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Deletérea Jactancia (Neosurrealista)
Ahí debajo, donde el pasado nos crece, por el tiempo que obstinado envejece, en la cama de los latidos. ¡Qué se estiran!. En el vertedero del aliento, golpeando con la obscuridad, las cuevas cotidianas de los planes.
¡Oh, vanidad del ángulo, poliedro convexo, perverso!. Quejidos entre las dos dimensiones de un rectángulo, con las cifras decimales del minuendo en las piernas, por la impiedad que el orbe ostenta, de ambiciones , de románticos sauces grises, con el perfil de la lisonja, que se apoya en la cadera, que se inclina, mansa, y allá donde descansa el giroscopio bajo el vientre.
¡Sí, porqué mullo masticando al pasado, me dicen!. Donde solo cabré cuando sea polvo, pienso, siento.
¡Con las lámparas flechas desnudas!. Por inhalar unas pocas palabras. ¡Un minuto de silencio!. Por... Miles de ausencias olvidadas. Por el espíritu espeso. ¡Qué al mismo viento coagula!. ¡Qué asedia los techos y rincones!.
¡Sin saber, qué mullirían las nubes callando!. Y no sé si quepa ahora, o cupiere olvidado en algún cielo.
Pues la realidad, es que los fonemas distintivos del contorno, solo tejen el rubor en los talones, desde el primer acento hasta la inflexión final, en los enunciados exclamativos antes de ser huesos, donde las sílabas terminan en vocal, y la vibración de éstas, puede repetirse con las urnas agudas o palatales, entre la grafía, que no corresponde a ningún sonido de la lengua, como el hueso hueco, y el hipocampo corre en la hierba de hierro.
Por ese eco que al silencio asombra. ¡Caminando por las paredes!. Viviendo herido el suelo yerto. ¡Callando al espejo péndulo!.
Por la extensión monótona de la planicie muerta, el silencio seca, lo que aniquila y consume, cambiando al punto de vista anterior, que dará sus frutos al cabo de varios siglos, con el empleo del más infinitivo de los recursos sintácticos, y en el desarrollo sistemático de las proposiciones participativas en los panteones más cercanos. Por tener el alma aromada de amor y tristeza, con el designio de la perenne memoria, y las ficciones que hacen dulce al llanto.
¡Aún, y así, mullésemos al camino andando!. O qué mulleran los sueños almohadas perdidas.
Y así es, esta deletérea jactancia, de cetro y sonrisa.
Por tener el alma podrida, en la consciencia vacía, y en la memoria, lexema y morfema, antifaz y barniz, miles de sustantivos acabados, con el ímpetu canesú, miles de relaciones sintagmáticas sepultadas, a cal y sal, jactancia que no admite división, deletérea y paradigmática.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MATERIALIDAD VICTORIOSA (Texto Neosurrealista)
Por el pájaro campana escondido entre los astros el cielo canta su historia de polvo y plumas.
Curiosamente, lo que aquí nos ocupa, no es considerado como problema, fuera de la más sencilla de las negaciones de las moscas negras, y los metálicos grillos, con piel de cordero, con la vil pasión traidora, de las mentiras del pasado, y las mentiras venideras, dando el estímulo gris suficiente para el cambio, a un desastre mayor, atrapados por la disyuntiva del triunfo a fuerzas, y el éxito absoluto, trasmitido tradicionalmente por los aires, con la simple alusión al dedo que lo dirige. Aunque jamás fue posible definir positivamente su pasado. ¡Elefanteado hormigosamente!.
Con la sonrisa intemporal del hambre la justicia ya no habla tiene luto por su tumba entre los dioses muerta.
Por la solidaridad reconocida, de los huesos y el humo, mientras el destino mítico de las almas perece, en el bolsillo de las monedas reflexivas, para descansar, purificarse y regenerarse, esterilizando la consciencia de pantanos, basureros, y podredumbre envenenada, con las leyes de la gravitación universal, y el equilibrio de la desaparición forzada del fracaso, la ineptitud, y los intereses deducibles, con fulgurante rapidez, sobre todo con los más poderosos en pobreza e ignorancia, con lo más autónomo de su plenitud... ¡Alacránica y abuitreada!.
