¿Quién podrá quererte como yo? Me preguntabas cada que desnudabas mi piel con versos perfumados de rosa y clavel bajo esas tibias lluvias de amor y placer que nos enredaban llevándonos tan lejos y regresándonos al amanecer.
Ya no hay lluvias perfumadas ya no hay lluvias de caricias en mi piel ya no estás aquí, siento que el frío llega con la neblina del anochecer penetrando poro a poro mi tibia piel esa que tú cubrías con tus versos de canela y miel.
Ahora tengo nostalgia de esas lluvias en mi piel y de esos versos tan dulces que me solías traer y la canción que nos inventó el viento cuando suena al amanecer es un triste lamento que me hace enloquecer.
¿Cuándo volverán tus lluvias A humedecer mi piel? Y que tus labios me besen el alma borrando la nostalgia que me eleva como a un suave papel dejándome en un mundo tan vacío y tan frío, como cruel.
¿Cuándo volverán tus lluvias tus suaves manos tu mirada fiel? A acariciar mi cuerpo a besar mi alma a humedecer mi piel.
Bosque oscuro se transita, arropado en luz de aurora, verde intenso entre las hojas, fuerte olor a magia y mística, espesa y profunda sombra.
Caminaba sin descanso, penetrante la mirada, febril deseo de esperanza, en unos ojos que hablan. Versátil lengua se agita, en la boca que se agranda, y atardeceres de nácar, levantan sueños que abrasan.
El verso cruzó la sombra, rima al socaire se abraza, de las pasiones internas, que celosas se levantan. Saltan letras junto al ritmo, de las estrofas que bailan, y no se detiene el viento, aunque la vida se acaba.
Borrar de un solo soplido, las quejumbrosas pisadas, y danzar sobre la arena, con las manos en la espalda. Beber del mar del olvido, para recrear la añoranza, y rememorar los mimos, perdidos entre las sábanas.
El cambio nació del germen, sembrado entre las mañanas, luz de luna en lontananza, asomada a la ventana. Giró en sentido contrario, el planeta en su amenaza, y se fueron derrumbando, las ideas que le acompañan.
La voz cuajada de gestos, pura canción que gritaba, del fondo de la caverna, surgió como una tormenta, vibró en el pecho alarmada, y en el alba de los sueños, se silenció su asonada, muda quedó entre la niebla.
Quedose la vida en calma, esperando a que llegara, rictus de amor en los labios, ojos mirando a la nada, melodía entre los brazos, colmados de sus andanzas, y un bello cántico cálido, saliendo de la garganta.
Yo se que mientras existamos, nos recordaremos No podre olvidarte y anhelo estar contigo Pero no sé si tú quieres recordarme Si me dieras la oportunidad te enamoraría con detalles.
Sabes antes de dormir, yo busco tu retrato Pensando en ti, quizás desesperado, por verte otra vez Aunque no te acuerdes de mí, voy hacer que pienses en mi Te llenare de detalles, para que nunca me olvides.
Me atreveré a cantarte todas las noches, con mi guitarra Escucharas todas mis letras, escritas bajo la luz de la luna Cada noche te escribiré un poema, que describa lo enamorado que estoy de ti Te regalare una rosa blanca, para que veas la pureza de este amor.
Yo te querré tal como eres, no hace falta cambiarte nada Y te conquistare con cada detalle y con mi guitarra te cantare cada noche Te abrazare a cada momento, para que sepas que siempre estaré contigo Solo pido que me des un rincón en tu alma, y nunca me des tu olvido, Nadia.
Lo que la grasa es al músculo la experiencia es al espíritu……
El espíritu deviene sólo por el derrotero Y donde no hay derrotero solo hay límites, disecaciones y verticalidades.
He aquí, entonces, el músculo y la fuerza o la experiencia y el consenso He aquí la sangre en las venas o la sangre salpicada O aquel que le ordenan matar o aquel que muere desde su autonomía He aquí la autoridad que impone o la emancipación que exige Como el conservar de unos o el renovar de otros Como el apalear o ser apaleado
Como el interés del lucro o el dolor de la miseria.
Sólo el espíritu conoce el derrotero, se hace desde él, se hace desde la vida.
Y todo aquello que niega a la vida Aunque exista, debe ser negado.
Así, cuarteles, iglesias, colegios, partidos, apologetas y televisión Como negadores del otro niegan el derrotero Fundamento de la vida y posibilidad del espíritu.
