Prosas poéticas :  Si quieres saber quien soy
Y todo aquello sucedió en un pestañeo,
como el vuelo de una mariposa,
cuando se posa en la flor;
como el Albatros detiene su vuelo
en el mástil de un pesquero.

Todo fue como en sueño,
3 o 4 miradas, varios cafés, 50 palabras,
y varias horas después,
nuestras vidas quedaron unidas.

Duró tan poco y tan fuerte
tan mucho y tan tempestuoso,
como una tormenta de verano,
y como ellas: muy cálida,
eléctrica y muy intensa.

Comenzó como cualquier día,
entré a la confitería; pedí un café,
a mi costado se sienta una chica,
pelo lacio casi hasta la cintura,
rojo como un bello atardecer,
falda traviesa de color fucsia,
botas tres cuartos de color negro,
chaqueta de cuero también negra,
abotonada hasta el cuello
y una chalina de seda blanca,
me miró con unos ojos verdes, profundos,
como diciendo: "hoy no es mi día,
no te metas conmigo",
(a lo cual por cierto la mayoría de las veces
deberíamos hacer caso).

No se si fue por su mirada, por el frío
o porque yo estaba de muy buen humor,
que no pude contener la risa,
ella me miró como diciendo:
¿estás loco o que te pasa?,
a lo cual le devolví la mirada y seguí riéndome,
su ojos se tornaron fríos,
que como dice el refrán, “si las miradas mataran"
yo estaría enterrado y congelado bajo tierra.

Mientras todo eso sucedía de mis ojos
seguían saltando lágrimas de risa,
a lo cual ella bajó la mirada,
volvió a mirar su café,
sacudió su cabeza totalmente perpleja,
no creyendo lo que le estaba pasando,
en ese instante pensé,
que me iba a tirar el café a la cara,
como hubiera sido en cualquier otro momento,
pero en vez de eso con una voz muy profunda,
sedosa, aguantando la bronca,
no sabiendo que pensar o sentir,
me preguntó: ¿y vos quien sos?;
a lo cual respondí sin siquiera meditarlo,
sabiendo que me podía llegar a ligar
una hermosa y no menos dolorosa bofetada:
"si quieres saber quien soy,
quédate esta noche conmigo".

Su mirada fue de una sorpresa tal,
no dando crédito a lo que escuchaba
que volví a sonreír agregué:
quédate; aunque el viento esté calmo,
te prometo un huracán;
quédate; aunque la luna no salga a brillar,
te prometo el mejor resplandor;
quédate, aunque el mar desate toda su furia,
te prometo una dulce marea;
quédate; aunque la noche esté en un mudo silencio,
te prometo el cantar de mil grillos;
si de verdad quieres saber quien soy, ¡quédate!

Hoy que el tiempo ha pasado,
cuando a veces nos encontramos,
nos reímos y entendemos:
que nuestras vidas, han sido y son;
un cúmulo de historias unidas por una mirada,
por la misma pregunta, por la misma respuesta;
porque.... el amor es eso ¿verdad?,
todos los días volverse a conocer,
todos los días volverse a enamorar.

Por eso, si de verdad quieres saber quien soy...
¡quédate esta noche conmigo!



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Poeta

Prosas poéticas :  Cardos de Fuego.
Cardos de Fuego.

