Cuentos :  GENTE COMO UNO
GENTE COMO UNO

Salí, Salí, ya anduviste con esa negra mugrienta !...Fue el rechazo espantado de su madre, cuando Carlos, al llegar su casa aquella noche, amagó saludarla con un beso. El olfato de Cesarina, su madre, era uno de los sentidos de los que hacía ostentación. .- Yo debo ser cruza con perro perdiguero. Solía decir. Aunque el perfume que usaba Yoly, era tan agresivo y persistente, que no necesitaba esa cualidad para ser detectado a varios metros de distancia.. Para taparse el olor a rancho. Pensaba, decía y agregaba:
.- Andá a bañarte y vení a comer, haber si se te va esa baranda...
.- A negra sucia. Completo Carlos, que ya estaba acostumbrado a las comentarios agresivos y discriminatorios de su madre por su relación con Yoly,.
La personalidad de Cesarina era contradictoria, Hablaba con orgullo de su humilde origen, de ser hija de esos inmigrantes analfabetos, padres de siete hijos que habían sido criados en un estado de pobreza lindante con la indigencia. .- Pobres pero honrados. O, pobres pero limpítos. Como parodiaba Carlos, cuando contaba la repetida historia de su infancia. De su conchabo como sirvienta, apenas salida de la niñez, en la estancia de los Reynal Ayerza, donde la patrona, era en oportunidades una cruel explotadora con rasgos sicópatas, para mutar en una sensible mujer que .- Me quería como a una hija. Quien la educó con todas las virtudes de una señorita de la sociedad, de la cual se enamoraron, hombres apuestos, cultos y adinerados que frecuentaban esa casa. .- Porque yo, cuando era joven, era muy bonita, y por mi personalidad me confundían como miembro de la familia. Fabulaba, ante el asentimiento socarrón de Carlos, que había escuchado esas anécdotas cientos de veces.
En realidad Cesarina, Toda su vida había trabajado .- Como una burra. Ejemplificaba. .- Para que vos y tu hermana tengan lo que nosotros no tuvimos. Y era verdad, había logrado que él, hiciera el secundario y comenzara una carrera universitario, " su hijo el doctor "que le abriría las puertas de un ascenso social hacía una clase a la que ella nunca pudo acceder y que conoció como sirvientita en lo de "los Reynal Ayersa", a los que odiaba y admiraba simultaneamente.
Esta falsa conciencia de clase, a la cual quería pertenecer, era la que se manifestaba en su repulsión contra Yoli, y todas esas "chirucitas calentonas" de atrás de la vía, tan blancas y descendientes de tanos inmigrantes como ella, pero no eran lo que su hijo y Cesarina, se merecían.
Las vías, en los pueblos del interior eran, y son, la frontera que separa a las clases sociales. Las características físicas de un lado y del otro, en este caso, eran similares por su mismo origen europeo. Pero "los de atrás de las vías", son los pobres, son los sucios, o sea, son los negros y esto hace que las personas, adjetivadas como tales, se preocuparan mucho por que el sol no les diera color a su piel, razón por la que se las veía en los calientes veranos, cubiertas de pie a cabeza. Yoly, era la única que lucía un permanente color bronceado, como una provocación a la tilinguería pueblerina. Así era Yoly,
Carlos no creía estar enamorado de Yoly, en sus proyectos no figuraba ninguna relación que pudiera, ni a largo plazo, llevarlo al matrimonio, ni por amor ni conveniencia. Pero entre todas las fugaces relaciones que había tenido, esta era la que más se arrimaba a un sentimiento. Yoly tenía algunos atributos que la diferenciaban, aparte de su innegable belleza física, que la convertían en la más bonita y deseada del pueblo, tenía una personalidad equilibrada, inquietudes e ideales similares a los suyos y profundo orgullo por su condición social. El sabía que a ella no le atraía su futuro titulo profesional, ni su posible éxito económico y esto se evidenciaba en como lo estimulaba en las actividades vocacionales, que tenia por las artes.
Esa era Yoly,hermosa, espontánea, orgullosa, libre, apasionada.
.- Yo sabía que esto iba a pasar. Se dijo Cesarina derrotada.
Poeta

