Poemas góticos (23)

Un Jesucristo Colosal de Oro Macizo Crucificado en una cruz de Oro con los Ojos de Esmeraldas. Y los Clavos de Rubíes.

Bajo la gran bóveda de crucería
Estaba el Cristo de Oro agonizando,
Y en la carísima cruz de pedrería
El dorado cuerpo estaba deslumbrando.

Era de oro su agónica impostura,
Y su tortura, tremenda, era de oro.
Y era el ascua divina de un tesoro
Su esquelética y bellísima figura.

De oro puro su cuerpo lastimado,
Y los ojos, verdísimos berilos,
Eran dos esmeraldas iracundas.

Y era inmenso el brutal crucificado,
Y los clavos rubíes con su filo,
Y su cruz, de oro puro, tremebunda.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. I.

Colosal era el Cristo de oro puro,
Crucificado en dolor, dorado y serio,
El músculo en tensión, el fuerte nervio,
Rodeado de arcángeles oscuros.

Brillaba el Jesucristo, lirio y nieve,
Y en el Templo Cangrejos colosales,
Y en su boca tal dos rubíes leves
La angustia de tormentos siderales.

Son los Cangrejos gigantes y marmóreos,
Se pierde la belleza entre lo arbóreo
De una música de armonio de oro y lilas.

Y bajo los pies del Jesucristo muerto
Pavos reales verdes, azules, insurrectos,
Cíclopes para una pasión crisoberila.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. II.

Enorme el Jesucristo relucía
Todo de oro macizo y esplendente,
Y su cruz de amatistas relucientes
Dolorosas astillas le ponía.

Era de oro macizo el Jesucristo,
Bajo sus pies cangrejos colosales
Como un tormento de furias siderales
Atestiguaban el dolor del Cristo.

Sus ojos eran verdes esmeraldas,
De oro puro las llagas de su espalda,
Y en el suelo pavos reales verdes.

Y el tormento, qué gran valor tenía,
Y la carne de Cristo relucía.
Las aves, gozan, y los Cangrejos, muerden.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. III.

Gigantescos cangrejos lastimaban
El aire entre sus pinzas colosales
Y un tormento de furias siderales
A un Jesucristo de oro castigaba.

Era de oro aquel cuerpo que brillaba
En su cruz de nácares letales,
Y sus ojos, berilos ideales,
Verdes como lo absenta fulguraban.

Púrpura carmín los labios Nazarenos,
Todo de oro de luz el Cristo bueno.
Y a sus pies azules pavos reales.

Y de mármol negro los cangrejos,
Y las aves, cíclopes circunflejos,
Y relucientes los clavos criminales.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. IV.

Era un Cristo de oro el torturado,
En su holocausto bello, lirio gualda,
Y sus ojos berilas esmeraldas,
Y sus labios carmines delicados.

Y al Jesucristo así crucificado
Le eran de oro las llagas de la espalda,
En un escorzo que la muerte aguarda
Perfecto en extenuación desangelado.

Cangrejos negros el dolor avisan,
Crucificando el aire con sus pinzas,
Y azules verdes las aves deliciosas

Con pavor de muerte crisoberila
Le dan sus ojos verdes que titilan
Como en una noche estrellas tenebrosas.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. V.

Un Cristo dorado agónico expira,
Fulgor de dolor agrio, vinagre para lilas,
Sus ojos esmeraldas bellísimas titilan,
Llama de oro desnuda y boca que suspira.

La sangre en sus costillas esmalte purpurado,
Granate delicado, flor en el oro lasciva,
Y amapola carmín, ignorante y cautiva
De la piel de oro puro de su crucificado.

El cuerpo que es de oro el escorzo recrea
De la tortura inmensa, desaprensiva, fea.
Cangrejos colosales asesinan el aire,

Arañas submarinas sobre exóticas aves.
La uña araña el lirio, desollación suave.
Cíclopes verdes, gemas, ¡¡¡qué dolor¡¡¡, ¡¡¡qué donaire¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. VI.

Lastimado y de oro, fulgurante y caído,
Colosal Jesucristo en su cruz de dolor,
Arañado de muerte, en el escorzo herido,
Esquelético y bello y en su metal atroz.