Por ello, entonces, ellos deben ser negados O sendero abierto para volver a instalar
El "ojo por ojo y diente por diente"
Y erradicar esa mentira de la paz Cuando impune, continua el derrotero de toda violencia: La explotación.
Miedo que al verbo atenaza, milenarios sentimientos, temor que vive en el centro, donde el corazón se alarma, viento ancestral de locura, que a los terrores alcanza. Vivir andando en el filo, de la daga que le aguarda.
Y va engordando la hacienda, mientras se achica el sumiso, el celo cuida el instinto, que va marcando la senda. Vibrantes vidas aéreas, corazones sin destino, en un rincón olvidados, en las temblorosas venas.
Se va quedando en silencio, fina arena que respira, entre los poros abiertos, dulce y cálido el aliento, mirada que ve y aspira, bebiendo de sus adentros. El viento barre y oxida, limpia el polvo del sendero.
Amor que vive y que mima, tierna flor de invernadero, libre quisiera ser rima, en sus diversos acentos. Contrastes que se adivinan, en sus recónditos huecos, hermosa estela que sueña, en la aureola de sus sueños.
Temblor que el miedo suscita, a preso reduce el tiempo, que va dejando sin vida, la esencia de sus momentos. Volver cubiertas las noches, de apasionados encuentros, y ver mirando las carnes, bordadas de terciopelo.
Se va quedando la vida, vestida de sus recuerdos, y en la soledad profunda, voces que llegan confusas, en pensamientos desiertos. El tiempo roza las fibras, más sensibles, sin saberlo, y atento se agita el nervio.
Voraces noches vigílan, en duermevelas sin verso, con el amor en los ojos, mirando de cerca el tiempo, chispeando los reflejos, buscando ente los destellos. La boca abierta a la risa, con los ojos entreabiertos.
Amar con pasión, sin prisa, para detener el tiempo.
Nadia desde que te conocí, dejé de vivir y empecé a soñar Quisiera ver otra vez, esos hermosos ojos En todos mis sueños yo te vuelvo a ver Nadia olvidarte no se va poder.
Nadia si me ves en tus sueños, llévame contigo Que quisiera amanecer en tus brazos Desde que nos alejamos, yo deje de vivir Nadia te juro que mi corazón, late por ti.
Nadia yo te he de seguir, hasta el mismo cielo El cielo será testigo, del amor que te tengo Te confieso que mi corazón, me reclama cada noche Por que es mucho tiempo, el que he pasado lejos de ti.
Nadia en todos mis sueños te quiero tener Solo te pido que si un día nos vemos Me des la oportunidad de hablar contigo Nadia déjame decirte, lo mucho que me gustas Y lo enamorado que estoy de ti, Nadia.
Erase una vez, un perro enamorado de la luna, pasaba las noches enteras admirando su belleza, parecía que la luz blanca lo hipnotizaba.
A veces podía escuchar un leve susurro de el hacía su amor la luna Recostaba su cabeza sobre la barda, como si se acostara en el regazo de su amor lunar
Yo decía que perro más loco, cuando corría y aullaba por la casa, no sabía que me pedía salir a contemplar la belleza de su amor
Y otras veces recostado aullaba de dolor, yo sabía que esa noche no había venido ella a la cita y el moría de amor y hasta la luz de sus ojos se parecía apagar.
Erase un perro enamorado de la luna, erase un perro que me enseño a vivir cada minuto de la vida, me enseñó que hay cosas que no dmiro por hundirme en lo cotidiano de mi vida...
Cuando mi amor se escriba en tu frente y tus tierras secas en mí se humedezcan entre tu ser y el mío se hará un puente que permitirá que en nuestros corazones las esperanzas, las ilusiones amanezcan.
Cuando te preguntes cómo es el amor que llevo en mi esencia y te ofrezco levanta tus ojos hacía mi dorado albor y verás entre las nubes del azul cielo un musical y alegre viento muy fresco;
allí danzantes entre sirenas y el mar encontrarás la estela que lleva mi amor si entras muy lento, en ella verás brotar ese dorado y rojo que buscas con luz y que en mi alma y rostro se sabe rebozar.
Penetra profundo con tu mirar mi ser empapándote de mi esencia lozana y de mis pasiones que te harán renacer sintiéndo conmigo el amor de verdad que de nuestros centros emana.
Ven, y mírame con serenidad Que tu mirada, las fisuras allana.