Cuentos :  LO QUE NO PUDO SER
LO QUE NO PUDO SER
Para no rastrear en historias muy lejanas, les cuento que mis potenciales abuelos maternos nacieron en el Piamonte, ya ni importa el lugar, ni las circunstancias en que lo hicieron, pero de acuerdo a los comentarios de aquellos que los conocieron, eran el uno para el otro, la misma clase social e idénticos gustos y sensibilidad. Chiquín era para Romina su principe azul, el hombre que reunía física intelectual y sicológicamente todos los atributos que ella buscaba en un hombre, en tanto para él, Romina corporizaba su ideal de mujer, su rostro su figura estaban en sus sueños y proyectos de vida, como una parte esencial de su propia existencia. Supongamos que Chiqín y Romina vivían en el mismo pueblo, pero no necesariamente, solo hacía falta que un día se encontraran casualmente, cuando ella caminaba hacia el mercado y él estaba saliendo de su casa. O tal vez no en ese momento, porque cuando Chiquín subió a su bicicleta, ese día a esa hora, tenía la cubierta desinflada y cuando salió de su casa, ella ya había pasado y el encuentro no se produjo, por lo cual debió ser de otra manera. Entonces digamos que Romina era amiga de Julietta y Julietta era amiga de Roxana y esta era la novia de Peppino y una tarde que Peppino iba al mercado se cruzó con Chiquin que salía de su casa, pero como no se conocían, siguieron de largo sin mirarse, por lo cual las circunstancias anteriores no tuvieron ninguna incidencia en la vida de Romina y Chiquin, pero ocurrió que Peppino y Chiqun habían sido compañeros de colegio y se dieron un abrazo al encontrarse, Hablaron de los tiempos compartidos, se contaron parte de sus vidas y quedaron en encontrarse alguna tarde para charlar y compartir un vino. Pero Peppino debió marcharse a Roma y nunca se produjo aquel encuentro. Así fue que Chiquín siguió su vida,
trabajando de albañil junto a su padre quien lo llevó a la casa de Roxana, donde estaba construyendo un par de piezas y ahí se entera que Peppino había muerto en la guerra. Los jovenes se hacen muy amigos unidos por el recuerdo del ausente. Ella fue quie un día le presentó a Julietta en una baile. Julietta había acordado con Romina ir juntas, pero a ultimo momento esta no pudo concurrir debido a una indisposición diarreica que le produjo una sopressata en mal estado. Esa fue la última oportunidad que tuvieron de conocerse. Meses después, ya recuperada de la afección, se casó con un chino, que no tenía un supermercado, por lo cual se fue a vivir a Hong Kong. Chiquin se embarcó hacia America, se radicó en un pequeño pueblo del Oeste de la provincia de Buenos Aires, Blaquier, donde siguió ejerciendo su oficio de albañil, formo pareja con Giuseppe , un iTaliano del sur., con el cual no tuvo hijos ni nietos. Y yo no nací, por esa pinchadura de mierda.
Poeta

Cuentos :  Sin Saberlo...
Sin saberlo...

Se lanzó a las circunstancias en las posibilidades
del horizonte.
Pues aquel mismo día lo supo, encadenado a la semana
entre los meses y años del destino agolpándose una
y otra vez en la certidumbre que iba a morir de arriba abajo, buscando escapar a la fatalidad que lo acechaba, sin ningún propósito definido en la más firme conjetura atravesando un bosque obscuro, levantando la cabeza más cerca que antes, en la chimenea de aquella cabaña, solitario en su timidez
confidencial empuñaba en un pañuelo el brillo perdido entre los ojos.

La tarde ha cerrado todas sus puertas y el sol corrido los cerrojos entretejidos con estrellas y nublados.

Tenía razón, afuera las cosas siguen igual, esperando que vuelva la vida con la nueva luz, más regular, más calmada, quitando las barreras que aprietan con desesperación el cuello duro de caminar con problemas y el espectáculo monótono de su creación con la mal disimulada impertinencia.

Se sentó, movió la cabeza, sintió un poco el frío
suelo donde apoyó la espalda un día soleado en la sombra más agradable sin esa camisa que le ceñía los brazos temblorosos, como se refería a la falta de tiempo al fin de cada mes con mucha gente.

¡Ya no tengo tiempo!.

Pensaba en las luces rojas en los límites de las promesas y en los desengaños que se desparraman sobre todo cuando es tan fácil hacer cualquier cosa más complicada en las menguadas comodidades
que van de la prosperidad a la indigencia como una realidad alucinante.

El cuadro ya no era remedo de ruina en un muro
del que cautelosamente penden unas llaves en el rito funerario que tiembla del desempleo del que intenta levantarse, y el óleo expresa en el marco de una especie abstracta, en una pintura en que nadie quisiera aparecer para admirarse desconcertado.