Cangrejos gigantescos arañan el espacio,
Pinzas criminales y artropodianas patas,
En Jesucristo hay heridas escarlatas,
Y las aves enseñan verdísimos topacios.

Cíclopes azulinos, delicadas las plumas
En hermoso abanico, azules, verdes, bellas,
Y los ojos de Dios, de esmeraldas lascivas.

Y de oro su cuerpo, y su belleza, suma,
Arañas submarinas, negras, malditas, vivas,
Y las plumas salvajes como verdes estrellas.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. VII.

Áureo cuerpo que sufre cruz divina maligna,
Jesucristo de oro coronado de zarzas,
En escorzo esquelético de esquelética garza
En escherzo sublime que atormenta e indigna.

Atormentado en clímax de purísimo oro,
Y carmines esmaltes de sus labios soberbios,
Extenuado el músculo y destrozado el nervio,
Sangre granate exuda sus tiernísimos poros.

Rosal de hierro cruza su frente maculada.
Cangrejos colosales las bóvedas arañan.
Azules aves muestran sus colas esplendentes.

Tarántulas marinas colosales y extrañas.
De amor, de puro oro, su carne torturada,
Sus ojos esmeraldas, verdes, iridiscentes.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. VIII.

Ácida cruz de oro para el cuerpo brillante
Del áureo Jesucristo coronado de espinas,
Zarzal de rosas rojas y garras asesinas
Para un tormento agrio de vino espeluznante.

Zumo de los pomelos más exuberantes
Para la espalda limpia del clavel arrancado,
Y cangrejos de mármol, grotescos y gigantes,
Que atestiguan, dolientes, a su crucificado.

De oro puro el Cristo, de oro su tortura,
De oro su dolencia, de oro su hermosura,
De oro su agonía sobre pavos reales.

Y éstos, crisoberilos, elegantes, perfectos,
Y los cangrejos, negros, submarinos, insectos,
Y el tormento un tormento de furias siderales.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo Gigante Tallado en Lapizlazuli. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. IX. (Dedicado al Fútbol Club Barcelona).

Tallado en lapizlazuli, celeste y torturado,
Con todo el azul vivo de un cielo de oro puro,
El esmalte en los labios, de un rojo muy oscuro,
Y en la costilla herida el rojo despiadado.

En una cruz de oro el Cristo castigado,
Geranio azul y limpio, arrancado clavel,
De mineral celeste, con el cuerpo azulado,
Y los ojos más verdes que la absenta y la miel.

Bueyes de mar enormes el aire mortifican,
Colosales artrópodos, arañas submarinas,
Y aves de azul absenta, y vinagre muy frío

Para labios purpúreos, y las pinzas que pican,
Enormes, gigantescas, negrísimas, dañinas,
Guadalquivir de Marte, hasta el escalofrío.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Para el Templo de los Dioses Marcianos. Un Jesucristo de Oro Macizo. Cangrejos de Mármol Negro Colosales. Y Pavos Reales Verdes. X.

El áureo lirio estaba desnudo y castigado
En una cruz de oro que le mortificaba
Y las zarzas de espinas con que se coronaba
Eran zarzas de fuego con carmines dorados.

Centollos colosales en la bóveda abrían
Vigas de hueso duro sobre el crucificado,
Y sus labios granates, carmines esmaltados,
Vinagre sin azúcar con violencia bebían.

Y los bueyes marinos escarbaban con saña
La bóveda de crucería, y los pavos reales
Esplendentes izaban sus mil ojos soberbios.

Y el dolor era uña, y colmillo, y araña,
Y los cíclopes verdes de ojos irreales
En tensión erizaban el músculo y su nervio.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

RECORDATORIO SOBRE HANNIBAL LECTER.

Proyecto para una película de Jonathan Demme.

