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Olvidándosenos
Cada Vez Ser... Cada vez ser... Cada vez ser. ¡Muchos!. ¡Muchos en un año!. Los meses, los días, las horas. De alegres y de cobardes, más agrandando dio la tormenta, el manto.
¡Hondo, antro, presto!.
Aquél. Adiós. Rojizo. Adiós, aquél. Rojizo, rojizo.
La bandera Del Momento.
¡Jamás del cuál se vuelve!.
Ni se detiene, nunca, el curso de la muerte. Amigo. ¡Ni conmigo, ni contigo, ni con ninguno!.
Vaya ó venga la canción, el aguijón. Amor del nunca visto. A salvo, descarnado. ¿Dónde, dónde?. Donde La Desgracia Esparce.. Esparciendo la desgracia. Largas horas sin descanso, la turba, sin piedad. ¡Se pudre desazonada!. Con amor, irá, mejor, cada vez será, una flama.
¡Algún día!. Solo. ¡Un momento!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Almendrado suspirar
En un suspiro al atardecer, de golondrinas, una vez, vivió un almendro, muy lento y su perfume, solamente tuvo un sueño.
Al pié. De almíbares. Alfalfas... Arriba y abajo. Almendrado era el suspiro.
Era un buen suspiro, muy ligero de sus alas. Y... ¡Siendo único ése aire, permaneció en la noche!. Con la edad inmóvil. ¡Campana!.
Y aunque en el amendral estaba, el fruto en ese aliento, vegetal. ¡Apasionadamente azul!. ¡Por el respirar se deshacía!.
En La Cercanía a lo lejos no cambiaba. Una Primavera de dos siglos, vecinos de los relojes. Del sol y arena. Un Durazno blando, cereza manzana. En el principio_____ ¡Fugaz alegre!. ¡Aquél suspiro de viaje azul!.
En la huerta del vegetal, amable aliento.
El sol descendía bajo las hojas, arrollador adoro, más ligero que víctima, de los mágicos, y suaves, plumas blancas de los inviernos, néctares del durazno, del cerezo. Al olor de una manzana prohibida, en la noche, inmóvil como el aire. ¡Campaneaban los arcoiris suspirando!.
El Suspiro almendrado En el Almendral del tiempo... ¡Después!.
Después, el tiempo se despidió, de las palomas, e inició también, su viaje de colores arcoiris. Luz. Aliento. ¡Voz del tiempo en ella!. ¡Vegetal en ambos!. ...Almendro y suspiro...
Como... Luz con sus dos gotas circulares. Muy pronto, en el recuerdo. El monumental padre de la memoria. ¡Golondrina, campana, huerto!.
En el después y en el ahora. Los pasados presentes. Están. En... El... Aire... ¡Inmóviles!.
*¡Luego!*
Las golondrinas regresaban siempre. Al atardecer saludando alegres. Los Días Descubrieron cada invierno.
En La Casa, casa del mismo suspiro suspirante.
En la casa, café tomando. Y el__ Suspiro__ En el___ ¡Almendro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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entre vos y yo la mente del deseo y el deseo que vuelve en tu carisma en tus labios sensuales que trasmiten tu pensamiento el deseo esta latiendo entre tu amor y mi amor en el deseo en limites de rock and roll en tus ojos que siempre vuelven a mi corazon
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Poeta
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AMARISMADA
En la, marina mirada miel. Aquél amor alado. Fue, fuente, fuego. ¡Fuerza!. Piel palpitante primavera.
Aquél amor. Aquélla mada. Fue, fue... ¡Lo qué será siempre!. Fuente de fuego. Vivo pasado.
Vivo, muy vivo, el pasado vive y revive. Al hombre, en la consciencia, libre, libre.
Amar Amor___Cercano al mar. Miel___En la mirada. ¡Íntima!. Ladra la noche___Suspiros perlados. Espumosos. Pedernales__Palpitantes__Labios. Aquél. Amor__¡Del sueño dueño!.
Andanza hay, que no mudanza, se siente. Desnuda la memoria, muda. (En cambio) Sola la piel imita húmeda. (Exequias) ¡La marea qué ardía!. La rena desves Tida. ¡Dado el mar cercano!.
Aquél amor. Agigantado el nudo. Aquélla mada. ¡Núbil luna aurorea!.
Húmeda orilla cada segundo sueño. El puro. Amor alado el mar.
