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Hermosos Putitos de diezyseis Años, Delgados y Desnudos, con Collares de Rubíes en el Cuello, sobre Sofás Barrocos Estampados, Haciendo el Amor, Enculándose, Algunos, Haciendo Pompas de Jabón, Otros, o Fumando Hachís con Pipas de Agua, Otros, Entre Bustos y Estatuas de Emperadores Romanos de Plata Maciza o de Cristal Verde o Malaquita o Lapislázuli, Bajo Cuadros que Contienen Posters Médicos Y Científicos de Los Órganos Humanos de La Vista, el Oído, El Olfato, O Los Órganos Reproductores de una Flor, como si Fuera una Clase de Ciencias de la Escuela.
La escuela de calor muestra sus cuadros científicos,
El ojo humano, abierto en canal enseñando el cristalino, el oído
Con sus canales semicirculares en los que reside el sentido
Del equilibrio, una Flor enseñando el receptáculo de sus óvulos, las células sinérgidas.
Los putitos se entregan indolentes a la bacanal, preciosísimos íncubos,
Delgados y florecidos como ramas de almendros, bellaquísimos en su belleza,
Niñatos de grandes pollas circuncisas, arcángeles satánicos, capaces
De desollar vivos poetas y demonios, Apolos sobre Marcias, inocentes.
Césares de Plata gritan hieráticos con rictus de amargura, argénteos y serios,
Sublimes Marco Aurelios de vidrio verde chillan ante la orgía, se muerden la lengua,
Calígulas Lapislázuli observan endemoniados
A los muchachos de vergas duras hacer pompas de Jabón. O encularse sin condones.
Heliogábalos Béticos y Nerones de Malaquita. Chillan estremecidos por la gloria.
Dioclesianos de Plata recuerdan persecuciones de cristianos. Los muchachos se corren.
La leche sale a borbotones de las pollas. Y las Pompas de Jabón, irisadas, estallan.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. A tos los ojitos negros los van a prender mañana y tu que negros los tienes échate un velo a la cara, porrom porrompon poromponpero peron porrompomporompopon. Ja Ja Ja Ja Ja.
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Poeta
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Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Entre Pompas de Jabón Gigantescas en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Y Estatuas y Bustos de Oro Macizo de Emperadores Romanos. Jabón, Gloria, y Topacio.
Marco Aurelios de Oro presencian impávidos la fantástica orgía.
Inmensas Pompas de Jabón caleidoscópicas engloban bacantes púberes.
Estallan irisadas sobre los chicos desvergonzados, que tienen
Lilas en los ojos, cerezas en la boca, jazmines en los pechos.
Los césares de oro chillan pavorosos cubiertos de espuma,
Las inmensas pompas de jabón colosales tiemblan en los espejos.
Versalles brilla dorado como un día de verano, como una moneda de oro mejicana,
Los putitos se divierten enseñando sus nalgas.
Revientan las pompas, los chavales las crean, las elevan por los aires,
Se meten dentro de ellas, se burlan de los Calígulas, Heliogábalos sin túnica
Hermosos como arcángeles, con labios dignos de vino, con vergajos satánicos,
Esplendorosamente poseídos por la luz tornasolada. Ámbares y verdes,
Rojos y violetas, naranjas y rosas, en las cristalinas esferas fugaces,
Bellos danzantes apocalípticos. Chorrean jabón líquido las estatuas.
Son bellísimos cisnes para un holocausto caníbal. Gloria y topacio.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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Un Hermoso Putito de unos Veinticinco Años le Hizo a Francisco Ruiz una Mamada hace un Año por Cinco Euros y desde entonces Francisco Ruiz no lo ha vuelto a ver y se Desespera.
El arcángel chapero que bellísimo
Trabajara la polla de Francisco
¿se lo habrá tragado un basilisco
por ser guapo, sublime y perfectísimo?.
Qué mamazo me hizo aquel putísimo
Con su boca de niñatillo guapo,
Doscientas siete mil flores de trapo
Contemplaran suicidas violentísimos.
Me poseyera un ángel ignorante,
Qué bien me lo pasé por mis cojones,
Aunque costara el precio de un diamante.
Y desde entonces qué trémolo constante
Lanza mi guitarra petulante,
¡¡¡¡tremebundos infiernos maricones¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Un Hermoso Putito de unos Veinticinco Años le Hizo a Francisco Ruiz una Mamada hace un Año por Cinco Euros y desde entonces Francisco Ruiz no lo ha vuelto a ver y se Desespera. (Segunda Versión).
