Quiero un beso intenso un abrazo fuerte, Quiero un te quiero, también un quédate un poco más, quiero lo espontáneo,una caricia leve una llamada inesperada. Quiero que te quedes siempre quiero que me quieras hoy un poco más, quiero verte siempre con una sonrisa de esas que me saben enamorar. Quiero lo que guardas eso que piensas en entregar Contigo lo quiero todo sin dudas y sin pensar. Amor para mi vida mi tesoro.
Te fuiste, hace rato, hace tiempo, ¿Donde estás? ¿Dónde te encuentro? Que estas aquí, que me ves y que enfrentas ¿En donde? ¿Acortaste la distancia o solo viniste más cerca? Que eres el mismo, que has crecido pero que no has cambiado ¿Quién lo dice? ¿Quién te ha engañado? Me abrazas, me besas y me acaricias ¿Es de verdad o es de mentira? ¿Con qué brazos? ¿con cuáles labios? ¿Con qué manos?
Lloras por lo que te digo, me abofeteas con tus insultos alaridos y me abrumas con tu quejido por un llanto dolido ¿Qué te hice? ¿De qué te dueles? ¿De qué te sorprendes? ¿Por qué me dueles en el espejo? Sigues gritando y golpeando, por arriba y por abajo ¿Porqué? ¿Debido a qué? Ahora dices que te vas y no volverás pero... ¿Cuando volviste?
Al enfrentarnos al espejo siempre tendremos la verdad de nosotros al frente solo que nos la negamos para hacer nuestra vida más llevada a mano
El monstruo camina dentro, sigilosamente habla, con voz airada reclama, se agita inquieto en su calma, poder que al nervio transciende, que domina y arrebata, señor del reino interior, que puede abrazar o mata.
El tiempo borró las huellas, nebulosa que se alarga, sombra grisácea y opaca, pasión de arrebol pintada, amor entre las tinieblas, versátil cual goma elástica. Pisadas que se diluyen, como el agua derramada.
Poeta que se desnuda, carne abierta a las miradas, la voz interior llamando, a la otra voz que le habla, la sangre besando el órgano, que la emoción le demuda, bañado en néctar soñando, entre las musas que bailan.
Alarga la mano el viento, para alcanzar la mañana, y se deshacen los grumos, de las mentes aniñadas. La nube busca a la luna, para poder abrazarla, y se van quedando solas, las lágrimas derramadas.
Amor de efluvios y mimos, ágil mente enamorada, dolor y placer ocultos, verso al borde se desata. Enarboladas pasiones, al viento preñando saltan, innumerables los ecos, de innumerables palabras.
Monstruo que dentro palpita, cohabitando con el alma, afiladas son las garras, abiertas fauces que braman. De sus múltiples heridas, la humanidad se desangra, voraces son sus maneras, son crueles sus dentelladas.
La mano extendida quiere, alcanzar lo que le falta, y no escatima en caricias, mano alargada que ama.
Mis lágrimas se volvieron tinta, se posan sobre mi cuaderno: Describieron el infierno interno que llevó marcado En el pecho. Escucho más lamentos que obasiones, Escribo a diario canciones llenas de obsesiones. Es como escapar de todas las prisiones Solo para volver porque me acostumbré al lugar. Así entendí que no soy poeta, soy demasiado vulgar, Solo se decir lo que pienso Con las palabras se jugar, aprendí armar los fragmentos de mi alma, Los vuelvo versos que le traen calma a este cascarón.
¿Quién podrá quererte como yo? Me preguntabas cada que desnudabas mi piel con versos perfumados de rosa y clavel bajo esas tibias lluvias de amor y placer que nos enredaban llevándonos tan lejos y regresándonos al amanecer.
Ya no hay lluvias perfumadas ya no hay lluvias de caricias en mi piel ya no estás aquí, siento que el frío llega con la neblina del anochecer penetrando poro a poro mi tibia piel esa que tú cubrías con tus versos de canela y miel.
Ahora tengo nostalgia de esas lluvias en mi piel y de esos versos tan dulces que me solías traer y la canción que nos inventó el viento cuando suena al amanecer es un triste lamento que me hace enloquecer.
¿Cuándo volverán tus lluvias A humedecer mi piel? Y que tus labios me besen el alma borrando la nostalgia que me eleva como a un suave papel dejándome en un mundo tan vacío y tan frío, como cruel.
¿Cuándo volverán tus lluvias tus suaves manos tu mirada fiel? A acariciar mi cuerpo a besar mi alma a humedecer mi piel.
Bosque oscuro se transita, arropado en luz de aurora, verde intenso entre las hojas, fuerte olor a magia y mística, espesa y profunda sombra.
Caminaba sin descanso, penetrante la mirada, febril deseo de esperanza, en unos ojos que hablan. Versátil lengua se agita, en la boca que se agranda, y atardeceres de nácar, levantan sueños que abrasan.
El verso cruzó la sombra, rima al socaire se abraza, de las pasiones internas, que celosas se levantan. Saltan letras junto al ritmo, de las estrofas que bailan, y no se detiene el viento, aunque la vida se acaba.
Borrar de un solo soplido, las quejumbrosas pisadas, y danzar sobre la arena, con las manos en la espalda. Beber del mar del olvido, para recrear la añoranza, y rememorar los mimos, perdidos entre las sábanas.
El cambio nació del germen, sembrado entre las mañanas, luz de luna en lontananza, asomada a la ventana. Giró en sentido contrario, el planeta en su amenaza, y se fueron derrumbando, las ideas que le acompañan.
La voz cuajada de gestos, pura canción que gritaba, del fondo de la caverna, surgió como una tormenta, vibró en el pecho alarmada, y en el alba de los sueños, se silenció su asonada, muda quedó entre la niebla.
Quedose la vida en calma, esperando a que llegara, rictus de amor en los labios, ojos mirando a la nada, melodía entre los brazos, colmados de sus andanzas, y un bello cántico cálido, saliendo de la garganta.