Por las venas de Clarice ya no corre sangre bella,
que por ellas cabalga ahora la heroína,
el tétrico caballo que busca en el olvido
las aguas del Leteo con sus negras estrellas.
Del F.B.I. expulsada,igual que una traidora,
en los antros negros de Nueva York se regala,
y hombres sucios,barbudos, la poseen,
paloma volteadora con las cortadas alas.
Un barbudo sapo la compra por un dólar
y se mete en su cuerpo más sucio que el sudor,
ella por olvidarse consume anfetaminas,
y su cuartucho horrendo carece de color.
Ahora tiene amigos,los yonquis de su barrio,
a veces monta orgías,a veces nauseas tiene,
del acto más sucio que imaginarse pueda
se queda embarazada y la infección le viene.
Belleza demolida,ahora con el bombo,
de adicta a los opiaceos,y seropositiva,
enormes pesadillas de mares de sargazos
le asaltan en la noche de cucarachas vivas.
En los barrios del Bronx trafica y sobrevive,
es nuestra esta Clarice una doble heroína,
que en sus venas a la vez que corre el mar salobre
corre también,galopan,las arañas del Sida.
Nueva York mutilada,enorme ,babilónica,
nadie la echa de menos ,de menos a Clarice,
ella es ahora como un angel caído
y nadie la recuerda en el F.B.I.
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Hannibal deambula las calles de Las Vegas
y entra en un casino en el que Moloch gobierna,
la estatua de un egipcio y la Venus del Milo
y miles,infinitas ,máquinas tragaperras.
Pide un Whisky barato,un tigre en su barriga,
un principio de úlcera duodenal le asalta,
y la cacosmia negra en su pituitaria
la autopista del gusto de alquitranes le asfalta.
Observa toda presa,las familias enteras
que gastan su pecunio,manicomio el casino,
Hannibal tiene ahora ,tiburón de repente,
a Moloch de su lado,el terrible asesino.
Juega en las tragaperras y gana,gana,gana,
y cuando llega por fín a la habitación del Hotel
se prepara a degustar una ración horrible
de pechuga de pavo y sandía con miel.
Llega un encargado,el de mantenimiento,
huele rancio a pelota,a macho y gasolina,
y Hannibal lo detesta,mas no puede hacer nada,
toda su estancia tiene espectros en ruina.
Por la noche en la cama,antifaz en los ojos,
mientras por las persianas entran las luces de neón,
duerme tan miserable,y sus pesados sueños
tienen Clarices locas y fauces de león.
Sueña que es el mismo que destripara a Pazzi
y sueña que desolla a un musico barato,
y entonces se despierta,la úlcera le duele,
y vierte de su botella la leche para el gato.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Proyecto para otra de Hannibal Lecter.(Variación sobre el mismo tema).

Esta vez la película es un poco distinta.Clarice hace de mala.
Deja el servicio público de policía y abandona el F.B.I.
Se va a una granja en Texas.Adorna su casa con un gusto exquisito.
Muebles de calidad y cuadros ,copiados,de artistas franceses,Delacroix.
En la cocina Kandinski y Basquiat.En el baño,un dibujo de Alien.
Un piano rosa en algún lugar de la casa.Varios bustos romanos.
Le han dado una buena indemnización al dejar la policía.
Y cría corderos y caballos.La granja es realmente inmensa.
Tiene varios mejicanos a su servicio.A los que trata con mano de hierro.
Y mucha invitación a refrescante zumo de naranja.
Cada cuatro semanas va a Dallas y disfruta de las discotecas de moda.
Practica el sexo con la ambición de una Messalina ,pero con la precaución de una monja.
Su cuenta corriente arde literalmente y el director del banco flipa en colores con ella.
En la granja,ella misma degolla los corderos.Sus labios destilan salivilla.
Y es que se muere de gusto literalmente degollándolos.
Recuerda a su mentor,Hannibal,y a su pecado,Paul Krendler.
De vez en cuando recibe las llamadas de la hija de la senadora que salvó.
Viste unos vestidos a la moda.Pero usa el vaquero en los holocaustos.
En sus sueños aparecen arañas y colostomías.Raramente sueña sexy.
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Hannibal Lecter en cambio vive oculto,su manca mano le delataría.
A penas sale de casa.Y tiene miedo de todo.
Se ha hecho operar la cara ligeramente.Una nariz más larga.
Su exquisitez y refinamiento es como la de Caligula y Hitler.
Aunque su poder efectivo es nulo.Algo así como un negro en el polo.
Sucede que tiene que reparar una gotera.
Y cuando el fontanero llega a su apartamento en Cincinatty.
Siente unas ganas de morder a lo bestia a tal grosero obrero.
Y le arde el estómago evitando la furia.
Ni la música de Michael Niemann le aplaca la rabia.
Pero toma mucho somnífero para dormir.
Sus sueños son plácidos como los de un recién nacido.
Desde luego ha sido muy habilidoso para ocultar su identidad.
Desearía volver a ver a Clarice.Realmente sueña con ello.
Y aprovechar la más mínima oportunidad para rajar a un cerdo.
Su paso por los supermercados le suponen un Gólgota nazareno.
Y va poco al cine.Pero lo devora todo,con ira.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Variación por enésima vez del Tema de Hannibal Lecter.

