Es verdad que a veces somos polvo en la tormenta;
Somos blanco fácil para las nubes y sus gaviotas.

Es verdad que a veces fuimos nada.
Aún cuando nos sintamos importantes,
Somos sólo aire; viento que vuela…
Aún cuando sólo a veces:
Somos humo que en el firmamento posa.

Es verdad que a veces hemos sido sombras;
Solo manchas en la calle oscura de la madrugada;
Aunque a veces seamos destellos de la lluvia helada,
Seremos siempre seres con la piel tan dura.
Seremos cazadores en la tierra y refugiados con la cara oculta
En el silencio; en algún lugar de la nada…

¡No me digas! tienes algo nuevo
¡No lo digas!, resulta siempre de lo mismo.
Es de sobra la palabra,
En esta tierra eterna que habita mi nuevo yo;
En la nada que cultivo;
Una mirada basta,
Un beso quita el frío,
Un abrazo dispersa la niebla,
La caricia rompe el hielo,
La calidez del cuerpo da la vida cuando estoy muerto;
Cuando estoy tan harto;
Cuando no soporto las visitas a la tierra.

Viviré en la nada; aquí se olvida el hambre.
Aquí no se necesita espíritu.
Aquí no hay dolor, porque nadie ama.
Aquí nadie odia, porque todos somos ciegos;
Porque compartimos la misma alma.

Viviré en la nada hasta el fin de mi existencia,
O por tanto, mientras cesa la tormenta de la tierra.
Es que temo a la lluvia ácida de la sangre humana;
Al veneno de la lengua y a su falso cielo azul.
¡Aquí estaré por siempre! ¡Búscame en la nada!

Solo tuyo es mi amor…
A nadie más le puedo dar,
un cariño con tanto calor
que solo a ti puede agradar.

Tengo una vida para soñar
en tu sonrisa, la que jamás
lejos de mí no podrá estar,
ni de mis labios ya nunca más.

Has cautivado toda atención,
te apareciste inadvertida,
cruzas los sentidos de la ilusión,
dentro de mí estás metida.

¡Qué puedo hacer si el corazón
palpita débil con tu partida!
No me hagas llorar si no hay razón,
llega hasta aquí, mujer querida.

Tu inmenso amor yo lo atesoro
en el caudal que en el alma tengo,
tierno deseo, el más que adoro,
mi vida sin ti no la sostengo.

Julio Medina
30 de marzo del 2012

Sorpresa me da el pasado
ahora y sin conocerte.
¡El tiempo ha ido al garete,
ni cuenta me había dado!

El alma no ha renovado
para poder comprenderte.
Sorpresa me da el pasado
ahora y sin conocerte.

Siempre estuve separado.
¡Destino, no quiero verte!
Un favor tendré que hacerte,
no estoy de ti enamorado.
Sorpresa me da el pasado.


Julio Medina
17 de abril del 2012

Soy la lágrima en tus ojos, el muro en tus lamentos,
la ruptura en la cadena, la verdad que precede la mentira,
la muerte esperando en el silencio,
un moribundo corazón con alas rotas.

Soy la lagrima en tus ojos,
el lugar en el abismo, donde se pierde un lamento,
donde un grito es un murmullo.
¡Donde el cielo no existe, el suelo es el límite!

El mar sabe a lágrima en tus ojos,
¡Quisiera ser agua de lluvia que se pierde entre las olas!
Recortes de secretos hundidos en silencio.

Soy la lágrima en tus ojos, el reflejo atrapado bajo el agua,
tramos de prejuicio embarcado en horizonte,
un año más en pútrida existencia,
la estrella que se apaga, un triste día sin luz.

Soy la lágrima en tus ojos, el reloj sin minutero,
el solitario y su silencio, el extraño entre tú y yo,
una losa hecha de huesos, la ceniza,
el cementerio hecho de sueños.

El mar sabe a lágrima en tus ojos,
¡Quisiera ser agua de lluvia que se pierde entre las olas!
Recortes de secretos hundidos en silencio.


Soy la lágrima en tus ojos, el sueño desgastado,
las líneas de tus manos, el ultimo murmuro,
el dolor y su belleza.

¿Por qué no puedo mirar el alma desde adentro?
¿Por qué no puedo respirar el aire?
¿Por qué todos ríen en el momento que yo lloro?
¡Quisiera ser como una pluma flotando entre las olas,
pero soy la roca hundida en el abismo!
Soy la lagrima muriendo entre tus ojos……

Al margen de la vida te estaré esperando,
allá, en donde el amor no claudica de miedo,
al margen de la vida viviré soñando
con un querer que me haga existir de nuevo.

Y sabiendo que de tu amor me encuentro lejos
me remonto en el horizonte indefinido,
escalando el sereno retenido en tus sueños,
acortando el paso del holgado recorrido.

Al margen de la vida camino despacio
alargando el tiempo para que puedas volver,
a entrar en el lugar de mi corazón confundido,
ahogado de delirios por causa de tu querer.

Y en la orfandad costada al olvido pides
que traiga en la lluvia de tristeza inhumano dolor,
y las gotas de lluvia caen inundándome el alma
de falsa esperanza y desolación.

Al margen de la vida me voy consumiendo
de tan larga espera en la desesperación,
al final del día ruedo hasta el abismo,
en donde, al margen de la vida acaba el amor.

Julio Medina
3 de abril del 2013