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Juego de pelota diversión temprana de los niños ahí empezaba la misma competición por la vida mostrando entre pases y goles la destreza por un buen juego.- Entre amigos, un buen juego quien juega aquí, quien allí competición sana por un saludable ejercicio o ganar por deleitar unas cervezas pagando quien pierde.- No todo es diversión donde operan las mafias que se hicieron al poder y lo demostraron armando equipos que en si son la degeneración humana por la mentira.- A nivel mundial, el poder absorbió todo validaron los gobiernos ante el asqueroso poder exhibido y callaron miserablemente por los intereses creados y el espejo bipolar ante la audiencia.- Aberrantes contrataciones desbordadas en ríos de mierda el anti fútbol en si todo un programa televisivo donde rondaban las apuestas y los chismes y caen ante los ídolos ignorantes hechos figuras sobrehumanas prestadas ante el poder oscuro de las mafias.- Todo un espectáculo decepcionante por las cifras que se muestran y en las calles ruedan las apuestas de quien ganará poniendo más sobre la mesa.- y en el espectáculo no podía ser gratificante sin sangre fanáticos de la nada adoradores de equipos de papel que apuestan lo que tienen y gastan de más por su equipo subliminal.- Esta tan degenerado el futbol que la esencia perdida no es en si el juego si no la violencia antes y después de los partidos y en los escritorios hacen del oropel, oro donde siempre ganará quien con dinero, compre la estrella.-
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Poeta
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NOS ESTÁ MIRANDO
Nos está mirando, observa cada paso, absorbe cada suspiro, regala cada sentencia. Se alimenta de recuerdos, crece de miradas, rompe la luz, acrecienta el dolor.
Sus ojos están adiestrados, sus pies idolatrados. ¿Quién asistirá a su funeral?.
Aun ahí está rondando. Sin que nadie lo sienta, manipula los zapatos blancos.
Autor: José A. Monnin Limpio-paraguay Derechos reservados. 27/04/2013 [email protected]
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Poeta
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Estrellas en un gran oasis, brillan en la inmensidad de la oscuridad, hija de la luna, constelaciones en el cielo se revelan. El cielo se tiñe de negro, millones de estrellas resplandecen, en el cielo esta la luna, donde su resplandor brilla con fuerza. Testimonio de la fragilidad de Eva, vidente maestra de la profecía, en el mundo estelar esta mi prometida, deambulan en caravana cósmica. Una lluvia de estrellas se aproxima, caen al suelo, miles de estrellas, deambulan en caravana cósmica, vaga sin rumbo alguno. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Memorias en blanco, sueños olvidados, no recuerdo mas, solo me desperté, solo eso y ya. Mentes taciturnas, vagabundas e idealistas, que puedo decir, solo son almas durmientes. Sueños pasajeros, sueños que se olvidan con facilidad, no queda mas, solo que simples recuerdos. Me inspiro con la música, poemas de mis autores preferidos, suena como una terapia, al igual que la fotografía, son mi única inspiración. Sueños perdidos, recuerdos olvidados por el tiempo, no quisiera olvidarme, pero mi mente es un laberinto sin salida. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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EL POEMA VA Y SE ALEJA
El poema va y se aleja, tan lejos que parece muy cerca. nadie ve lo que hay delante de sus ojos, todos miran hasta perder la vista, y no valen hasta el pensamiento. Nunca se dijo jamás, cuando lo eterno solo estaba al primer paso, ¿quién ha visto a Dios? Que te cuenten los profetas, que se escriban en los poemas. ¿Cómo es el diablo? Que te digan los muertos, que se anuncien a los vientos…
El poema va y se aleja, tan cerca que parece muy lejos. Nadie entiende su propio corazón, todos andan conforme a sus latidos. Los labios son huecos, aunque parezcan severos, la ponzoña de sus mieles, vuelcan al carro de los faraones. ¿Quién más que nosotros, para disfrazar el llanto? Aun el mar conoce sus límites, y tú hombre, te crees grande, cuando solamente has aprendido a leer y a sumar…