En el museo británico el Laooconte pone el toque barroco
y Hannibal Lecter con media máscara de cerdo
y el soplete oxhídrico de un fontanero
dibuja llagas de resplandor ácido
en la piel de un músico mediocre.
La media máscara de cerdo hace repugnante al Apolo
mientras suena un acorde bellísimo que ensordece los gritos.
Las muñecas del músico atadas en alambre espinoso
hacen un granate violento,morado y brillante.
Se detiene el psiquiatra y pronuncia un verso de Dante:
Los que aquí entreis abandonad toda Esperanza,
y prosigue su trabajo en el glande y los testículos.
(versión censurada).
Una mosca se posa en la mejilla del monstruo
y su apariencia de cerdo se perfecciona nauseabunda.
El músico tarda media hora en morir (no es el músico el que muere
tan solo un molde de goma)
pero la gente en la sala de cine cree que es real.
Entonces Hannibal Lecter despierta y está en su cama atado
rodeado de miles de ratas,grandes,grises,y espantosas,
y con las tripas abiertas.
La gente en el cine dá gritos de terror y asco
mientras consume a la vez miles de palomitas de maiz.
Al finalizar la proyección la gente mareada
pide con vehemencia la prohibición de la película.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Fantasía Sobre Hannibal Lecter en estado de estreñimiento.

Un poeta mediocre,aspirante a director de cine
Arrebata a Sir Anthony Hopkins el derecho a la propia imagen
Dando un golpe de estado y suprimiendo la Constitución Española.
Sir Anthony Hopkins se negaba a participar en una nueva película
Sobre Hannibal Lecter,
Y el poeta mediocre enloquecido lo recrea mediante ordenador.
(Toda película sobre Hannibal Lecter ha de hacerse
con el actor de doblaje que lo dobla
porque aun no es posible copiar por ordenador la voz humana,
y por lo tanto si el actor de doblaje ha fallecido
el poeta mediocre tendrá que joderse).
Mas como imaginación no le falta al poeta mediocre
Copia por ordenador a Sir Anthony Hopkins
Y lo disfraza de Arlequín y lo situa
En el chalet minimalista de un neurocirujano.
Varias personas están allí sujetas por alambres de pinchos.
Hannibal Lecter,(si quiere en persona y si no a la fuerza),
Coge a un muchacho adolescente
Y semejando a la imagen buñueliana de un perro andaluz
Le saja los ojos con una navaja barbera
(esto se puede hacer perfectamente)
mientras suena un acorde sublime
(qué lastima que mi cultura musical sea nula)
vamos a inventarnos un compositor
acorde para arpa y piano de Stransgoski
y el muchacho se desmaya.
Luego coge un soplete oxhídrico
Y le quema los pechos a una muchacha
(volvemos a cambiar de compositor,
volvemos a inventarnos uno).
Y la orgía de sangre continua
Sobre varias personas
Mientras Sir Anthony Hopkins
Es decir Hannibal Lecter
O su copia por ordenador
Recita párrafos bellísimos de la Divina Comedia
De Dante Aligieri
(pero en Español,coño,que no todos sabemos italiano).
Finalmente Hannibal Lecter,lleno de moscas
(No un millón de moscas,con diez o doce bastan)
Finalmente Hannibal Lecter pronuncia el nombre de Clarice
Y se queda dormido sobre un lecho de rosas.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Un Hannibal Lecter totalmente español.