Cardos de fuego en la nave marciana, contrahechas aristas y clavos de cristal, irisados prismas apetentes del mal, rosas de agujas, cactáceas fucsias. Zigzagueantes corolas de quebranto diamantino, líneas quebradas y escalenos triángulos, cubos y trapecios, Cardos minerales. La geometría, la arquitectura, la decoración en suma de la nave extraterrestre es un extraño equinodermo de cristal y topacio, un raro dodecaedro de límites imprecisos, un romboedro fragmentado y múltiple. El polígono o poliedro se desplaza en la inmensidad del espacio vacío, entre soles de neutrones rojos. Dentro de la nave la perspectiva geométrica hace que las escalas se deformen, no está hecha para piés humanos, una escalera que a simple vista tardaría meses en caminarse se anda en unos pocos minutos, un pasillo que diríase se pudiera atravesar en un segundo tarda un siglo en poder ser atravesado, extrañas magnolias rectas y extrañísimos cardos de cristal irisado adornan las esquinas y las puertas romboédricas, no hay curvas, pareciera que el elemento femenino fuera rechazado por la simetría deformada y prismática del laberinto, avanza en silencio en la negra inmensidad del espacio, pero se notan notas musicales como de grillos azules y verdes, como rarísimas luciérnagas violetas, como notas de un armónica de cristal, hay fuentes de las que mana un agua verde como de malaquita derretida, y fuentes con el agua granate como de granadina o mercromina, que forman cascadas cúbicas y aspersores macabros, como de sangre. Las luces de neón brillan como relámpagos de plata, como rayos en una tormenta, toda la bóveda superior está cruzada por raíces de rayos eléctricos, como si estuviéramos bajo la raíz caótica de un árbol electrónico. Desperdigados ámbares cúbicos, de un preciosísimo color miel, parpadean emitiendo caleidoscópicos sonidos, hay una melodía de estridencia sincopada esmeralda y amarilla, bajo la bóveda azul o violeta cruzada por las raíces eléctricas intermitentes. Todo es de una belleza sobrecogedora y fantasmal. Los arcángeles yacen dormidos sobre dorados colchones de seda iridiscente, débiles y delgados como sombras, son perfectos adolescentes de vino, íncubos para el tormento de un jorobado, promesas de placer para quien nunca viera el cielo, blandas armonías de azúcar y jengibre, espejos para bellísimos muchachos. Hay un perfume a caramelo y jazmín, un perfume a rosas lascivas, a madreselvas y ciruelas amarillas, huele a mandarina y lila, a coco y nenúfar. Se abren pétalos de menta y eucalipto, huele a tierra húmeda regada por la lluvia de marzo, hay un aroma a limones maduros. Los arcángeles duermen. Tienen los ojos cerrados, no se puede ver el color verde, azul o lila de sus pupilas, tienen los pezones de las diminutas tetillas débilmente rosas, los glandes circuncisos débilmente morados. Vuelve a relampaguear la bóveda cristalina de la nave, con raíces eléctricas, se avanza entre soles de helio ardiente y entre planetas de hielo azul. Hay estatuas de extraños dioses marcianos, de dioses que han matado y devorado a sus padres y a sus hijos, criminales e incestuosos, bellísimos y ciclópeos. De oro macizo, entre cardos de aristas de hielo verde, entre rosas de agujas de cristal finísimas, lacerantes y peligrosas. En el centro del poliedro, brutal e insolente, está la Diosa Huitxilopotxli, de mirada negra. Quien osa mirarla a los ojos cae desintegrado en una llamarada roja, violenta y magnífica. Es una diosa bellísima coronada de espinas diamantinas, muestra sus pezones, sus grandes tetas de leche dulcísima y venenosa, ha amamantado una progenie de monstruos. Sobre el trono de ámbar meloso es una Venus maldita llena de odio, una Afrodita que naciese de la espuma de un mar de caníbales. Quise pasar desapercibido ante sus ojos pero me eligió para que escribiera su panegírico.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Poeta

Prosas poéticas :  Una pequeña historia ¿erótica o no?
La tarde iba avanzando, los rayos del sol
se mezclaban con las nubes,
haciendo piruetas en la ventana del estudio;
paré de trabajar mas que nada
para deleitarme con aquella danza inmortal
que se desarrollaba en el cielo.

Era difícil ver tanta belleza junta,
las figuras se iban creando una tras otra
según las iba desatando en mi mente;
encendí un cigarrillo;
“fiel compañero de todas mis horas",
y me senté en el pasto
a regocijarme con aquel espectáculo
que era tan bello, tan intenso
y tan tierno a la vez.

Pasó el tiempo y yo
completamente abstraído en ese ir y venir
eterno del universo,
no reparé en la figura que avanzaba hacia mí,
solo hasta que me alcanzó su sombra;
entrecerré los parpados, no para ver quien era,
los dibujos de su imagen
ya me lo habían hecho saber;
los entreabrí simplemente
para gozar de su silueta,
ese singular y sensual
caminar que volvía locos
a todos los hombres;
“por supuesto incluyéndome".

