanas santas.
Yo caminaba y creía volar cuando el quinto día fui colonizada por otro extranjero que brindaba espejos y cuentos con rayas, y una lucha inmensa libré sin espadas, recobré mis tierras pero fui marcada.
Y en el sexto día fui simple mujer que creí encontrar, mi precioso amado, viendo en el reflejo de mi propia imagen mi precioso encanto, que se había escondido de cada mirada que se había enredado entre mis entrañas.
Disfrutó mi risa y yo sus palabras; y haciendo un esfuerzo sobre mi cansancio, le expliqué mis penas, le explique mis ansias le entregué mi frente, le entregué mi espalda acepté su enredo, acepté sus mañas, bendije su suerte, bendije sus trabas.
Y en la madrugada del día de descanso no me comprendió mi inquieto quebranto: yo no era perfecta... a veces fallaba… Se sintió impaciente y yo diligente, tuve que entender su alma cerrada. Comprensión eterna yo le había jurado y ahora él ya comprende: pude amarlo tanto.
Yo caminaba y creía volar… pude amarlo tanto. Pude amarlo más.
SorGalim Milagros Hernández Chiliberti Ingeniera de Sueños
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Poeta
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