En la mesa camilla el cirujano modifica el rostro
Y Sir Anthony Hopkins se meatamorfosa en Sancho Gracia
Que es el actor que he elegido para que haga de Hannibal,
Aunque si hay alguna otra sugerencia estoy dispuesto
A tenerla en cuenta.
Sancho Gracia es un pedazo de actor y a pesar del San Benito
De ser Curro Jiménez es un actor de carácter.
Se le doblaría la voz para que pareciese Sir Anthony Hopkins
Y actuaría con una mano transformada en garfio.
Llegaría a un Chalet minimalista de una decoración tan excasa
Que no sería la casa de un pobre
Sino lo vacío de un jarrón sin flores.
El chalet en medio de la nada
(Es difícil que haya un chalet en España en medio de la nada)
daría a una caleta de aguas cristalinas.
Por las tardes el sol parecería un pomelo.
Hannibal Lecter tendría sueños y sudores.
Sus sueños serían pesadillas.
En una de ellas habría muchachos bailando con el dorso desnudo
(no quiero ser ahora mismo pornográfico
y las tías estarían en bikini)
al ritmo de tecnodance ,house o acid.
(habría que rodarlo bien ,hay que dar calidad)
y Hannibal Lecter aparecería en medio de la pista de baile
ciego y dando impotentes zarpazos al aire
totalmente desesperado.
De pronto todo desaparecería y sólo habría perros y más perros
Intentando comerse al psicopata.
Pero despertaría y como quiero que haya terror
Hannibal Lecter volvería a su chalet
Emboscado matando.¿Cómo poner cuerpos prisioneros?
¿Qué tipo de cadenas usar para apresar los cuerpos
si hemos dicho que está en un chalet minimalista?.
Algo habrá de ocurriserle a quien me supere.
Pero el caso es que habrá de haber un feroz baño de sangre
Con muñecos de goma o con ordenador
Como os dé la real gana.
Pero que sea algo que haga historia.
Un aquelarre macabro indescriptible.Coño.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero

Hannibal Lecter y los caracoles.

Hoy Hannibal Lecter ha invitado a los actores
Del Teatro Municipal de Boston.
Ha servido un plato de caracoles excelente,
Preparado tal y como le enseñó su abuela
Poco antes de morir de un infarto
Cuando su nieto celebraba su quince cumpleaños
Y encontró en su habitación una rata eviscerada.
Los caracoles estaban riquísimos, su salsita
Hecha de orégano y pimienta de cayena
Se podía mojar con un miajón de pán
Mientras se sorbían los diminutos toritos bravos.
Cuando servía el vino Hannibal Lecter ha estado genial
Recitando párrafos enteros de la Iliada de Homero
Y la intervención de los dioses en el asunto
Favoreciendo a Hector ,el Dios Apolo
Ha mostrado su semblante dorado.
Después ha estado genial en el coloquio
Que seguía a la opulenta cena,
El humo de los puros levitaba entre comentarios
Sobre la Divina Comedia y los Textos de Borges
Traducidos al inglés por un poeta local
Y Hannibal Lecter ha refunfuñado
Por la baja calidad de la traducción.
La estancia donde ha transcurrido el evento
Estaba decorada por un papel de colores violeta
Con diminutas florecillas y cabezuelas coralinas.
Una inmensa pecera mostraba un pez payaso
En una anémona rosa brutalmente viva.
Hannibal Lecter ha preguntado por el poeta traductor,
Se ha interesado por la dirección exacta de su casa
Y ha proseguido la charla con los actores.
Estos, han recibido sus enhorabuenas
Pero también han sido algo criticados,
No le ha gustado al asesino la tramoya
De la representación de la obra de Shakespeare
Que ha sido fuertemente aplaudida por el público.
Finalmente Hannibal Lecter ha tenido que ir
Despidiendo uno a uno a los comensales
Haciendo prácticamente de chacha de alto standing.
Se ha quedado solo ,ha observado la dirección del poeta
Y se ha mirado en un espejo.Una arruga más se ha dicho
Y ha sonreído con maldad. Luego
Ha tenido que poner los platos en la máquina
Y pasar una aspiradora por los suelos,
Ha acariciado a su gato, un ejemplar de angora blanco,
Ha puesto un poco de música y se ha ido a la cama
No sin antes ponerse un pijama de algodón.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Hannibal Lecter en Sevilla.

