Yo se que mientras existamos, nos recordaremos No podre olvidarte y anhelo estar contigo Pero no sé si tú quieres recordarme Si me dieras la oportunidad te enamoraría con detalles.
Sabes antes de dormir, yo busco tu retrato Pensando en ti, quizás desesperado, por verte otra vez Aunque no te acuerdes de mí, voy hacer que pienses en mi Te llenare de detalles, para que nunca me olvides.
Me atreveré a cantarte todas las noches, con mi guitarra Escucharas todas mis letras, escritas bajo la luz de la luna Cada noche te escribiré un poema, que describa lo enamorado que estoy de ti Te regalare una rosa blanca, para que veas la pureza de este amor.
Yo te querré tal como eres, no hace falta cambiarte nada Y te conquistare con cada detalle y con mi guitarra te cantare cada noche Te abrazare a cada momento, para que sepas que siempre estaré contigo Solo pido que me des un rincón en tu alma, y nunca me des tu olvido, Nadia.
Lo que la grasa es al músculo la experiencia es al espíritu……
El espíritu deviene sólo por el derrotero Y donde no hay derrotero solo hay límites, disecaciones y verticalidades.
He aquí, entonces, el músculo y la fuerza o la experiencia y el consenso He aquí la sangre en las venas o la sangre salpicada O aquel que le ordenan matar o aquel que muere desde su autonomía He aquí la autoridad que impone o la emancipación que exige Como el conservar de unos o el renovar de otros Como el apalear o ser apaleado
Como el interés del lucro o el dolor de la miseria.
Sólo el espíritu conoce el derrotero, se hace desde él, se hace desde la vida.
Y todo aquello que niega a la vida Aunque exista, debe ser negado.
Así, cuarteles, iglesias, colegios, partidos, apologetas y televisión Como negadores del otro niegan el derrotero Fundamento de la vida y posibilidad del espíritu.
Por ello, entonces, ellos deben ser negados O sendero abierto para volver a instalar
El "ojo por ojo y diente por diente"
Y erradicar esa mentira de la paz Cuando impune, continua el derrotero de toda violencia: La explotación.
Miedo que al verbo atenaza, milenarios sentimientos, temor que vive en el centro, donde el corazón se alarma, viento ancestral de locura, que a los terrores alcanza. Vivir andando en el filo, de la daga que le aguarda.
Y va engordando la hacienda, mientras se achica el sumiso, el celo cuida el instinto, que va marcando la senda. Vibrantes vidas aéreas, corazones sin destino, en un rincón olvidados, en las temblorosas venas.
Se va quedando en silencio, fina arena que respira, entre los poros abiertos, dulce y cálido el aliento, mirada que ve y aspira, bebiendo de sus adentros. El viento barre y oxida, limpia el polvo del sendero.
Amor que vive y que mima, tierna flor de invernadero, libre quisiera ser rima, en sus diversos acentos. Contrastes que se adivinan, en sus recónditos huecos, hermosa estela que sueña, en la aureola de sus sueños.
Temblor que el miedo suscita, a preso reduce el tiempo, que va dejando sin vida, la esencia de sus momentos. Volver cubiertas las noches, de apasionados encuentros, y ver mirando las carnes, bordadas de terciopelo.
Se va quedando la vida, vestida de sus recuerdos, y en la soledad profunda, voces que llegan confusas, en pensamientos desiertos. El tiempo roza las fibras, más sensibles, sin saberlo, y atento se agita el nervio.
Voraces noches vigílan, en duermevelas sin verso, con el amor en los ojos, mirando de cerca el tiempo, chispeando los reflejos, buscando ente los destellos. La boca abierta a la risa, con los ojos entreabiertos.
Amar con pasión, sin prisa, para detener el tiempo.
Nadia desde que te conocí, dejé de vivir y empecé a soñar Quisiera ver otra vez, esos hermosos ojos En todos mis sueños yo te vuelvo a ver Nadia olvidarte no se va poder.
Nadia si me ves en tus sueños, llévame contigo Que quisiera amanecer en tus brazos Desde que nos alejamos, yo deje de vivir Nadia te juro que mi corazón, late por ti.
Nadia yo te he de seguir, hasta el mismo cielo El cielo será testigo, del amor que te tengo Te confieso que mi corazón, me reclama cada noche Por que es mucho tiempo, el que he pasado lejos de ti.
