Canta corazón, que cada noche sueño con ella Por que mis versos se convierten en canciones para ella Ella inspira mis letras y las vuelve canciones Y es que eres mi más grande ilusión.
Canta corazón, por que tu sabes que esto no es un error Se que a ti también te gustaría que esto pasara Tu sabes que esto no puede ser un error Nada fue un error, por eso canta corazón.
Canta corazón, que mis ojos se enamoraron al verla Mis ojos tristes, conocieron la felicidad, cuando la vieron Se ilusionaron de nuevo, y ahora te buscan en mis sueños Tratando de encontrarte, para ser felices.
Nadia tengo una mala noticia, esto no fue casualidad Ya estaba escrito que nos conociéramos Y que yo me enamorara de ti Y cantándote con el corazón, te enamorare a ti, Nadia.
Llegaste a mi fugaz, brillante y perpetua; Surcando estrellas, navegando mares y destruyendo barreras; Te describo como un cometa anunciando una nueva era, como Halley llenando de de esperanza a los 80'; Llegaste fugaz a mi firmamento y tu trayectoria se hizo eterna; desprendiendo fragmentos de energía cósmica llenándome de vida eterna; Entraste a mi atmosfera como el cometa Biela, dándole al sistema la mas hermosa lluvia de estrellas; Fugaz llegaste, brillante nos hicimos y perpetua te quedaste
Te vistes con el color de las confesiones te sonrojas con la caricia de las pasiones te ríes corolada de inocencia te disfrazas con la alegría y las caricias siempre pareces distinta... siempre bella... siempre eres verdad mía. siempre serás mañana siempre serás vida...
No te llames triste, solo estas aislado, Ignorando notas que susurra el viento que pasa a tu lado, Y te dices solo, pero estas anclado, Como están los robles que miran al mar desde el acantilado.
No te llames pobre, ni decepcionado Cuando has elegido que se oculte el sol en tu cielo nublado, Te dices errante, te nombras gitano, Cuando en cada puerto dejaste agitando al partir unas manos.
No llores al cielo, no implores justicia, Cuando despreciaste por mera soberbia sutiles caricias, Ni añores amores, ni noches perdidas, Que en amaneceres mataste marcando como horas furtivas.
No te llames triste, no añores canciones, La vida es el valle que pintan tus ojos desde sus balcones, No clames abrazos, no busques razones, Que oculten a ilusos cicatrices hechas por tus decisiones.
No riegues con llanto, no siembres pesar, No escondas tus faltas tras una cortina de suave cristal, Ni rías en vano, ni finjas llorar, Que tu alma lamenta que ignores y ocultes tu dura verdad.
No te llames triste, solo estas lejano, oculto a la sombra de oscuros abrigos en tu propio armario, No bajes tus velas, ni apagues tus faros. Que en mares bravíos se prueba la fuerza de nobles corsarios.
Sálvate del destierro y de lo que diga la gente. Mata la caricia en vano que permaneció ausente. Guarda el perfume ilusorio que llevabas en mano. ¿De qué sirve insistir si tu cariño es insano?
Sálvate del murmullo de los pasillos aislantes, de tu castillo notorio y tu amor de diamantes. Presume lo que te falta y te diré lo que careces, al final tu destino te mostrará lo que mereces.
Sálvate de la angustia y de los malos momentos. Huye como aprendiste de tu amigo el viento. Vuélvete una ventisca que congele tus pasos. Prefiero decir adiós a que me vuelvas retazos.
En el trasegar de nuestra enigmática existencia somos leños que a preservar el fuego aportamos, en unas ocasiones es imprescindible la presencia, sin valorar toda la esencia, excusas presentamos.
En un caluroso hogar, se realiza la primera etapa esos hermanos irradian calor en el crudo invierno, una tierna madre los profundos secretos destapa y nos exime de contribuir aportes al cruel infierno.
El control del fuego fue un logro de la humanidad, a partir de este instante inicia el intenso progreso, nunca podremos obtener una absoluta inmunidad, desde el nacimiento nuestra historia es sin regreso.
Hay un astro que provee pura energía sin condición, a melancólicos y alegres llega esta enorme maravilla, todo vicio, aunque produzca placer, es una perdición puedes experimentarlo hoy en Alejandría y en Sevilla.
Cada atardecer, el Sol gusta de acompañar, cubierto con su brillante armadura, a la indiferente lejanía. Es allí, donde se dibujan las razas de los vientos y tejen las olas sus rotos lamentos, siempre acorralados por la soledad de las distancias.
A la hora de ir a trabajar O a ponerte a juntar cartón Vender en la dura calle Peines, alfileres, zoquetes etc. Cuando vas al comedor A recibir la limosna del día ¿Te ves como dice el pregonar Que los representantes dicen de ti? Ellos hablan de ti como Pueblo Como Patria, como Nación ..............¡como poder! ¿Puedes creer en eso? ¿A esa burla?
No quiero premios ni honores, quiero sentir el perfume, de la tierra que me absorbe. La flor prendida del aire, en mis ojos recreándose y una brisa que me traiga, justicia para los pobres.
La ciudad quedó desierta, engullida en los vapores, calidoscopio embustero, del ojo que no ve todo. La boca abierta a la savia, que huele pero no llega, la verdad entre bastidores, el miedo abriendo la puerta.
Sonajeros en las ramas, de la oscilante conciencia, que va y que viene o no llega. Se van quedando desiertas, las tierras de sus cosechas y va emergiendo la mugre, de las cloacas que la infectan. Las plegarias no cosechan.
No quiero fama ni dádivas, que quebrantan las ideas, halagos ni falsas loas. Quiero lúcidas justicias, sin coloridas banderas, miradas claras y nítidas, no quiero falsas quimeras, andar con la gente honesta.
Se va quedando desierto, el culto a la Madre Tierra, al pensamiento profundo, a la cultura sin rejas, a la verdad que se añora, a quien al mirar se espanta, de ver vacío en las cabezas. Se van quedando desiertas.
No quiero auroras sin luz, ni noches sin Luna llena, no quiero amores de ensueño, quiero amor de pura cepa, aferrado al sentimiento, ensimismado entre ideas. Volcar los versos cual fuente, sin lacras que los infectan.
Se van quedando desiertas, las calles como las venas, de la sangre perfumada, que en la atmósfera se airea. Sobrenadando en la noche, el amor abre la puerta, entrando como un poseso, para llenar lo que queda.
No quiero dádivas huecas, quiero lucidez y ciencia. No quiero falsas plegarias, ni amor que se quede fuera.