¿Dónde empieza las primeras letras de los versos? No le preguntes a Dios, ni busques al diablo, tampoco beses los labios de ponzoñas deliciosas. El tiempo está, y el aspecto del futuro se nota en las nubes, la raíz, da frutos amargos, y el pastizal de gusanos, ¿quién podrá su alma guardar? Recuerda no hay profetas sin Dios, ni pecado en marcha, para cortar la maldición…
El poema va y se aleja, lejos, pero muy lejos, que solo el viento carga con los dolores, los sentimientos, y los placeres de la vida en tácito vertebrado, veneno que resucita al gentil y amable señor del amor. Y es que esta hoja no puede llevar mi corazón, entonces carga con mis culpas recorriendo el mundo sin rencor.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. 03/04/2013
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Dadivosidad Indómita
Porqué nació el fin resuelto a empezar, en el reino del vapor fidedigno. ¡Manzana manual almendrada!. Superficial fealdad callando, el mal tono del recipiente, fuelle desinterés del daño. ¡Habitación feroz de paladar cruel!. Al interés tenue del invierno, el huésped se derrite pleno.
¡Carente permanencia insigne!. La virtud, del abandono, sin fe. ¡Apacible jarro sin destellos!. Nace, Nace débil la miel fértil, En la espera invariablemente oscura. ¡Valle informal del pez grasoso!. Al sol infeliz que incendia. ¡Cada luna incurable lago!.
Ruido. De cadenas. ¡Libre!.
Porqué... ¡Guarda fingiendo al silencio!.
Indómito dadivoso en la dadivosidad indómita.
En la blanda benevolencia de la pared menos distraída carne impersonal de cera invernal es blancura por excelencia tres veces del elástico penúltimo en la cicatriz de la tablilla funeraria al borde de los barcos parcos dotados botados de avidez por la vida al comienzo de la audacia qué subsiste por encima del drama de la cara cortés obtusa de nuevo bajo un casco desnudo por eso del fantasmal crudo interior incalculable.
Indómito En la dadivosidad Indómita Dadivoso
¡Oh, conmovedora existencia!. Del fruto melodramático al contacto precoz. Del ascenso extenuante. Del ritual intermediario. ¡De la edad tardía de la escoba!. Del ínfimo rango ostentoso. ¡De la larga mirada de la oruga!. ¡De la profética trompa de la hormiga!. Un escarabajo explica meticuloso. Los desenfrenos del agua, entre las ramas del fuego caídas, las calles danzando en las gotas. ¡Decorando campanas portuarias!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Me contaste un sueño, nos soñaste enamorados, pero con otra forma, no éramos dos cuerpos, éramos un ser, con dos almas pegados nuestros perfiles, simétricos, curiosos, convertidos y fusionados, contenidos en otro espacio, éramos un delfín, que nadaba y feliz miraba pasar nuestra vida dichoso
maravillada quedaste de gozo, pues te viste enamorada, amalgamados los cuerpos y nuestras almas, exaltada la percepción de los sentidos, a tal punto que el brillo de la luz que generaba, como furiosas bengalas traspasa e ilumina el océano de almas en que nadábamos
¿Fue tu sueño? o los delfines son recipiente de almas, que al calor del amor se funden y nos sueñan, nos piensan e imaginan, por jugar o por capricho somos los sueños de un delfín, lúdico y fantástico delfín ¿o somos nosotros?
Creado 20/12/2011
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Las cenizas de la noche clavan en el aire quejoso los colmillos arenosos sedientos de tez cuarteada, endurece el vapor friolero como sarta de sartén anquilosado deshinchando el mantón plegado de oscuridad pegajosa, elástica… Finada al crujir la moneda de luz metálica, sobria, nublada por el fuego quemándose en su interior, y los residuos llueven mojando el mar evaporado, y el viento solidificado se deshace en la penumbra del día, y la luz oscura brilla atenuada como el fulgor de la lumbre acuosa; humeante la sombra vuela y sus alas grises, desplumadas meciéndose en el sereno colgado de los estambres del tiempo, pelonean con púas de arcilla hasta agotar la noche.
