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No quiero decir “lo siento”, porque yo sé que no hay nada mal, no tengas miedo, no hay necesidad de preocuparse, porque mis sentimientos por ti siguen siendo fuertes. Lo que en verdad siento por ti, no lo puedo evitar, cada segundo que se va, es tiempo muerto. Sostenme en tus brazos, y nunca me dejes ir, sostenme en tus brazos, porque te necesito tanto. Deja que todo siga su curso, decirte palabras hermosas al oído, decirte que te amo, sin titubear. Lo veo en tus ojos, hay algo, que en verdad me estás ocultando, algo que quieres decirme, que no logras sacar de tu alma mi niña. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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¿Puedes ver la tormenta más cerca ahora? dime cómo se siente en estar ahí afuera, dime como se siente ver el cielo gris, ver la tormenta frente a frente. El cielo se torna oscuro, bajo las fuerzas del trueno, rugen en las nubes, es hora de que llueva. Un momento de la visión de su viñeta, como el brillo de una luz en la caída de un muro, imágenes de forma instantánea, personas destrozadas, cada vez que sale hay una marca viciada. Fragmentos del destino, se hace presentes, una vision alterna, una imagen fatasmal. Un pensamiento pasa por mi mente, una tormenta se acerca, mejor prepararse, para lo que viene, para esta tormenta. Erick R.R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Nos braços de Morfeu queda a cidade. Gélida avança a noite sob o vento Que zune açoites, bravio. Por leito e barricada andrajos tendo, Num canto, ao pé de arranha-céu imenso, Um homem morre de frio...
Agonizando, ali, talvez delire, Vendo os pedestres últimos, em busca Do leito morno, macio... Talvez, sinta-se um deles, por momentos... Um homem desses, livres das algemas Do destino. Ah, desvario!...
Morre indigente. Já não mais lhe ocorrem Reminiscências de melhores dias. Não tem mais traços de brio. Distantes sons de uma boate em festa A custo põe-se a ouvir. Perdem-se, agora, no seu imenso vazio...
Nem todos dormem. Ornam-se de luzes Os altos edifícios. E eis, um carro Pára junto ao meio-fio. Traz de Mammon uns súditos restantes Que, indiferentes, tiritando e rindo, Vão-se com seu vozerio...
Ensaia erguer-se; embalde, embalde tenta... Thanatos já, movendo as longas asas, O envolve, terno e sombrio. À volta, entre as paredes, que ironia: Há tantos indivíduos que se abraçam E tanto leito vazio! Bem cedo hão de encontrar-lhe o corpo, inerte. Hão de exprobrar-se, por negar-lhe auxílio, num gesto inóquo, tardio... Talvez, alma remida, ao sol do Além planando, Não mais proscrita, logo exulte e louve O Averno da crosta, frio...
“- Coitado!”... “- Oh, que infeliz!"... “- Quem era ele?" “- Um ébrio, com certeza". “- Um andarilho." “- Um réu, talvez, arredio"... Descerrem seus portais, guardiões do Inferno! Estendam o seu fogo ao mundo infrene! Um homem morre de frio...
(Da coletânea "Estado de Espírito")
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Poeta
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Pinta el cielo con estrellas, dale color a la noche, la oscuridad se desvanece, la soledad perece. Llega el ocaso, pintado de color ámbar, el sol se oculta, bienvenida sea la noche. Pinta la noche, dale forma con estrellas, la luna llena sera tu luz, el cielo es tu lienzo. Dale forma y color, es tu obra de arte, la mas bella que existe, la noche empieza, es hora de admirarla. Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Estuvimos viendo lo que buscas, ahora nos tienes acorralados, caes dormido desde mi vanidad, eso nos costó la vida. Se escuchan los aullidos, a lo largo de la sombras, una jauría de lobos, se aproximan ya. Hemos buscado sin detenernos, pero no hay rastro para ser hallado, como todos ellos simplemente se desvanecen, pero sé que están alrededor. Los lobos se acercan, su aullidos se escuchan, cada vez mas fuerte, estamos dentro de su territorio. El sol está saliendo, los gritos se fueron, muchos cayeron, pocos continúan en alto y de pie ¿éste es el final, del que hemos empezado? ¿recordaremos lo que hicimos mal? ¿Que hicimos mal? ¿cual fue la razón para atacar? ¿es el final del principio? ¿o solo un simple sueño? Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Decirte cosas lindas al oido, besar tus delicados labios, sentir tu desnudez, sentir tu belleza.
