He guardado en un valle de rosas, El recuerdo de lo que fue nuestro amor, Tú sigues viva, entre perfume y espinas Dándome tus alegrías, nunca dolor.
Sin amarguras, sin penas que lamentar, Sigues vigente en mi memoria, Como cuando ayer me hacías soñar Escribiendo de nuestro amor, la historia.
Nada tengo que reprocharte amor, Si no más bien, agradecerte, Porque me diste todo con gran valor Fui yo, quien no supo comprenderte.
Quise decírtelo para que estés tranquila, Para que te quedes, o yo me tendré que ir. Raro el amor que te ciega y te encandila, Cuando el mismo, está ya por morir.
Era por la necesidad de estar contigo que volvía cada noche a mirar desde el muelle el titilar de estrellas y el brillo de tus ojos.
Era por la ocasión de tenerte cerca sin la necesidad de un compromiso cierto que nos atara a la obligación de decirnos te quiero.
Entonces poco a poco, respiro y sonrisas se fueron juntando cuando sin proponerlo la luna se hizo tan bella en tus ojos y el viento cantaba en tu pelo un susurro de amor.
Hoy escribo este poema a una mujer que me impacto, mirarla es una tentación, pero hablarle es un temor.
Si solo podría hablarle y decirle mis sentimientos, si mi corazón pudiera decirle lo que siento.
Si fuese alguien valiente para mirarle a los ojos directamente, conversar con ella es mi ilusión es que mirarla es una tentación
Pero no quiero quedar callado al conversar es que talvez ningún tema de mi, vaya a salir si fuese por mi, las estrellas ha de viajar hacia ti.
Sentado en mi carpeta observo a la mujer elegida con su singular maleta ¡No sé si ir hacia ella!
Es un dilema que llevo dentro no sé si ir y contarle, o suprimir este sentimiento no sé qué decidir, ¡Ya no sé qué hacer!
Si mi corazón logrará hablar tal vez no me aceptara es lo malo de contarle, aunque no puedo dejar de amarla.
Pero si mi alma no hablara mi corazón me condenará, vendrán las ganas ir al pasado para remediar en lo que he fallado
Unos dirán que estoy exagerando, que no es para tanto, dirán: solo tienes que hablar. Pero hablar con el corazón es algo más, es más que decir simples palabras
Es que si voy donde ella enfrentaré el temor de no ser aceptado de nunca estar a su lado, no abrazarla y decirle te amo.
Lagrimas secas de recuerdos que aturden, de añoranzas que sacuden el corazón, de distancias que asolan el alma, de soledades que asfixian;
lagrimas secas de voces que se extrañan, aromas impregnados en la piel, entrañables labios con dulces sabores, miradas profundas de vastos universos tatuadas en el ser con miel y sal...
...lagrimas secas de corazones confinados en espacios reducidos, de tiempos limitados, auroras que se esfuman, en brisas dominadas por inclementes soledades…
…solo lagrimas secas de ojos cansados de extrañar en insoportable soledad, agotados ya, de tanto llorar...
Qué bonito se ve el sol una vez que me has llamado De no sé donde llega una canción después de oírte Hay rebaños de nubes blancas y una alfombra de flores salpicada Diciendo que es bella la vida y maravilloso el amor Cuando tu pensamiento me alcanza mis sienes palpitan Mi cuerpo pesado se torna ligero Y entro a un mundo de ensueño Nada hay que mi alma atribule El bosque siniestro se ha llenado de luz Mis labios repiten: la vida es bella y maravilloso el amor En las calles bullendo de gente apurada Me empujan mientras sueño despierta con sus agrios humores y mecánico andar yo mientras llevo fijas sus amorosas palabras y es tanto su ánimo, es tanta su magia que como en una película las acciones se paran miro los carros echando raíces de sus ventanillas crecen decenas de ramas y los edificios petrificados son altas montañas de donde caen blancas cascadas forman un río donde mi corazón navega y avanza cantando: bella es la vida y maravilloso el amor
Me preguntas ¿Qué de dónde vengo? Y en tu mirada aparece la incertidumbre, Queriendo escudriñar mi alma En las negras pupilas de mis ojos.
Déjame decirte, que ni Dios lo sabe, Raudo aparecí cuando ya giraba el Mundo, Trayendo plumaje de pavo real Y canto de cenzontle.
Surcando espacios siderales, Cualquier estrella me servía de morada, el cielo me daba un pedazo de su manto Para que mis huesos no se enfriaran.
Con racimos de luceros me alimentaba, Hasta que vi el brillo de tus ojos hechiceros, La luz de tu sonrisa me inquietaba... Y es por ti que recorrí largos senderos.
Un extraño mal hizo prisioneros a mi cuerpo y mis sentidos, después supe que era amor. Mis primeros cantos, convertidos en poemas Llegaron hasta ti y de mí te enamoraste.
Hube de cambiar mi faz, mis pensamientos Para amarte como humano, de lo cual no me Arrepiento porque soy feliz con tu contento, Dejé mis soledades, por la tersura de tu cuerpo.