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Adoro el sol y andando descalzos por la arena Las brizas del mar acariciando mi desnuda piel Ruidosos niños jugando en la playa Sombras de las palmas girando con las brizas El rugir de las olas rompiendo en la playa
Yo amo mi espalda acariciada por la soleada arena Sombrado por las anchas hojas de una palma Con mi vista hacia el calmado mar Bañado con las brizas del verano Zambullendo en serenidad con mi vida
Venero el amplio cielo azur Con nubes que lentamente vagan Gaviotas buceando para un pez Los surfistas dispararse por el medio de unas olas Y veleros muy, muy lejos para ver
Amo atardecer en la ventosa playa Silueta del descendiendo sol Mi ojo capturado por la increíble vista Del caleidoscópico matiz del naranjado cielos, Y viéndolo devorado por las olas
Y más que todo, anhelo Pintar sobre el lienzo de tu mente
© Angel A. Márquez. All rights reserved
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Poeta
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Salieron bellezas serenas y tibias de luces sombreadas tiñendo el paisaje, guardando del sol el tejido de encajes de fuego dorado que el ocaso entibia.
El astro cayendo hacia el horizonte despide a la bruma de un mar sosegado, se acoge al reposo tanto deseado, y apaga la luz antes de que atonte.
Las sombras se tienden en el panorama con hábil pericia forman a la noche, quedará tendida hasta el desabroche de la madrugada salga entre las ramas.
Toda esta lindura de transformaciones del día a la noche nos da atardeceres, son la creación que con sus poderes la naturaleza tiene entre sus dones.
Julio Medina 19 de mayo del 2014
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Poeta
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O homem é pequeno diante da natureza, mas sente-se numa grandeza que não tem tamanho.
O mar vem, e dá um banho. A Terra treme e transforma tudo em entulho... Mas o homem não se dobra. Continua com seu orgulho.
Quando será que o homem vai aprender, que destruindo a Natureza nós é que vamos sofrer?
A.J. Cardiais 17/11/2012 imagem: google
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Poeta
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Esta es mi tierra, este es el suelo donde la vida Dios me diera. No importa el sitio en que me encuentre mi tierra es y será siempre el lugar en donde mi casa hiciera… -Si en otro planeta estar quisiera ya hubiese echado a volar-. Nunca abandonaré mi hogar ni encerraré a su cielo ni secaré el flujo de las aguas, de sus ríos, sus afluentes ni de sus mares, mantendré el aire libre de contaminantes para bien de mis semejantes; protegeré sus plantas, sus árboles, sus aves y toda vida en la corteza terrestre, de cualquier enemigo la defenderé sea de adentro o venga de afuera. ¡Esta es mi tierra, el paraíso que Dios me diera!
Julio Medina 17 de marzo del 2014
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Poeta
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Levantaba la sábana de agua en la arena cuando perdía fuerza la marea, y la basura oculta formaba la escena zambullida para que nadie la vea.
Lugar en donde los sueños permean dentro del pensamiento humano, sentimientos de todas clases se crean con el sonido de su ágil piano.
Hasta él llega gente insensata a depositar porquerías en su semblante, y no aparece alguien para que combata esta acción injusta al instante.
Dañar el ambiente nos cuesta bastante sea el agua, la tierra o el aire, enfurece el mar cuando un visitante al mirar la orilla sufriera desaire.
Mantengamos limpia nuestra tierra hermosa donde está tu casa, tu patria, tu vida, y si así lo haces, ella estará orgullosa al saber que sus hijos no son homicidas.
Julio Medina 5 de marzo del 2014
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Poeta
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Sonido de Clave y Obreros abriendo una Calle haciendo Zanjas taladrando Piedras. Y llovía en Sevilla.
Metralletas de lilas, luces verdes, Enredaderas de violetas finas, Archiduques, condes, zares, reyes, Aguas frías, lunas cristalinas.
Zarpazos de penumbra y nieve, Escherzos de cristal, rosas divinas, Plumas para guitarra, iris fuerte, Sol en ámbar, y luz crisoberila.