Pero qué guapo era aquel arcángel
Que con su boca trabajó mi pene,
Fuera el nene el rey de todo nene,
Esclavo para mí, chapero y ángel.
Los había mejores en el mundo,
Quizás en el mercado los hubiera,
Mas mejor para mi tal vez no fueran,
Para mi éste fuera tremebundo.
Gocé de un cuerpo de perfecta estampa,
Gozara yo más que un rey del hampa
Que acabara de pasar por la frontera
Con diez kilos de puta cocaína.
Aquel puto fuera una medicina
Que revivir a un muerto ya pudiera.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Un Hermoso Putito de unos Veinticinco Años le Hizo a Francisco Ruiz una Mamada hace un Año por Cinco Euros y desde entonces Francisco Ruiz no lo ha vuelto a ver y se Desespera. (Tercera Versión).
Echo de menos la belleza de aquel ángel, sus veinticinco años,
El acto de entrega al que le sometí, la succión placentera de mi pene,
Lo barato del comercio de su cuerpo, el miedo que pasé
A que me robara en el momento de la fellatio.
Echo de menos su belleza nívea, su torso de paloma, sus labios de clementinas
Trabajando mi sexo, el momento del orgasmo, la eyaculación
En su cara de esclavo perfecto, ángel arrodillado, que me costara
Cinco euros de Roma y una visita al cielo. El cielo de Sevilla
Podía ser como el de Paris en los vídeos, era mía la gloria,
La exquisita sensualidad de su cuerpo oferente, el vicio del muchacho,
¡¡¡¡hasta incluso me pidió que le atacase el culo, cosa que yo no quise¡¡¡¡¡
joder, chaval, pero qué vicio, qué vicio chaval es el que tienes. Joder qué puto eres.
Hace un año que no he vuelto a estar con él. Fue mío en dos ocasiones.
¿Quién dice que no se puede conocer el cielo por diez euros?.
Cinco euros en mis bolsillos aguardan el verlo de nuevo.
Soy tan feo que el chaval aquel tenía que estar loco o ciego.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, con Cuadros sobre Caballetes, Dibujándose a Sí Mismos, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Brillan los bermellones y los carmines en las pastas del óleo,
Los pinceles depositan los verdes y los azules, la mezcla
Para dibujar los ojos de cristal está preparada, para que los labios
Parezcan que acaban de morder pétalos de rosas.
Los muchachos de oro enseñan sus pollas duras, elegantes,
Largos cohombros marinos, circuncisos algunos,
Para un sueño de viejos maricas pederastas, espléndidos,
Mientras dibujan sus propios cuerpos como claveles.
Jacintos dorados sonríen picarones, algunos, que no saben dibujar,
Sólo pintan extrañas manchas violetas en los lienzos,
Narcisos extraños, marcianos, extravagantes lirios de agua.
Y Versalles reluce como un sol con atletas, que acabaran
De haber corrido los diez mil metros lisos, preciosísimos
Niñatos pintores dorados, de fantasía. Putitos dibujantes.
Y los espejos reflejan arcángeles y manchas. Luzbel y porquería.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Hermosos Putitos de Diez y seis Años , Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, entre Cisnes de Hielo sobre Pedestales de Oro, y en El Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Áureos putitos golfos se mueven delicados,
Chaperillos de ojos lilas y complexión de alambre,
Tienen los labios cerezas y la mirada niñata,
Y pollones inmensos de grosor delicioso.
Son arcángeles dorados de un cielo de cisnes,
De hielo puro y dulce, transparentes, sublimes,
Maligna la mirada crisoberila y miel,
Creaciones de un Zeus marica y depravado.
Brilla Versalles como un asesinato, fulge rabioso,
Duplica en los espejos la belleza chulesca
De los santos putitos niñatillos de oro,
Que enseñan sus culitos como manzanas Golden,
Con las finas cinturas y los torsos de nácar,
Sin un gramo de grasa. ¡¡¡¡Imposibles¡¡¡¡.
¡¡¡¡¡Carísimos esclavos para maricas ricos¡¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. (Ojalá tuviera dinero).
Hermosos Putitos Negros (cuanto más negros mejor), de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, dando de Comer Arvejones a Cientos de Palomas Blancas Superhambrientas, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, entre Estatuas Negras y Bustos Negros de Emperadores Romanos y de Mariscales Haitianos.
Atlantes de petróleo, niñatos de brea negra, atletas de antracita,
Negros como la hulla, bellísimos adolescentes de Tinta China,
Priápicos niñatos oscuros, mariscales de la noche profunda,
Para un Versalles de oro con lámparas doradas. Haitianos.