Como ya es sabido y sobado, salado.
¡Ahora se encuentra detenido!.
El cargo: Daño irreversible a la libre expresión.
Hechos materiales: Destrucción masiva de todos los relojes. Y de testigos entre las manecillas los segundos han pasado a ser los primeros.

Y así... Se le encuentra encerrado en sí mismo,
tratando de capturar la historia en las asperezas
de la naturaleza humana, propulsora del olvido en
el collar camuflado de los años.
Según dicen las mil nimiedades sobre las que charlan en su ausencia.

¡Se encuentra detenido!___ Sí, en él, en él...

Espejo del tiempo, reflejo ingrávido, sin el menor indicio de haber recobrado la razón...
Y...¡Lo peor!... Sin saber el motivo que le obligó a salir del espejo donde la imagen del tiempo se rompe, y los relojes golpean el espacio sin energía.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  LAS MESAS DE CAFE
LAS MESAS DE CAFE



En épocas remotas, los cafés bares o pizzerías del barrio eran el lugar de un encuentro ritual de amigos, cuasi amigos o conocidos circunstanciales que alrededor de una mesa se reunían, no para arreglar el mundo, como dicen peyorativamente algunos, sino en una comunión de historias de vida, creencias, conocimientos, ignorancias de gente común. o no tanto, que desde el atardecer hasta la madrugada, arrimaban sus sillas para participar de ese debate democráticodeideas. Aunque han quedado crónicas bastante fidedignas de esta actividad social,desaparecida con la invasión desculturalizante de la televisión, la que cumpliendo la profecía científica de Julio Mafud, hizo que el hombre de nuestro tiempo, dejara de vivir su vida para vivir la de los demás, esa, que a través de la pantalla lo convierte de protagonista en espectador, en el mejor de los casos en observador, de una historia en la cual no participa.
Pero el objetivo de este spiche, no pretende ser un divague sociológico, digno de una mesa de café, sino poner sobre ella una polémica que ocupó horas de intensos debates en los foros cafeteriles, donde no había un tema programado, sino que surgía espontaneamente. Bastaba con que alguien dijera, por ejemplo: .- Es el destino, dió la casualidad o accidentalmente , para que nos engancharamos en la polémica.
El que la comenzó aquella noche fue el Chivo, que cortó los diálogos con un intrascendente .- A qué no saben lo que me paso hoy ?...
Al pique la chanza de Beto, que siempre le echaba leña al fuego . Che, alguien compró la sexta?... Haber fijate en el horóscopo que le pasó hoy al Chivo.
El aludido ignoró la chacota, sabiendo que si se enganchaba iba para largo, y lo que él quería era contar, así que continuo.- Ayer encontré a la Turca, se acuerdan de la Turca ?...Voy a tomar el 37, en Rodriguez Peña y Corrientes, me pongo en la fila. Delante mío una mina y no se porqué me dije, yo a esta la conozco. no le veía la cara, fue un flash, yo a esta mina la conozco. Pero lo obvie, es común que en la parada haya alguien que venga para el barrio. Pero mirá vos, no era la parada del 37, me equivoqué de palo era, la del 128. Entonces haciendome el gil, para verle la cara le digo, perdón, acá para el 37 ?... se da vuelta y a quien me encuentro ?...A Elena...
.-Para loco, la Turca no se llama Elena. Lo interrumpió el Gallego, Que era el único que le prestaba atención .- Che beto, vos te acordás como se llamaba la Turca ?...
.- Alcira se llamaba.
.-. Si ya sé, pero yo encontré a Elena, la de la panadería, que estaba esperando a la Turca en la parada del 128, está claro ?...Pero lo que quiero contarles es que no se si fue el destino, la casualidad o que carajo fue, que justamente un día que salgo más temprano del laburo y me equivoco de parada, encuentro a la mujer que hace diez años que no veo y que nunca me pude sacar de la cabeza. Y porqué ? porque delante mío habia una mujer, que no se porqué, me pareció que conocía...
.- Por el culo sería, es inconfundible. Acotó El Rafa, con su habitual grosería.
.- Ya salió Corona, siempre tan finoli...Lo que yo sentí es que la vida me daba el vuelto. Cuando la vi, como si no hubiera pasado el tiempo, con esa sonrisa, los ojos negros...
.-Y los bigotes, porque era peluda la Turca, linda pero peluda. Dijo el Rafa que no perdía oportunidad de chacotear.
.- Si se lo van a tomar en joda, la dejo acá. Amenazó el Chivo, pero continuó .- Yo no se si a ustedes le pasó, pero muchas veces pienso que el azar es el hecho más determinante de nuestras vidas. Que una sucesíón de hechos fortuitos se convinan de forma tal que en un segundo nos cambian la vida. Les decía que había salido más temprano del trabajo y saben porqué...porqué apareció una rata en la oficina, se armó el desbande y se llevaron por delante la escalera en que estaba subido sacando un bibliórato. No me partí la cabeza de pedo, que si caigo mal, a la Turca la iba a encontrar en el otro mundo, pero fue uno de los hechos que hicieron posible el milagro. Me entienden porque digo que fue la casualidad ?...
.- La casualidad no existe. Afirmó un chapero que estaba haciendo un curso de sicología social.
.- Cagamos, ya salió el pequeño Freud ilustrado !.....
.- Froid. Corrigió el diletante.
.- Ah, también hablás alemán, vos ?. Dijo molesto el Chivo, que no se lo bancaba y continuó.- Como sabía que en algún momento ibas a saltar, me tomé el laburo de leer un poco, y sabés... leíste poco y entendiste menos, Freud opinaba así con respecto a los fallidos sicológicos pero no tiene nada que ver con los hechos objetivos de la realidad. Es todo lo que quería decir. Dijo el Chivo y abandonó la mesa con un gesto triunfante.

