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desviste en la noche tu terciopelo de alga… ¡pequeña magia! todo el olor de tu canto de tu aura… de tus oros
roba de mi la boca que rodea tu boca roba de mi al endeble ojo que no resiste tu pena
desviste de mi en la noche mi terciopelo de ogro… esbelta gema todo el dolor en tu canto que tu aura… resista mi furia
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Poeta
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Hay un hilo conductor en cualquier noche, sé encontrarlo si silbo y canto; su destino es la luminosa compañía que no me abandona aun en esta soledad en que he nacido. Silbo y canto no para evocar, si no porque siento su presencia en mi costado. ¡Qué natural entonces sentir su roce en mis brazos! Podría fácilmente hacerle llegar mil besos y no me sorprendería saber que beso el aire- otro de los nombres de mi compañera la nada.
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Poeta
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Recojo de las sombras, taciturna; una verdad escondida tras la noche que se ha quedado impregnada en tu asidero.
He cubierto mis ojos de imprevisto pues no quiero mirar recuerdos vanos; están despiertos, pero al fin tapados para tu olvido.
No fue un escondite este rechazo, es más bien la voluntad de un beso que presume ser salvado de un abismo.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia
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Poeta
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Todo fue propicio, la noche se permitió ser el escenario, el flujo de la calle aportaba la iluminación, tus pasos resonaban con el eco de las sombras. Yo ponía mirada y abonaba la memoria; ir era una forma interminable de llegar a la meta. Qué cosa más natural el sentir tus dedos en mi espalda, qué cosa más obvia recibir tus besos con sorpresa. El absoluto venía de dentro, era sentir ya no la mirada desde el cielo, era saber que el ojo estaba en nuestro pecho y mirar era hacerse el uno al otro.
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Poeta
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DEUDA
¡Nos quedamos debiendo tanto amor! ¡Qué necio fue creer parar el tiempo! Gastar como ebrios los momentos. Posponer como ciegos el amor.
El acero enraizado que bullía. Fortalecido en distancia. Que brillaba en tus ojos. Que vagaba en los míos.
¡Nos quedamos debiendo tanto amor! De la mesa cotidiana, hoy me duelen los silencios. Y es ahora, mi viejito, en tu ausencia de martillos, o en tu patio enmudecido, que te gritan mis cimientos, se lastima el corazón.
Por pantanos rutinarios extravié mi red filial, Nos amábamos silenciosamente Fuimos rieles bifurcados. ¡Ay, qué deuda más absurda! Con racimos en los brazos, demorando en abrazarnos…
¿Habrá, Dios, aún espacio que nos colme de consuelo? ¿Qué compense esta torpeza que hoy sacude mi canción?
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Poeta
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Abrázame fuerte, para en mi mente, retenerte, permite que tu corazón entrelace sus latidos con mi amor.
Transmite a mi pecho, el calor de lo desnudo de tu piel, estréchame fuerte, déjame sin aliento, ya le robaré después, un suspiro al viento.
Abrázame fuerte, rodea con tus brazos, la piel de mi cintura, quiero subir al cielo, teniendo los pies en la tierra.
Quiero por un abrazo, perder la cordura, deseo que lo acompañe un beso, y saborear su dulzura.
Abrázame fuerte, necesito a tu cuerpo aferrarme, y en la seguridad que me da tu abrazo, hazme sentir la pasión, la alegría y la ternura.
Quiero sentirte mío, quiero sentir, que aún vivo!
Abrázame fuerte, eres mi seguridad, mi gran amor y.... mi buena suerte!!!!!
Claudia Alhelí Castillo
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Poeta
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Sueles convertirte en un misterio cuando entra en tí, casi en puntillas, el halo voluptuoso de mi beso.
Eres entonces, laberinto rosa, despiadada aurora cegando mi sueño.
Dificulto que pueda sostenerme sin esa energía de tu mirar sonriente.
Dudo poder llenar mis mustias oquedades sin palpitarte y descubrirte. Sin sembrar tus corredores tibios de mi nómade panfleto de caricia.
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Poeta
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Osito peluche, tan tuyo y tan mío, que en medio de penas, podías besar. Amigo de siempre, recostado inquieto en el lecho verde, tiene esas palabras que en la despedida hubo que callar.
Mocoso peluche, recogió el calor de tu cuerpo encinta, y en su cara simple acunó algún llanto que, sola en tu cuarto, nadie más oyó.
Osito peluche, palpitante osezno, hermano del hijo que sientes crecer, tú lo cuidas ¿cierto? con tus ojos dulces de vidrio o carey.
Amigo peluche, en un diez de junio te vi yo nacer: desde una vidriera saltaste a sus brazos mensajero tibio de una gran pasión.
Hoy cumplo con algo que un día de estrellas yo te prometí: viene un hermanito, en alas de junio, viene con su paz. tú, demás lo sabes, lo has visto crecer, dentro de mamita, inquieto y en fe…
cuídalo tú, osito, que el día que nazca no podré allí estar. Cuídame a mamita, dale tu amistad, yo sé que contigo, menos sola está.
Ahora que un niño tendrás que cuidar, sentirás, osito, ser mayor de edad
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Poeta
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Dejemos que esta vez se acaben los secretos los tuyos y los míos al descubierto.
No pretendamos hacerlo a escondidas porque son líneas que todos pueden recorrer pero solamente los dos podemos descifrar.
Abandonemos el temor a querernos aún sabiendo que lo destruye un lamento; olvidemos que lo nuestro es absurdo no fallemos por desidia en el intento.
Escudriñemos respuestas singulares, pues la noche colmada de pasiones creará un corazón de impensados afanes. Y sobre el cuestionado adiós yo te aseguro, que sólo imprimiremos un te quiero.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia
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Poeta
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Rondaba con un incisivo recuerdo por tus ojos tristes y fui, como intruso guijarro de risa, a hurtar una lágrima escondida, estremecida allá por tus pestañas.
Mientras me contabas riendo que los fantasmas partían que en tus labios mil bromas suspendían el trazo de la pena.
Mientras tú me hablabas, segura o temblorosa, yo iba, así, escarbando tus fibras valerosas.
Ahora no estás cerca Tan sólo es mi buscarte asomado a las nieves, encandilado de amores, el que así te prodiga unas uvas de viento.
Para sacar esa lágrima fugitiva en su patio y tirarla muy lejos, como siembra sus huertos nuestro Dios verdadero.
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Poeta
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