Parecía que pisabas entre algodones,
como si no quisieras romper la armonía
de las ramitas del césped
acompasabas cada movimiento
con una perfecta sincronización
cual si fuera un reloj Suizo, eso era tu sombra,
abrí del todo mis ojos para poder
discernir tu rostro,tierno, picaresco,
hasta podría afirmar; levemente melancólico;
claro que los que te conocíamos
sabíamos muy bien,
la clase de diablilla que eras
cuando querías burlarte de alguien.
o la furia que desataba el huracán,
cuando alguna injusticia te hacía enojar.

Tus senos apenas asomando
por el segundo botón de la blusa
que por norma general llevabas desprendido.
el fino diapasón de tu cintura
que luego evolucionaba en una curva perfecta,
donde se entrelazaban los polos de la tierra,
tus piernas, largas, estilizadas,
para terminar en esos finos y fuertes tobillos
donde descansaban tus pies de ángel.

Sorprendido al verte ya que no esperaba tu visita,
mi cara debió expresar algo
porque inmediatamente reíste
y me dijiste con esa burlona sonrisa
a la cual simplemente,
daban ganas de taparla con un beso:
“oye mira que no soy un fantasma",
(claro que varios fantasmas
y algunos que no lo son,
desearían verse así).

Sentados en la hamaca del jardín,
entre anécdotas y mates fue pasando la tarde,
disfrutando de toda la belleza que nos rodeaba;
para dar paso a la noche, con sus coloridos sonidos;
su luna plateada a la cual tantos poetas
le han dedicado sus versos,
apenas se iba vislumbrando
detrás de unas nubes de color negro,
trayendo un leve olor a humedad,
que sin duda alguna presagiaba temporal.

Y llego la lluvia, con relámpagos,
rayos y truenos,
así que corrimos a cobijarnos en la casa,
para ver que podíamos hacer de cenar,
luego de un par de botellas de vino,
en la sobremesallegó la tempestad,
mientras mirábamos una película,
esos clásicos viejos, donde Humphrey Bogart
hacia las delicias,de todas sus admiradoras,
haciendo suspirar hasta la menos fanática.

Como es común denominador
en estos lados del mundo,
la tormenta eléctrica trajo
consigo el corte de energía,
así que rebuscamos en los cajones,
desempolvamos unas velas,
y bajo su tenue luz nos arrebujamos en el sillón
a escuchar el chapotear de las gotas en el patio,
y a impregnarnos del fresco olor a tierra mojada.

A medida que el tímido brillo se iba apagando
en nuestros cuerpos por el contrario
se iba iniciando un intenso resplandor,
vaya a saber si fue el vino, o la pasión
que desgarra en nosotros el aguacero,
lo cierto es que nuestros labios se encontraron,
pero aquello no fue un simple beso,
fue romper con todos los códigos
que nos habíamos impuesto,
fue desatar un vendaval mucho más fuerte
que el que existía afuera,
fue el desinhibir todos los prejuicios
que nos habían tenido atados durante tanto tiempo,
fue el desatar un incendio,
que ya no hubo forma de controlar.

Tus ojos verdes dieron paso a un tono rojizo,
mis manos encendieron el rubor de tu cuerpo,
las tuyas el escalofrió de mi piel,
mi mirada alumbrando tus dulces pechos,
y nuestros labios, ¡ah nuestros labios!
recorriendo, explorando,
por toda la fauna a su alrededor,
encontrando un camino nuevo,
renovando la esperanza fortuita,
de que el egoísmo no existía,
de que el mundo nunca moriría
mientras existiera la pasión
que anidaba en nuestros seres.

El calor lo consumió todo,
la avaricia, la maldad,
el fragor de aquella batalla
en donde no hubo perdedores,
no hubo muertos, ni heridos, ni despojos;
donde los instintos primordiales del ser humano
fueron sacados a flote,
como barco rescatado del mar,
donde la supervivencia fue vencida por el deseo
del puro y tierno despertar del sexo.

