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SEMBLANTE INVERNAL
La capa tirará este invierno. De cálida blancura. En el verdor encopado del bosque. Desfasado. Cómo se tiró de la nube a la pradera. Un copo. La placentera frescura. Congraciada. Por la humedad cristalina del viento. Investido. Por el invernadero. Como. Camino____Entre mañanas. ¡Qué las tardes duermen!. ¡Qué los ojos callan!.
Semblante...Invernal.
Puente____Entre noches. ¡Qué los inviernos envejecen!. ¡Qué los veranos enfundan!.
Como Estética de fúnebres notas. Empero. Escucha el rostro del tiempo. Y Acaricia la sonrisa del fondo. ¡Tan pronto!. Cultiva el perfume del vuelo. Al cerrar la noche.
Semblante Invernal Semblante.
Planta la sandalia del camino. Dónde. Siembra el abrazo del consuelo. Invernal. Entre las rendijas del posible. Semblante. ¡Entre los porqués qué se suman!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ÁRBOLES ENCARNADOS...
De pie comían sándalos, álamos, góndolas, gárgolas, tréboles, en la puerta frágil, néctar, símbolos, cántaros y cúpulas del templo.
Templado Encarnado Enmaderado. Y Tiende las manos, por el árbol. Grácil, ágil, de todas las realidades, llenas de piedras preciosas. Presentes de la voluntad. Tomando cuerpo, en todos los transeúntes. ¡Enarbolados!.
En La encina Celta En El tilo Germano En El sicomoro Egipcio En El fresno Escandinavo Y La higuera Indú Y El olivo Israelí.
¡Árbol, árbol, del mundo, eje, de la bóveda, dádiva y música insólita!. Diciendo: __Tened corazón, hojas como raíces. Sin serlo Una parte Del monólogo asimétrico Sin serlo Una parte Del cuadriculado circunloquio.
Nada De Erotófago, albífago, micrófago. Nada En La impresión más difusa. Nada En La curva más derecha.
Solo Por el sentimiento algebráico. Solo Por el suspiro helicoidal. Solo En el balido desvalido e inválido.
Y Deja que todo sea claramente. ¡Un árbol invisible!.
Joyas... Joyas... Joyas.
¡Qué han puesto el alma enferma, y endurecido el corazón, sin poner de lo necesario, un mínimo, en el último antes, en el mayúsculo silencio, en el minúsculo vacío!.
Piedad, tened piedad. Y del ti mismo tomadlas, tomadlas, tomadlas. ¡Al menos un más qué antes!. Haced que sea como crear una nueva cuenta, haced que sea como una búsqueda avanzada, que al inicio cure otros contenidos, sin más trámites, ni modificaciones.
Y Donde Todo se desvanece por el nada pasa. Y Donde Peor es hacerlo antes que nada sea. Por El poco ayer fuera del mucho mañana.
Y Desde La raíz donde Son los árboles. Árboles. Árboles. ¡Encarnados en cada hueso del fruto humano!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Era noche cerrada sólo estaban el mar y yo las olas iban y venían y en cada ola juguetona y traviesa les cantaban alegremente a los botes mecidos por el vaivén del agua y a las redes de los pescadores.
Ya los hombres de mar empezaban a llegar para irse en sus barcas a las profundidades del mar llegaba la hora de la pesca del día el agua se agitaba y tan sólo quedaban estelas en el mar.
Más atrás iba en mi pequeña barca pero a solas, no iba él me adentraba con mi carga de recuerdos sin prisa, sin impaciencia, sin rumbo pero no estaba a mi lado, el que me alegraba la existencia.
Para que la prisa entonces si no lo encuentro hace tiempo se me perdió por eso lo busco en el silencio de la mar, me acompaña la oscura noche, me arrulla el vaivén de las olas, de pronto siento su presencia es el dueño de mi vida es el que me dió la existencia, la búsqueda ha terminado, ya estoy con él.
delfin
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Poeta
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LA ROSA Y EL SAPO
Dedicado a Emilieta, que me contó este cuento
Dicen que fue una rosa que le creció a un espino en un erguido tallo, y al frescor de una fuente; si el temporal de fuego mermaba la corriente se arrimaba a la sombra de las ramas de un pino.