Esqueléticos atletas preciosísimos, entre malignos Sénecas de brea,
Entre hieráticos Calígulas Satánicos, asesinos de sus hermanas,
Monstruosos Nerones Africanos, Pachás de Egipto, virreyes del Sudán,
Nubios de flores negras, Libios de Sodoma.
Duplicados diez mil veces, relucientes, como la Tinta China,
Alimentando Palomas Blancas, Jazmines emplumados, níveas flores de magnolia,
Bellísimos en su inocencia, con sus largos pollones gruesos,
Celestiales, inmundos, dulcísimos, alambres finos, sombras en los espejos,
Abiertos cactus sublimes, terror de arcángeles, para Marco Aurélios fúnebres,
Endemoniadamente negros, refulgentes, tropicales, mariscales de Haití.
Esclavos alzados con palomas blancas, bellísimos jazmineros negros. Brillantes.
Un Versalles Africano lleno de Palomas y Demonios. Luzbeles oscuros. Ébano.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Vestidos como Senadores Romanos con Togas de Color Púrpura, Llevando en los Brazos Serpientes de Pitón Amarillas, y Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Llevando en las Manos Jaulas de Oro con Cardenalitos de Venezuela y en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles entre Estatuas de Emperadores Romanos de Vidrio Rojo.
Heliogábalos escarlatas chillan severísimos gritos de pasionaria granate.
Calígulas púrpuras responden hieráticos con gritos de sangre oscura.
Nerones rojos como el martirio dan a sus madres granadina con veneno.
Pían los cardenalitos pájaros extasiados del trópico.
Se mueven los chavales en sus togas rojas, Cardenales bellísimos,
Rojísimos arzobispos con serpientes pitones, lengua bífida, contoneo serpentiforme,
Viperinos niñatos marcando sus paquetes, genitales erectos, sucios poetas,
Entre áureos esclavitos desnudos con jaulas de oro puro.
Muestran los putitos esclavos sus culitos dorados, sus largos penes gruesos,
Mientras llevan a los pajaritos con sus crestas purpurísimas, roja fantasía,
A un cielo de Marco Aurelios de sanguínea presencia, a un cielo de Nerones
Que rojos dan la Muerte a Agripinas carmines, con veneno en los labios,
Duplicando los espejos la sangre de las togas, rojísimas de fuego,
Y pareciera que Versalles arde como la antigua Roma incendiada por Cristo.
Bustos de vidrio rojo echan fuego por la boca. Espumarajos de vino negro.
Bolcheviques de escándalo chillan enfurecidos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( en Homenaje a mi madre que es Sevillista la hija de puta).
Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Llevando Cada Uno de Ellos Una Pecera Esférica de Cristal Llena de Peces de Colores, Entre Bustos de Emperadores Romanos de Vidrio Verde y en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Versalles está encendido como una hoguera de oro.
Como resina de ámbar bajo la luz del sol brilla Versalles fastuoso y furioso.
Estatuas de Heliogábalos verdes de cristal esmeralda
Arañan los espejos entre niños de caramelo. Adolescentes sísmicos.
Llevan los querubes, insanos y dementes, asesinos de oro,
Peceras redondas de cristal transparente, como cabezas humanas,
Llenas de policromados pececillos naranjas. Y son desnudos
Arcángeles de oro con grandes vergas poderosas.
Los ojos lilas de los efebos compiten con los espejos de oro.
Áureos arcángeles boys scouts de dantescas proporciones, se mueven
Maravillosamente ejecutados por un Dios celestial de Sexo.
Calígulas béticos gritan y chillan endemoniadamente esmeraldas.
Los peces son policrómicos testigos de la belleza, dando vueltas prisioneros
En sus cárceles de agua bendita, chillan los Nerones verdes
Como si acabaran de asesinar a su madre Agripina.
Y los muchachos desnudos muestran la belleza transida, endeble, luminosa,
Como ramas de jaramagos amarillos dulcísimos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Llevando Cada Uno de Ellos Una Cabeza Humana Arrancada de Cuajo Cogida de los Cabellos, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Cada uno de ellos lleva, sangrientos niños, una cabeza humana arrancada de cuajo.
Cada uno de ellos, arcángeles de Oro, ha jugado a Judith y Holofernes desnudo.
Brillan lámparas feroces estatuas de oro puro, espejos biselados,
Y del cabello cuelgan las sangrientas cabezas, como excrecencias lascivas.
Sus culitos preciosos son melocotoncitos en almíbar, balones de fútbol,
Y sus estacas sexuales, profanantes y gordos gusanos penes,
Son cohombros marinos, zanahorias de tendero. Áureos falos poderosos.