neco perata


.-
Poeta

Cuentos :  Desde el anonimato
DESDE EL ANONIMATO

Por el resquicio rugoso de mi rincón
preferido, no sé cuanto tiempo un fantasmal
recuerdo me observa silencioso a través
de seca neblina... Quieto, expectante, se
siente desconcertante brillando. Solo
le interesan los rayos verdosos del tapete
y nada de las violetas cortinas.

Arriba el techo cambia el opaco mañana
apiñando ayeres dispersos; un olor a
luna desciende, y al salir la tarde, él
se inquieta frente al piso y no huye
cuando el rojo ruge agudo y permanece
a pesar de ello.

El tiempo extrañamente se detiene al
doblar la esquina una aurora gentilmente
extendiéndose en la hojarasca parda.

Observando se reclina suavemente y en
sus contornos vibran minúsculos resplandores
del cuello a sus rodillas solo, pues más
allá hay solo unos viejos cojines sedosos
paralelos a su inespecífica estatura.

¡Dime qué temes menos a la materia
del ensueño qué anidas... Toma este
asiento desierto. Habla del atardecer qué
palidece, de la primavera deslizándose
celeste, de la púrpura espuma girando!.

Cuenta como el cuerpo se siente sin ser
esclavo del alma, un estuche libre del polvo.
¿Escuchas la sed del laberinto soñoliento
de un cocodrilo asustado, ves las joyas
vacilantes desprendiéndose de las consciencias
temblorosas de los abismos del hombre,
de los lagartos del metal cultivando brumas?.

¡Dime si lo sabes acaso!.

Encima unas lámparas arrodillaban la noche
atando claroscuros de marfiles colores y
el granito entre sirios antiguos desnudos
en la luz lejana de abanicos moteados.

¡Ven!__Ven, vamos a buscar donde yacen
los alfileres abandonados en los restos
de las tristes piedras y en los himnos
de los lirios que flotan.

Tiéndete en estas últimas claridades
amarillentas de las paredes que gritan
y callan invitando al descanso de
serpientes emplumadas errantes sobre
las gotas del trigo escarlata.

¡Ven, ven!. Ven en fin y toma asiento
si quieres y reposa en este silencio sepultado
hecho trizas y abrumado de vítreas
lágrimas perennes, donde la misma verdad
vigilante duerme y al engaño soborna.

Y mi rincón desde ese día ya no es el mismo.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  En una arista
EN UNA ARISTA

Un día nació redondo en el calendario
más cuadrado con el deseo de triangular
un momento separado de cualquier instante.
Y marchó por el bosque submarino para buscar
esa gota, pues solo eso podía ser una gota
sin el tiempo atrapada. Pero el desierto
estaba absorto en cada nuevo espejismo.

Y muy cerca el sonido penetraba coronado
de silencios con sus cuerdas púrpuras
en las manos de una estatua veloz.
Colocó el dolor que nunca muere al lado
del placer enrojecido y sudoroso.
Dentro y fuera perlas espinosas, líquidas
antorchas en los labios de una oruga,
el vestíbulo pintado en jade y en las tumbas
flores de fuego.

El mismo vestía un traje de relojes en
llamativos colores en las aguas que brotaban
del espejo reflejado y muchos espacios se abrieron
donde una mirada termina en los pedazos que devuelven las pasiones en las graníticas caravanas
del desierto y la seda.
Pero el día no terminaba con el cielo despejado
y recortaba las negras hojas al viento.

