Ven a mí cariño, siente mis labios, lo que haces por mí, lo que siento por tí.
No puedo pensar, que no puedes actuar, de la manera que solías ser, quedó más remedio que irnos.
Sólo tu voz melódica me arrulla, a través del techo, soy un desastre, confieso que es por tu culpa, me sacudió con tanta rapidez tus caricias, que me golpeó como una brisa suave.
Buscando privacidad, poco a poco, seguimos viéndonos a escondidas, seguimos enamorados.
Eres suave como el aire que acaricia mi piel, eres todo lo que anhela permanecer en mi interior, en lo profundo de mi corazón, al igual que el aire que está en el cielo.
Cada vez que pienso en ti, recibo un disparo dentro de mi, una ráfaga de tristeza, no es mi problema, pero es un problema que encontré viviendo la vida que no puedo dejar atrás.
Cada segundo que pienso en ti, cada noche que pasé contigo, enamorado estuve de ti, no lo puedo negar, no dejo de pensar en ti.
Cada vez que te veo alejarte, me arrodillo y rezo, esperando ese momento final, en que digas las palabras que yo no puedo decir.
En verdad te amo tanto mi niña, no ha pasado mucho tiempo, desde que te conocí, desde que nos encontramos, al caer el sol en su hermoso atardecer.
Me siento como el sol, me siento como la lluvia, creo que acabo de encontrar razones para vivir de nuevo, porque lo que he estado sintiendo tu amor, sé que es tu verdadero amor por mí.
Me siento como el aire, como un ave, volando a la libertad, hacia nuevos destinos.
Puedes ver mi visión, un verano tranquilo en blanco, cuando el amor es un sentimiento, que nada lo puede doblegar.
Estábamos girando la llave en el interior, para entrar en el momento, vivimos en un sueño, te veo hoy.
Siento que todos mis miedos se desvanecen, he estado esperando tanto tiempo, para que algo nuevo suceda, me siento con un deseo constante de estar contigo, y tengo un secreto, creo que debes saber, que en verdad te amo tanto mi amada.
Mi corazón se agita alegremente al susurro de tus pasos, vida mía; y al contemplar tu grata lozanía me acostumbro a soñar calladamente.
¿Qué dulzura me embarga en este día? ¿Qué me hace decirte tantas cosas? ¿Es repujante aroma de las rosas? ¿Será, tal vez, una dulce melodía?
Tus besos son para mí, besos de fuego; tu boca cual coral rosado angelical, y tus ojos que me alumbran con reflejos, son quizá luceros de una noche fugaz.
Me embeleso con tu cara de ternura que purifica el alma virginal; por eso es que te amo con dulzura ya que tú me darás felicidad.
¿Qué es el amor? Sueño divino que mis pupilas hace destellar; es cual un sorbo del néctar ambarino, ¡nada más grande que el amar de verdad!
¡Te amo! Y vuelvo a repetirlo; no me cansaré de cantar mi ilusión; porque eres dulce y sincera amada mía, ¡un serafín que me hace sollozar de emoción!