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El Octavo Pecado
Te quiero como el rojo de tus labios rojos Quieren tonos de sangre y de clavel Y como la noche quiere una luna blanca Que ilumine el rojo de tus besos a la orilla de un mar de fresas. Te quiero como quiere el alcohol alguien para tomarlo Y quiero emborracharme en el olor de tu perfume; Quiero hacerte gritar por mi cuerpo en arrojo A una eternidad sin nada más que tu cuerpo en vestido rojo.
Te quiero hacer mi único pecado, Aquél por lo cual no hay perdón Y, si me exigen, me voy al infierno Para tenerte siempre en mi mente en ropa interior; Pero en ropa con color de fresa, ropa en color rojo, Aquélla que me puedo sacar con un gesto simple Y que jamás volverá a acariciar tu cuerpo.
Te quiero como el rojo de tus labios rojos Quieren tonos de sangre y de clavel; Te quiero como la noche desea oscuridad Para ocultar pecados en calles vacías y serenas. Te quiero hacer gritar por mi cuerpo en arrojo Porque lo único que me queda es el tono rojo De unos besos estirados por mi cuerpo Por estos labios blandos que el invierno no resfría Y que el infierno no calienta.
Te quiero porque el Amor no es rojeado Y sí porque el tono púrpura de la sangre en tus venas No hacen justicia a tus palabras amenas Sino a tus labios que me matan en pecado.
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Poeta
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El amor que nos unió, sigue vivo y aquí está en el remanso de agua clara, los pájaros, la flor y en el follaje de los árboles… que no dejaron que se fuera. Tu mirada es cielo azul de esplendida belleza en ella se refleja el agua quieta de un lago cristalino mientras viejos troncos de abetos y abedules forman el marco predilecto para robarte un beso. Y yo te miro y escucho que preguntas pero no sé lo que preguntas… pues la mirada tengo puesta en ti y lo demás… ya no importa. Es el sueño que yo tengo cuando vengo a recordar a bordo de ésta barca que no me decido a abandonar porque aquí dejaste tu aroma y vacio tu lugar y yo te espero, hasta el día en que decidas regresar.
Delalma
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Poeta
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Apoyá en er quisio de la mansebía miraba ensenderse la noche de mayo; pasaban los hombres y yo sonreía hasta que a mi puerta paraste el caballo. «Serrana, ¿me das candela?» Y yo te dije: «Gaché, ven y tómala en mis labios que yo fuego te daré». Dejaste er caballo y lumbre te di, y fueron dos verdes luceros de mayo tus ojos pa mí.
Ojos verdes, verdes como la albahaca. Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. Ojos verdes, verdes, con brillo de faca, que están clavaítos en mi corazón. Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna, no hay más que unos ojos que mi vía son. Ojos verdes, verdes como la albahaca. Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.
II
Vimos desde el cuarto despertar el día y sonar el alba en la Torre la Vela. Dejaste mis brazos cuando amanecía y en mi boca un gusto de menta y canela. «Serrana, para un vestío yo te quiero regalá». Yo te dije: «Estás cumplío, no me tienes que dar na». Subiste ar caballo, te fuiste de mí y nunca una noche más bella de mayo he vuelto a viví.
Ojos verdes, verdes como la albahaca. Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón. Ojos verdes, verdes, con brillo de faca, que están clavaítos en mi corazón. Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna, no hay más que unos ojos que mi vía son. Ojos verdes, verdes como la albahaca. Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.
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Poeta
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Sento-me na fralda dum poema Feito serra, feito monte. Chega ao céu, esse poema Acima de nuvens e estrelas Muito além do horizonte.
Apanhem-mo! Não lhe chego... Quero ver quem o assinou Que fazendo assim um poema Na terra ele não cabia E até ao céu ele chegou.
Para quê tão alto querer Se subir não sou capaz! Com os meus dedos trémulos Do gelo que há no mundo Só quero escrever um poema De justiça, amor e paz.
Sento-me na fralda dum sonho E pelo sonho subirei... Poema mais alto que monte Mais íngreme que é a serra Porque o sonho escreverei...
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Poeta
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Dejaba correr el tiempo con la absurda esperanza de olvidar tu pasión enfebrecida… tu amor… quise olvidar el fuego de tus labios, y de tu cuerpo, la lisura de tu piel. Esa manera tuya, tu pensamiento sobre el sexo… en cualquier parte y alocada; no te importaba fuera en el coche, lo apagabas y… ¡varias multas cancelamos! Para vos… ¡el mundo era una alcoba! hubimos de cambiar mueble cada tres meses, ah! y la cocina… ¡un desquicio!… la vajilla, renovada a la semana; y por poco, de la lavadora nos caímos. El tango y la milonga que tu vida eran los aprendí con vos, como si míos fueran. Un café en el boliche arrabalero, llenándote del bandoneón y su tristeza… y ya, los ojos te brillaban. ¡Una copa!… y la danza fluía de tu cuerpo, imparables tus caderas me embriagaban, con tus senos pegados a mi pecho… ¡me matabas! y lerdo con mis pasos me enredaba en los ágiles malabares de tus rosadas piernas. Me recitabas poemas muy sensuales, incitándome en horarios matinales ¡y esas letras… esos tango que entonabas! despertaba en mí lo que callaba, y menos mal… que la lencería… no te gustaba. Eras mi gata consentida, muy amada te abrigabas en mi pecho algo cansada… y beso a beso entre mis brazos dormida te quedabas y una sonrisa de felicidad… tu rostro iluminaba. Pero pasó, y no sé ni cómo… ni por qué nos alejamos sin quererlo, sin saberlo... tal vez por la rutina o quizás por el trabajo pero fue una triste despedida… de un gran amor que viví, a tu manera. Delalma Domingo, 24 de octubre de 2010
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Poeta
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Fúnebres pesares, açoita-me a alma E eu, à janela, nada além permeio Do quê uma tempestade que aos poucos se acalma Dado o timbre dum lúgubre regorjeio. Fúnebres pesares, infindas condolências Aos beijos que se foram e jamais voltarão; O quê me queda senão a reminiscência De anos que somente passarão?