Cuando los jadeos apasionados se extinguieron,
como también lo habían hecho las luces de las velas
la lluvia se había convertido en una fina llovizna,
nuestras miradas volvieron a encontrarse,
sin reproches, sin vergüenzas,
sin el mas mínimo atisbo de sonrojos,
solo la ternura que transita después de la pasión.

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Poeta

Prosas poéticas :  UN MAL JUEGO DE AMOR
Entre nosotros hay un mal juego,
miradas que caen y se conservan
en una expresión gélida y pervertida
vestidas por la idea de resistencia

Pero eso es sólo una fachada
un intento de fuerza y supuesta valentía
para no demostrar dolor alguno
y resistir la batalla absurda todos los días

Tantos adioses van y vienen
pero ninguno define nada
sólo queda el orgullo en medio
y las ganas de gritarnos a la cara

No quiero decir te amo
pero es en lo único que pienso,
no puedo escuchar que me amas
pero eso es lo que más anhelo

¡¡¡¡¡¡pero ninguno cede!!!!!

¿juntos o dispersos?
¿lo intentamos o nos devolvemos?
¿intentamos olvidar tanto amor
o lo dejamos como nuevo?

Cuanto más nos evadimos
más cerca estamos de romper la cuerda floja
algo que puede suceder tan pronto
acabando con esta locura

Pero en medio de este juego asesino te digo..

Que pueden pasar en segundos los siglos
y esperarse que florezca en el invierno,
puede cambiarse la trayectoria de la luna
pero no se cambian los sentimientos.

Tampoco se deshace el destino
aun cuando vamos perdiendo,
si hemos de estar juntos un día
de algún modo se van a unir nuestros senderos

El ahora va a ser un adiós,
procuro no pensar en el mañana,
nuestro mañana podría volver pronto
para rehacer lo que hoy se acaba


•Autor: auris
•Publicado: 18 de Agosto de 2010 a las 00:41
Poeta

Prosas poéticas :  El Estanque del Emperador de la Luna de Agosto.
El Estanque del Emperador de la Luna de Agosto.

