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Reinas del Carnaval de Tenerife contra Zombis repugnantes.
Coronada de plumas de diamante La reina pasa, majestad crisoberila, Y en sus lindos ojos el azul titila Con mágico esplendor exuberante.
En los pechos las rosas deslumbrantes Ocultan el pezón por quien suspiran Golfos, atletas, poetas, y tunantes, Ella es la diosa a quienes todos miran.
Deslumbra su belleza, los Zombis la atacan, Igual que una Penélope de Itaca Niega su matrimonio a los muertos vivientes.
Y ellos rabian por una gota de rocío, Y ella es bella hasta el escalofrío. No se hizo la miel para el impertinente. ........................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero. Que me perdonen los de las Palmas.
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Poeta
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Guerreros Samuráis contra Indios Mayas.
Silencioso el Shogún escribió en el papiro: “El emperador corta crisantemos de oro”. En el azteca templo brillaban los tesoros Del Dorado sublime entre cráneos humanos.
La caligrafía Japonesa en el papiro estaba. Los guerreros Samuráis leyeron el mensaje. Huixtlipoxli emplumado devoraba sangriento Un rojo corazón con dientes de vampiro.
Llegaron a la selva los nipones soberbios, Con sus barrocas armaduras y sus Katanas de acero. Los Indios tenían collares de dientes de jabalí.
Se unieron a la fiesta del asombroso sacrificio. Las dagas de obsidiana, las Katanas terribles. Y los pavos reales respondieron con pavor. ..................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero
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Samuráis contra Negros Caníbales.
Con una gran matanza de Negros caníbales. Y que ganen los negros caníbales, con el último Samurai haciéndose el Hara Kiri. Vaya pedazo de Película. Si la hacen con muchos extras y mucho vestuario, espléndida. Y otra idea es Samuráis contra Vikingos. Y otra idea es Alien contra los Samuráis.
Ciento veinte Samuráis en el desierto. Miran la tórrida arena de su Egipto. Las espadas afiladas que cortan cuellos de cisne. El ritual mágico. El barroco vestuario.
Las pirámides al fondo esconden las riquezas De un Faraón muerto envenenado con cicuta. Ellos descienden a la cripta silente Donde mora la cobra de dientes ponzoñosos.
Se ve el tesoro de Rá y de Serapis, las furiosas esmeraldas, El oro lascivo y brillante de la faraónica máscara, El lapislázuli precioso y los anillos de granate, Los vasos canopes de oro refulgente.
Roban cuánto pueden, roban hasta hartarse, Pesa tanto lo robado que se inclinan de espaldas. Y vuelven al desierto, ardiente y satánico, Perseguidos por negros caníbales terribles.
En el oasis descansan bajo datileras palmeras, Contemplan la belleza del botín sustraído, Se pelean entre ellos por el rubí de fuego Que estaba en la máscara del Pharaón Amenofis.
Los negros los atacan, matan a centenares, Las espadas niponas relucen carmesíes, Los caníbales muerden, y el sol es una araña Con ocho patas brillantes de amarillo ruin.
Son valientes los negros, hambrientos y rabiosos, No se rinden al protocolo del kami kaze sublime, Y mueren como cucarachas a pisotones y a tajos, Como gajos de naranjas negras en la espada asesina.
Van cayendo los Samuráis, uno tras otro, El desierto es ahora rojo como la túnica de Cristo, Y el último Samurai rodeado de negros Se inmola con la espada en el vientre soberbio.
Pasan escorpiones y chacales hambrientos. Los negros perfectos en torno de la hoguera Saborean la carne propia y japonesa. Es la noche. Sonríen macabros con dientes blanquísimos. ............................................................ Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( es muy malo este poema, pero lo que Natura no da Salamanca no lo presta, jamás llegaré a ser académico de la lengua).
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Poeta
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Algo perseguía cada uno de mis pasos, sentía tan cerca el ruido de sus pisadas que me volteaba a mirar atrás a cada rato; era un camino misterioso, solitario el que tenía que atravesar para llegar a casa. Cargado de sombras tensas que en el silencio del crepúsculo el miedo vagaba suelto atrapando los sentidos al descubierto.
