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Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos de Cristal Verde, Motores de Coches dorados o de plata, y Cuadros con Bombas Atómicas Explosionando. Y entonces los Pavos Reales Desplegaron sus Colas. Hiroshima y Nagasaki.
Césares béticos los muchachos admiran,
monstruosos Calígulas de vidrio verde,
los ojos de los niños llevan lilas y muerden,
y los pavos reales con sus colas deliran.
Son hermosos potros, cervatillos fuertes,
gallos de pelea, cisnes hermosísimos,
las estatuas de vidrio de impasible muerte
reflejan esmeraldas en cuellos preciosísimos.
Cuadros de oro y nácar con bombas nucleares
que estallan iracundas los chavales observan
entre Césares verdes de vidrio reluciente.
Y los cíclopes finos con sus ascuas solares
sus colas esmeraldas endiosados enervan.
Y oh terror atómico, belleza adolescente.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos de Cristal Verde, Motores de Coches dorados o de plata, y Cuadros con Bombas Atómicas Explosionando. Y entonces los Pavos Reales Desplegaron sus Colas. Hiroshima y Nagasaki.
Verdes Marco Aurelios de una Roma soberbia
admiran los muchachos de cinturita fina,
en la mirada tienen orquídeas tan divinas
que apenas se adivina su esmeralda protervia.
Brillan las esmeraldas en los cuellos infantes,
son dulces muchachos entre esculturas verdes,
entre motores broncos sus ojos lilas muerden
y muerde su belleza con poder subyugante.
Las atómicas bombas estallan monstruosas,
el chaval en los labios tiene rubíes rosas,
los Calígulas verdes observan iracundos.
Y los pavos reales sus colas verdes mueven,
y en los torsos de nácar brilla la fría nieve,
y hay un pavor turquesa, irisado, profundo.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos de Cristal Verde, Motores de Coches dorados o de plata, y Cuadros con Bombas Atómicas Explosionando. Y entonces los Pavos Reales Desplegaron sus Colas. Hiroshima y Nagasaki.
Hieráticos Calígulas de vidrio verde
observan los muchachos de cuerpo desnudo.
Hay motores de coche de metal reluciente,
y cuadros con pavorosos hongos nucleares.
Las bombas estallan con rubíes negrísimos,
son los chavales bellos como tiernos jacintos,
senadores imperiales y Sénecas turquesas
presencia la belleza desnuda de los chicos.
Son crueles los Apolos de hermosura lasciva
entre motores de alta cilindrada
que relucen de oro, de plata, de níquel. Admirables.
Y las bombas estallan criminales, dementes.
Y los pavos reales no ocultan sus soberbias
colas de luz rabiosa entre satánicos bustos.
…...................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero. Mejor es que os quedéis con la idea que con el poema.
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Poeta
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Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos de Cristal Verde, y Motores de Coches dorados o de plata. Y entonces los Pavos Reales Desplegaron sus Colas.
Césares béticos se muestran impasibles.
Hieráticos zares de vidrio verde.
Esmeraldas corruptas besan cuellos perfectos.
Potentes motores de automóvil brillan.
Lilas y turquesas llevan en los ojos.
Son ramas de brezo las masculinas formas.
Muchachos de belleza iracunda, sublimes.
Mirlos metálicos en sus jaulas chillan.
Verdes las estatuas, Apolos de Diamante,
son los chavales nenúfares de nácar,
diosesillos de plata, de mármol, de madera.
Brillan los motores de gasóleo dementes.
¡¡¡¡Cuidad de los lirios, tened respeto al cisne¡¡¡¡
Hay en sus labios lilas. Relampaguean los cíclopes.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos, y Motores de Coches dorados o de plata. Bajo Luz Ultravioleta.
Tienen los ojos de fuego, brillan cabujones
de demonios preciosos, sus labios exóticos
tienen miel azul y violeta, la piel arde, blanca,
bajo la luz ultravioleta y asesina. Divinos.
Son los muchachos alambres florecidos,
almendros florecidos, eucaliptos pequeños,
naranjos de azahares, jarroncillos de menta,
tigres de felpa con garras de jacintos.
Estatuas entre estatuas. Estatuas entre motores,
bajo la luz negra que les pone su sintagma azul
al verbo de la belleza, ¡¡¡¡adolescentes de vino
dulce, amargo, ácido, lascivo¡¡¡¡, entre Cesáreos bustos,
hermosos como claveles azules, sus labios exquisitos,
solo pueden probar ginebra azul y néctar.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos de Oro, y Motores de Coches dorados o de plata. Y entonces los Pavos Reales Desplegaron sus Colas.