El Emperador de la Luna de Agosto tiene un trono de oro que sostiene sus cuatro patas admirables sobre una gigantesca tortuga. La tortuga tiene dos ojos esmeraldas que lanzan pavorosos rayos verdes a quien osa mirarla, y por donde pisa jamás crecen los heliotropos. Anda muy despacio, cada pisada dura diez mil años, y en el caparazón de carey blanco hay grabadas en letras de oro la palabra “Paciencia”. El emperador de la Luna de Agosto tiene un puño de oro macizo sobre el que un halcón se posa. Es un halcón blanco como la nieve, con dos ojos rubís enfurecidos, y sus uñas están sangrando porque eternamente acaba de arrancar el corazón de una ninfa de cuajo. La ninfa se bañaba en un estanque de aguas verdes y azules, y comía pétalos de nenúfar rosa para olvidarse de lo insoportable de la vida, cuando comía los pétalos fucsias del nenúfar el nenúfar gritaba socorro con letras de caramelo muy pequeñitas y azules en las que había cinco grillos negros. El estanque es azul y verde. Las ninfas mojan sus cuerpos en lo limpio de sus aguas, tienen los cabellos de oro o de plata y una mueca de tristeza en el rostro porque han visto al Dios Eros bañarse en el agua y éste las ha rechazado. En los ojos siempre verdes de la ninfas hay más estanques de aguas tranquilas, en los que las libélulas rojas beben un agua muy fría. Son fuentes de un agua muy negra y muy transparente, que brotan de un cisne de mármol con el pico de oro, los lotos en el estanque sostienen a las ninfas que no quieren bañarse y las arropan para que no se vea la esplendorosa desnudez de sus cuerpos de nieve perfecta. Hay una cadencia de campanitas azules y de siringas rosas que muestra al detalle el pezón izquierdo rosa de una ninfa. Una gotita de leche surge de ese pezón y un diminuto duende de oro recoge la gota en una copa de cristal de ámbar y se la bebe. El duende es muy pequeñito y salta de hoja de loto en hoja de loto, tiene una botitas verdes y un trajecito azul, y alas de mariposa, pero no sabe volar bien y tiene una gran miedo a las arañas. También hay dos unicornios azules bebiendo en las aguas de estanque. Tienen los cuernos irisados y tornasolados y los belfos son violetas como un poniente sevillano, cuando beben hacen un gran tumulto y provocan ondas de frescor transparente en el estanque que con el sol se descomponen en pequeños arcoirises de oro y de granates, las campánulas se asoman al estanque con sus grandes bocas florecidas, y los hibiscos desprenden el polen naranja que cae como un polvillo sobre las alas de mariposas de los duendes. También hay un Narciso al borde de la fuente. El hermoso muchacho se contempla admirado y muere de languidez al no poder acariciar su imagen, cada vez que sumerge su mano transparente, llena de venitas moradas, en el agua del estanque, su imagen se difumina y el muchacho llora. Y es tanto lo que llora que el muchacho es una fuente más del estanque. Una fuente con forma de atleta adolescente de cabellos verdes y labios sonrosados como la sandía. Cuando el halcón desgarró el corazón de la ninfa se lo sacó del pecho con saña y lo llevó por los aires hasta un volcán de Islandia. Y el volcán que estaba hambriento de corazones recogió el corazón sangrante de la muchacha y lo devoró en una gran pira de fuego. Sonaron las trompetas del juicio Final y cien arcángeles rubios surcaron el cielo sobre Pegasos blancos, irritados por la fechoría del emperador. Pero la tortuga dio un paso más y el tiempo se detuvo como un cristal de diamante colapsado. Siempre que da el sol en el estanque los duendecillos beben de la teta de una ninfa, pero si da la luna y las estrellas azulinas se reflejan en lo oscuro de sus aguas además los senos dan miel. En lo dorado de la tarde las lágrimas de las ninfas son de un oro perfecto, y las libélulas interrogan a los juncos verdes sobre si pueden o no posarse. Es un dialogo interminable de miedo y de respeto, te quiero, no te quiero, te quiero, no te quiero. Hay quien ha visto mil años de interrogaciones, pero cuando llega la noche es forzoso que la libélula se pose sobre su junco. En el Palacio del emperador de la Luna de Agosto hay cuatrocientos pavos reales azules, coronados de plumas iridiscentes, y el emperador tiene una jaula de oro con doce mirlos métálicos. ¡¡¡¡¡¡Cómo brillan los mirlos, es una delicia verlos tan esplendorosos, diríase que le han robado al arcoiris sus facetas. Hay campesinos que trabajan día y noche criando dichos mirlos y cuando un mirlo muere por descuido es día de luto en la choza del pobre campesino. Los llevan al emperador de doce en doce, para que los embajadores de Persia se queden extasiados y no pidan más oro por los tributos, si no habría guerra y el emperador tendría que desmontar de su tortuga y montar sobre un caballo percherón negro, que tiene en los tobillos de cada pata cuatro calaveras humanas con los dientes cariados, y sería un día de luto para todos los habitantes del reino. ¿Qué hace una ninfa sin corazón loca llorando sobre la hoja de loto de un estanque?. ¿qué hace el corazón loco de una ninfa de nieve ardiendo eternamente en el cráter de un volcán de Islandia?. ¿qué hacen tres toreros mejicanos frente a un espejo negro?, ¿qué hace el sol de agosto dando sobre los tejados de mi casa?, ¿qué hago yo toda la tarde lejos del sol y de la fuente?, ¿qué hace una mariposa rosa sobre un heliotropo blanco?, Qué hace una ninfa sin corazón loca llorando sobre la hoja de loto de un estanque?........
….................................................................
Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Poeta

Prosas poéticas :  Mineralogía Extraterrestre.
Mineralogía Extraterrestre. ( sin haber leído el libro de mineralogía e inventándome los nombres de los minerales).