Hora tras hora cabalgando el desdén fabricando
su aliento entre los aserraderos montañosos
donde guardaba los tiempos de viejos amores
secretos de la realidad que se aleja y los
cultiva en la fantasía que cuelga de los techos.
Y el día, solo era el mismo, un día simple y sencillo, pero en sí diferente en las paredes andando junto al corazón que palpita, y grita a los fantasmas taciturnos que nunca existieron.

¡Ah!___Semana a semana corría tras los meses, los años, los siglos, y en su esencia pintando pajaritos al alpiste encendiendo al alba noches y tardes.
En el fondo, su camino a la sombra del tiempo circular con frecuencia tomaba espirales escarpadas del polvo sonoro al color del relámpago
dejando en el cristal de su memoria minutos henchidos de dogmas en la mitad de una orgía por la indignación de la guerra hecha negocio de pocos en la propia degradación de su borrasca indiferente alfombrando el piso de muertes y engaño. ¡Sólo el pasado vive en el efímero presente qué nunca termina de hacer el futuro cierto equitativo y bondadoso en todo humano!.
Vaya carne de Cronos del infinito fracaso permanente...

Aunque tres veces heredó la misma arista que ahora
sentía más suya que nunca, se dijo a sí mismo en
cada segundo, en cada minuto de sus veinticuatro horas bien que mal pasadas en la eternidad que a lo lejos indiferente sabía que nada era fuera de ella. No obstante, ahora. ¡Ah!__Su corazón de día íntegro, esencial y transitorio, no toleraba el después de la noche grotesca ni los gestos
haciendo cabriolas.

Al fin, se arrodilló y arrojó su deseo por la ventana, entrando como siempre se había hecho antes de ser el día un día como cualquier otro fuera del tiempo o el espacio imaginado antes de todo antes.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Por la ventisca
POR LA VENTISCA

Por fin se puso a tocar algo en el aire.
Ahí, dónde se inclinan las sonrisas
de los perfumes y flores de excusas enredadas
entre los dedos. Antes de subir las escaleras
agradecido del zenzontle trepado en su canto
de rama en rama... Beatífico y radiante.
Esa mañana le miraba de reojo. Tomaba
la primera sombra su descanso fresco
aferrado a la dulce tarde qué recordaba.
Hacia el final de mayo esa sinfonía tocaba
a su imaginación, terminada... Necesitaba
solo unos retoques de brisas intermedias
y pulir el frío de los silencios breves, blancos
copos flotando entre las estrofas que con su
suave presencia estrechaban sorpresas
de serena influencia conmovedora.
En la letra combinaba letras, olores, texturas.
¡Una maravilla que asustado, tímido pocas veces
dejaba escapar de las grandes y pesadas
experiencias amargándole la naturaleza
sensible en sus preocupaciones alegres!.

En esta ocasión el mejor papel para envoltura
que pudo conseguir no le pareció suficientemente
bueno para su propósito... Confiaba en creer animar
el aire mismo, en un cabalgar atinado nubes y nieve.
Y entre vacilaciones y dudas se colocó por encima
del clima, templado como un patrón de sastre
y cortaba sus reflexiones bajo una oleada de palabras
sin expresar la consoladora esperanza de la casa
imperceptible símbolo dispuesto en la hora que detuvo
la conferencia sin remuneración. ¡Vaya humo virtuoso!

Esa vez, dijeron qué tenía un brillo extraño
en la mirada, pero no así en los dedos
serenos de un color definido ignorando
la realidad herida incapaz de comprenderse
al fondo de la más sencilla explicación
qué vuelve todos los días más confusos
por la búsqueda desesperada de una sola certeza.

Se sentó al costado de una ventana y no dijo palabra.
Con los ojos entrecerrados sorbió un poco del té frente
al cuadro impresionista en la imaginación qué le parecía
infinita y a veces lo comparaba con una mariposa tejida
de sueños y angustias, ó lo contrastaba con la pequeñez
de una luciérnaga que se acomoda al obscuro silencio
iluminándolo y proyectando visiones en los últimos rayos
del sol callado a ratos. Con las noches de raigambre
catastrófica del repelente engendro del sillón previo.