Hannibal enchufó su tocadiscos,
Puso música gregoriana
Y sentado sobre un grueso taburete
Empezó a mondar las patatas.
Por la ventana a rás de suelo
Luchaban los guerrilleros con las metralletas,
El repiqueteo de las máquinas que horadaban el suelo
Enfermaba una ciudad en ruinas y guerra civil.
De pronto Hannibal se corta con su propio cuchillo,
Una leve gota de sangre ,rojísima,
Cae sobre el amarillo de una patata a medio mondar.
Hannibal deja el cuchillo, con cara de asco
Apaga el tocadiscos y cierra la ventana.
Un sordo ruido ,mitad silencio ,mitad estertor de moribundo
Inunda la cocina donde el asesino se preparaba el almuerzo.
Pone la mano bajo el grifo de agua
Y se observa la heridilla en un dedo , el corte
Es leve como una nota de piano.
Entonces ,Hannibal no aguanta más,
Deja el delantal de chacha en una silla,
Se viste una chaqueta y sale
A la calle donde lo tremendo del ruído escuece
Como una exhalación de disparos enemigos.
El calor es un escorpión demente,
No lleva sombrero ,gafas obscuras, una mano de plástico,
Y el ansia inmensa del tigre hambriento.
Por las calles torea por chicuelinas,
Evita tigres tan poderosos como el mismo,
La calle es una selva llena de serpientes,
Está en zona de guerra ,demoniaca y brutal.
Toros que evitan toros le rodean y embisten
Pero su hambre le aprieta como un zapato nuevo,
Le dá zarpazos de poeta mediocre,
Y chirría como violín desafinado.
Llega a la cafetería deslumbrante ,el sol
Lanza dardos de fuego en su chaqueta americana,
Pide un gin tonic al servicial camarero
Y una tapa de lomitos en tomate.
Un guitarrista ,gitano y yonqui,
Aparece en el local y empieza a tocar
Una bellísima guitarra de madera,
Es malo e insufrible ,el espanto de la música.
Al terminar pide una propina.
Hannibal ,serio, enteramente un busto romano,
Deja unas monedas sobre la mesa.
Una mosca se posa en su plato.
La espanta de un manotazo y coge el periódico.
Le brillan las gafas negras como un toro en la plaza.
Pasa el tiempo y el hielo del vaso
Se evapora en un brillo iridiscente.
Hannibal pide la cuenta con un gesto.
Y piensa que es la hora de comprar las entradas
Para la corrida de toros de esa tarde.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

La Alfombra manchada.