Los Césares de oro hieráticos miran
los bellos muchachos de cintura fina,
los lirios fragantes celosos suspiran,
hay motores pláteos de vil gasolina.
Son ramas de almendro, ramas de cerezo,
en la boca tienen rubíes viciosos,
sus ojos son lilas, son jaspes hermosos,
son estatuas finas, son tallos de brezo.
Motores de acero y Césares de oro,
y al cuello esmeraldas, rabiosas, fulgentes,
y Cíclopes aves de cola soberbia.
Sublime riqueza, sublime tesoro,
calientes muchachos de escorzo caliente,
dulzura de arcángel, amarga protervia.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos, y Motores de Coches dorados o de plata.
Son bellos los muchachos, estatuillas finas,
donde un sol oriental pone su fuego rubio,
hay lilas en sus ojos, verdísimos y turbios,
y esmeraldas al cuello, opulentas, divinas.
Estatuas entre estatuas, oh piel de seda fina,
y entre estatuas motores de cilindros dorados,
el tacto del desnudo de ese nácar sagrado,
y esmeraldas feroces, brillantes, viperinas.
Muerden las esmeraldas el cuello a los chavales,
son preciosos Apolos, de nácar, de jacinto,
entre bustos de emperadores y motores letales,
plateados cilindros, émbolos sin instinto
la habitación adornan, muchachos ideales,
doradas las cenefas de un Templo de Corinto.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Esmeraldas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos, y Motores de Coches dorados o de plata. Y entonces los Pavos Reales desplegaron sus colas.
Los muchachitos verdes de ojos grises feroces
entre estatuas de bronce y motores de gasolina,
entre potos y helechos, estatuillas finas,
doran su sombra y nácar con mil soles atroces.
Llevan al dulce cuello esmeraldas precoces
que brillan endiabladas, oscuras, viperinas,
son sus falos terribles, son yeguas que dan coces
sus ojos de cielo lila, sus presencias divinas.
Sombras entre motores dorados de gasoleo,
presencias de cervatos, de mansos cocodrilos,
de ángeles y de arcángeles, limpios, perfectos, finos.
Y entonces como un Sorolla de verdísimos oleos
diez mil ojos de cíclope se encuentran en mi estilo,
y brillan las esmeraldas en los cuellos divinos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos, con Collares de Ámbar Naranjas en el Cuello, entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos, y Motores de Coches dorados o de plata. Y entonces los Pavos Reales desplegaron sus colas.
Arcángeles de nieve, serafines morenos, dulces luzbeles,
con gotas de miel naranja cristalizada en sus cuellos,
entre motores de gasolina, dorados, plateados, bellos,
con sus ojos de lilas, de serpentinas, (malos, oscuros), crueles.
Con sus altas presencias ante los césares, infieles,
estremecidamente infinitos, exuberantes, tiernos,
lampiños torsos de nácar, ángeles del averno,
con mieles en los ojos y sobre el cuello mieles.
Con sus falos enormes, y sus figuras ligeras,
en una apoteosis de verano y pantera,
entre estatuas de bronce y motores de coche.
Apolos asesinos que matan con la mirada
estatuillas finas ante la luz sagradas.
¡¡¡y los pavos reales desplegando sus broches¡¡¡¡¡¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Muchachos de Diez y seis años Desnudos entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos y Motores de Coches dorados o de plata.
Entre presencias hieráticas de bronce
y entre motores de alta cilindrada
los muchachos de violeta mirada
se pasean sensuales como el ónice.
Son fríos y delgados, altos, bellos,
se pasean desnudos entre estatuas,
el escorzo duro de la nuéz del cuello
y en la mirada crisoberilas aguas.
Fantásticos Priápos, son perfectos,
los penes lánguidos o los penes erectos,
Apolos rubios, Adonis morenísimos,
entre motores de coche plateados,
entre motores de acero niquelado,
limpios, sensuales, sacratísimos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Muchachos de Diez y seis años Desnudos entre Estatuas y Bustos de Emperadores Romanos y Motores de Coches dorados o de plata.
Son bellos los muchachos como estatuas de mármol.
Cuelgan sus penes lánguidos, sus serpientes enormes.
En sus ojos violetas hay orquídeas deformes
que crecen elegíacas en la copa de un árbol.
Entre motores de acero los chavales andando,
entre estatuas de bronce o de mármol lustroso,
entre motores de cuajo arrancados luchando
contra si mismos bellos, iracundos, preciosos.
Hay helechos y estatuas, hay plantas carmesíes,
hay motores de alta cilindrada, refulgentes, dorados,
sus labios son hermosos, son copas de rubíes.