Por no aceptar la verdad se ha suicidado colgada de la esperanza baleada por los anhelos donde el engaño triunfa.
Sin embargo, la peculiaridad de la física no estriba tanto en la amplitud de su objeto, sino en la ambición desorbitada del amor por la equidad, donde no se admite la ambigüedad en la distribución de la riqueza, y del trabajo compasivo, que la ética de laboratorio cibernético se encargará de confirmar, depurar o refutar, en la reducción máxima de un sistema de fuerzas espiritualmente perfumadas, con los métodos algebráicos latiendo, con palanca y balanza enamoradas, más allá del torno y la polea disgustados, por el movimiento rectilíneo uniforme, en la dinámica del sólido sin efecto. ¡Culebreando pavorosamente!.
¡Oh, materialidad deleitable y virtuosa!. ¡Oh, materialidad de incitante pureza!. ¡Oh, materialidad de tentación sublime!. ¡Oh, materialidad delicada y compasiva!. ¡Tu éxito y triunfo, ha hecho de la humanidad un mártir!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Nocturnidad enigmática (Texto Experimental Neosurrealista)
Cuando la noche se estira en la quietud de las nubes la luna dialoga emocionada con las estrellas qué melancólicas la ven.
¡Cómo aquéllo que hubieron olido dolidas!.
Ampliamente ilustradas en el cuerpo de los sueños, con las modalidades de lo sagrado, revelado en el sol, como uno de los más importantes problemas de la historia, además de la verdad, que embellece el cielo dejándolo suave, manejable y con brillo, presentando una modalidad real y auténtica, en la heterogeneidad de las hierofanías, como la función de la transparencia en el agua, que se regenera por las inmersiones del alma, de origen celeste, como instrumentos del polvo, con la fórmula enigmática, arcaica y meteórica, de la noche.
Como si oliese a olivo que duele Como si hubiese olido la duela Como si oliesen la suela... ¡Por los suelos de los cielos a mano! Noche deslumbradora ¡Como una espléndida centella núbil!.
En las mismas concepciones de la vida, y de la realidad mortal, de lo transitorio todo, en un grano, dónde fueron depositadas las montañas, y la simiente del motivo de los mares, que acaban por recuperar la forma del aliento, en el ser soberano, sin origen ni final, esfera del amor en absoluto, atemporal, atado de manos, cuando se le cree atrapar, con las palabras de la naturaleza en camisa ligera, y pantalones, de cañones y monedas, con el sabor de las espadas, y el salario que cubre su tobillo, en el lugar dónde entran las rodillas, saludando a los sombreros y los cetros.
¡Oh, enigma candoroso de rostro nocturno! ¡Oh, razón que dormita y palpita obscura! ¡Cuántas amarguras se encontrarán abiertas! ¡Cuánto amor de espontánea combustión! Encadenados, los encantos celestiales esperan. Los candados y eslabones de la existencia genuina.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Fabricantes de ficciones (Texto Experimental Neosurrealista)
Al bajar por el filo del rocío de un sueño con toda su miseria harta de ilusiones disuelve de las nubes la evidencia...
En compañía del áspero contacto de la percepción del sí mismo, y la realidad no imaginada, como un ser soporífero, que alegra y deprime, excita y calma, los músculos del siglo, los nervios de las horas, el miedo de los segundos, con el veneno paralizador de las falsas esperanzas, como substancias habitantes de los mares serenos, y las selvas inquietas, corriendo parejas a la fe, y candidez de las públicas almohadas. Pese a todos los logros, de los buzos en los cielos, y de las ballenas en los desiertos, esta estimación ya es seguro, humanizará los bosques, y los relámpagos de las décadas pasadas, por las cosechas arruinados.
