Voltea el tiempo a la vida, con la fuerza de un ciclón, dando tumbos cual caída, de un saltimbanqui burlón, igual que rueda resbala, con estridente pasión, a la esperanza se abraza, como el pulso al corazón.
No presume de sapiencia, el sabio en su soledad, ni señala diferencias, por el color nada más, solo en la existencia piensa, tan solo ofrece su voz, si lo requiere su ciencia, no se para en el rencor.
Bosque profundo y frondoso, hojarasca entre los ojos, follaje espeso y pastoso, en la siniestra trinchera. Caminos intransitables, de tupidas duermevelas, puentes rotos, como hebras, desprendidas de cejas.
Sabiduría en las maneras y en el alma sin quimeras, el saber de la conciencia. Deambular como volutas, desprendidas de la tierra, donde se pisan los años, que van marcando la senda, las entrañas se avejentan.
Atención siempre a las muecas, a los amores sin metas, vivir con un pie en la tierra y otro que al aire flotando, soñando se enseñorea. Levantarse del zarpazo, que el tiempo impone y asesta, ver de lejos y de cerca.
El pelo brilló en el sueño, la faz preñada de afecto, amando libre y atento, sin freno que le detenga. No hay contratos ni firmantes, solo la verdad que alberga. En silencio se desliza, como el sudor en las cejas.
Amor sin mitos ni reglas, que aprisionen su belleza, con un pie entre las nubes, otro palpando la tierra.
Crueles bridas que aprisionan, férreas rejas que coartan, muros que como fronteras, a la libertad atrapan. El miedo cruzó la puerta, invadiendo la conciencia, el raciocinio amputado, mente esclavizada y rea.
Un revuelto mar interno, azota los sentimientos, corazón que se desboca, en las crines del silencio. La sed acucia los órganos, se deshilachan los nervios. El viento de los recuerdos, en galerna se hace eco.
Emociones en los párpados, reflejos entre los dedos, bailando entre las pupilas, los enamorados dentro, como racimos de vidas. Tormenta que se arrodilla, ante los fuegos internos, finas palabras que vibran.
En el aire los recuerdos, giran como molinillos, gestos que compran caricias, con los rictus del cerebro. La caverna de los dientes, late buscando los besos. En el sol de las pupilas, acarician los deseos.
Negras sombras en las luces, fogonazos en el tiempo, claridades en las simas, bordadas de sentimientos. Amores en huracanes, en lagos grises de espejos, sueñan coloridos lienzos, retratos de viejos tiempos.
En el sorteo de la vida, el amor no siempre toca. Nacen destinos premiados y mueren por el camino. Se va posando la aureola, en los pensamientos íntimos, rozando las maravillas, de viajes al universo. La suerte es ciega y sin verso.
Escapó entre los vapores, en la atmósfera de hielo. Mar adentro entre gigantes, de su líquido elemento. Amor rompiendo cadenas, rejas, grilletes y miedos.
Deje mi escencia para librar mis pecados te di mis suspiros que el tiempo convirtio en ronquidos hedores, entre risas y juegos se convirtieron en la misma nada mientras escapabas a lo que te hizo perder tus horizontes y a mi. Me deje llevar por la brisa de tu boca el silencio de tus palabras me enloquecio la vida hasta dejarme postrado a ti la paz de tu mirada cambio el norte de mi rumbo cuando navegue por tus aguas mansas y claras como tu nombre, de sal y espuma... asi, me fundi en una ilusion de deseos, de tenerte cerca siempre de querer tenerte y darte de mi lo mejor, que ya lo tienes...
Añoradas caricias en la lejania y el tiempo cuando mis deseos cautivaron tu soledad vez en la que me volvi esclavo de tu cuerpo hasta sentir tu rio de espuma de mar bañado.
En el correr de los pocos años,que ya son siglos mi piel, como un viejo papel arrugado y mis cabellos nevados por el tiempo deje ver asi fue, como tu barca se alejo de mi orilla quedando la mirada perdida en el horizonte de la vida, en mi razon.
Cada deseo cumplido, mas no el mas deseado que jamas repeti mis letras aun callan lo que no susurrare a tu oido palabras al viento que en verdad son solo pensamientos en un indiferente abrazo, sin sabor ni color... no son ojos para un extraño, pero mi amada perdicion.
Sere yo quien suba a la barca de la vida, para una vez mas seguir tus pasos navegar por tus aguas puras, de cristalina fuerza que me cautivo mas se que a la deriva llegare a algun puerto lejano cualquier puerto, el tuyo o a Valparaiso no descansare hasta entender, que dejo de existir Aunque me sienta capaz de seguir adelante de continuar fingiendo ser el malo de la pelicula de quedar como el idiota enamorado mientras te sacas los mocos cuando trato de amar
Me dejaste en el olvido, me sacaste de el nido y aun no se volar ya no siento tu calor por las noches ni tus caricias de sorpresa tampoco tu tiempo se acerca al mio...