¡Se trata de una lucha perdida!. Dijo entredientes
dando una extraña tonalidad al momento.
La cara del cuadro nos miraba sin decir palabra desde
la pared dispuesta a saltarnos.
¡Es difícil decirlo!.
Y decirlo en letras fijas, tan pobremente vestido y calzado
de música ávida tocando las montañas que refulgían
en la nieve a lo lejos débiles y superficiales los susurros
sin tener en cuenta la tibieza creativa que alumbraba el
huésped en sus ropajes humanos...
¡Sí muy difícil decirlo!. Sobre todo sin recordar el silencio
de esos cinco minutos detenidos en el fondo del reloj
dónde se pierde la noción del instante.

Y volvió a tocar algo en el aire.
Pero esta vez descartó el papel
de cualquier objeto.
Y se envolvió en su creación
lentamente desapareciendo...
Y cada vez que lo recuerdo
Vuelve a tocar algo en el aire.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Pensando cubiletear
Pensando Cubiletear

El campo estaba frío en la noche al salir del ferrocarril diseñado con gran maestría a la tenue luz de los amplios sillones. El suyo solía ser un amasijo de vieja piel y una cobija deslavada.

Ahora, no estaría mucho tiempo ahí.
Amaba las maravillas del camino donde pedacitos de estrellas flotaban sobre el viejo lago poblado de luciérnagas que le instaban a detener sus planes en el pequeño mundo de sus sueños.

Veía en ese paraje la fragmentación de lo real en la visión seductora y a la vez brillante en aspectos distantes y delicados como colecciones curiosas.
¡Espero qué no sea demasiado tarde!.

Se decía bajo el sombrero en la frente amplia y el rostro preocupado. Una vez que aceptó ante la prensa que las promesas para abatir la pobreza narrativa de los últimos relatos no se habían cumplido y menudeaba en el problema una especie de deuda asfixiante.


Sentía una piedra en la garganta dónde lo real e imaginario se combinaban surgiendo de los impulsos primigenios, de la misma manera qué quinientos años antes había sido ese lugar habitado en la profunda crisis del fervor místico una crasa equivocación.
¡Cómo podría olvidarlo en tan poco tiempo!. Bien lo había leído el mes anterior, donde vivió una larga y decisiva temporada como un virtual desconocido.

Recordaba la
soledad ante una página en blanco cuando la curiosidad se apoderó de ella, mientras doblaba el cuaderno nuevo mezclado con la naturaleza de su afición al color, con la ingenuidad sobre el cántaro que había decorado entre la sincera expresión de su temperamento, a veces parcial y apasionado.

Pero no, él no estaba ahí, y el hecho a nadie se le contaba.
En este caso, él había recurrido a sus técnicas tanto en calidad como en cantidad, para cubrir las necesidades ineludibles en la estética profunda que navega entre la esclavitud y la liberación, en las circunstancias donde se imponen las pequeñas inspiraciones, con la cadencia interior de un escrito hecho música, entre los símbolos que detonan los ecos extraviados y tatuados en el aire, al derivar multitud de ideas y sentimientos lentamente analizados y ejecutados, sin olvidar el ritmo necesario pasando de la tradición al mensaje innovador.


El cántaro había roto sus esquemas conceptuales, sin saber porqué, un poder durante su corta vida lo llevó a extremos inhóspitos de lo incomunicable a lo inexpresable.
Si bien, en esta ocasión decidió no incluir a las luciérnagas en la pintura de su cuento, cincelado entre nota y nota en una fina armonía más allá de la textura y la danza de sus letras, por lo que salió de su propia historieta caminando.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Intradérmico... (Anticuento)
Intradérmico
(Anticuento)

Bajo la piel pensaba despertar. Ese día de barrancos en las caricias recorriendo las arterias con la extraña impresión de las cosas domésticas qué apartan el espíritu bebiéndose... Entre las pestañas húmedo fuego brillando. En el dolor hecho un instante de acero, bebiéndose el cristal del tiempo en una copa, mientras la historia pierde su futuro a la menor inclinación de las largas conversaciones con sus lanzas y escudos, frutos pálidos entre la multitud.

Unidad, unidad, en un racimo de sol inmenso rincón de juguete, semejante a las pirámides mojadas por la memoria que sienten calladas las pestañas en la pródiga lámpara de la intensa existencia genuina.

Bajo la piel, si, bajo la piel te digo. ¡Qué la piel sintió correr!. Aquella tarde que deseaba llorar con el rostro agitado y el viento tórrido oscureció amarillo el horizonte cubriéndole el pecho incrédulo del dolor cargado de aromas y gemas en los nidos soñados por tres noches, en los rincones del corazón sometido a juicio hablando en acertijos sin moverse y sin conocer la hora como suave seda negra cayéndole sobre la espalda.