Mi musa oscura, mi fiel compañera, eres mi todo, eres mi poesia.
Estas palabras, te las digo con cariño, ternura y sinceridad, no quiero perderte mi angel.
Mi amante, mi poetisa, mi complice, eres todo para mi, eres parte de mi vida.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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La luna que ella sostiene como cruel retrato, vientos suaves susurrán propuestas a los arboles, mientras esta tragedia comienza con un frágil corazón de cristal roto, y las pesadilla estropeando los sueños. La noche es un tormento, ausente la luna llena está, ella no está aquí, solo me dejó un recuerdo, una carta de despedida. Ella era una criatura divina, besada en frios espejos, una reina de la nieve, a lo lejos comparé. Noche de oscuridad, invade este invierno, cruel destino, llegará a castigarme. Atardecer que se aproxima, con la profecía en pie, árboles marchitos, se ven desde lejos. Ella era un criatura divina, capaz de vivir su propio destino, dispuesta a amar, hasta llegar al final, al ocultar su fantasma en la niebla. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Eres mi angel, estas tan desilusionada, aun asi finjes compasion, ocultando tus problemas. Pero nunca fuiste capaz, de seguir respirando, antes de que me vaya, la noche sigue en pie. Estas dispuesta a atacar, pero no quieres herirme, que nade o que me hunda, esa es tu decision. Sabes los juegos que juego, y las palabras que digo, inocente y desilusionada, sabes las promesas que hago, eres la unica persona que he amado, ahora ya te has marchado. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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CORAZON DE FLOR
Lo conoció, no era el mismo ya, y mucho menos, ningún otro, el color de clorofila, entre los latidos. Pétalos de tiempo, olor, olvidos en espirales, ahí. Tan cerca del círculo, pálido y triangular de lejos. Leía entre las pupilas, lilas, las lunas, los meses, meciendo, a veces, suaves terciopelos puntiagudos. Y muchos soles, corrían bajo su suelo. Esa vez. Al colgar del techo las estrellas que soñaba. La noche, corriendo las cortinas lentamente, adornadas, entre una montaña doblada. Florecía, marchito del alto fondo. Palpitando. Pero no era el mismo, y lo sabía el reflejo al salir del agua, seco. Más, ahora, que estaba, ausente. Solo, como una vieja sombra, fantasma, tan dulcemente ácido filtraba el color castaño. ¡Quién lo dijera!. Tras el cristal...
Esa vez. Paladeaba la tristeza, su piel, empapelada, vegetal, plástica y vieja tinta de una memoria, que salta en la ventana de tiempos idos, de tiempos que regresan, unos cuantos. Recuerdos, de relojes olvidados en el tiempo amarillento, de las tardes, anudadas en aquéllos años. Tal vez, se soñaba jardinero, en el fondo solo clavel, admiraba, sintiendo palpitar, en las faldas nocturnas de las almohadas, una afilada sonrisa. No obstante, al margen, la depresión teñía, sus hojas y las ramas escribían, los recuerdos, del tallo, del polen, día tras día... Pero, ahora... ¡No era lo mismo!. ¡Claro que no!... En el cuarto, en una esquina arrugada, donde la vieja plancha, detuvo la marcha, del calor, evaporado, al cortar las humedades, las sequías del día. Su corazón. ¡De flor!. Redondo y superficial, el horizonte nada tenía. El jardín de instantes era solo, ese momento, un descanso bajo la puerta, un trabajo sobre la ventana y nada más. De nuevo, el espacio se cerraba, deteniendo al tiempo, al abrigo venidero de la calle. Y él, corazón de flor, cultivó jardines en los desiertos. Y tormentas en una gota. Esa vez, con el eco en cada pétalo, un latido un día, tal vez perdido, cuando el tiempo lo detuvo. Y lo dejó, cristalizado. Siendo lo que era, flor del desierto. ¡Petrificada al sol!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Desde la ventana de tu balcon, te envio este poema, escrito con toda el alman para dartelo en persona mi bienamada.
Eres todo para mi, eres mi universo, eres mi amor eterno, escribo este soneto para ti.
Al verte ahi sentada, leyendo mis profundos versos, leyendo lo que te envio cada luna llena, cada noche te veo sentada contemplando el ocaso.
El tiempo que paso contigo, la noche que estoy a tu lado, no he dejado de pensar en ti, no he dejado de amarte.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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