¡Hasta que la estéril realidad dócil y cariñosa se deforme miel la mirada terciopelo el dolor donde dulce y suave fluya la vida!...
Y la tensión existente no afecte al sol, porqué las focas escasean entre los vendedores de focos, que escogen un agujero, y tapan los restantes que los rodean, con sólo un hilo y tijeras, hasta que la pubertad no entre por las noches, a merced de sequías y aguaceros, proporcionando una gran estabilidad a las piedras, que están haciendo esfuerzos por mejorar las condiciones de los grillos, remunerados por ser de lana de colores, y pretender hacer personas a los gusanos, que aspiran a tejer ladrillos, con arroz y calabazas, en las mejores minas de níquel, que sirve como sala de estar, y es dormitorio de gallos y venados, compartiendo el mismo lago, emplumado de rojo durante las inundaciones...
¡Por donde viene el amor en tropel jadeante desgranando cántaros fabulosos de miel ternura genuina y cristalina! Multiplicando los imposibles logrados.
Por todos esos avances, que las películas demuestran, de los nuevos planetas habitados, por la red sonora fotocopiada, que vende fibra óptica a los cocodrilos, en el interior de una ruleta, dadas las coordenadas de dos puntos, en la circunferencia de una aguja, al expresar las razones trigonométricas, en los grises ojos de su correspondiente abscisa y ordenada, entre la triste distancia de los centros de dos circunferencias tangentes, y la angustia discreta de los cuadriláteros no paralelogramos, pues el cielo palidece, cuando la tierra reposa, y la paz es sólo un dolor profundo, que clama por un mundo justo, sin luchar hasta la muerte por fabricarlo, en un corazón que dormita, en el fondo de una consciencia encadenada, y la solemne indiferencia.
¡Por eso, cada vez hay más, y más!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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AL RECRUDECER TEMPESTUOSO (Texto Experimental Neosurrealista)
Por el gris que arrastra de la mano al año en la bonanza sangrienta una pesadilla despierta porqué amarillean los verdores secos ecos.
En la parte inferior de la escena, cinco veces repelente, especialmente en aquéllos de mayor autonomía, húmedos, por las tácticas brutales de la pobreza, de las presas y el viento, desprevenidos por el néctar de una polilla, cuando sacaba del polvo al cuervo curvo, en el crecimiento de los huecos olvidados, en la distancia escurridiza, que es el desliz desafiante del margen, en el domicilio de las controversias, con la discreción absoluta de todos los engaños, y la decisión inapelable del cementerio.
¡Al triptongar la tripulación las triquiñuelas triunfales!
En la voz que cubre la ceniza de las noches en la carne de la tierra con el sueño anegado en las raíces devoradas ¡Por la inocencia tierna!.
En los efectos visuales, que deforman la lengua en trance, por el poder portador de las señales, con la bendición de medio litro de sed, sobre cualquier hoja del aire, dónde los problemas tienen un precio razonable, para los panteones plagiados por el estiércol de un caballo, con la corteza de un sauce, en el amargor persuasivo, de cualquier planta o palma, pie o mano, virtud venenosa, siguiendo así la tendencia de los resultados impredecibles, en la repetición más fascinante de todo lo ignorado, y la mezcla complicada que más confunde.
¡Al reverberar la reverencia del revoloteo retrechero!.
Porqué el silencio se ha marchado al cielo desabrido y ocultado entre lámparas de sangre seca la consciencia abundante en el desprecio de la lengua al alma ajena.
Encerrando la verdad, al mundo de la sierra abierta, del bosque, del pasado omitido, en estos años que vencieron a los meses, y dejaron paralíticos los días, en el gran progreso hacia el abismo, con los cambios más espirituales, del plomo en manos del infierno, en los bordados funerarios, del ortoedro virtuoso, acomodado en el cálculo infinitesimal, de una lágrima regular, que ocupa las pocas funciones trascendentes, en la vinculación de los logaritmos con los números imaginarios, en la tangente respuesta, y la secante en los catetos indispuestos, por la tempestad en el plano simétrica... ¡Al recrudecer tempestuoso, de las relaciones, de sucesos aleatorios!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez .
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Poeta
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POR EL FUEGO DEL CRISTAL (Neosurrealista)
Donde el núbil fuego adorna, su deseo que tiembla, ciego el viento de opaco, nublado borrascoso en él, espejo de los secretos.
Con todos sus inconvenientes, el amor fortalece el latir de los corazones débiles, que dan cuenta de sus labios enrojecidamente peligrosos, con toda su habilidad y sus jugos explosivos, que cultivan con los años, las defensas que terminan en un callejón sin salida, como prueba el mar al peinar la jungla, fabricante de ilusiones entre noches de pomadas sobrevivientes, que abren horizontes alegres armados del crecimiento, que ofrece ventanas de peltre.
Por la música de nácar, el instante ha cesado, en la infancia del otoño, escribiendo al viejo, invierno de núbil nieve.
Porqué el sucio camino serpentea hasta la cumbre rosa, que se asoma entre la inusitada pastura, con las astas que apuntan al cielo altamente desarrollado, en la roca en su esfuerzo por ser esponja, con el impulso de una cuadra, patrullando la playa de un kilómetro, que a nivel de la calle no se siente, ni más abajo de él, para mostrar el respeto debido, que derrama su verdad cruenta, dentro de una canasta de seis milímetros de diámetro...
En la memoria, de la mirada silencia, una libélula canta, al último trineo. ¡Qué trina qué truena!.
En cada detalle del nuevo colchón, que reconoce la tarde, por la exquisita extensión del cilindro, en perfecto trance de equilibrio, y sorprendente actuación, al trepar los árboles, y fotografiar los orangutanes cara a cara, muy baratos, y entre un montón de pelambre enmarañado. ¡Por el fuego del cristal!. Dada la baja densidad del incremento de los quesos, en la incesante cornucopia de los suculentos osos, por estar ahí, la bonanza del cristal tropical fuego.
En el alma que suspira, por los bienes fugaces, campanas arcanas, de fúlgido atavío. Por el ardor vidrioso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PÉTREOS ANTECEDENTES
Por ser la piedra que desnuda la mirada incendiada cultivando pasiones entre los pliegues del recuerdo.
Una entrada en los suspiros perdidos, un color, que lleva aparejada la resurrección del tiempo, en la unión de dualismos en una misma carta, que recrea la autenticidad asequible, preciosa, en los terrenos increados, que dejan un resquicio, al estilo libre de cadenas, de ecos postreros que se extinguieron, dependientes de la moda, más que de sí mismos, como páginas ciegas y caóticas, sólo aptas para los más fuertes y obstinados, que navegan victoriosos por los ismos.
Cubismo, dadaismo, ultraismo, Futurismo, Surrealismo, Naturalismo. ¡Hilos veleidosos!. Etcéteras, Neos y Posvanguardias. ¡Oh, la libre creatividad del arte libre!.
Por el carácter propio, que ordena y desordena, que siembra, cultiva y cosecha estéticas hermanas, que redibujan el mapa del interior del alma, y afinan la expresión sin absolutismos, en las nuevas fuentes, en los cielos terratenientes, en los arados de vientos, cultivadores de estrellas, parlamentos de sentimientos, tropas de pensamientos, restauración de memorias, en un lácteo pecho de azucenas, porqué a veces una lúcida pasión se ensaña, y el infierno tiene sed de llamas, y la nieve soñadora construye mares en los abismos.
En los colores de la palabra destellando mariposas del amor infinito de la humanidad incumpliendo sus promesas. ¡Por la esperanza heredadas!.