Hannibal Lecter había guardado la lengua de aquel hombre en el frigorífico. Envuelta en papel de plata el hermoso molusco diseccionado estaba esperando el cuchillo y el diente del caníbal para pertenecer a la esfera de lo monstruoso. El frío del refrigerador le daba pequeños y punzantes pellizcos a su mineral persona. Por su parte Hannibal Lecter ,tras guardar la lengua del asesinado, se decidió por dar una vuelta en las festivas calles sevillanas. Vestido de manera informal ,no sería de extrañar que fuera la primera o la segunda vez que llevara vaqueros en toda su vida, salió de su casa sevillana. La fuente del patio en lo obscuro rimaba una melodía de seducción a un limonero. Un rayo de sol ,que dando curvas y semirrectas ,podía atravesar el cuadrado del tejado ,lo ponía en algunas ramas dorado y violentamente amarillo. Hannibal andando observaba las calles y las tascas intentando dos cosas: no parecer un turista y pasar totalmente desapercibido. Sevilla ardiendo en junio por su parte deseaba comprometer a cualquiera en un ataque de calor y llevarlo directamente a los servicios de urgencia del hospital. El asesino ,después de caminar un trecho, comprobó el silencio aplastante de la Plaza de la Fuente del Pato, se sacó un pañuelo del bolsillo y se secó el sudor, le costó bastante esfuerzo realizar la operación ,manco como estaba después de la orgía de cerebros fagocitados que había lucido con su amada Clarise. La Plaza ,la Pila del Pato la llamaban, correspondía con la sombra de un magnifico ombú a los ciudadanos que se le acercaban ,y la fuente ,de la que un chorro de agua salía del pico de un pato de bronce, administraba una suave y fresca caricia en el día más soleado de Junio. El psicopata admiró la extática y fugitiva belleza del contorno y deploró inmediatamente el estado ruinoso de los edificios, parecían caerse a momentos ,derrumbarse sobre la calle y aplastar en su ruina a las personas. Pasó un niño. Vestido con la equipación del Real Betis Balompié ,lanzó una patada a su balón de reglamento y casi obsequia al loco con un beso de goma lascivo, luego pasó otro niño ,vestido de sevillista, ignoró al demente y llamó a su amigo con la voz que todos los niños tienen cuando son niños. Hannibal Lecter continuó su paseo ,el sudor le mojaba las nalgas y la espalda, se la empapaba con animadversión ,ya se veía a si mismo el psicopata por la tarde dándose aceite de oliva en la piel irritada de los muslos. En la calle varias niñas jugaban a Rayuela. Llegó por fín a una taberna. El local olía a vino de garrafa y a carne cocinada, pidió una tapa y un vaso de Jerez, le dieron una tapa de carne encebollada ,lengua realmente, y el aristócrata del crimen la saboreó con inmenso placer. Salió satisfecho del local ,le había gustado su ración de carne y los hermosos azulejos árabes de la tasca ,fresca y villana ,popular. Regresó a su casa. Puso música clásica en el tocadiscos, por la calle unos niños con un pequeño paso ,una cruz de mayo ,desfilaban con su minimísima cofradía y un diminuto Jesusito de plástico en un lecho de claveles reventones. Se encargó de descuartizar un cadáver que había dejado tendido sobre una alfombra ,la sangre lo había empapado todo dejándolo horriblemente sucio, y ahora había que tirar por la borda una fabulosa alfombra oriental hecha en Irán. El esquizoide se lamentó un segundo por la perdida de un objeto tan valioso. Hacer desaparecer el crimen lo empurpuraba de restos. Tendría después que lavarlo todo con meticulosidad. Tanto trabajo para saborear una lengua que ya había comido. Se cabreaba , se enfurecía consigo mismo.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.

Premisas básicas para una película sobre Hannibal Lecter en Sevilla.

Primero: Hannibal Lecter tiene que hacer una visita al Museo de Bellas Artes de Sevilla ,por consiguiente hay que sacar primeros planos de la Inmaculada de Murillo (No como en el Código da Vinci ,que no se ve ni un solo cuadro del Louvre), los santos y santas de Zurbarán,y el salero de Francisco I.En especial visión del cuadro medieval de la Sagrada Cena.Imprescindible.
Segundo :cinco minutos de una corrida de Rejoneo en directo ,imprescindible Hermoso de Mendoza.Imprescindible.
Tercero :visita a una Iglesia barroca sevillana:primeros planos ,Iglesia del Santo angel de la Guarda,San Luis de los Franceses, o Iglesia parroquia de San Jose ,imprescindibles.
Cuarto: corrida de toros en el campo con un transexual desnudo haciendo de maletilla.El Toro bragado.Grandes Focos que lo iluminen todo.La cuenta de la luz incrementará los costes (¿hay algun transexual sin operar torero en España?).Esta escena no es imprescindible pero gustaría enormemente.
Quinto: Imprescindibles gitanos con apariencia de yonquis muy sucios y muy mal vestidos cantando coplas con una guitarra en barrio de Santa Cruz. Imprescindible.
Sexto: Imprescindible colaboración ciudadana.
Septimo:Escena de introducir en el contenedor de acido sulfurico a tres chavales de veinte años ,delgados ,atleticos y muy guapos y que salgan literalmente desollados de la olla de acido sulfurico.Imprescindible:Recitado de la Gacela de la Terrible Presencia de Federico García Lorca por parte de Anthony Hopkins o en su defecto Sancho Gracia o en su defecto Fernando Sancho.Los ojos de Hannibal serán rojos.Imprescindible.
Octavo:infinad de chavalines y niños vestidos de béticos y vestidos de sevillistas ,muchas cruces de mayo y nazarenitos pequeños.Cuanto más niños haya en la película mejor que mejor.
Noveno: Muñeco de Hannibal Lecter (O su sustituto español) perfectamente bien realizado,es imprescindible que la gente piense que es de carne y hueso,abierto en canal ,con las tripas fuera e innumerables ratas negras devorandolo.
Decimo: una importante suma de dinero.
Undecimo:Colaboración ciudadana y estatamentaria.

