No es más hermoso el amor Que acariciar se puede, Que aquel que a lo lejos, De su vida, ha entregado lo mejor.
Un beso, una caricia con dulzura La realidad confunde, Pero no es la llama que al corazón Inflame con el fuego de ternura..
En sus alas perfumadas lleva el viento Cantos de amor y despedida.. Así mismo la esencia trae Del amor, que por amar espera.
Mientras la que sueña en sueños Borda, el ajuar de ensueños Que nunca lucirá en la boda; Pues despertará al llegar la aurora.
Los pajarillos lanzan trinos, que en el Corazón de alguna pajarilla cala. Después hacen sus nidos y sus críos reciben amor.
Mas miles de versos el poeta escribe, Gritando a voz en cuello, sin que nadie Escuche, lo que su alma palpitante dice, Casi sollozante: “Yo también sé amar”-
Fluye la idea en la mente, semilla que así germina, y se aposenta tranquila, vive, pero tenuemente, mientras la carne palpita, sutil sin parar camina, transita pausadamente, y corre o viaja sin prisa.
Viejo batel que navega, desconchadas sus cuadernas, orgullosamente erecto, desafiando a la galerna, velas henchidas de auroras, aventuras en la quilla, timonel que observa y sueña, delirantes pesadillas.
Camina, siempre camina, regio, recio y decidido, enarbolando entre olas, la silueta de sus ritos. Camina, siempre camina, hendiendo surcos de vida, y va dejando moléculas, en cada ola que salpica.
Fluye vacilante idea, extraña entre las que medran, y va flotando sin rumbo, sorteando a las que reptan. La genialidad se oculta, en la maraña que impera, y como un batel da tumbos, ante la intensa marea.
El tiempo ha dado la espalda, silencioso, terco y ciego, a la mirada y la voz, a la exclamación airada, no sangra ni siente enojo, perdona y aveces cura, otras flagela a su antojo, no descansa ni se altera.
Batel que hincha las velas, con el soplo del dios Eolo, en las carnes de la mar, hiende el cuerpo con arrojo, en su andadura a bandazos, busca el rumbo con los ojos. Roe el tiempo la cubierta, oxida el tiempo su rostro.
Camina, siempre camina, pausadamente o veloz, buscando amor entre nieblas, y en la vida una razón. Camina, siempre camina, sobre ascuas o algodón.
Carrousel que giras en mi tiempo. Tienes días que son aviones de papel, levantan vuelo estoicos y no temen a los vientos, tiemblan y zozobran, aterrizando en el llano, desprolijos en su epilogo. Días que conocen su destino, desparraman fantasía, regalan ilusiones y cuando llega la tarde, se esconden enigmáticos, tranquilos en su epilogo. Días que despiertan sigilosos, se ocultan entre madreselvas, aguardan pacientes el momento, son corazones a cielo abierto remolinos celestes trepadores de cumbres laderas anhelantes columnas de vigoroso cuarzo no temen a las tempestades tienen el estigma de los genes y todos los puentes salvadores. Carrousel te quedaste con mi infancia y aun giras silencioso y grácil y mi sonrisa primera, se junta con otras risas parecidas.
Estoy enfermo, mi mal no tiene cura, adicto de tus brazos y tu dulzura ando como loco de la puerta a la cocina buscando en el recuerdo la medicina de tus labios de algodón dulce y vainilla, de tu lengua de anís y terciopelo. De tu adictivo sabor de caramelo de licor, y aunque no bebo, me embriago con destellos del recuerdo. Me enredo en tus cabellos me ensueño en tus ensueños: tus ojos son dos luceros, mariposas en la noche, luciérnagas encendidas que velan mi locura.
Va a sonarte extraño, voy a hablar de ti para hacerte daño... voy a hablar de ti porque te quiero y en este agujero de perdón basta una oración para hacerte daño... va a sonar extraño porque este daño me lo hago yo....
Camino sencillo trazado de arado la piel de los sueños de lo que has sembrado... es poner semilla para obtener espacios...
caducos;
Perenne sentido que falta al coraje que afecta en el frío de calle y follaje... lecho de hojas muertas, soledad de asfalto la mitad de un río es un mar en alto... En el baile de porcelana se esconde la plata... En el triste rincón donde se amparan los silencios... Hasta la mácula de una persiana cierra los ojos cada noche...
Colgado en los recuerdos, vive el otrora, ayer resumido, un marasmo de sueños, de ideas un compendio, entre efluvios de olvidos, de certezas compuesto, se alternan entre ensueños, verdades y delirios.
Roja aurora que nace, de noches que fenecen, resplandecientes soles, que en lontananza lucen, un destello sublime, hace hueco entre grises, y la sospecha crece, de un futuro inminente.
Grita en mudo silencio, la verdad entre dientes, y se apropia el recuerdo, de la mente silente, mientras la vida sigue, en la ardiente vorágine, y se pudren las voces, en el grisáceo encierro.
Sensaciones fugaces, que anticipan los hechos, y un rosario de voces, como murmullos yertos. Diluye la idea el tiempo, fútiles pensamientos, acomodadas noches, agitados encuentros.
El poder se aglutina, veloz, casi en secreto, y enquistándolo todo, va ignorando los hechos. Sentimiento sin nombre, camuflado, sin alma, pululando entre sombras, inmerso en la rutina, en una falsa calma.
Amor entre los dedos, entre suspiros baila, en la mirada beodo, de secretos se empaña, en el ímpetu absorbe, excitante en la calma, sobrecoge y acoge, cuando su fuerza abraza.
Roja aurora que nace, noche oscura que calla, corazones al borde, de la voz que los llama. Clara luna que mece, con su faz plateada, y unos ojos cerrados, esperando el mañana.
Viaja el miedo entre los huecos, donde vive la esperanza, y va ocupando lugares, lugares entre los huesos, el miedo atenaza el nervio, que titila cual estrella, centelleando en el Universo, como un suspiro de viento.
Una ráfaga en el aire, un temblor entre los dedos, y la erección de las pieles, que se encogen como arrugas, como arrugas en la hiel, en la hiel de los adentros. Pálpito que se hace el dueño, de temblores venideros.
El miedo asombra y abduce, un insondable agujero, un abismo que seduce, si al fondo se mira atento. La voz cuajada de espinas, de palabras sin acento, y una pálida sonrisa, fantasmal como en un sueño.
Temblores de indignación, sembrados de sentimientos, que atenazan lo que falta, lo que arrebató el temor, dejando al aire los huesos, helando las coyunturas, que agrietan el corazón, dando pábulo al desprecio.
Amor que al miedo acompaña, vistiéndole de valor, cicatrizando las grietas, restañando el corazón. Se burla del miedo el tiempo, ya no es de miedo el temblor, si es de amor el sentimiento, si es de nobleza el temor.
Rimeros ruedan sin pausa, de las sanadoras lágrimas, de la furtiva esperanza, que se eclipsa y que se asoma, que mira observa y se va, o de repente se plasma, en los ojos que perdonan, entre los pliegues del alma.
Miedo que engrilleta y faja, como un fibroso dogal, que solo el amor desata, que solo el valor vital, deshace el terror que mata.
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Al amor le escribo esta nota Una frase que llena el parágrafo De mis antojos Una nota alta Con la sinfonía del aire y de la vida Al amor le escribo esta nota Con palabras que solo con tu risa Descifrarías Al amor le escribo, Al amor le grito, Buscando la melodía Que sea perfecta Al sonido de tus besos....
Aveces falta el amor como una nota de imortalidad.