En los ojos vive el eco, en los labios la palabra, en la mente se recrean, las ideas que se labran. En las riveras se hacinan, restos, lastres y despojos, y la corriente se lleva, la vida con sus tesoros.
El mundo se dio la vuelta, para ocultar la mirada, sangre que caliente espesa, en la carne de las ganas. El roble extendió las ramas, dando cobijo a la savia, y la verdad se hizo daño, al despertar la mañana.
En el borde de la sombra, plasma la luna su luz, deshojando las penumbras, buscando el brillo que asombra, la vida en su plenitud. En las orillas del tiempo, vive el amor entre brumas, buscando un rayo de luz.
Envuelta en amor la cuna, ribeteada de ternura, pace plateada la luna, en apacible quietud, asombra la criatura, inquieta en su desnudez, y se despejan las dudas, viendo su cálida tez.
El amor vive en la luz, pero transita entre sombras, dolor y pena le cercan, intensas voces le nombran, y sentimientos le miman, aunque en los ojos se esconda, tiembla el verbo cuando asoma, y en su desnudez se asombra.
Envuelta en carne la vida, en la luz se viste el día, mientras los sueños se mudan, despertando a contraluz. Perlada la hoja reaviva, y el amor de gala viste, para recibir al sol, en su guarida infinita.
Cantinela que se extiende, como el mar muerde la arena, sintonía que se expande, como un torrente que anega, tenaz sonido en el aire, que a todos los oídos llega, letanías que se iteran, insistentemente eternas.
Canción de cuna que envuelve, en la niñez pasajera, y va modulando el ritmo, acoplándose a la senda. Voces que roncas se tornan, cuando crece la marea, y el rugir de las gargantas, presagian canciones nuevas.
Historias que se perdieron, en el mar de las ideas, cementerio de añoranzas, que quedaron tras las puertas. Las notas atrás quedaron, salidas de viejas cuerdas, y voces que se enquistaron, como el polvo en la trastienda,
Amor que vive y ocupa, que se dilata y que medra, eclipsando las nostalgias, con su pertinaz presencia, amor de múltiples notas, desgranando sus quimeras, con las voces de mil bocas, que sin fin se manifiestan.
Volver al origen mismo, donde la verdad se gesta, preñado de sensaciones, sentidas en el abismo, donde viven las leyendas, volver al centro del tiempo, donde el vacío es materia, y ver la auténtica esencia.
La vida cambió su rumbo, para moldear su existencia, henchidas de aire las velas, fuerza el timón sus maneras, y el viento gira y se estira, para abrazar lo que encuentra, agua de infinitas formas, de las orillas que besas.
El tiempo cruzó la puerta, para buscar su quimera, y el amor abrió los brazos, como el mar ama la tierra. Se extiende el verso sin voz, para que cante cualquiera.
Queria robarte..sin aviso una mirada que llega escondida
queria darte...cuando no lo esperas sorpresas con besos robados
queria tener todas las respuestas..para abarajarlas y cartear qualquier As que pienses
quisiera ser...cuando pueda Dios o demonio para conformar tus mutantes deseos
y en el fondo , me doy cuenta hoy que lo que quiero... es estar a tu lado para poder sentir el aroma de tu alma y respirar com ella .
te escribi algo...para que sientas solo que a mi( para vos ) solo me sirve escribir con los ojos, con las manos ... con los 6 sentidos puestos y atentos en sueños
querer , poder ,soñar solo eso...
que una vida se esfuma en segundos y me propongo viviirla ....contigo, el dia que la pueda
¡Acariciaré tu rostro iluminado En la tersa cara de la luna Y en esa hermosa luz plateada Tocaré tu pelo trasnochado!
¡Veré resplandeciente la luz de tu mirada, los fulgentes luceros, Fijos y distantes en el cielo serán los ojos de mi amada!
Tomaré en la noche silenciosa Tu cuerpo de diosa con mis manos, Para acariciar tu piel desnuda, y gozar de toda tú, preciosa.
Y en esa noche tan hermosa, Enfebrecidos haremos el amor, Aullando como un lobo, feliz guardaré esa noche, como una rosa.
Porque cuando te marches de mi lado Llevando hasta tu reflejo de las aguas, Me quedaré sin ti, pero contigo Aleja; Porque yo, desquiciado, te habré amado.
Como aman los poetas ¡A morir! Sin jamás siquiera haber tocado Un solo pelo de tu blonda cabellera, Serás luz eterna que guie mi existir.
Señala el tiempo al traidor, fija el final la partida, y se hace un hueco la vida, para alcanzar el valor. Se duermen las pesadillas, despierta al tiempo el suicida, y se abre camino el sol, brasas entre las cenizas.
La aurora llamaba al sol, para alumbrar lo que brilla, y la luna se ocultó, reculando de puntillas. La voz ronca se afinó, y se afinaron las vidas, para despertar mejor, y ver renacer el día.
Caprichos del corazón, verdades que se maquillan, mentiras que se acuclillan, para engañar al amor, el nervio canta a la vida, vibrando cual diapasón, y crece al fin la semilla, que la lágrima bañó.
Amor que cruza la línea, que traza el miedo sin prisa, que va cercando la envidia, fronteras de odio y rencor. Torna a vendaval la brisa, y una minúscula esquirla, corta de cuajo la flor.
