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SOBRIEDAD ESMERALDINA (Neosurrealista)
Hoy la memoria me ha vestido, con el pálido recuerdo del olvido, en los ojos de la noche bajo el techo, en las manos del tiempo fallecido.
Hoy que soy mi ayer en el mañana, del espejo que arruga sus perfumes, en los labios de las flores secas, en los ríos de las nubes duras.
Ahora que una lágrima me llora, entre los viejos párpados del silencio, con tantas sombras bajo el sombrero, con tantas luces rojas cegando al ojo.
Ahora que la esperanza ebria está, y teje a la fe con la soberbia, entre tantos caminos sin zapatos, entre tantos silencios sin pestañas.
Ahí donde los sollozos son más grises, que azul el violín del cielo triste, en el alma abandonada de una herida, al final de la muerte temblorosa.
Ahí estará nuestro pasado sepultando, y el futuro con el viento bajo el agua, de la sed que se levanta inquieta, donde pasa, y pesa. ¡Espesa la esperanza!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Una hermosa pequeña cucaracha que vivió el día llorando, por no tener un novio, finalmente tiene uno.
Un hombre elegante y educado, pero sin pelo, pero eso es lo de menos, lo peor es que el novio espantoso está casado con otro baratona, y lo peor ha pasado.
El Roadster estaba embarazado antes de casarse porque la perra está bigamos de dos cucarachas] y el día de la boda que fue un engaño, era pastel, aperitivos, refrescos y golosinas tantos.
Pero había algo extraño, la novia y su familia presente, menos Calvo, es decir, el novio.
Pero para todo hay una respuesta, pero sin novio en su boda, nunca escuché que ninguna explicación es
fue a vivir a otro agujero, cerró su guarida actual y desapareció.
el problema es que no quieres gente vea barriga colgando, llevando en sus bebés.
Bueno, ¿por qué no arrepientas novio había vivido y después de conseguir enbuchar esconde ahora?
Moraleja de la historia:
Es mejor ser una madre soltera, y tener en el futuro su heredero a cuidar de él en su etapa antigua?
O el heredero en el mundo y cuando estoy sola, anciana, llena de enfermedades, esclerótica y solo?
20.12.214
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Poeta
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[img align=center]http://4.bp.blogspot.com/-LKV_iwu6QjE/Uv-SG1jqWwI/AAAAAAAACV0/P-lTjbj2XBw/s1600/buquet.png[/img] La vida transcurre entre nuestras manos! Trate de estar tranquilo, mantener, y ver que el sol brillará, se despertará. Las lágrimas ruedan, gota a gota como lluvias en verano. Mi amor por ti, continuidad de mi vida. Mi único amor. Eres mi fuente de energía, luchas diarias. Reconcilia a mi alma, inercias, brillo de estrellas, lo vigilará dormir. Siga... pensando en el mañana, mi pánico íntimo, _ el miedo; que te deje sin mí, durmiendo en una lápida fría, Me angustia, dormir en tormento! A mi hijo. 12.12.214. ltslima http://www.recantodasletras.com.br/poesias/5068484Publicado por ltslima en 13/12/2014 Código de texto: T5068484 Clasificación de contenido: seguro Esta obra está licenciada bajo una licencia Creative Commons. Usted puede copiar, distribuir, Mostrar, realizar, siempre que se da crédito al autor original. Usted no puede hacer uso comercial de este trabajo. Usted no puede crear obras derivadas.
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Poeta
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Te quiero tal como eres. Siga en esta cabalgata de la vida, llorando por ti, Qué bueno sería [personas] podía entender, que la vida es un pasaje, y están en espera de sus futuras decisiones de Dios, Nadie saldrá corriendo.
Anduve por varios caminos, la búsqueda de la cura, por verte feliz, porque en mi * No quería aceptar, que mi hijo, Iba a ser diferente.
Hoy te acepto, con amor, afecto, de corazón; Así que creo que todas las personas, Qué tan difícil luchar por alguien Nos encanta y lo veo en tus ojos el rechazo de los demás.
Como sería digno, que todas las personas respeitasem unos a otros, Vivimos en un mundo más digno, de la paz.
Te dedico mi amor, Mi hijo, mi todo, Mi hijo...!
13.12.214
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Poeta
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Ubérrima vejación (Texto Neosurrealista)
Donde la luz agita sus alas de sombra en las arrugas de las viejas paredes de los viejos techos.
La evolución es cada vez más acentuada, como herencia no comprendida, contentándose con sembrar las cenizas que no han logrado invadirla en su totalidad. Sin tratar de ver lo que enseñan los hechos mismos, y en que caso complejo conjunto se enmarcan. Mostrando así, cierta repetición periódica de los elementos, al no hallar más salvación que en la penitencia, del porqué, cómo, y cuándo, el ciprés se ha hecho una espiral que rechina, y se queja del veneno, en su pureza morboso, dotado de dulzura y de consuelo desterrado... ¡Vejación atesorada!.
Acariciando al silencio con la espuma del viento rompiéndose en pedazos la sangre llora su memoria buscando.