Nadia en todos mis sueños te quiero tener Solo te pido que si un día nos vemos Me des la oportunidad de hablar contigo Nadia déjame decirte, lo mucho que me gustas Y lo enamorado que estoy de ti, Nadia.
Erase una vez, un perro enamorado de la luna, pasaba las noches enteras admirando su belleza, parecía que la luz blanca lo hipnotizaba.
A veces podía escuchar un leve susurro de el hacía su amor la luna Recostaba su cabeza sobre la barda, como si se acostara en el regazo de su amor lunar
Yo decía que perro más loco, cuando corría y aullaba por la casa, no sabía que me pedía salir a contemplar la belleza de su amor
Y otras veces recostado aullaba de dolor, yo sabía que esa noche no había venido ella a la cita y el moría de amor y hasta la luz de sus ojos se parecía apagar.
Erase un perro enamorado de la luna, erase un perro que me enseño a vivir cada minuto de la vida, me enseñó que hay cosas que no dmiro por hundirme en lo cotidiano de mi vida...
Cuando mi amor se escriba en tu frente y tus tierras secas en mí se humedezcan entre tu ser y el mío se hará un puente que permitirá que en nuestros corazones las esperanzas, las ilusiones amanezcan.
Cuando te preguntes cómo es el amor que llevo en mi esencia y te ofrezco levanta tus ojos hacía mi dorado albor y verás entre las nubes del azul cielo un musical y alegre viento muy fresco;
allí danzantes entre sirenas y el mar encontrarás la estela que lleva mi amor si entras muy lento, en ella verás brotar ese dorado y rojo que buscas con luz y que en mi alma y rostro se sabe rebozar.
Penetra profundo con tu mirar mi ser empapándote de mi esencia lozana y de mis pasiones que te harán renacer sintiéndo conmigo el amor de verdad que de nuestros centros emana.
Ven, y mírame con serenidad Que tu mirada, las fisuras allana.
Lleva en las venas la esencia, río rojo se derrama, como corrientes de magia, en la mente de la ciencia.
Subyuga su desmesura, presa en su fiel ignorancia, y no repara en argucias, en domar a la criatura. Así se olvida la ciencia y se desprecia la magia. Como desprenden sus hojas, el otoño de la vida.
Libro en blanco de ternura, invisibles líneas blancas, escritas en la textura, de la piel de las caricias. Fibras que tiemblan sin pausa, besos que tiemblan y vibran, temblores ente las sábanas, de las entregadas vidas.
Poder que somete al pobre, esclavo que justifica, patrón que bebe la sangre, del vergel que le sublima, sabor agridulce y ácido, del odio que cronifica, sumisión a la avaricia, de ricas ropas vestida.
Se descuelgan los placeres, se desprende la desidia, lágrimas que lentas fluyen, como palabras sencillas. Corazones en el aire, en la tierra pesadillas, almas prendidas de nubes, de rostros en carne viva.
Lluvia de amores que bañan, cadenciosamente mágica, repartiendo sensaciones, entre reales y fantásticas. El viento azota los márgenes, donde vive la alegría, pero tozuda se salva, armoniosamente viva.
Lleva en las venas la lucha, impregnadas de verdad, en las arterias confianza, de claridades las dudas, versos en la oscuridad, para escribir la esperanza. Lleva en las venas la vida, preñadas de realidad.
A cierta distancia me dominas muchachita. El leve olor de tu velo me anula las fuerzas. Un hilo de tu cólera hala mis huellas a tu guarida En ella no tengo triunfo Ni sangre Ni raíces Ni espinas. Soy solo forma de ceniza. Paloma ruda, ¡Qué haré para ser olvido!
De todas tú eres, de la que yo estoy enamorado Por la que me desvelo, todas las noches A la que pienso todos los días, a todas horas La que esta en mis sueños y pensamientos.
De todas eres la más importante para mí Con la que quiero estar, todos los días La que mas me gusta a mí, la que me vuelve loco Eres tu la dueña de mi corazón, solo tu estas en él.
De todas eres tú, quien me tiene enamorado Solo eres tú, la que aparece en mis sueños Eres lo que mis ojos, al verte anhelan tanto Eres la única que me trae, un poco loco, solo por ti.
De todas eres la más especial para mí Eres la única que quiero que este en mi vida La que me hace sufrir, con su indiferencia Pero de todas tu eres, de la que yo estoy enamorado, Nadia.