Si creí encontrar agua en medio del desierto O alimento entre la tundra del ártico Y cobijo en la esterilidad del mundo Es porque antes, tuve la palabra esperanza.
Esperanzado es encontrar, hallar, adoptar En medio de desiertos, tundras y esterilidades Aquello que existe antes de encontrar.
No se cuando, pero un día la perdí Por eso te pido, funda mi esperanza Aunque, para ello, debas fundarme antes Que sea alguien y pueda También generar esperanzas.
Porque las esperanzas se nutren de esperanzas No existe en el Cosmos presente ni en los posibles Mayor empatía que la esperanza Ya que emana del ser hacia otro ser Porque aquel que me mira como ser Y me contempla como tal Hace posible en mí Y genere en otros Esperanzas también.
Dame la condición de poder ser Y así creer en tu palabra Esperánzame, quita de mí Esta desesperanza que anula Lo exiguo que soy Por lo exiguo que tengo.
Ya ves, hoy no se trata de si podré comer Si tendré algún lugar para dormir O no ser molestado por los uniformados de siempre Ni ser moralizado por algún guardapolvo de turno Ni insultado, ni vituperado con el clásico “negro”.
Ya ves, se trata de esperanza Sólo tengo 12 años Y sin ella…… Estoy muriendo.
Cuanto amor hay en tu mirada y esa intensa ilusión despertando con el alba más un roce de brisa en tu piel madurada y ese rocío tierno de luna inmaculada.
El tiempo ha corrido dejando surcos en tu rostro y en tu cabello hilos de plata sudorosos es esa vida a cuestas, con virtudes y con fallas que hacen en ti, el amor dulcemente añoso.
Vuelas en calma en la infinitud de tu tiempo llevando en tus alas las marcas de tus sueños los que te han dado la plusvalía en tu hermoso verbo lo que ha hecho crecer el amor en tus suelos yermos.
Caminas despacio, aun cuando el tiempo te acosa en una vorágine de un sentimiento hambriento escalas montañas disfrutando de las rosas sin permitirle al alma que sus sentimientos sean plenos.
Vuela alto y cabalga en praderas frondosas a fin de cuentas la vida es una sola si así eres feliz, seguro tu alma al cielo adosas encontrando la plenitud que en tu espíritu libre se forja.
Vuela, vuela cual libre mariposa, encontrarás tu camino en ese horizonte ancho y dorado, donde el sol reposa y la lágrima que queda en unos parpados finos el tiempo la secará donde las estrellas flotan.
Avalancha de palabras, de sensaciones torrentes, pasiones como volcanes, de emociones cataratas y de amores huracanes. Remolinos que arrebatan, de sentimientos voraces, vertiginosas vorágines.
En el fondo de los ojos, brilla el nervio enamorado, miradas entre los párpados, reflejos que van pasando. Baten olas de nostalgia, crecen vivaces enojos, en el soñar trasnochado, de una atrevida falacia.
De la mano se concitan, rumores y algarabías, bulos y medias verdades, ensueños y fantasías, junto a realidad y verdades. Caminan junto a la ofensa, rencores y vanidades, que van pudriendo la esencia, como se enfangan amores.
Esquiva el viento la esquina, dribla la abulia el amor, escapa el necio silbando y el héroe elude el temor. Así, soslaya la vida, las penas del corazón. Valor que al miedo rodea, para vencer al dolor.
Amores que se devoran, inmersos en las pasiones, entre cánticos diabólicos, sucumben las tentaciones. Viejos tabús que hipnotizan, con finas medias verdades y mentes que se marchitan, como se ajan las flores.
Entre dudas y certezas, camina la criatura, envuelta en banalidades, en ideas deslumbrantes, andando sobre los bordes, de negruras abisales. Vértigos en las malezas, que confunde las verdades.
Como riegan las conciencias, las grietas que al aire quedan, como heridas insalvables, que supuran las esencias, de un dolor que se revela. De las verdades a medias, nace el holgazán que medra, a costa del respetable.
Colgados puentes sin nombre, para cruzar sin bagajes, ligeros de desamores, de murrias viejas que abaten. Livianos los equipajes, para caminar ligeros y que no frene el impulso, el peso de los pesares.
La sombra se va cerniendo, pero la luz la combate, con la fuerza de una lanza, que a la oscuridad traspasa, rajando de parte a parte. Una voz cruzó la estancia, afilada como un sable, que a la abulia vence y mata.
Amores en el zaguán, esperando corazones, abiertos de par en par. Amor que supera montes, con el insistente afán, del valor que le compone.