Ellos son, y en los ojos hay lilas, asesinos de oro para un bruto palacio.
Llevan las cabezas goteando la sangre, erectos los falos, putitos carísimos.
Y los espejos los duplican, y duplican su belleza, misterio de la luna.
Gotas de champán con gotas de mercromina. Terror de arcángel.
Satánicos boys scouts, maravillosos adanes, caínes preciosísimos,
Agarrando con la mano derecha la siniestra cabeza con los labios abiertos
Recién degollada, en un rictus de sorpresa terrorífico. Enseñando las vergas,
Las caderas praxitelianas, los torsos de palomas, los púrpuras labios,
Morados con una gota de saliva deliciosa, y maligna la mirada, feroz, niñata,
Reflejados en los espejos como Davides con cercenados Goliathes.
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francisco Antonio Ruiz Caballero.
Estatuas de Cisnes de Hielo en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Y Putitos.
Treinta cisnes de hielo puro brillan,
Curvado el cuello sobre el pecho suave,
Y relampaguea la preciosa nave
Como el agua deífica en la orilla.
El pico sobre el pecho el ave humilla,
Mayor belleza en el cristal no cabe,
Sabe de cielos y de infiernos sabe,
Y es de oro puro la sublime quilla.
Arde de luz la nave fastuosa,
El cisne corta el tallo de una rosa
Y se ensangrienta el pico furibundo.
Y se derrite el cisne en el espejo
Y el lago de azur puro está muy lejos
Donde calmar dolor tan tremebundo.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Llevando Cada Uno de Ellos Una Pecera Esférica de Cristal Llena de Peces de Colores, Entre Bustos de Emperadores Romanos de Vidrio Verde y en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Versalles está encendido como una hoguera de oro.
Como resina de ámbar bajo la luz del sol brilla Versalles fastuoso y furioso.
Estatuas de Heliogábalos verdes de cristal esmeralda
Arañan los espejos entre niños de caramelo. Adolescentes sísmicos.
Llevan los querubes, insanos y dementes, asesinos de oro,
Peceras redondas de cristal transparente, como cabezas humanas,
Llenas de policromados pececillos naranjas. Y son desnudos
Arcángeles de oro con grandes vergas poderosas.
Los ojos lilas de los efebos compiten con los espejos de oro.
Áureos arcángeles boys scouts de dantescas proporciones, se mueven
Maravillosamente ejecutados por un Dios celestial de Sexo.
Calígulas béticos gritan y chillan endemoniadamente esmeraldas.
Los peces son policrómicos testigos de la belleza, dando vueltas prisioneros
En sus cárceles de agua bendita, chillan los Nerones verdes
Como si acabaran de asesinar a su madre Agripina.
Y los muchachos desnudos muestran la belleza transida, endeble, luminosa,
Como ramas de jaramagos amarillos dulcísimos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Llevando Cada Uno de Ellos Una Cabeza Humana Arrancada de Cuajo Cogida de los Cabellos, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Cada uno de ellos lleva, sangrientos niños, una cabeza humana arrancada de cuajo.
Cada uno de ellos, arcángeles de Oro, ha jugado a Judith y Holofernes desnudo.
Brillan lámparas feroces estatuas de oro puro, espejos biselados,
Y del cabello cuelgan las sangrientas cabezas, como excrecencias lascivas.
Sus culitos preciosos son melocotoncitos en almíbar, balones de fútbol,
Y sus estacas sexuales, profanantes y gordos gusanos penes,
Son cohombros marinos, zanahorias de tendero. Áureos falos poderosos.
Ellos son, y en los ojos hay lilas, asesinos de oro para un bruto palacio.
Llevan las cabezas goteando la sangre, erectos los falos, putitos carísimos.
Y los espejos los duplican, y duplican su belleza, misterio de la luna.
Gotas de champán con gotas de mercromina. Terror de arcángel.
Satánicos boys scouts, maravillosos adanes, caínes preciosísimos,
Agarrando con la mano derecha la siniestra cabeza con los labios abiertos
Recién degollada, en un rictus de sorpresa terrorífico. Enseñando las vergas,
Las caderas praxitelianas, los torsos de palomas, los púrpuras labios,
Morados con una gota de saliva deliciosa, y maligna la mirada, feroz, niñata,
Reflejados en los espejos como Davides con cercenados Goliathes.
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francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Muchacho que se Masturba sobre un Cubo de Agua y a la Media Hora Orina sobre el Cubo y la Orina Forma Espumita.