Siento que desaparezco, que me esfumo en el vacio de pensamientos y penumbras del cuarto del desvan... mientras el humo de mi cigarrillo quema una esperanza se que ya no existo.
Este escrito fue hecho en momentos muy especiales... 2012... 2020
Un día trae otro día pienso en mis colores pasajeros ayer rosa, hoy blanco marfil, perece mi infancia confiada, sin tus contratiempos altaneros ni tu presencia en mi ventana, pensaste que latiría mi sien sin la agonía de niña gentil en sus cálidos dolores ni el calvario que cierra la puerta de tu ausencia, eres mi creador perdido en misteriosa misión de tu existencia .
Perece mi celeste juventud cual humo sutil que el alba exhala, mil derrotas, mil triunfos en soledad en la aurora tímida y callada de tu destierro, un sol furioso iluminó mi alma y junto a la hermana aspiración de mis resplandores la humana juventud brillo en grato ardor, iluminadas mis blancas virtudes, verdades y mis amores la voz de la vida cantó en aparente armonía, más tu mudo canto, mi creador hábito sordo en las aulas de mis años quemados.
En el crepúsculo de tu vida,
me dejas una rama huérfana de identidad que tu ausente sol nunca aclaró, ¿rosado, azul o arcoiris?
Ya se alejan las inmóviles aceras con los pasos de la gente aglomerada y se alejan las aceras aledañas con fronteras ciudadanas de cemento. Y la piedra del cemento que se asienta ni se mueve ni consiente que se muevan las aceras las aceras que se alejan con su gente de la fuente de mi sano entendimiento.
Las aceras movedizas no pretenden encontrarse con mi falsa comprensión y alienadas, taciturnas, lastimadas, contumaces, me derrotan, me derriten, me disuelven como azúcar bajo lluvias invernales.
Y así entro a las iglesias sin permiso y las misas se disparan sin cesar y bendito aquél que llora sin consuelo y bendito aquél que grita sin aliento sin descanso, sin alivio, sin sosiego. Y bendito aquél que rumia su pesar.
Me dispongo a abrir la boca para hablar y una ostia me la calla dulcemente desde el cuerpo con la sangre del Mesías que en mi lengua se disuelve contingente. Alabado aquel que viene desde el Reino alabado el invitado a la reunión.
Y saliendo de los templos misteriosos en las calles todo vuelve a lo normal. El normal frenetismo cotidiano la normal apremiante agitación la normal ansiedad perturbadora la normal vertiginosa conmoción y el infarto a la vuelta de la esquina y el frecuente carcinoma de pulmón.
Las aceras que se alejan sin moverse llevan gente sin un rumbo definido y me siento, sin sentarme y sin sentirme, yo me siento afortunado al menos hoy.
Me desafías en tu tierra tierra de Cervantes, entre cuerdas cargadas de sudor y sabanas sin impunidad ni compasión, soy tu muchedumbre que pide sin clemencias tu horrorosa mancha de pecado en mis colinas sometidas por los ardientes acentos de tus desatados labios de fuego, conozco la lujuria de tus delitos en mis desprotegidos muros debilitados por placer, no habrá misericordia que nos socorra en este desafió de humeantes caricias, delirios y lamentos, nuestras miradas y suspiros íntimos serán un sublime pacto de expiación a nuestras flaquezas.
El viento remece con fiereza el techo y siento que así es como tu recuerdo estremece, cada fibra de mi humanidad; afuera hay además un dejo de desamparo de tristeza, la lluvia se descarga a raudales y una infinita soledad, impasible me ataca.
La solitud se convierte en terrible suplicio, el tiempo, en un goteo tortuoso y la risa… en una mueca inanimada; el sueño no llega, en vano evoco nuestros instantes felices, porque entonces tus ojos, risas y alegría repican lastimando la ausencia de mi vida…
Así como mis manos aprendieron a colmar con tus formas, las ansias de acariciar, así, mi vida llenó mis paisajes de los colores y aromas que llegan contigo, que saben a ti, así mis ojos encontraron la profundidad, cuando me miré feliz, en tus ojos bonitos.
Corro, vuelo, ando… no quiero cansarme, urge alcanzar nuestro exquisito remanso, atrapar incluso esa solitud, que disfruto de mirar en silencio los rasgos de tu carita bella y leer en tus exquisitos labios, lo que digas y perderme, en la excepcional sensación, del ensueño de estar juntos, del tacto…