A.L. (ángel l. pérez) NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME (anónimo). NO GUARDO MÉTRICA ALGUNA...SI ASÍ SUCEDE, ES PURA FORTUNA
De su pluma surgían versados poemas Manuscritos y notas como granos de arena Le acompañaban sus musas cada cual en su tema Y en un estante guardaba poemarios Y emblemas Nunca vieron la luz aquellos viejos poemas Se perdieron en las olas entre el mar y la arena Si tan siquiera un verso hubiese leído ella La mayor de las musas la reina la estrella
A través del cristal del universo Que separa el cielo de la tierra, Sobre la luna, yo puedo divisarte Caminando sonriente, con tu vestido Blanco y tu pelo color de las estrellas.
Ahora que estás cerca del cielo, Pienso que tu alegría ha de ser más, Escuchando la música celestial que los Latidos de mí corazón, hicieran para ti, en Tiempos que ya, de tu memoria se borraron.
Yo no estoy triste, porque puedo Disfrutar tan bien de tus alegrías, Al final, Eso era lo que yo quería, Mi alma goza contigo, con cada paso Que das, cuando atrevida pisas las nubes Y asomas tu cara, niña de ojos morenos.
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Ahora que te canto desde esta voz que tiene mundos desnudos de ti y trajes del color de tus ojos. Y una corbata solida llena de miedos de que me olvides y un acto definitivo de elegancia que quiere ser forma de encerrarte.
no tengo cementos consolidados ni bolígrafos para escribirte y las melancolías dan las horas justas. Esos minutos que me someten a la cadencia y a la espada de querer tu miel. Esas horas nacidas de pie y que a veces, y casi siempre, no puedo evitar, son obscenas en mi pensamiento. Atrevimientos de la memoria que son perpetuos en la necesidad de poseerte.
Ahora que hay un ruido y un rodar sobre estas sabanas que me torturan… es que pasas todos los días a mi lado y dejas un viento que derrama aceites. Dejas aromas de ángeles despiertos que son vigilantes de esta cornisa de besos que espera la lluvia de los tuyos. Hay cintas de deseo y te vas por la calle moviendo el aire desordenado de tu cuerpo y mis ojos se hacen invierno. Hay lentitud en tus pasos y me pregunto de que vale si mirándote me dejas la herencia de verte y locamente se extiende tu figura sobre los sueños que me han de venir. Y la salmuera de mi nombre te llama… Te llama y tú sigues calle arriba Y a mí me dejas con el deseo nupcial de tenerte y viudos mis labios por morderte nombrándote.[/left]
Con lengua de flores de un abril frondoso con todo en las uñas de arañar un foso... Y el azahar de sombra de jazmín de broche y al cantar delirios y el amor es noche....
Porque sos quien me da muchas esperanzas las ganas, la visión, los sueños, la calma porque sos grande e infinita alegría mis profundos anhelos noche y día.
Porque me das amor de forma intensa porque tus besos a mi piel entregas volviendo mi llanto en ventura densa y tus caricias en mi cuerpo impregnas.
Porque sos el aroma a cielo inmaculado más la sonrisa y la mirada discreta y el ejemplo del amor abnegado.
Porque sos el tiempo de amar sin etiquetas y el trino de pájaros sincronizados… Porque así sos… Vida colmando mi vida.
Naciste en la villa Naciste mujer Naciste bonita Naciste sin padre.
¿Quién te protegerá Leve flor naciente de las fauces De la precarización? ¿Quién te protegerá de Todos los abusos Habidos y por haber Tanto fuera como dentro de tu mundo?
Por ser villera, bonita mujer Y sin padre a tener?
¿Quién?
¿Serás niña madre Orgullosa de ti e incipiente luz En la maternidad inducida por los hechos?
¿Y tú? nacido en la villa Varón y sin padre también
¿Quién habrá de protegerte Hoy día, nacido en la villa Sin posibles resabios De la conciencia Sesentista?
Serás explotado con un futuro De sudor y exigua paga. Y sospechado De todas las calamidades posibles. Porque Pandora cambió de tinaja Son los nacidos en las villas Los nuevos desesperanzados Porque la esperanza Sólo nace en una sola palabra Y realizada en otros espacios.
En blanco y sin vida alguna, yacían las hojas abandonadas sobre el viejo escritorio que lucía una gruesa capa de polvo.
Tristes y resignadas aguardaban el olvido cruel y definitivo, tiñendo sus almas de amarillento dolor; entregándose a una que otra telaraña.
Una noche la inspirada pluma llegó, rescatándolas con bellas y sentidas letras, borrando así todas sus arrugas y penurias; dándoles sentido a su existencia.