Son preciosos delfines, son preciosos cervatos,
entre bestias motores de acero, ¡¡¡¡oh pugilato
de débiles muchachos¡¡¡¡¡, oh extremos frenesíes.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poema para el Día de mi Muerte. Cinco Versiones.
Cascabeles negros, flor de la umbría. Serpentinas negras y acrisoladas. Lirios crucificados con agujas, flautas de sangre.(poema para el día de mi muerte).
Ya titilan los negros cascabeles,
y la flor de la umbría gime, exhala,
tiene el dolor exuberantes alas
y hay serpentinas negras en las hieles.
Acrisoladas serpentinas crueles,
zigomorfos lirios crucificados,
agujas para clepsidras fieles
a flautas rojas, a cisnes morados.
Verde colibrí relampaguea ebrio,
y mariposa de cuchilla fina
su filo de azúcar y de almíbar clava.
Serio alacrán de escorpiones serio,
Iris cristal, y orquídea nacarina,
yo estaba muerto ¡¡¡¡¡Ay qué muerto estaba¡¡¡¡¡¡.
…....................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero. (poema para el día de mi muerte).
Armonios, Violines, Flautas, Clarinetes, Lilas, Estrellas frías, y Lirios negros. (para el día de mi muerte).
Sonará el armonio de la luna
y el violín de la lluvia y la flauta
y las lilas sin fín darán la pauta
de una cosmogonía entre las dunas.
Los clarinetes azules tendrán una
oportunidad de estrellas zahirientes
y el negror de la noche de aceituna
morderá con agujas inclementes.
Brotarán lirios negros en mi carne
de gusano horadada, fría y muerta,
y no estaré ya, y fín de todo.
Y sonarán las campanas de la alerta
y mi carne ya no será mi carne.
Y crecerán asfodelos en el lodo.
….......................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Reloj, Gardenia, Garza, Flamenco, Clepsidra, Armonio, Ventana, Tiempo. (poema para el Día de mi Muerte, tercera Versión).
Se detuvo el reloj, paró su hora.
Ya estaba yo muerto a las seis de la tarde.
Arde una gardenia. El horizonte arde.
Ya fui ángel, y Cronos me devora.
Ya fui ángel, el lirio que se seca
sabe que en mi costado hay ortigas,
y los ojos están llenos de hormigas,
peca una garza y un flamenco peca.
Clepsidra era el Tiempo y lo bebiera
ya solo pertenezco a las panteras
de los gusanos que mi carne comen.
Suena un armonio por la luna lila,
¡¡¡¡estoy ya muerto¡¡¡¡, ¿no veis crisoberila
estrella en la ventana?, ¡¡¡¡dejadla que se asome¡¡¡¡¡.
…................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Arlekines, Serafines, Caballos, Lilas. (Poema para el Día de mi Muerte, cuarta versión).
Arlekines con máscaras venecianas
mi muerto cuerpo mirarán transidos,
habrá un rumor de serafines idos
y una estrella solitaria en la ventana.
Terciopelo negro será la noche grana,
toda llena de lirios, juncos, nidos,
caracolearán jinetes sin sentido
sobre yeguas de seda, felpa, y lana.
Estaré muerto tan profundamente
que mil gritos darán por despertarme
pero no se abrirán mis ojos a las lilas.
Y en mi se mirarán terriblemente
los espejos rotos por llevarme
hacia una mar de aguas crisoberilas.
…..........................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Colibríes, Armonios, Alacranes. (poema para el Día de mi muerte, quinta versión).
Colibríes lilas en mi crucifixión
avisarán al mundo de que he muerto,
tendré el pecho lastimado, abierto,
mostrando un destrozado corazón.
Sonará un armonio negro por lo yerto,
horrible cactus crecerá de los desiertos
sin flor alguna salvo lirio muerto,
todo alacrán azul, verdugo experto.
Mi agonía será Francia desnuda,
verde la luna, detenida y muda,
noche de borrachera, cardo, orquídea.
Y en mi crucifixión de no muchacho
un millar de pavos reales machos
allá en lo alto, sobre la luna nívea.
…........................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Reloj, Gardenia, Garza, Flamenco, Clepsidra, Armonio, Ventana, Tiempo. (poema para el Día de mi Muerte, tercera Versión).
Se detuvo el reloj, paró su hora.
Ya estaba yo muerto a las seis de la tarde.
Arde una gardenia. El horizonte arde.
Ya fui ángel, y Cronos me devora.
Ya fui ángel, el lirio que se seca
sabe que en mi costado hay ortigas,
y los ojos están llenos de hormigas,
peca una garza y un flamenco peca.
