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Un día trae otro día pienso en mis colores pasajeros ayer rosa, hoy blanco marfil, perece mi infancia confiada, sin tus contratiempos altaneros ni tu presencia en mi ventana, pensaste que latiría mi sien sin la agonía de niña gentil en sus cálidos dolores ni el calvario que cierra la puerta de tu ausencia, eres mi creador perdido en misteriosa misión de tu existencia .
Perece mi celeste juventud cual humo sutil que el alba exhala, mil derrotas, mil triunfos en soledad en la aurora tímida y callada de tu destierro, un sol furioso iluminó mi alma y junto a la hermana aspiración de mis resplandores la humana juventud brillo en grato ardor, iluminadas mis blancas virtudes, verdades y mis amores la voz de la vida cantó en aparente armonía, más tu mudo canto, mi creador hábito sordo en las aulas de mis años quemados.
En el crepúsculo de tu vida, me dejas una rama huérfana de identidad que tu ausente sol nunca aclaró, ¿rosado, azul o arcoiris?
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Poeta
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Não sei o que eu misturo... Só sei o que eu costuro. Vivo tentando vestir meus sentimentos, meus momentos.
Vou costurando as palavras, tentando dar uma roupagem, uma forma, uma imagem...
Às vezes, vou na contramão da literatura, completamente alienado...
Como não sou "habilitado", sei que serei multado. Ou não?
A. J. Cardiais 05.03.2011
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Poeta
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Ya se alejan las inmóviles aceras con los pasos de la gente aglomerada y se alejan las aceras aledañas con fronteras ciudadanas de cemento. Y la piedra del cemento que se asienta ni se mueve ni consiente que se muevan las aceras las aceras que se alejan con su gente de la fuente de mi sano entendimiento.
Las aceras movedizas no pretenden encontrarse con mi falsa comprensión y alienadas, taciturnas, lastimadas, contumaces, me derrotan, me derriten, me disuelven como azúcar bajo lluvias invernales.
Y así entro a las iglesias sin permiso y las misas se disparan sin cesar y bendito aquél que llora sin consuelo y bendito aquél que grita sin aliento sin descanso, sin alivio, sin sosiego. Y bendito aquél que rumia su pesar.
Me dispongo a abrir la boca para hablar y una ostia me la calla dulcemente desde el cuerpo con la sangre del Mesías que en mi lengua se disuelve contingente. Alabado aquel que viene desde el Reino alabado el invitado a la reunión.
Y saliendo de los templos misteriosos en las calles todo vuelve a lo normal. El normal frenetismo cotidiano la normal apremiante agitación la normal ansiedad perturbadora la normal vertiginosa conmoción y el infarto a la vuelta de la esquina y el frecuente carcinoma de pulmón.
Las aceras que se alejan sin moverse llevan gente sin un rumbo definido y me siento, sin sentarme y sin sentirme, yo me siento afortunado al menos hoy.
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Poeta
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Me desafías en tu tierra tierra de Cervantes, entre cuerdas cargadas de sudor y sabanas sin impunidad ni compasión, soy tu muchedumbre que pide sin clemencias tu horrorosa mancha de pecado en mis colinas sometidas por los ardientes acentos de tus desatados labios de fuego, conozco la lujuria de tus delitos en mis desprotegidos muros debilitados por placer, no habrá misericordia que nos socorra en este desafió de humeantes caricias, delirios y lamentos, nuestras miradas y suspiros íntimos serán un sublime pacto de expiación a nuestras flaquezas.
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Poeta
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El viento remece con fiereza el techo y siento que así es como tu recuerdo estremece, cada fibra de mi humanidad; afuera hay además un dejo de desamparo de tristeza, la lluvia se descarga a raudales y una infinita soledad, impasible me ataca.
La solitud se convierte en terrible suplicio, el tiempo, en un goteo tortuoso y la risa… en una mueca inanimada; el sueño no llega, en vano evoco nuestros instantes felices, porque entonces tus ojos, risas y alegría repican lastimando la ausencia de mi vida…
Así como mis manos aprendieron a colmar con tus formas, las ansias de acariciar, así, mi vida llenó mis paisajes de los colores y aromas que llegan contigo, que saben a ti, así mis ojos encontraron la profundidad, cuando me miré feliz, en tus ojos bonitos.
Corro, vuelo, ando… no quiero cansarme, urge alcanzar nuestro exquisito remanso, atrapar incluso esa solitud, que disfruto de mirar en silencio los rasgos de tu carita bella y leer en tus exquisitos labios, lo que digas y perderme, en la excepcional sensación, del ensueño de estar juntos, del tacto…
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Poeta
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¿Por qué me dejaste cuidando rosas Que en mi corazón sembraste? Si con tu ausencia, ellas Muriendo acabarían.
Con lágrimas amargas las regaba día a día, Viendo que tú ya no volvías; Poco a poco el olvido, Las fue matando.
Flores muertas fueron cayendo por el suelo, Más llenos de espinas, palos secos Quedaron en mi pecho, hiriéndome Tanto como tu recuerdo.
En noches de luna, cuando aclaran los caminos Salgo a la terraza a mirar la lejanía, Con la efímera esperanza de verte Llegar, otra vez a casa.
Con el paso de las horas, la madrugada entra Y con la esperanza rota tengo que volver, A la alcoba, entumecido y, solo Queriendo soñar contigo.
Delalma 31/08/2020
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Poeta
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Num dia de céu cinza, um choro de guitarra deixa meu coração apertado...
O presente, unindo-se ao passado, deixa o futuro desconfiado... Mas o futuro não faz as malas, fica esperando o resultado.
Um céu cinza, deixa interrogações no dia. A chuva pode descer e assim entristecer uma alma penada.
O que fazer nessa estrada, cheia de interrogações e reticências?
A.J. Cardiais 22.06.2020
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Poeta
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prisão
.....e assim me remendo, tapando furos, abrindo espaços, para nova dor que invento. para justificar revoltas, e tapar a luz do sol. Preciso justificar meus nãos, preciso me economizar. Tenho medo de que a claridade mostre novas possibilidades de ser, preciso me poupar render juros e dividendos de sofrer. Cultuar o martírio que criei para punir esta pessoa que resolvi ser.
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Poeta
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El sexo es una droga, yo el componente activo.
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Poeta
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Mi sombra verdea al canto cierto del alma del herrero de mi aldea, a través de mi balcón entre mis velos transparentes miro el metal caliente fraguado por la corriente de su cuerpo envidia de las candentes y agitadas nieblas de mi cuerpo estremecido, aquella alcoba perdida llena de vapores y sudor ardiente, y las revueltas sábanas en su lecho mordidas con furor ajeno son el dolor que agrieta mi pecho que sin crueldades me tortura, cada noche tempestuosa y fría mi lujuria siempre despierta aguarda su impúdica mirada para ser el metal de sus antojos.
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Poeta
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