Un poco más allá, había sido invitado a donde ardía el brasero contra el fresco invierno vencido, casi ya en la vieja nieve que mantenía seriamente su ideal de blancura por razones de disciplina, dónde cunden demasiadas preguntas y rumores que muerden las tormentas en los flancos.

Bajo la piel, seguía y seguía siendo igual. A lo lejos, los sonidos eran imborrables tripulantes de vientos y paredes con la puntual plasticidad esperada, bajo la piel. ¡Claro, bajo la piel, me dices qué no lo olvidarás!.

No obstante, bajo la piel la barranca tiene dos puertas, como alusiones en la forma de un delicioso platillo, casi siempre enrojecido, aunque otras veces, con un rosado verdoso en azulados suspiros sobre los poros sudorosos.

No esta vez. Bajo la piel, sin duda podría preguntarse desde dentro, pues de lo contrario, aquellos primitivos artilugios dejarían de crecer por el hambre de la gestación, qué complica la duración de las noches antes de germinar la luna nueva en el punto de gelatina incandescente.

Sí, claro y sencillo, no es, ya bien se sabe qué los absurdos solo se explican rara vez ignorándolos. Y en lo particular, en estos acontecimientos es qué se parecen a troncos y ramas semejantes a figuras de peras y duraznos en la fantasía de lúbricos colores. ¡Ah, esos colores intermedios de recuerdos indelebles!.

Preguntándose en medio de la soledad intransitable, bajo otra piel... ¿Se sentiría y pensaría de manera semejante?... Sobre todo, dónde brotan lentos los días tibios sin hacer alarde de fábricas de azúcar en los jardines corpulentos con la virtud respetable de la malévola ignorancia a lo lejos, en la espesura de una suerte de antipatía entre privada y rural.

Y bajo la piel, permitiendo actuar a los prejuicios
ante una taza de café caliente, en la primavera de una carretera polvorienta, precisamente a diez pasos del fondo del pecho, donde se desploman los palacios impunes y los rencores de las chozas, con las piernas cruzadas y la lengua de flechas curvadas, con la taza de café ya calentada bajo la piel.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Cuentos :  LA HORMIGA Y EL OSO HORMIGUERO
Sobre la tierra, en la hoja seca de un árbol de maple, se encontraba sentada una vieja hormiga roja, que hacía tiempo había sido Reina de un hormiguero.
Era una hormiga alegre, que daba consejos y compartía su sabiduría con la comunidad de su hormiguero, y con algunos otros animalitos del bosque.
Cuando joven, su color era rojo intenso, como el fuego, ó los granates, más los años vividos, el Sol y la lluvia, habían decolorado su intenso matiz, pero no así el color de su valeroso corazón, infatigable en las batallas en que había luchado por defender su hormiguero y su trono.
Clarita, era el nombre de la hormiga, y tenía una de sus dos antenas partida a la mitad, y cuando alguien le preguntaba que le había sucedido, modestamente contestaba –es solo un mal recuerdo, nada más- y volteaba su cabeza y su mirada hacia el cielo como recordando algo importante, y siempre sonreía.
Ella nunca quiso decir lo sucedido con la antena, más algún indiscreto, contaba que una vez, un oso hormiguero, había atacado a su comunidad, y se había comido a varias hormigas obreras, y para defender su casa, de inmediato, se enfrentó Clarita al encuentro con el oso, que tenía la trompa en la entrada del hormiguero, lista para comerse a todas las hormigas que entraran o salieran, atrapándolas con su viscosa lengua.
Clarita, como era la reina, era mucho más grande y fuerte que todas las demás, valientemente se encaramó en la trompa del oso y le mordió fuertemente y cuando el oso sintió el terrible dolor de la mordida, retiró la trompa y la sacudió con sus fuertes patas, aventando a todas las hormigas, incluyendo a la reina, y la pobre llevó la peor parte, pues cayó sobre su antena y esta, no resistió partiéndose a la mitad.
Más el gran oso hormiguero, entendió la lección de no acercarse a ese hormiguero por la valentía de su reina y sus habitantes y se retiró del lugar y nunca más volvió por ahí.
La hormiga, era muy modesta y nunca quiso hablar de eso, para no aparecer como heroína de la historia. Prefería no decir nada, pues después de todo, podría haber alguien que no creyera que ella había ganado la batalla al gran oso hormiguero. Por eso, solo recordaba y cuando miraba al cielo, es que daba gracias a Dios por no haber sido comida porla lengua del oso.