Pobres infelizes encantados por um amor tardio E eu, à janela, nada além permeio Do quê os invernos que já não trazem frio Se não uma primavera que tampouco eu semeio. Pobres poetas desfigurados pelo romantismo E homens destituídos por palavras sem nexo. De quê vale tão boçal ilusionismo Quando, no fim, é sempre tudo sexo?
Mas confesso-vos que também cedo eu ao pecado E é por isso tamanho alarde: Como posso condenar um ser amado Quando hoje já é tarde? Eu apenas resguardo uns poucos beijos pelas nuances E umas poucas carícias em lugares indevidos; Sofismo-me à janela para que me amanse A ternura destes momentos perdidos...
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Poeta
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Son todas las mujeres ángeles y son todas pinches demónios que a los hombres les dedica el infierno y a ellas mismas el cielo. Son cabronas que cogen cabezas, sacan los ojos de los puros, andan desnudas en la Iglesia y duermen bajo la luna sucias de sangre.
Pero son viejas que pintan sus labios con fresa y refliten sus ojos en las estrellas; aman, matan y se van frías como el hielo, pero calientes como el fuego.
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Poeta
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La rutina diaria… se va, y se viene por el mismo camino, las mismas caras, la misma gente y el trabajo que no espera, porque hay cuentas que pagar. Caminaba ensimismado por el parque, cuando vi a dos enamorados… ¡como palomas!... en amoroso ritual, sonrientes, tomados de la mano, rozaban sus narices… Abandoné el apuro y dejé mariposear el tiempo, me he sentado mirándolos de frente, él leía, ella escuchaba… pero se sentía, lo mucho que se amaban. La dama se me quedó mirando, y yo, me acerqué a congratularlos y a pedirles un favor… ¡el que tal vez otros esquivan!… Quisiera tomarles una foto – les pedí a los dos- ¿Sería tan amable y decirme usted su edad? -el caballero con gesto sonriente respondió- ¡mi novia tiene 80 y yo 85!... La foto está preciosa… ¡Que viva el amor! Delalma
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29/01/2007 14:27 MARIO VASQUEZ Enamorado Enamorado
Estoy enamorado....... Enamorado de una mujer maravillosa, de alma blanca y corazón de oro, que huele a rosa y ponderosa.
Tiene dos esmeraldas por ojos, perlas en su boca y cabello largo, café oro, que cae sobre sus hombros, como cascadas manejadas por el viento.
Pintado con acuarelas, es su piel,.... color canela, que refleja del sol, su sutil y suave belleza.
Por la noche, la luna se esconde,.... de celos, y las estrellas pispilean, ante sus destellos. Ella me ama y yo la adoro, sin ver el ayer o el mañana.
Cuando me abraza, yo me derrito. Con sus besos y embelesos emerjo de entre mis sueños protegido entre sus brazos.
Es la esperanza en mi vida, la canción nunca oída, que ha llenado mi mundo de gratas e inevitables sensaciones.
Por todo esto y mas, le doy gracias, en este mes de los enamorados, por estar a mi lado.
Mario Vasquez [email protected] 2-1-07
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Y si usted desee conocerme... Voy a enseñarte el itinerário... Primero, olvide el horario... Libérese de las capas, mapas y mentiras... y ría junto conmigo... No me gusta de formalidades, muy tato que lleva a la medias-verdades... Seré siempre del tamaño que usted me enxergar... Sin embargo...véame cómo soy, no diga que tengo valor si usted no me da el debido... No soy de vidrio, no quiebro sin ton ni son... Tráteme con la intensidad necesaria y no me haga de diosa... si usted no consigue verla en mí. Mi pedido, mi recado y todo que preciso está escrito el tiempo... Viento...calmarias y nada más puede borrar eso... Lo que preciso es de eternidad... Siendo así...aprecie lo que te ofrezco de corazón... Obsérveme con la leveza de una borbuja de sabão... y halle mi belleza... Ella está a mi redor...en mi calor... en mi estado permanente de flor.
Karla Bardanza <embed src="http://www.doviralata.xpg.com.br/player.swf" width="1" height="1" bgcolor="#000000" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" flashvars="file=http://www.youtube.com/watch?v=BoJuE2CzT0U&feature=related&autostart=true"></embed>
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