Incluso cuando la muerte conserva su lugar preponderante, y logra mantenerse en todos los niveles que sostiene con la esperanza de su buen final, sin ser agotado por esta espera, en la polimorfía, que puede reducirse siempre a la misma luz, en todas las figuras, invulnerable, delimitando su dominio, conservando los sitios declarados patrimonio de la vida, difícil, devastada, respaldando proyectos sin acceso a la medianoche, relampagueando sus obscuridades artificiales, sin apasionarse por el trabajo, ni tomarlo demasiado en serio, por la ruda encina y las nieblas levantadas. ¡Ubérrima cascada!.
Garabateando la tarde frágiles llamas son maleza usando múltiples rostros ¡Más que ceniza más que olvido!...
Por otro lado, ser joven y viejo al mismo tiempo tiene su atractivo. Llegado el espejo, cuando se ha quedado ciego, por la historia del siempre sangriento movimiento, en relación con las otras placas tectónicas, que no pueden hablar ,siendo carnívoras de cuatro ojos, en el segundo dedo de belleza letal... Aunque la regla que da el volumen de un ortoedro, como producto del área de su base por su altura, haya resistido el paso del tiempo, más allá de la existencia de los cinco poliedros regulares, sin bien hay otros cuerpos más ligeros, con su sensualidad inscrita en una esfera tibia y húmeda, como el cilindro y el cono, que no están limitados por polígonos insensibles, sino por superficies curvadas... ¡Oh, ubérrima vejación del espacio!.
Ahí, dónde termina agotado, merodeando solitario el último inmortal pierde la fe finalmente comenzando... ¡Al morir la muerte su muerte solo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AVIVAR EL ALIVIO (Neosurrealista)
Hermoso es recorrer el pasado encendidos los viejos latidos de nuevo azucarados en la miel sin tiempo sinfonía de suspiros inundados por fuera satisfechos del fondo.
¡Por avivar el alivio!.
Ardió desnudo el hielo, con el hilo de la noche, roja la hoja tibia.
Más allá del otoño del fuego innegable, derivado de las circunstancias, los pianos y las tortugas, por las décadas que presenciaron el rápido abandono, de las flores del armario y nube con perfume delicado, exótico, vigoroso, propietario voluntario del tiempo, en los arroyos, que no sólo se adapta bien a las exigencias, sino también busca y da los sonidos a los limones, y estímulos adecuados, favorecidos y recompensados del mismo modo.
En el silencio de la tarde, del cielo abolido sin latir, el concierto fresco del ayer.
Ayer, de lectura y escritura bajo la piel, que deleita sin culpa el paladar, y la espalda de la curiosidad satisfecha, por el texto interesante de sus nubes, de su cama y en la brisa, más allá de las palabras cóncavas, que hacen que los rayos de luz una camaleón angustiado y se separen, antes de llegar a la erupción, de aquéllas cosas que no nos dan, y tienen en el brazo las pestañas adormiladas, las cejas sorprendidas, los párpados inquietos.
¡Piénsalo, siéntelo, míralo!. Antes que forcéis los sueños, porque contradijeron tus deseos.
Una vez reconocido este hecho, que se muestra inclusive dispuesto, a ser pluma y paisaje, es necesario aceptarse, para que fuere dichoso, sin ser forzoso, dulce consuelo, salado y ácido soberano conjunto, que ilustra y esclarece, el hechizo y delicioso encanto, en la piel húmeda la forma de reajustes fáciles y discretos, sin intentar causar ningún daño, con ligas y arena en la libertad concedida a las cadenas, y a los más íntimos secretos cobijando.
Con la espuma suave de los anhelos. ¡Qué avivan!. El rubí encendiendo, derramándolo, por el alivio verde de alegría junto al desierto. ¡Con el polen del oasis!.
¡Por avivar el alivio allá, ahí!.
Abeja el polvo la humedad, en la miel posible del mármol, que las caricias penetran prudentes.
Porqué durante tan largo tiempo se abandonó, creyéndolo inofensivo, como una mariposa de nieve, que fuera flor de lis, por el rico fruto, que el labriego implora, con las alas azotando el aire, y la dulce sonrisa del aliento, por las aguas cristalinas del momento tibio, del sendero ligero, de la noche que no quiere dormirse, por la efusión ardiente perla sin concha. La fruta despierta al espejo, un instante delicioso, que aún breve. ¡Es inolvidable!.
Por avivar el alivio. Discreto, prudente, sensato, factible, ameno, flexible. Por el alivio avivar. Íntegro, puro, natural, libre, excitante y delicado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Miel marina (Surrealista)
Ardorosa rema rosada la mano cerca del pez enjaulado el remo alado mueve las olas en los versos miel salada azúcar del mar de racimos de cucharas para no morir en la fiebre de los ríos entre el caudaloso clima horizontal hoy verdugo de los años fragmentos pescadores de algodón en las aguas primordiales con harina piensa un árbol con vestido nuevo del otoño seguro triturado el amarillo de las hojas en los ojos por el frente seco del relámpago muy lento como ayer el día cargaba. Indómita una abeja cayendo de una gota, lloraba salvajemente a la miel pálida, no con el mar donde duerme, ni en la montaña de nieve esparcida. En las flores furiosas color vino. Quedándose sin espinas en el olivo. Entre el vientre alegre de una vasija. Ella, la mano rema en la mesa. Que mece mes a mes más o menos. Lejos de la orilla obscura. Del ceremonial de los minutos diminutos. Indignada el agua de la sed mojada, de los labios divididos. Tibio al fondo del monte ardiendo. ¡Mieles a mares del húmedo fuego!.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COMPLEJIDADES
Desenredando las palabras, danzan bajo el agua, soles sin ropa rotos, por el cielo entre los suspiros, interrogando intimidades invencibles, en la tela que talan los tálamos, instigando persistentes adustos silencios.