La anderosta es un mineral de sulfuro de exarconio, que aparece en cubos e icosaedros, de un brillo granate y verde, relampaguea en la oscuridad fosforescente y añil, y sirve para la extracción del exarconio, antipirético y antihelmíntico, antinematodo y antifúngico, que en dosis pequeñas devuelve la virilidad a los hombres. Se usa también en perfumería, pues huele a madreselvas enloquecidas y a nenúfares oscuros, y en cosmética, mezclado con irasita, como regenerador de la piel dañada. Tiene una propiedad extraña, la de percibir la música y, bajo el toque del diapasón de un arpa, se transforma, de granate y verde cambia a dorado y empieza a destilar vapores de ignina, que producen ensoñaciones de lilas y arañas, y calman los dolores de la vida, como una oscura mano de terciopelo frío sobre el cuerpo cansado. La anderosta es un mineral precioso, carísimo, muy raro, lo buscan los mineralologos como a la antigua piedra filosofal los medievales alquimistas. Por un yacimiento de anderosta los ejércitos de la confederación de Neuria se enfrentaron a las Republicas de Dignio, y un millón de muertos no sirvieron sino para extraer tan solo un kilo.

La exturmalina es aún más prodigiosa, de corte romboédrico y rosa, aparece en maclas violetas mezclada con oro, es fría como un témpano de hielo, un metal que siempre está frío, a diez grados bajo cero, si se golpea con furia desprende un sonido a grillos azules y violetas, que dura diez minutos, como si fuera la antigua mandrágora renacentista al ser cortada, si se calienta sigue fría, como si fuera la mano de la muerte, si aún así proseguimos calentando se descompondrá en libélulas azules, vivas y volantes, que forman parte de su red cristalina desde que quedaron atrapadas en la resina del árbol Guacayonin del que proviene hace mil años. Pero sólo engendra libélulas, como si no se hubiese dignado la resina a englobar en su misterio ni a hormigas ni a coleópteros. Cuando los exploradores planetarios bajan a los desiertos de Iñaco, siempre ardientes, llevan la exturmalina como regulador de la temperatura. Allí, en ese desierto, se cazan los hermosos antílopes de aruna, con sus tres cuernos retorcidos y afilados, que machacados en polvo son un antileucémico espléndido. Es terrible la suerte que persigue a los antílopes de aruna, pues son indomesticables, y mueren cuando pierden sus cuernos, pero los niños enfermos de cáncer exigen el sacrificio de la luna. Los bellos animales son gráciles como panteras y confiados como delfines y su caza es un horror siniestro.

La ticrionita es rosa y roja como un rubí salvaje, forma cristales trapezoidales, y es venenosa como el cianuro más cínico, cuando percibe el olor humano, se metamorfosea en una orquídea negra, de un olor tan sublime que quien lo huele cae hipnotizado en un sueño profundo. Y en ese sueño tan profundo hay quien dice que ha visto a Dios coronado de espinas tan bello y tan fulgente como un manantial de rubíes y que le ha curado las llagas de la sífilis.

La espumorotrita es mala como una mujer envidiosa, es un metal envilecido por su comercio, pues es el mayor afrodisíaco homosexual que existe. En las noches de orgía desbocada los gays la consumen pues alarga el acto sexual de manera indefinida y provoca orgasmos azules tan exquisitos como el rayo de un arcoiris caliente sobre la espalda. Pero su extracción es prohibitiva pues, guardada bajo siete llaves por los dragones unicornios, solo la sangre humana paga el precio de su coste.

Si sobre un cristal de Icronito verde se vierte una gota de agua el icronito se transforma en lirio. Si sobre un cristal de Idomito rojo se vierte una gota de zumo de naranja, el cristal se descompone en miles de hormigas rosas. Ambos minerales, puestos a la vez en agua, la hace arder. El residuo que queda es capaz de cicatrizar las heridas.