Como la rosa del desierto, aromas creativos, fantasías alocromáticas, gama de sentires y pensares, hasta ahí dónde la presencia de impurezas o contaminantes no alteran, matando la esencia propia del color de su aliento, pirita, malaquita, cinabrio, amores vítreos, dolor terroso, pasión de sílex, besos de obsidiana, al compás de las olas, con el tiempo sembrado de ensueños, muros de olvidos, tributos al polvo, con su cándida nobleza, caminos en el corazón de una gota, blancura de verdores y dulzores, en la historia ignorada, olvidada, despreciada. ¡Vaya fracasos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Ineptitudes Inescrutables (Neosurrealista)
Por los anhelos añialar, entre almohadas, donde no es lo mismo labiear que moviear. ¡Cuándo al loar se roe!.
Como la ley de los volúmenes de combinación, de ignorancias redondeadas, a su peso tipo hoy. De acuerdo con las preguntas que no nos hacen, ni de las cuatro suposiciones, donde solo las dos últimas, se han mantenido vigentes hasta las tres funciones de la presión, que las moscas fingen, y el amor metálico es seda, de vil pasión traidora.
Pues en el seno atigrado, la principal protección contra los canguros, y ranas potentes en exceso, es la campana que alimenta el luto amarillo.
Pero el sistema no es seguro, a veces los silencios cruzan el espejo al dormir sus reflejos. Sus penas. Y escapan a la nada. Y el tiempo se deshace ligero.
Donde el calor es una forma de amor en tránsito, por tener muy en cuenta las estructuras metálicas, y el eco se produce, cuando un después desaparece, pues la energía cinética que posee, agita la ternura, en las posiciones más satisfactorias, que se basan en los principios de generalidad, y profundidad húmeda, por el alambre o la barra prismática ilusionada.
¡Más que si yaciésemos olvidados!. Entre los sueños alfombrados. ¡O qué yacieres entre nubes yertas!.
Por el desprestigio de asesinar la muerte, arrestando los caminos que caminan sentados, en las trabas, imposibilitando el acceso.
Porqué la luz es un agente físico, capaz de impresionar cualquier obscuridad descuidada, y los cuerpos ligeros tienen un punto común en el suelo, porque los motores mecánicos son invisibles, y producen energía prohibida de colchones, que no necesitan un soporte material, y si recogen gustosos, el núcleo del hierro dulce, generador de corriente continua, reduciéndolo al momento sublime.
Mientras tanto, el perfeccionamiento huye, reclamando un aumento de montañas rentable, con la importancia agrícola del aliento.
Por ser la vertiente. ¡Hirviente con aquéllo!. Saliente y caliente.
En primer lugar, la transformación es lograr un retroceso, que investigue las causas de la transparencia del agua en polvo, y el tibio desarrollo de las nubes en cuarentena, que están en peligro de extinción, por el calentamiento global de los alfileres con cefalea, donde hay un excesivo alarde de la honestidad de las sillas, entre las corbatas que aplauden, y los fantasmas que cobran agotados por el trabajo.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ANTE LOS NUDOS DESNUDOS (Texto Neosurrealista)
Aquí sigue el olor a instante prólogo y epílogo ¡Aplauso de orangutanes con cetro! que menos dolerían estando ausentes en la memoria perdidos unos entre otros encontrados en sus perfumes ¡Donde las rendijas se filtran! En el último principio ¡Un final dentro del otro!.
Pero... ¿Qué entraña consentir a éstos bichos?. Muchas culpas por los resultados obtenidos, por ser asnos preocupados, por la tendencia reciente de los focos apagados, en las cuestiones inútiles, con la enorme desgracia que inquieta a los topos, por la luz cruel, en los extremos de los accidentes afortunados, fabricantes de rapiña y de mentiras, nuevas cada día que el almanaque disimula, entre las sonrisas acumuladas sembrando el polvo.
¿Porqué hubieron cabido dónde no quepo? Aún extendiendo miles de nubes. ¡Ya verás ya! Ya mullirás maullando el felino Por venir de esos lugares adónde nunca se ha ido ¡Cuando el dolor cierra sus ojos arrancando al corazón quejidos dónde el silencio calla! ...Dónde tal vez cupiese estando yerto.