Complejidades que con asiduidad merodean, en la destemplanza y marejada, apoteosis indómita que redime, los enmarañados sentimientos, como el tiburón en el desierto, el camello marinero y la tortuga. ¡Inquietante al encolerizarse!.
Complejidades del escarnio al improperio, que en la luna teje perlas, a la timidez del tigre, a la cariñosa cobra, del escorpión tierno, del cordero enardecido, por la venganza del espejo. ¡Altivo!.
Complejidades al descorazonarse el aliento, donde una silla descansa sentada, en la cama de rodillas, una almohada tiene insomnio, por la túnica de nubes, bajo el biombo enamorado, del anillo que no usa dedos. ¡Al desenojarse!.
Complejidades, erectas en la sonrisa, encendida, que alumbra un salmón, un salto suave dentro. ¡Tan profundo como alto, en el llanto en el canto!. Como en el desencanto cuenta, curvas cruentas, las palabras de una letra, lenificando leñas, lesivas, de mil sentimientos saponáceos, satinados en el llanto de una lágrima, sazonada satisfecha.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Precipitado sigilo
Como una fruta corre en labios de un recuerdo, escucho, dibujando la espina de nítida sangre, doblando espíritu y alma, con mi sombrilla, sobre un sabor negro de pálidos cristales.
Como altos abismos de nuevas pesadillas las almohadas me sueñan muerto y despierto
y el cielo, lejano, imita cualquier engaño que alimenta los ruidos raudos que el aire lame.
Muy allá, mis sueños me devoran inquietos, nada olvido y, después lavo el alma, descolorida, desgarrando mi aliento perdido,
denigrado como el honor del tabaco, y la madera, abatida por el vidrio temeroso, blando y dulce, con el acostumbrado fluctuar volátil.
Ya el lucero se opaca y se entristece labrando en torno estrofas con el solitario poeta.
Los empeines esponjados, escapan, con la flor de la noche entera. ¡Donde la intimidad se anuncia secreta!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PULCRA SORDIDEZ (Neosurrealista)
Abajo en el fondo, alto detiene su punta, el gris callando, al silencio del piso, que pasa, que pesa, encima.
Dejando atrás las huellas de sus seis uñas guiadas, a control remoto, porqué cavó en un suelo fino, como la harina, en medio de un panel solar, con un alto contenido de silicio, a mediados del verano, como un rosal tempranero de líquidos cristales. Por suerte, llevaba puestas las ruedas en el corazón, que rebotó más de quince veces, por el espectrómetro de rayos X y protones alfa, para analizar la composición de las ropas interiores, y aquéllo que sostiene la vista fija, en el futuro vaporoso de nubes, y el paisaje bajo cero.
Por la bruma del amor al péndulo el abecedario baja una escalera bien lavada en el vértice de miel...
Pero el timón gira; las cuerdas suenan cuando las velas son pudorosamente realineadas, con un tamaño de tres metros al nacer, situado en la bifurcación de la espuma, que había sido convertida en una pasión alargada, al borde de los bancos de hielo, y las bóvedas de fuego sospechoso, de realizar algunas reparaciones menores y reabastecerse, antes de hundir suavemente su dispositivo portátil, en los botes, respetando las señalizaciones borradas por el tiempo, en la medida que son coherentes, y complementarios al ser su destino, forjado por la voluntad, en época de confusión, y de total decadencia espiritual. ¡Al devenir puro del cambio!.
Más allá el agua abre la boca seca llena de huecos rotos con la seria mantequilla en los zapatos del barro.
Por supuesto, en la pupilas, en que los olores han sembrado sus virtudes, se tejen los destinos, con los hilos del tiempo que la vida consume, agrupada en la fertilidad del cambio, en la regeneración periódica, en la polarización del ser-no-ser, forma y contenido, esencia y apariencia, por la sucesión de moda, donde nada eterno puede suceder, por la ley del devenir, con la abolición del tiempo, donde ningún cambio es definitivo, con la evasión confrontada, donde cada transformación no es, sino palingénesis, con la más modesta práctica, que da la fe de la santidad telúrica, que no puede conseguir una litera en una choza, que paga cuotas al olvido, que obstruye las salidas de emergencia.
Por esa pulcra indiferencia que con languidez arranca las letras fatídicas y bellas de la sordidez en ruinas. ¡Dónde un ósculo fogoso, en su estertor expira!..
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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