Por natural instinto fue creciendo la rosa conjugando armonía de luz en el paisaje; y aunque de espino fuera por su humilde linaje, al mirarse en el agua se contemplaba hermosa.
La fuente era un reclamo de las aves del cielo y animales del campo que del agua bebían; saludando a la rosa, unos y otros partían buscando sus guaridas o remontando el vuelo.
Con aquellas visitas se sentía halagada exhalando un suspiro de luz en la aureola de su sueño de reina, que aunque perdida y sola, era de aquel entorno la rosa más amada.
Y aconteció que un día por la rosa atraído y el agua de la fuente, un sapo a paso lento, buscando entre las hierbas frescura y alimento, encontraba el paraje de su sueño cumplido.
Y fue entonces el hado de una nota sombría, sin pretenderlo el sapo, sus modos ahuyentaban a las aves del cielo y los que allí llegaban, huían asustados de su fisonomía.
Irritada la rosa le dijo sin complejo: no naciste del nardo, ni tu cuerpo es un lujo, llevas puesto en la panza el emblema de un brujo; tu mundo es otro sitio, ¿te has mirado al espejo?
Al pobre sapo triste le hundió su cobardía, el complejo del feo, la vida sin sentido, apurada su angustia por lo hasta allí vivido notó que hacía daño a aquello que quería.
No respondió palabra, apartándose a un lado buscando en la maleza un humilde escondrijo, fue guardián de la rosa, y en su interior se dijo: ¿cómo podré ausentarme si estoy enamorado?
Se mantuvo al acecho, controlaba a la hormiga, evitando ser visto por no sufrir reproche; de voraces insectos por el día y la noche le libraba a la rosa llenando la barriga.
Y así la rosa puso corona a su mirada, que engarzaba a los aires con su aroma y su aliento, una reina en la palma del espino y del viento... la caricia de un sapo de una vida callada.
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Poeta
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DULCE VUELO
¡Qué paisaje más bonito! *Quel joli paysage* Por el agua corre silencia La palabra abre la puerta Dulce vuelo. Zoet De vlucht Del alba al cielo Del agua sencilla Montaña, vida, catarata Mar de tierra, amanecer violeta ¡Dolce volo. Dulce vuelo!
La gaviota por el agua Desnuda vuela, dormida Por el alba sencilla En sus pupilas calladas ¡Dulce vuelo. VOO DOCE! El diamante perdido vio La luz de paz Friede. Pace. Paix. Peace. Callada en sus alas Sweet flight. Dulce vuelo.
Y el agua corre y corre. bajo alas silencias, y el amanecer sigue violeta, y la gaviota, cielo, montaña. ¡Doux vol... Dulce vuelo!
¿Was bedeutet das?. ¿Qué significa eso? Por el agua. Friede. Paix. Paz. ¡Reflejan la belleza dulce!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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OTRA PLAGA MAS
Con la voz de las hojas escriben los bosques. Por los roncos troncos. Y la raíz inocente del aire. ¡Única voz de la tarde otoñal!. Trinos superpuestos. Las aves cantan con íntimo acento. ¡En los bosques sin discordias!. Acordes silencios entre las ramas. ¡Manzanas cristalinas sin vidrios enroscados!. Duraznos inocentes y almendras de bronce.
Siempre instantes. ¡Viven muriendo las hojas!. Libres nieves de veranos. Caminos del aire. Escaleras de nubes. Voz de vez en cuando. ¡Paz en cera de vela!. ¡Sólo los árboles desesperados, huyen!. ¡Con la lluvia de gritos inmóviles!. En la madera enloquecida. ¡De cruz tenaz!. Humillados círculos del mismo Norte. Sin memoria. ¡Tallos invisibles!. ¡Olvido encadenado y olivo indiferente!.
