Avalancha de palabras, de sensaciones torrentes, pasiones como volcanes, de emociones cataratas y de amores huracanes. Remolinos que arrebatan, de sentimientos voraces, vertiginosas vorágines.
En el fondo de los ojos, brilla el nervio enamorado, miradas entre los párpados, reflejos que van pasando. Baten olas de nostalgia, crecen vivaces enojos, en el soñar trasnochado, de una atrevida falacia.
De la mano se concitan, rumores y algarabías, bulos y medias verdades, ensueños y fantasías, junto a realidad y verdades. Caminan junto a la ofensa, rencores y vanidades, que van pudriendo la esencia, como se enfangan amores.
Esquiva el viento la esquina, dribla la abulia el amor, escapa el necio silbando y el héroe elude el temor. Así, soslaya la vida, las penas del corazón. Valor que al miedo rodea, para vencer al dolor.
Amores que se devoran, inmersos en las pasiones, entre cánticos diabólicos, sucumben las tentaciones. Viejos tabús que hipnotizan, con finas medias verdades y mentes que se marchitan, como se ajan las flores.
Entre dudas y certezas, camina la criatura, envuelta en banalidades, en ideas deslumbrantes, andando sobre los bordes, de negruras abisales. Vértigos en las malezas, que confunde las verdades.
Como riegan las conciencias, las grietas que al aire quedan, como heridas insalvables, que supuran las esencias, de un dolor que se revela. De las verdades a medias, nace el holgazán que medra, a costa del respetable.
Colgados puentes sin nombre, para cruzar sin bagajes, ligeros de desamores, de murrias viejas que abaten. Livianos los equipajes, para caminar ligeros y que no frene el impulso, el peso de los pesares.
La sombra se va cerniendo, pero la luz la combate, con la fuerza de una lanza, que a la oscuridad traspasa, rajando de parte a parte. Una voz cruzó la estancia, afilada como un sable, que a la abulia vence y mata.
Amores en el zaguán, esperando corazones, abiertos de par en par. Amor que supera montes, con el insistente afán, del valor que le compone.
A.L. (ángel l. pérez) NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME (anónimo). NO GUARDO MÉTRICA ALGUNA...SI ASÍ SUCEDE, ES PURA FORTUNA
De su pluma surgían versados poemas Manuscritos y notas como granos de arena Le acompañaban sus musas cada cual en su tema Y en un estante guardaba poemarios Y emblemas Nunca vieron la luz aquellos viejos poemas Se perdieron en las olas entre el mar y la arena Si tan siquiera un verso hubiese leído ella La mayor de las musas la reina la estrella
A través del cristal del universo Que separa el cielo de la tierra, Sobre la luna, yo puedo divisarte Caminando sonriente, con tu vestido Blanco y tu pelo color de las estrellas.
Ahora que estás cerca del cielo, Pienso que tu alegría ha de ser más, Escuchando la música celestial que los Latidos de mí corazón, hicieran para ti, en Tiempos que ya, de tu memoria se borraron.
Yo no estoy triste, porque puedo Disfrutar tan bien de tus alegrías, Al final, Eso era lo que yo quería, Mi alma goza contigo, con cada paso Que das, cuando atrevida pisas las nubes Y asomas tu cara, niña de ojos morenos.
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Ahora que te canto desde esta voz que tiene mundos desnudos de ti y trajes del color de tus ojos. Y una corbata solida llena de miedos de que me olvides y un acto definitivo de elegancia que quiere ser forma de encerrarte.
no tengo cementos consolidados ni bolígrafos para escribirte y las melancolías dan las horas justas. Esos minutos que me someten a la cadencia y a la espada de querer tu miel. Esas horas nacidas de pie y que a veces, y casi siempre, no puedo evitar, son obscenas en mi pensamiento. Atrevimientos de la memoria que son perpetuos en la necesidad de poseerte.