Volar sin miedo el gorrión, inmerso en su canto prístino, cantar sin miedo el cantor, contra quien saquea y exprime. Soñar libre y sin temor, vivir sin trabas inútiles. El mar brama su canción, para que el respeto prime.
Señala el tiempo al ladrón, que entre bambalinas ríe, y se destapan las fosas, de podredumbre que existen, despierta el verso, que exánime, vuelca su voz mientra vive. Amores sin condición, para ser amante y cómplice.
Si sabe la Navidad, del hambre y de la tristeza, y de la necesidad, que no es todo pandereta. Llenar la panza sin reglas, mientras la hambruna se ceba, con la olvidada miseria.
No sabe la Navidad, de envidias y de diatribas, si sabe de la verdad, que azota a la misma vida. No sabe el viento que es viento, pero su fuerza derriba. No sabe la Navidad, si es amor o solo envidia.
Las penas son de nosotros, la Navidad es ajena, una suculenta cena, para ahuyentar al demonio. El hambre llama a la puerta, pero a vacío resuena. Si sabe la Navidad, de presos y de condenas.
Bellas cadenas doradas, que engrilletan y que apresan, con el sabor de sus viandas, de sus sabrosas pitanzas, de sus cánticos y danzas, de cariños que se expresan. Volver sobre pasos viejos, con los pies nuevos que hablan.
Navidad que te reflejas, sobre el espejo del alma, tienes los brazos cansados, de sostener la añoranza. Perlada la frente brilla, en la luz anacarada, de las brillantes pupilas, de las bocas aniñadas.
Cantar sin voz, porque falta, la verdad que la acompaña, y los adornos se ciernen, sobre los cuerpos que faltan, amar sin luz, no hace falta, si es auténtica la llama. Navidad que te recreas, en cada herida que sangra.
Si sabe la Navidad, de la nobleza que es sabia, y sobre la Tierra extiende, su manto de oro y de plata, la Navidad es de todos, no solo de egregias panzas.
No importa cuánto tiempo hace, importa la frescura intacta de tu sonrisa, tus ojos púberes, acariciando sin intención, como bálsamo, como rocío, como sol... la contagiante alegría de tu sola presencia, importa que hayas estado allí, cambiando, completando el paisaje en que crecimos.
No importan los detalles pueriles, vanos... pero cómo evitar recordar cuánto encendías, los espacios, los suspiros y el frío de la tarde; importa la primavera irrumpiendo incesante, abotargando los sentidos de aromas y colores, atrapando toda la atención y hasta el tiempo, como las pecas que ataviaban tu cara bonita.
Tampoco importa hacia dónde fue tu éxodo, importa que estás allí, como gaviota viajera, como canta Piero, amando y volando para nunca dejar de abrir el horizonte y la aurora, para darle más profundidad a tus cavilaciones, penetrar como lluvia, como perfume, música y extraviarte en el pleno disfrute de la solitud.
Creo que ni siquiera el aspecto importa... Esa hermosa e inquieta muchachita está aquí, en un exquisito rincón del corazón y la memoria en el vivaz estallido del alba reverdeciendo, para desde esos días únicos, volver a soltar el vuelo, con la certeza de hacer lo que quieres, amando, explorando con pasión los encajes del infinito...
Importa volver a llamarte juajuita y encontrar tanta vida, recuerdos y alegría al hacerlo...
Al correr las cortinas de mi ventanal, Solo entra el sol y tu recuerdo; El sol que da en los desvencijados Libros, la obra del tiempo y tu recuerdo, que da en mi corazón.
La tarde me sorprende dormitando, Con los lentes mal puestos Y el sombrero caído, en el balcón. Hojeando un álbum de tiempos aquellos, De cuando yo te amaba y tú me querías.
Todo se ha vuelto una cruel Y triste historia, Una que ni contar se puede, Porque mis nietos tienen otra abuela Y a los tuyos, nunca les hablarás de mí.
Sin embargo es mi promesa Que cuando a mí me toque partir Será el recuerdo de tu amor lejano, Lo único que de éste mundo lleve Para esperarte y amarnos para siempre.
Queda ausente la justicia, la verdad huérfana queda, y la dignidad se ausenta, cuando el odio se recrea, la razón se hace pequeña, y se enquista el corazón, despreciando la nobleza, la mezquindad por bandera.
Matices quiere la voz, y saber lo que se piensa, en un rictus y una mueca, se concreta la emoción. Amor que tan solo medra, a costa del corazón, una nefasta ilusión, que en realidad está hueca.
Tierra que al humano acoges, en tu vientre y en tus venas, en tus terrícolas brazos, generosamente bella. Tierra que a la vida entregas, los frutos de tu cosecha, y amamantas con tus ubres, a las especies que creas, amor que entregas sin tregua.
Racimos de sensaciones, que como cascadas tiemblan, reas son de las conciencias, en volubles corazones. No se compran los amores, ni se vende el corazón, no es la vida de latón, ni son de humo los rencores.
De carne los sueños son, de puro auténticos viven, como erráticos latidos, razones de lo vivido, o lo que se ha de vivir. La vida es un devenir, entre realidad y sueños, de viento, de carne y huesos.
Pasión que al verbo arrebata, con la fuerza de sus garras, garras de valor de vida, que a las verdades libera. Amor que al ser embellece, que ennoblece y esperanza, verdad que al amor alcanza.