Nervioso, asustado avanzaba para cruzar el cementerio en donde rondan fantasmas atribulados buscando escapar de la penuria del frío sepulcro lleno de grillos, de gusanos saliendo de sus huecos y del hedor mortuorio aromando el ambiente funesto, sombrío. Los cuervos parados en las tumbas de espanto me llenaban el rostro.
Corrí desesperado, sin detenerme, el terror me asaltaba nublándome la mente, hasta perdí la entrada de la casa y en la travesía equivocada me topé con un montón de gatos negros, sus ojos encendidos no dejaban de mirarme, me metí dentro de una nube de mariposas grises las que cayeron sobre mi cuerpo, les manoteaba, les daba fuertes golpes para librarme de aquel infierno, pero no pude más, desfallecí.
Desperté cuando las gotas de lluvia golpeaban el cristal de la ventana; -aún estaba asustado-, el latir del corazón quería romperme el pecho, observé todo a mi alrededor, el ambiente estaba tranquilo, el habitual y comencé a buscar dentro de mi mente la realidad de lo que había pasado; no recordé nada extraordinario, pero al caminar del dormitorio hacia la sala encontré el piso cubierto de los restos de mariposas grises.
Julio Medina 12 de mayo del 2013
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Cabeza de Juan Bautista en Tarro de Cristal con Peces de Colores. Y Pavos Reales.
Herodías se mira en un espejo soberbia, Tiene una orquídea rosa en el pelo moreno, Dos doncellas le dan a probar varios vestidos verdes Pero elige uno amarillo y naranja.
Herodes en su trono de oro rodeado de mariposas Contempla como baila Salomé desnuda, fuma en pipa de agua. Los músicos tañen el arpa furiosos Describiendo en el aire una elipse de hielo.
La cabeza de Juan reposa en su frasco, invadida por shubukins. La enorme pecera contiene varios peces Y los labios morados del Bautista exquisito Son besuqueados por los pececitos naranjas.
Y los pavos reales tiemblan junto al trono de oro, Con sus cuellos azules donde caben firmamentos.
Y un esclavo negro se masturba jocoso, detrás de una cortina, Y Salomé extasiada baila baila y baila.
La cena está preparada, hígado con almendras En salsa de higuera y pasta de pistacho.
Pero de quien será el hígado que van a probar¿?
Parece ser que en Judea hubo alguna vez Canibalismo. .................................................................................. Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Cabeza de Juan Bautista con Alambre de Oro en la Boca sobre Bandeja de Plata con Perlas.
Agónica cabeza cercenada del cuerpo. Pavo decapitado. Río Jordán sangriento con libélulas en sus riberas. Salomé que mueve el cuerpo como llama sabrosa. Alambre de oro que besa exquisito el labio.
Precipicio insondable sobre el que se precipitan los cerdos. Herodías que chupa el falo de Herodes homicida. Pavo real sangriento que visita a una hormiga. Perlas ensangrentadas con Cabeza de Santo.
Madeja de oro y miel y compota de limones. Pulpo relleno de queso en Tinta con azafrán. Nácar la luna ciega rodeada de estrellas frías.
Perlas con gotas de sangre y Mueblebar con botellas. Salomé baila loca y enseña su fino culo. Y el Bautista suspende el examen de álgebra.
Cristo cura a un leproso pero pierde a su primo hermano.
Se refleja en el agua la belleza salvaje.
Ginebra con Coca Cola para gays de Judea. .......................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Cabeza de Juan Bautista con Alambre de Oro en la Boca sobre Bandeja de Plata con Claveles.
Claveles reventones y ejercicio de pértiga. Agónica y extasiada cabeza de Bautista. Geranios sevillanos y torres de malaquita. Pavos reales transidos y azules delincuentes.
Sangre que mancha el plumaje de los pavos atormentados. Filete de ternera macerado en granadina. Vinagre balsámico y celofán sin pupitre. Ella baila posesa de un demonio cainita.