Luego, claudicantes, se arrastran las sombras. Huecos y delatores fantasmas. ¡Ínfimas cenizas!. Sordos los hijos el rostro esconden. ¡Bosques en penumbras!. Abismos del hombre. ¡Falsamente libres!. Talan y talan. Enselvando enajenados sus ruinas. ¡Vaya plaga humana qué habita dañando!. ¡Criaturas espesas qué alojan la muerte!. Granizo insepulto... ¡Atónitos buitres!. Verdes papeles con el plomo por sangre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Danza en la choza
La danza humilde bajo el techo Ondeando palomilla sus alas rotas Mece flama y luz de choza.
Pobre grillo y flor ignorada Entre lluvia y primavera Humilde danza.
Esa palomilla A veces quieta y posada Cobijo de choza, flama, grillo y flor...
Una sola nube... Un instante En la isla la choza Recuerda la palomilla que miró...
Alguna vez la luna Resonando y floreciendo rotas esperanzas ¡Mirad!... Mirad su sombra...
¡Cuando labres tu sueño! Y la danza humilde De la choza, isla y palomilla...
Recuerda y florece esperanza Con el sueño...
El dueño del sueño De ésa palomilla...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Viendo lluvia
Con voz piensa la palabra. Viendo lluvia, el joven de antiguas ideas. Al ver lluvia de llanto.
En el rostro del agua sonoro eco de silencios. Penetra la palabra, y con voz la piensa. El joven al ver. Lluvia, y lluvia caer.
Los antiguos rostros. Las ideas en el agua. Llanto de espejo. Con voz de silencio. Ecos del joven. La palabra piensa.
Viendo la lluvia. La lluvia el joven. En su silencio con voz.
Voz de joven callado. Por las antiguas ideas.
De palabras perdidas. De palabras olvidadas.
El joven al ver la lluvia. Lluvia, lluvia entre llantos.
Y en el agua el rostro. Su rostro, y el de muchos. Muchos otros ya olvidados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En probetas de greda incaica he indagado por tu génesis, Atacama. Rasmillones en la roca me confidenciaron de tus ilusiones galácticas. Empinado en el espiral del fuego superé las eras del hielo, pero se secó la sal y quedó el perfil del desierto embalsamado como una gran interrogante.
¿Qué familia de colosos bebió la energía en el Salar de Plato de Sopa? ¿Quién domesticó las Lagunas Bravas? ¿Qué gigante niño jugó con las rocas partidas, amontonadas frente a la playa Conchillas? ¿Qué artesano esculpió mastodontes y mamuts en la franja costera de Rodillo? ¿Cuántos fantasmas acumulados a la vera del camino se han quedado clavados a los crepúsculos de Caldera?
Sigo mi camino, deambulando sin un norte, atrapado a una nostalgia difusa, que viene del traslape de confusas dimensiones y se pega a la piel como camanchaca salobre de la fría madrugada. Así, fui recorriendo los arrecifes y urgué las arenas buscando el alimento del mar para sobrevivir a mis fantasmas.
Estoy deslumbrado, forastero perenne, inventando vertientes en las rocas eternas, cavando por vellocinos de oro, por pactos endiablados que retumban en los encierros magnéticos de los socavones.
Veo almas en pena deambular por ellos, buscando la veta de la juventud eterna. Y transpiran mis manos en el frenesí del espejismo dorado y claudico, como tantos, al embrujo del brillo.
Sin embargo, a poco andar, hinco la rodilla en tierra y escapo luego de las garras del oro, resguardado en la lisonja de mi abuela, que ha venido con su haz de luz a proteger mis pasos.
En la alquimia secreta del desierto, establezco mi oasis y quedo convertido en un cometa que se escapa y vuela libre por las fronteras de los acantilados, besando el mar, recuperando el candor de las auroras, libre amante persistente de los amaneceres de Atacama.
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Poeta
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MOR
Manhã nublada cara de chuva No frio do inverno. Pássaro surgiu quieto a deriva Será um inferno.
Sem seu belo trinar Procura um lugar para esconder. Quem vai desafiar O tempo logo leva o a temer.
A chuva fina começa a cair A mata está distante. Tenta voar logo para fugir O tempo é humilhante.
Com este frio invernal Canto desafinado. Nem teremos um coral A viver confinado.
São José/SC, 23 de junho de 2011. www.poetasadvogados.com.br www.mario.poetasadvogados.com.br [email protected]
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Poeta
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