Clepsidra era el Tiempo y lo bebiera
ya solo pertenezco a las panteras
de los gusanos que mi carne comen.
Suena un armonio por la luna lila,
¡¡¡¡estoy ya muerto¡¡¡¡, ¿no veis crisoberila
estrella en la ventana?, ¡¡¡¡dejadla que se asome¡¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Armonios, Violines, Flautas, Clarinetes, Lilas, Estrellas frías, y Lirios negros. (para el día de mi muerte).
Sonará el armonio de la luna
y el violín de la lluvia y la flauta
y las lilas sin fín darán la pauta
de una cosmogonía entre las dunas.
Los clarinetes azules tendrán una
oportunidad de estrellas zahirientes
y el negror de la noche de aceituna
morderá con agujas inclementes.
Brotarán lirios negros en mi carne
de gusano horadada, fría y muerta,
y no estaré ya, y fín de todo.
Y sonarán las campanas de la alerta
y mi carne ya no será mi carne.
Y crecerán asfodelos en el lodo.
….......................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Cascabeles negros, flor de la umbría. Serpentinas negras y acrisoladas. Lirios crucificados con agujas, flautas de sangre.(poema para el día de mi muerte).
Ya titilan los negros cascabeles,
y la flor de la umbría gime, exhala,
tiene el dolor exuberantes alas
y hay serpentinas negras en las hieles.
Acrisoladas serpentinas crueles,
zigomorfos lirios crucificados,
agujas para clepsidras fieles
a flautas rojas, a cisnes morados.
Verde colibrí relampaguea ebrio,
y mariposa de cuchilla fina
su filo de azúcar y de almíbar clava.
Serio alacrán de escorpiones serio,
Iris cristal, y orquídea nacarina,
yo estaba muerto ¡¡¡¡¡Ay qué muerto estaba¡¡¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. (poema para el día de mi muerte).
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Invernadero de Lirios y de Orquídeas. Versión Trece.
Petunias lilas y gencianas rosas,
prímulas de carácter inocente,
hibiscos de pétalos hirientes,
majestad de la orquídea generosa.
Clepsidras húmedas los lirios rojos,
hermosos lacrimarios las gardenias,
jaras blancas con sus cinco ojos
de sangre, y amarillas las camelias.
Como espinas de fuego la esterlicia,
la orquídea con rocío una malicia,
completa de lujuria exuberante.
Y las rosas, negras y carmesíes,
mojando sus corolas de rubíes
con gotas de vivísimos diamantes.
….....................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Invernadero de Lirios y de Orquídeas, Versión catorce.
Una orquídea exhala su belleza
con agua de rocío tal clepsidra
y los lirios son fauces de hidra
armadas de pasión y de pureza.
Las petunias son labios de princesas,
y los hibiscos, vasos ambarinos
cargados de dorados vespertinos
decantan sus matices de cereza.
Rasgan las esterlicias suplicantes
el aire con sus dedos espinosos,
naranjas, rosas, amarillos, verdes.
Arden los coleos embriagantes,
¡¡¡¡¡ten cuidado, Francisco, que lo hermoso,
hiere, cautiva, incrimina, muerde¡¡¡¡¡.
….......................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Invernadero de Lirios y de Orquídeas, Versión quince.
El perfecto lacrimarium de una orquídea
se ha reflejado con la luz del sol,
y han espejeado las corolas níveas
su transparencia y su perfume atroz.
A los hibiscos, preciosos y ambarinos,
ha acudido una luz feroz,
y llenos de agua, transparentes, finos,
han gritado, naranjas, de dolor.
Clepsidras de ámbar, bajo el sol caliente,
han destilado miel en sus heridas
y han llorado de belleza fieles.
Y el sol que daba su perfil ardiente
ha golpeado el pétalo suicida
y la gota de agua con sus rayos crueles.
…..................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Invernadero de Lirios y de Orquídeas. Versión Doce. Con Esmeraldas.
Orquídea roja y tijeras, orquídea transparente,
voluptuoso órgano de placer y conquista,
sueño obscuro y blanco del artista,
lacrimarium vítreo, oscuridad demente.
Hibiscos como clepsidras delincuentes,
rama de azucena para el ciego arpista,
profundidad en la rosa equilibrista,
coleos de naturaleza efervescente.
Las esterlicias como agujas feroces
clavan sus espadas formidables y lentas
en una verde procesión de lila y yedra.
Se alzan los pensamientos amarillos y azules,
campo de amaranto, lís turquesa, y gules,
¡¡¡¡¡¡amargas crisoberilas lágrimas de piedra¡¡¡¡¡¡¡.
…..................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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