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Enquanto você se arruma para ir trabalhar, eu fico me deliciando com o seu "se arrumar"...
Depois do banho vem a melhor parte: você veste a calcinha, com muita arte.
Coloca o sutiã e fica desfilando... Eu finjo que não vejo, mas estou espiando...
Se olha no espelho, passa creme no corpo, penteia os cabelos e eu ficando louco...
Depois se veste e vai trabalhar. E eu fico torcendo para a noite chegar.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Yo no sé nada de la vida, yo no sé nada del destino, yo no sé nada de la muerte; ¡pero te amo!
Según la buena lógica, tú eres luz extinguida; mi devoción es loca, mi culto, desatino, y hay una insensatez infinita en quererte; ¡pero te amo!
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Poeta
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Aquella tarde, en la alameda, loca de amor, la dulce idolatrada mía me ofreció la eglantina de su boca.
Y el Buda de basalto sonreía...
Otro vino después, y sus hechizos me robó; dile cita, y en la umbría nos trocamos epístolas y rizos.
Y el Buda de basalto sonreía...
Hoy hace un año del amor perdido. Al sitio vuelvo y, como estoy rendido tras largo caminar, trepo a lo alto del zócalo en que el símbolo reposa. Derrotado y sangriento muere el día, y en los brazos del Buda de basalto me sorprende la luna misteriosa.
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Poeta
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La muerta resucita cuando a tu amor me asomo, la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas, y en toda tú... Sois ambas tan parecidas como tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas. Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa, y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste. (Por eso era más lirio, por eso eres más rosa.) Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa, y aquélla era más pálida; pero tú eres más triste.
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Poeta
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Hay tanto amor en mi alma que no queda ni el rincón más estrecho para el odio. ¿Dónde quieres que ponga los rencores que tus vilezas engendrar podrían?
Impasible no soy: todo lo siento, lo sufro todo...Pero como el niño a quien hacen llorar, en cuanto mira un juguete delante de sus ojos se consuela, sonríe, y las ávidas manos tiende hacia él sin recordar la pena, así yo, ante el divino panorama de mi idea, ante lo inenarrable de mi amor infinito, no siento ni el maligno alfilerazo ni la cruel afilada ironía, ni escucho la sarcástica risa. Todo lo olvido, porque soy sólo corazón, soy ojos no más, para asomarme a la ventana y ver pasar el inefable Ensueño, vestido de violeta, y con toda la luz de la mañana, de sus ojos divinos en la quieta limpidez de la fontana...
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Poeta
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Dios mío, yo te ofrezco mi dolor: ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte! Tú me diste un amor, un solo amor, ¡un gran amor! Me lo robó la muerte ...y no me queda más que mi dolor. Acéptalo, Señor: ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!...
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Poeta
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¿Quién es? -No sé: a veces cruza por mi senda, como el hada del ensueño: siempre sola... siempre muda... siempre pálida... ¿Su nombre? No lo conozco. ¿De dónde viene? ¿Do marcha? ¡Lo ignoro! Nos encontramos, me mira un momento y pasa: ¡Siempre sola...! ¡Siempre triste...! ¡Siempre muda...! ¡Siempre pálida!
Mujer: ha mucho que llevo tu imagen dentro del alma. Si las sombras que te cercan, si los misterios que guardas deben ser impenetrables para todos, ¡calla, calla!
¡Yo sólo demando amores: yo no te pregunto nada!
¿Buscas reposo y olvido? Yo también. El mundo cansa. Partiremos lejos, lejos de la gente, a tierra extraña; y cual las aves que anidan en las torres solitarias, confiaremos a la sombra nuestro amor y nuestras ansias...
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Poeta
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¿Mi secreto? ¡Es tan triste! Estoy perdido de amores por un ser desaparecido, por un alma liberta, que diez años fue mía, y que se ha ido... ¿Mi secreto? Te lo diré al oído: ¡Estoy enamorado de una muerta!
¿Comprendes -tú que buscas los visibles transportes, las reales, las tangibles caricias de la hembra, que se plasma a todos tus deseos invencibles- ese imposible de los imposibles de adorar a un fantasma?
¡Pues tal mi vida es y tal ha sido y será! Si por mí sólo ha latido su noble corazón, hoy mudo y yerto, ¿he de mostrarme desagradecido y olvidarla, no más porque ha partido y dejarla, no más porque se ha muerto?
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Poeta
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No, no fue tan efímera la historia de nuestro amor: entre los folios tersos del libro virginal de tu memoria, como pétalo azul está la gloria doliente, noble y casta de mis versos.
No puedes olvidarme: te condeno a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido lo más alto en tu vida, lo más bueno; y sólo entre los légamos y el cieno surge el pálido loto del olvido.
Me verás dondequiera: en el incierto anochecer, en la alborada rubia, y cuando hagas labor en el desierto corredor, mientras tiemblan en tu huerto los monótonos hilos de la lluvia.
¡Y habrás de recordar! Esa es la herencia que te da mi dolor, que nada ensalma. ¡Seré cumbre de luz en tu existencia, y un reproche inefable en tu conciencia y una estela inmortal dentro de tu alma!
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Poeta
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Fantasías en mi cabeza, voy a la deriva lejos de todos los mares, profundidades de los océanos, he oído el cuento de la doncella del mar. Toda esta belleza, se ilumina en mi vida, cada noche de luna llena, escucho su bella voz, arrulla mi alma solitaria. Me brillan con la luz de plata, mil y una estrellas brillantes, este laberinto de la vida, me lleva a su casa en tierra. Toda esta belleza, se ilumina en mi vida, cabalgo sobre las olas, hacia los lejanos mares, me acuesto en la arena dorada, refleja el sol en mi cara, me hacen soñar. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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