Visto en retrospectiva, los más grandes y completos germenes infecciosos, causan menos daño y son menos complejos, aunque se necesiten trescientos matraces, como indican los nombres apareciendo en todas partes, una vez agotado el positivismo charlatán de las crisis, que ellos mismos crean, rodeando las guitarras con la sonrisa fascista, y las manos cultivando sardinas, en las conchas de las fogatas, con nuevas formas y temáticas, siendo un tan sin embargo, dentro de un no obstante.
Allá dónde resbala el tacto su caricia vana y refrigerante El sabor que enmudece al palparlo ¡Olor que a la vista ensordece! En el ruido que se esconde En el estéril aljibe bermejo ¡Con las palomas atigradas! Dónde la amistad es disparatada Y la honestidad sincera ahoga ¡Enredando a cualquier nudo sencillez!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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MONÓLOGO ENSAMBLADOR (Neosurrealista)
¡Sí, no, encendido, apagado, positivo, negativo!.
Donde se ha tabuizado la naturaleza y humildad. Y en lo coloquial el éxito es la rúbrica inhumana. ¡Caudal artificioso, peculio retorcido, vanidad!. ¡Vaya estándar deducible del bolsillo!. ¡Vaya usuabilidad relictiva!.
Matemáticas sin humanidad números inexistentes.
Por el lenguaje mismo del sí mismo, he hallado lo que ni siquiera quieren, abiertos los caminos perdiendo, la orilla de las rupturas, en la reunión que aniquila perpleja, la flecha sin el techo, jardín sin vegetales, en la quietud peregrina dócil, ¡El símbolo evitando la pasión!. Del ámbar jamás ausente brillo, la sumisión de las antorchas, en la todavía proximidad escasa.
¡Monólogo metálico, indiferente, objetivo sin objeto!.
Por la mirada que no puede nombrarse. Por las imágenes de la distancia perdida. En los hechos que se repiten rendidos. Al rostro del pensamiento inútil vano. ¡Sí, no!... Doble orilla del reencuentro. Del escondido anonimato, positivo, negativo. Donde ofendidos dejan a los pisos alados. Los insultantes, los después, del nunca. ¡Sí, no!... Difaman los pasivos incautos. Positivos, negativos, por la sórdida validez. Encendidos, apagados, por la escarcha. indistinguible.
¡Oh, ensamblado de máquinas ineptas, reptan y no captan!.
Los frentes y las borrascas frontales, en la superficie del tiempo, extraído de cada una de las regiones desconocidas, síntesis de los radicales libres, en las decisiones del aire, en los sentimientos de los libros, alternancia del poder y la ignorancia, de las crisis a los desastres, tras la efímera hegemonía del hipopótamo, debido a la incidencia negativa de los factores positivos, y la cosecha excesiva de triunfos confundidos con el fracaso, a medida que los hallazgos se multiplican por moler las mínimas metas de los átomos divididos, con el escepticismo sin énfasis, en la promoción de los tanteos de los dedos, y los resortes que no valen más que los otros. Así, dos eran los ciclos, de los versos polimétricos, de los milagreros retóricos, con el hipérbaton relegado, y la luz de los intransitivos danzando.
¡Oh, monólogo, los tiempos han cambiado, la lengua maneja el cerebro!.
Ensamblando el azul al cielo, contando y cultivando estrellas, Inventado la tierra, el aire y el agua... ¡Con el fuego inconsciente! Y sólo por servir a lo que nadie ignora... ¡Pero nadie se ha hecho sabio!. Y nadie es cualquiera, y nadie lo sabe, y nadie está en todas partes. Con todos los inconvenientes hasta el menos importante. Donde las características vestigiales son otra forma de evidencia amorfa, que permite atravesar a saltos varios kilómetros, que tienen los núcleos fuera de sus células, en una especie parecida al hombre, pero no idéntica a la humanidad que reemplaza, porqué están lejos de la descendencia desintegrativa, con un patrón similar de cerca. De un agrupamiento, que acude a reverenciar lo que desconoce.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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