Fue, fuete tibio. Torneada maravilla. Orilla viva, vertido el polen. Vivo pasado____ ¡Fuente de fuego!.
Alado el mar de miel lenguaje, palpitar que vierte fuerza. ¡Aquélla marada del íntimo!. Paraje del sueño dueño. ¡Húmeda gema y labios espumosos!. Fue y fue. ¡Y lo será siempre!. (Hilo eterno). Miel, palpitando, el camino. En Cualquier. ¡Mañanamarismada!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN UN BESAR SAGRADO
El labio aleja helados éxodos. La risa, la selva calma. El ritmo la cima escala. El beso íntimo peldaño. En. La. Desolada noche. Del abismo daño. Del tropel pupila herida. ¡Carne, carne inerte del tumulto!.
Labio que alumbra. Al vertical impúber. Derribando los pretéritos inútiles. ¡Cánticos románticos monótonos!. El beso emocionado. Intacto. Cambia el horizonte oculto. En virginal tesoro. Un día.
En una mina. De mil gracias esmaltada. El beso de... Alma, alma. Alivia el cruel influjo del ambiente. De la fe perdida. De la obscuridad miserable fruto. Y cultiva. Sublimes trópicos profundos.
El Besarse Sagrado Las Sagradas Almas Con El Corazón Del Fuego Y De La Carne del alma humana.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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en el oceano de tu piel estan tus limites del deseo besos que declaran tu amor por mi en la nave del amor navego oculto en tu mar del deseo y la tentacion en tus olas que son el recinto de nuestro amor sensual que da cura a mi sentido de amarte
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Poeta
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amor de sensacion entre tu piel y mi piel de tus labios soy esclavo de tus ojos las palabras que se piensan y no se dicen amor deseo en tu cuerpo manos que evaden el olvido para unirnos en un beso donde terminan las estrellas
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Poeta
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mis manos en tu piel y tu cuerpo en mi cuerpo de deseo y accion de besos que reencuentran al deseo de tenernos tu mirada y mi sonrisa tu calor y mi calor en sentido de lo exahusto en tus besos mi pasion
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Poeta
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Campestre infancia lejana...
¿Éstá allá?, Si... Sí. Si en el fondo Último de las horas... Enrojecidas. ¡Cómo el desierto en una gota crece, después de cultivar los lagos en la leche del establo del relato!.
Campestre Infancia... Lejana, lejana, muchas veces, tan cercana e invisible a muchos.
Pero, no sin antes iluminarlas, estrellas en torno, mezcla de palomas, blancas, blancas, en cierta forma, raíz. ¡Raíz del aire!. De la mesa imagen almendrada. ¡Cada tarde al salir del ánfora!.
Infancia lejana. Infancia campestre, muchas veces, y cercana otras. Visible recuerdo.
Intentándolo como la manzana, muerde la transparencia, y de los labios, niños, juegan, con las nubes, y el rostro, por los tiempos, de la luna dulce viña. ¡En su mundo!.
Lejanía campestre. Lejanía de infancia. Tan cercana a veces, tal vez, en los sueños hay campanas y canciones.
¿Serán acaso ellos?. Los pequeños, los rincones, y sus murmullos, unos de papel multicolor, otros, dulces, como las pelotas, y las viejas canicas, en las frutas frescas, en los años. Adueñados. ¡Adueñados de las cosechas!. De la infancia lejana.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SAL DEL ALBA
Cuando las olas callan la espuma, en los arrecifes, el viento despierta, las manzanas a lo lejos. ¡Un huerto de peces!. En la música en que vuela. La belleza. En su canto. ¡De burbujas!.
***Sal, sal. Miel blanca***
En lo alto, la luna escribe. Noches, melodías, con las estrellas. Caminando entre las teclas. Blancas chimeneas en silvestres flores. Vagabundas del invierno. En lo alto. Muy luna. Muy letra. Agita la máscara de fruta. ¡Miel de luna joven qué la sueña!.
** Blanca, blanca. Miel sal***
¿Cuándo las pupilas escucharán, por los rincones las campanas, el perfume sonoro del arcoiris?.
¡No hay nombres, voz y reposo!. En la hora. ¡Qué lastima!. ¡Qué sigilosamente avanza!. De perfil. Cometa. Y medianoche.
En La Ola deshabitada. Plaza. Una vez desdibujado. El filo cálido. Y el sublime palpitar. Del arrecife. Del arrecife, umbral del alba. ¡Sal, sal de ahí!. Sal alba del alba.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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