Ahora que hay un ruido y un rodar sobre estas sabanas que me torturan… es que pasas todos los días a mi lado y dejas un viento que derrama aceites. Dejas aromas de ángeles despiertos que son vigilantes de esta cornisa de besos que espera la lluvia de los tuyos. Hay cintas de deseo y te vas por la calle moviendo el aire desordenado de tu cuerpo y mis ojos se hacen invierno. Hay lentitud en tus pasos y me pregunto de que vale si mirándote me dejas la herencia de verte y locamente se extiende tu figura sobre los sueños que me han de venir. Y la salmuera de mi nombre te llama… Te llama y tú sigues calle arriba Y a mí me dejas con el deseo nupcial de tenerte y viudos mis labios por morderte nombrándote.[/left]
Con lengua de flores de un abril frondoso con todo en las uñas de arañar un foso... Y el azahar de sombra de jazmín de broche y al cantar delirios y el amor es noche....
Porque sos quien me da muchas esperanzas las ganas, la visión, los sueños, la calma porque sos grande e infinita alegría mis profundos anhelos noche y día.
Porque me das amor de forma intensa porque tus besos a mi piel entregas volviendo mi llanto en ventura densa y tus caricias en mi cuerpo impregnas.
Porque sos el aroma a cielo inmaculado más la sonrisa y la mirada discreta y el ejemplo del amor abnegado.
Porque sos el tiempo de amar sin etiquetas y el trino de pájaros sincronizados… Porque así sos… Vida colmando mi vida.
Naciste en la villa Naciste mujer Naciste bonita Naciste sin padre.
¿Quién te protegerá Leve flor naciente de las fauces De la precarización? ¿Quién te protegerá de Todos los abusos Habidos y por haber Tanto fuera como dentro de tu mundo?
Por ser villera, bonita mujer Y sin padre a tener?
¿Quién?
¿Serás niña madre Orgullosa de ti e incipiente luz En la maternidad inducida por los hechos?
¿Y tú? nacido en la villa Varón y sin padre también
¿Quién habrá de protegerte Hoy día, nacido en la villa Sin posibles resabios De la conciencia Sesentista?
Serás explotado con un futuro De sudor y exigua paga. Y sospechado De todas las calamidades posibles. Porque Pandora cambió de tinaja Son los nacidos en las villas Los nuevos desesperanzados Porque la esperanza Sólo nace en una sola palabra Y realizada en otros espacios.
En blanco y sin vida alguna, yacían las hojas abandonadas sobre el viejo escritorio que lucía una gruesa capa de polvo.
Tristes y resignadas aguardaban el olvido cruel y definitivo, tiñendo sus almas de amarillento dolor; entregándose a una que otra telaraña.
Una noche la inspirada pluma llegó, rescatándolas con bellas y sentidas letras, borrando así todas sus arrugas y penurias; dándoles sentido a su existencia.
El "buen día", retumba como un disparo asesino y me preparo para salir al mundo con los dientes apretados en la única batalla que nos ha de tocar en esta, la mismísima vida cansina.
Profunda herida en la tierra, corteza que se desangra, sabor a sudor y pan, aromas de flores rancias. La faz de surcos cubierta, como roturada huerta, palabra que así se estanca, manos sin vista que tiemblan.
Quedó la sombra imperfecta, flaca verdad que se muestra, rencores que se quedaron, inmersos entre las penas. La tierra tornó a riquezas, con el sudor de quien piensa. Sangre de tempranos jugos, que anega la vida nueva.
Impertérritos los rostros, esculpidos en madera, gestos recios congelados, en unas pétreas caretas, ojos de ébano perlados, en frondosas grises cejas, tersa piel que se desnuda, en una recia cabeza.
Jirones del corazón, que entre los latidos cuelgan, como guirnaldas que son, de fallidas existencias. La voz al mando se excita, con la ira entre las cuerdas y no detiene la noche, el dolor en las trincheras.
Detona el tiempo las notas, de un sortilegio que vuela, forjando las letanías, de los engreídos profetas. El viento no se detiene, aunque la verdad sea recta. Amores que se consuman, entre cenizas y tierra.
El campo de amor se llena, con la esperanza en las venas y se suceden los ciclos, como gira la veleta. El amor se va ocupando, escondido entre fronteras, con el alma entre los dedos, escurriendo la conciencia.
En el iris los reflejos, de una vida que se acerca, con los pasos que respiran, de un amor sin duermevelas, mientras se aleja la brisa, que creció en la primavera.
A.L. (ángel l. pérez) NO SOY LO QUE ESCRIBO...SOY, LO QUE TÚ SIENTES AL LEERME (anónimo). NO GUARDO MÉTRICA ALGUNA...SI ASÍ SUCEDE, ES PURA FORTUNA