Pero el tiempo pasó, y ahora ya vieja y cansada, estaba disfrutando de la vida, contemplando atardeceres y dando consejos a las hormigas más jóvenes.
Junto a ella, todas las tardes se sentaba un grillo muy joven, escuchando los relatos de viejos tiempos de la hormiga, se encontraba sentado sobre una piedra, y bajo la sombra de un gran pino, que al pasar el aire entre sus ramas, pareciera que silbaba bellas melodías. Las agujas u hojas del gran pino, habían sido curiosamente arregladas y acomodadas a la entrada del gran hormiguero, esto, con la finalidad de proteger la entrada de su guarida del frío y otras inclemencias del tiempo, pues su nido en realidad, estaba más abajo, porque siempre son subterráneos.
Joselito, el grillo, aún no aprendía a mover sus alitas, y dejar salir bellas notas musicales por las noches, por lo cual, sus padres, mientras llegaba el día en que aprendiera, le habían regalado un hermoso violín, adecuado al tamaño del grillito, para que compusiera algunas canciones, de las cuales ya llevaba varias.
La hormiga, le contaba al grillo, que las hormigas son parientas de las abejas y las avispas. Y Joselito, abría grandemente sus ojos y mandíbulas, demostrando su sorpresa.
Después el preguntaba a la hormiga Clarita, que como sabía cada hormiga, lo que debía hacer dentro del hormiguero, y Clarita, con mucha paciencia le explicó lo siguiente:
Mira hijo –le dijo con dulce voz- en el hormiguero debe existir mucha disciplina, pues si no, esto sería un caos tremendo.
Todo empieza cuando a algunas hormigas escogidas para ser reinas, les salen alas, así como a los machos que se aparearán con ellas en el vuelo nupcial.
Después del apareamiento, el macho debe morir, y a la hormiga, se le caen las alas y debe inmediatamente buscar un sitio adecuado para formar su nido, en que ella será la nueva reina.
Al principio de su reinado, los huevecillos que pone, le sirven para alimentarse, pues aún no tiene súbditos que hagan el trabajo de alimentarla. Rápidamente, pasa el tiempo y nace una que otra hormiga pequeña, y cuando ya hay varias y la Reina decide que ya la pueden alimentar ellas solas, decide poner huevecillos más grandes para que se formen larvas y por consiguiente hormigas de mayor tamaño y fuerza, para el trabajo rudo del hormiguero, pero nunca sin igualar el tamaño al de la reina.
Dentro del hormiguero –continuó Clarita- existen lo que llamamos “castas”, las cuales, desde que son pequeñas las hormigas ya se sabrá a que casta será dirigida, pues de acuerdo a la alimentación que reciba cada hormiga, es la casta a la que pertenecerá. Algunas durante toda su vida, solo cuidan de las larvas, otras defienden el hormiguero de ataques de animales, otras se encargan de alimentar y tener saludable a la hormiga Reina, para que produzca más huevecillos y la población del hormiguero crezca.
En cada hormiguero, -dijo Clarita al grillo- llegamos a vivir de 100 a 400,000 hormigas y solamente una reina, aunque hay ocasiones en que hay dos ó más reinas.
Sabes pequeño, -le dijo la sabia hormiga- nuestros orígenes datan desde hace más de cien millones de años. Formidable ¿no?
Y el grillito cada vez estaba más asombrado con lo que le contaba Clarita.
Grillito, ya casi es hora de comer, te quedarás a comer con nosotras? –le preguntó Clarita a Joselito-
y…… dígame Clarita, que es lo que ustedes comen? –preguntó el grillito para saber si le agradaría la comida o se iba para su casa-.
Pues somos carnívoras, y acompañamos nuestras comidas con jugos vegetales, sabia de las plantas y líquidos dulces que los proveen los pulgones.
Yo he visto que también llevan hojas a su hormiguero…-exclamó el grillo- yo las he visto pasar con las hojas sobre la espalda, y mucho más grandes que la hormiga que las lleva cargando.
Tienes razón –dijo la hormiga- también acarreamos hojas verdes, pero no las comemos, son especiales para que después que se descompongan, se formen hongos, entre ellas, los cuales nos sirven de alimento, sobre todo en el Invierno, cuando escaseo la comida.
Gracias, pero creo que me iré a casa, prefiero el menú que mi madre me ofrece cada día – dijo el grillito-.
Tomó su violín, y muy contento con lo aprendido ese día en casa de Clarita la hormiga, se fue tarareando una canción, al ir dando saltos rumbo a su casa.

Claudia Alhelí Castillo
16-02-13
Poeta