Julio Medina 20 de marzo del 2013
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POR EL NUEVO BOSQUE
¡Mira, mira, ya corren los hombres!. Fríos en las manzanas de arena, que las puertas desnudan del alba, sin remedio en la garganta de plata.
Por eso en las tabernas se fijan, las bicicletas de las gordas calles, que manan de los zapatos gastados, secas ramas de los alcoholes primeros.
¡Mira, mira, los delantales amargos!. Son carretas de ceniza y brazos fuertes, con los números tatuados en coro, bosques de ruedas con trajes nuevos.
Por eso de los pañuelos se olvidan, los pañales de las montañas nevadas, que arrastran arcillas intactas, en el brillo del ciervo alegre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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LABERINTOS DEL EMBUSTE
En El Abrigo de automóviles. En las cuevas del escardillo. De los profundos mosaicos. Mientras las puertas abordan los trenes. Entre los blandos montones de playas. ¡Cuánto amor en los incendios!. Encima del neón de los letreros. ¡Cuántos, cuantos soles volando entre los muslos!. Laberintos, en la celebración inminente del tablero. Del embuste, en la pequeña mañana del conejo.
Por el embuste, sí, por el embuste hecho epidemia. ¡Solos, se han quedado, solos!. Por el muelle de amargas arenas. Y la velocidad bajo el sombrero. ¡Solo, solo, el silencio diminuto!. De las lunas vibrando entre los pinos. En la flor de la pintura, partitura del vituperio. Habla de arañas con guantes de goma. En las tibias raíces hechas de sed. Por las noches de escuchar las escaleras. Por las copas con muletas y corbatas. Y el dolor de las esponjas conspicuas.
¡Laberintos, son laberintos del embuste!. Porqué el salto al abismo tiene sus peligros, en las enredaderas minerales del cielo, huyendo, los minutos y los segundos, en la virtual cadena entretejida de sapos.
Por el embuste, sí, por el embuste. Del refinamiento de las moscas, y las ranas silvestres insolubles. ¡Del asedio a la intimidad adherido!. Por el nombre de adobes en peligro. Del piso sin compromiso, solo laberintos. Del embuste, del alivio caprichoso en retaguardia.
Unos laberintos hechos del embuste. Hechos. Como hierbas mordiendo cuevas. Hechos. Como espadas frutales suaves. Laberintos. En la cúpula enganchada en telarañas. Laberintos. En el túnel salado al tope. Bajando las esquina del bosque. En la lucha sorpresiva de la mina. Donde la serpiente manipula los gusanos
¡Del embuste, laberintos, laberintos, laberintos!. Donde una emoción tiembla. Del vigor profundo, en espasmódicos suspiros. En la llave del tiempo, con la piel inundada de tibieza. Donde una luz renace, se abre y se cierra filosa. Del deber cumplido, por la férrea tenaza esfumada. ¡Con la ventana en las alas!___El embuste embiste. Y viste los párpados que duermen la nieve. Donde las sombras resbalan del agua. En las plumas del velado verano. En los mástiles del primer otoño. Donde los cabellos muelen blancos.
¡Laberintos del embuste, embuste, embuste!. En el coro de los panteones. Con el último latido en manadas. ¡Allá donde mueren los pantanos!. ¡Qué perdieron la cabeza y los zapatos!. Con los meses involuntarios. Con las muecas espontáneas. Laberintos, laberintos. En los años nacidos equivocados. En la misma iguana de aguaceros. Por donde cae el mismo filo sin descanso. Y las imágenes rodeando intrigan. Al fuego en la danza incierta.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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