Herodes que se retira a esnifar coca dulce. Esclavo que se masturba detrás de una cortina. Cuerpo sin cabeza devorado por insectos.
Alambre de oro magnífico que sella labios implorantes. Libélulas rojas en sus juncos dorados. Espectro y fantasía y cisne decapitado.
Se mira en el agua la belleza sublime. Pero también se ahogan los Cristos en su bautismo. ................................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Incendio de una Casa.
El brasero serpientes voraces tenía, Hidras venenosas de roja mirada, Y en el brasero los carbones relucían Como áspides de furia desatada.
La colcha de la mesa prendió el fuego, Atlante brutal de ojos como sangre, E iba en su crueldad caliente el aire Como un cactus para un amante ciego.
El corazón tenía aquella hoguera De cancerbero malo, ya mordía A los sillones de cuero, qué terrible.
Ardía Troya sufriendo llamas fieras. Y las llamas voraces relucían. Y era hosco, brutal, demente, Incontenible. ...................................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Serpientes en la Nave Espacial.
Serpientes, ofidios venenosos, víboras, Reptando y silbando con su bífida lengua, La nave por un cielo de soles de jade, Por un universo de planetas amarillos.
El astronauta bellísimo, la cosmonauta, bellísima, Magnolias sus inmensas tetas descomunales, De ojos profundamente verdes Y de cabello rojo como un sol de neutrinos.
La constelación Alfa Centaury, la boa constrictor Que ataca al astronauta, la mamba venenosa Escupiendo veneno en el traje con escafandra.
La pitón azulada y verdosa, la culebra roja Que ataca en la ducha de la nave silente A la bella muchacha que muere envenenada. ........................................................................ Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Camino de noche, entre la cruz y la entrada, escuchando el suave susurro que a mi alma le habla, mas yo me distraigo, observo una gárgola, quieta y oscura su garra crispada
Paseo tranquilo, mirando las flores, algunas marchitas, por falta de tiempo por no ser cuidadas, mustias de pena sin colores ni agua
Cuando llego al portón, la reja oxidada, nunca me atrevo a cruzar la entrada, un puño de hierro sujeta mi alma, entre casuarinas y frías estatuas
Siempre deambulo, bajo la luz de la luna leyendo las lápidas, buscando un nombre, un recuerdo extraviado, hace ya tanto tiempo que no escucho mi nombre,
tanto tiempo ha pasado, entre tumbas y llantos, querubines y réquiem, que no me abruma el duelo, ni me dañan las penas, solo molesta el susurro, que le habla a mi alma.
A mi sepulcro retorno, escuchando el graznido, de negros recuerdos, de tiempos ya idos, aullidos de lobos que susurran tu nombre, solo tu nombre...el mio es olvido
creado 21/04/2013 Catriel Cuestas Acosta
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Ver el fuego que arde en los ojos, escúchanos gritar un millón de gritos, escucha a tu corazón y dinos lo que quieres ser, ¿No quieres vivir para siempre? ¿No quieres ser libre? Somos los niños perdidos, condenados en las sombras, apartados de la realidad, somos almas sin descanso. Disfruta de la noche, sentir la sangre sagrada, ver la luna carmesí, sentir la oscuridad. Somos los niños perdidos, ¿oyes nuestras voces? las voces de condena resonando en sus cabezas, somos los niños perdidos, pueden oírnos cantar, canciones de desesperación, estamos infectando tu alma. Erick R. Torres (Ángel Negro)
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Las palabras confundir y crear , son pensamientos equívocos, reflexiones en silencio, para transmitir nuestra esencia interior, el eterno silencio conduce al olvido. La noche me invoca, para sentir esos labios carmesí tuyos, para acariciar tu piel desnuda, para sentir tu respiración agitada. Soy el resultado de una prueba, la supervivencia de la vida putrefacta, oscuridad impregnada de mi vida, contrapunto a la perfección de dolor. Sangre y confusión, luz y oscuridad, vida y muerte, donde la vida se cuestiona. Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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