Invicto Narciso suave se vence,
Débil tallo hermoso de blanca azucena
Contempla la dulce y orgiasta escena,
Muelle de belleza que sus hierros tense
Verterá jazmines de difícil pena,
Glorioso y transido en el vil momento,
Espanto de nieve y febril fermento
En todo un aborto sobre las arenas.
Lloverá el Apolo su semilla buena
Estéril en macho sin procreación,
De Onán el aborto, sublime cintura.
Y el agua lasciva de espuma está llena.
Y blanda belleza y hermosa locura.
Y asco en la hiedra de masturbación.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Hermosos Putitos de Diez y seis Años, Delgados y Desnudos, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles convertido en Laberíntica Trinchera Llena de Barro Excavada en el Suelo de dicho Salón.
Los hermosos putitos, torsos de luna, culitos como melocotones,
Pollones gordos y largos como pepinos almerienses, ojos como lilas,
Labios como cerezas del Jerte, tobillos gruesos y muslos de ciclistas,
Hombros y caderas de Praxíteles, bíceps iracundos, gemelos de ensueño,
Se esconden desnudos y llenos de barro en las laberínticas trincheras,
Cloacas, lodazales, cisternas, minas de carbón, antros del infierno,
Húmedas mazmorras de un conflicto bélico, bajo espejos deslumbrantes,
Ambarinas y doradas estatuas lámparas, reflectores de oro sublimes.
Embarrados hasta los pescuezos, con lodo hasta en los flequillos,
Adolescentes sucios, llenos de fango y mierda, en guerra caleidoscópica,
Bajo luces de neón brillantes, lámparas de oro refulgente,
Duplicados como celestiales arcángeleshormigas, reflejados en oro,
Enlodazados de porquería en el rostro de niñatos, boys scouts de Sodoma,
Con los pollones vomitando leche sobre la trinchera,
Diríase que Versalles está patas arriba, Diríase caótica la belleza
De unos críos perfectos, sucios como cerdos de pocilga, maravillosos.
Lupanar y escombrera, mierda, barro, sangre, soberbia la imagen.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Muchachos de Diezyseis años, delgados y desnudos, Espolvoreados en la Piel con Polvo de Oro, Andando, Corriendo, y Saltando por el Inmenso Desierto Marciano.
Como alambres florecidos los atléticos muchachos,
débiles siringas de un músico celeste,
priápicos putitos de ojos como lilas, lirios dorados, arcángeles boys scouts,
niñatos de Nueva York y Londres y Palestina,
se mueven desnudos por el planeta Marte, infernalmente sediento,
como gacelas bravas o bravas panteras estilizadas, delfines áureos,
magníficos tiburones sobre las arenas rojas, púrpuras rabiosos,
sombras de arquetipo celestial, Ganímedes perfectos.
Enseñan sus falos gruesos, poderosos, penetrantes,
sus labios son hibiscos rosas, sus ojos son nenúfares
de un estanque de miel dorada y ámbar.
Muestran sus nalgas redondas, sus culitos respingones, melocotones en almíbar,
en toda la abyección de poesía sodomítica,
en un Marte rojo lleno de escorpiones
sin una sola gota de agua en sus riberas.
Brutalmente perfectos como nopales de oro florecidos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Muchachos de Diez y seis Años, Desnudos, Tintados de Pintura Corporal Rojo Púrpura, con collares de Zafiros en el Cuello, Entre Grandes, Inmensos, Colosales Pollones, Falos, y Vergajos de Piedra y de Mármol o Granito que se Elevan hasta el Techo, y Pavos Reales, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
Rabiosos comunistas los muchachos desnudos,
rojos como la sangre, purpurados cardenales de Sodoma,
bolcheviques sexuados, carmines culitos,
pollones de sangre roja, bermellones boys scouts de escándalo,
se mueven y danzan enseñando sus colas, sus grandes vergajos rojos,
entre pollones de piedra colosales, reflejados ad nauseam
por los hieráticos espejos, bajo lámparas de oro
que brillan como el sol. Éxtasis de lo erótico sanguíneo.
Los pavos reales, azules y verdes, llevan sus coronas irisadas con armonía,
los muchachos juegan a ver quien la tiene más grande,
los pollones de mármol gigantescos llegan al techo,
duplicados por los espejos, resplandecientes y malditos.
Chillan los censores de un Franco moribundo: ¡¡¡matad al poeta¡¡¡¡.
Los chavales rojísimos tienen zafiros oscuros.
Loros de cola roja mueven sus alas grises.
….................................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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