El gran problema de hacer una cuarta parte de Hannibal Lecter es que Hannibal Lecter está mutilado.Es manco.Un manco es capaz de asesinar pero es incapaz de descuartizar un cadaver, con un solo brazo no se tiene fuerza suficiente para descuartizar un cadaver.Estaría patética su figura contrahecha y manca intentando descuartizar un cadaver.Además Hannibal ,como está manco es facilmente reconocible por los servicios policiales de todo el mundo a menos que se someta a una cirugía plástica pero aún así el problema de la mano perdida es inconmensurable.Es el Gran error de la película de Hannibal Lecter, le debiera de haber cortado la mano a Clarise ,pero quiso darle un toque romantico al monstruo y se cerró a si mismo la posibilidad de hacer una cuarta parte.No tuvo al hacer la película la perspectiva de futuro necesaria.El gran error de Ridley Scott.Es decir que Hannibal Lecter ha muerto.Hubiese sido mucho más original cortarle la mano a la estupida de Clarise.La única solución es rodar un final alternativo cortandole la mano a Clarise .Pero Julianne Moore seguramente se negará.Y es imprescindible esa escena.Y no valdría que la hiciera Jodie Foster,Julianne Moore creo que en ese sentido es irreemplazable aunque se podría probar con Jodie Foster.Otra actriz sería ya rizar el rizo y no sería creible.En fin.Hacer por otra parte la hipotesis de que no perdiera la mano sino que se la cortara y autotransplantara roza lo hilarante y además es imposible ,ni que Hannibal fuera el mejor cirujano del mundo ,eso no sería creible y solo provocaría hilaridad y a mi personalmente un cabreo de sesenta mil pares de cojones.En fín ,en la esfera de lo imposible una película de Hannibal Lecter en Sevilla.Obviamente Ridley Scott o Jonathan Demme o Brett Runner podrian hacer una película titulada "En la Mente de Hannibal Lecter" ,sobre la figura de Hannibal Lecter y sobre la figura de Thomas Harris ,sobre sus sueños y sus pesadillas ,ahí habría todo un campo para ganar fama , dinero ,y gloria,algo así como "Mary Reylli y el Doctor Hyde".En fín.

Duelo final entre salvajes.

El Doctor Chilton baja del avión en Jamaica.
La Isla se agita sensualmente de negros y palmeras.
Chorrea el sudor en las hojas de los helechos
Y en las espaldas y frentes de los mulatos y sus hembras.
Hannibal espera, con un sombrero blanco,
Esplendor de tigre y soberbia de ébano en las estribaciones.
El sol en los caribes, Jamaica se agita, mitad mujer en celo
Mitad mujer que pare entre rosas y langostas.
Las palmeras exhalan dátiles de azúcar pidiendo
Terribles huracanes para arrancarse de raíz.
El Doctor Chilton, presuntuoso, supone que todo irá perfecto
Y pide que en el baño le esparzan
Sales minerales y perfume de lavandas.
Pero de pronto, oh luz que por un instante te salva o te condena
Decide regresar al aeropuerto y suspender sus vacaciones.
Hannibal que ya estaba proyectando serpientes
Contrariado coge un vuelo hacia Florencia
Furioso porque su presa escapa por momentos.
Continua la historia y se hacen dos películas.
Y por fin llega el momento final, el cara a cara.
Hannibal, mutilado, con un garfio en la mano.
Las Vegas, monstruosas, como territorio del infierno
Y el psiquiatra, ya viejo, con más arrugas que un mapa
En su habitación esperando la cena.
Duelo de salvajes entre ruletas y póker.
Cuando la asistenta entra en la habitación
El horror como un éxtasis la golpea furioso.
La sangre empapa el arpa de los demonios.
..............................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.

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