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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( es un relato muy malo pero es que lo que Natura no da Salamanca no lo presta).
Poeta

Prosas poéticas :  MI PROMESA PARA TI
MI PROMESA PARA TI
Nunca creí estar perdidamente enamorada
yo que juraba a mi familia que eso del amor no era lo mío
que quedarme sola tenía más sentido
que entregarle mi alma a un pérfido bandido
Pero que va...
Cuando uno le dispara al cielo más rápido le cae la bala
y no pues huir.....no hay forma, te llega y te marca la vida,
te la hace más plena y feliz como si no hubiera nada
como si más allá de la puerta se perdiera la salida

Y para qué salir si lo he encontrado?
absurdo sería querer escapar del amor puro
y dejar de vivir tan grandiosos instantes contigo
después de que con un simple beso te convertiste en mi mundo

Ay amor mío..... que bonito se oye no crees?
Que me correspondas y me ames como si no hubiera mañana,
un mañana que sólo es posible en tus brazos,
es lo que me llena de fuerzas para seguir luchando
porque una vida juntos es mi promesa sagrada

No es una amenaza no temas
es el mayor regalo que puedo darte luego de mi alma
hacerte feliz hasta que me muera es lo que deseo
porque te amo y al fin llegaste a posarte sobre mi almohada....


auris

de "PARA TI MÍ COLIBRÍ"
Poeta

Prosas poéticas :  Ahora comprendo
Ahora comprendo que es la rabia. ¿Por qué dos lágrimas cubren mis ojos? Tor, Odín, Wotan, las Hermanas Walkirias me siguen. Los cuatro jinetes del Apocalipsis han roto sus sellos delante de mí. Ya lo comprendo. Yo soy La Bestia. Mis Siete Cabezas hacen de mis pensamientos un cúmulo de odio. Te odio. El dolor ya no es suficiente. Mis mandíbulas están apretadas y, ahora, mi caballo es de fuego. La desesperación nos envuelve y el mar brilla. Ahora miro al mar. Me tiro a él y todo ha acabado. Pero sigo existiendo. Ahora veo una piedra y llego a ella. Y río como un loco. ¿Era yo el que comprendía? Telémaco está allí. Y Penélope. Ahora yo soy mar que brilla y llega a ti. Te amo.
Poeta

Prosas poéticas :  Até ao raiar da aurora


Hasta el despuntar de la aurora, otra noche que llega y lo que siento es,
Cruelmente, una cosa distinta de lo que digo.
Otra noche exuberante de imágenes de las cuales desconozco las palabras precisas para los sentidos que despiertan.
Otra noche en que voy a escribir todo lo que existe en todas las lenguas
Vivas y muertas, inventar nuevas, usarlas todas de una vez en una lujuriante oda triunfal de todo lo que soy y de todo lo que seré sin fecha cierta para terminar e destruirla en rudos pedazos e olvidarla.
Escribir la perfecta composición sólo para entretenerme.
Car cuerpo y voz a todas las voces y en un ápice erradicar todo e cualquier angustia sólo para que dejen de molestarme.
Reír de mi tragedia, llorar por ella, permitirme ser todo entre las cuatro paredes de mi alma hasta que el primer rayo de luz flameante del casi eterno despuntar de la aurora entre por mi ventana y me abrace!
Una Noche como cualquiera otra.


Trad. Gustavo Arturo Restrepo


"Até ao raiar da aurora, outra noite chegada e o que sinto é, impiedosamente, uma coisa diferente do que digo.
Outra noite repleta de imagens das quais desconheço as palavras certas para os sentidos que despertam.
Outra noite em que vou escrever tudo o que existe em todas as línguas vivas e mortas, inventar novas, usá-las todas de uma vez numa luxuriante ode triunfal de tudo o que sou e do que serei sem data certa para acabar e a seguir esfarrapá-la em rudes pedaços e esquecê-la.
Escrever a composição perfeita só para me entreter.
Dar corpo e voz a todas as vozes e num ápice erradicar todo e qualquer mal-estar só para que parem de me incomodar.
Rir da minha tragédia, chorar por ela, permitir-me ser tudo entre as quatro paredes de mim até que o primeiro raio de luz flamejante do quase eterno raiar da aurora entre pela janela e me venha abraçar!
Uma noite como qualquer outra.

MRLEAL - 26.05.2012
Poeta

Prosas poéticas :  ♥♥♥ Mi soledad.
Si mi Soledad quiere cantar, yo la dejo; pero su voz jamás se escucha en mis oídos, se apena un poco mi niña silenciosa, pero me toca con sus labios y se queda a dormir entre mis brazos. Yo le canto una canción de amor y le rezo una plegaria.
Poeta