Asesinato de lirios agridulces, Madrépora cristal de rojos bucles, Arcaduz del cielo con luceros.
Escorzo de fuego, cimitarra, Aquelarre de uvas y guitarras, Y lluvia en Sevilla y en Febrero.
Competían canarios y arquitectos, Y cigarras y grillos insurrectos. ..................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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Dos Cardos en una Maceta.
Dos cardos crecen juntos lentamente y sus hojas, carnosas y malvadas, a si mismas se hieren malamente con una alevosía ensangrentada.
Ambos cardos se odian neciamente y se hieren en lucha desatada, verde la hoja que la espina airada traspasa sin piedad terriblemente.
Cual dos atlantes en brutal combate chocan con atrevidas herramientas y se laceran con fiereza mala.
Y los dos están locos de remate, y la pobre maceta se lamenta, y hay como un vuelo de violentas alas. …................................................................ Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Dos Cardos en una Maceta.
Amantes del dolor, fieras espinas, Sus filos entrecruzan lacerantes, Y se arañan sangrantes los atlantes, Amantes de katanas asesinas.
Se causan despiadados mil ruinas, Amándose con furias inmolantes, Con un odio criminal, gigante, Que a arañazos los guía e incrimina.
Son gatos que se arañan y se hieren, Son monstruos o tigres pervertidos, Se zahieren lascivos, lujuriosos.
Y los dos se asesinan y se quieren, Y los dos están de ira heridos Con un amor oscuro, tenebroso. ......................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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Espejos Verdiazules.
Espejos verdiazules infinitos, Madrépora sensual, testas de toro, Topacio, ámbar, cristalino oro, Hibiscos para orgasmos y delitos.
Sexo, nieve, ambulancia, grito, Arcángeles de hielo para un coro, Rubíes de incandescencia, oro, Dioses enloquecidos en sus mitos.
Nirvana verde, laberinto blanco, Oásis sepulcral, torre elevada, Selenita en busca de su propio origen.
Y nieve y terror, y luz de estanco, Y sirenas de colas azuladas, Y efebos rubios, y acueducto virgen. ......................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Jardines de la Atlántida.
Había crisantemos amarillos, Y argénteas salamandras admirables, Y norias de agua inacabables Que competían de noche con los grillos.
Estremecían los gallos y panteras, Y las tardes de verde enredadera, Y las rosas de negras peteneras Que maldecían perfectas en su brillo.
Había alfanjes curvos y katanas, Y licores dulces de manzana Que libaban doncellas carmesíes.
Y en un minuto de terror funesto El mar se alzó soberbio y deshonesto, Y se hundieron Palacios de rubíes. ...................................................... Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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La tempestad se convirtió en espectacular paisaje, gélido, puro blanquizal pintado en lienzo natural, cristalizando los tonos enmarcados de una obra perfecta, creada por el poder imbatible de la naturaleza.
¡Qué belleza inimitable, parece velo celestial! El hombre no le presta atención, solo está pendiente de la fuerza destructora que la creó, pues su temor no le permite mirar más allá de los acontecimientos.
Un escenario mágico deleita los ojos sorprendidos por tan magnífica creación, sacada de las entrañas del vórtice extraordinario del invierno, que se avienta como dragón de mil lenguas sobre la temporada.
Esta hermosura pasajera dejó huellas al espectador, quien las atrapa con el lente de una cámara, este miedo fantasmal lo podremos ver ¡tantas veces! hasta no olvidarnos de su poder.
Julio Medina 8 de enero del 2014
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Poeta
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Dos Canarios Verdes peleando.
A ver cual de los dos es más canalla, Escorzo de garganta, cresta, y pluma, Belleza y elocuencia, furia suma, Y un frenesí de timbres en batalla.
Almibarados grillos que se hayan En un escherzo de plumados pumas, ¿Son felinos o son canarios vaya Los que con tantas lilas ya maullan?.
Se arañan esmeraldas las guitarras, Vibra el arpa sinfónica de lirios, Y exquisitos los archiduques vuelan.
Los Zares imperiales se desgarran El corazón en un dulce martirio, Y hay flautas que matan o que hielan. ............................................................. Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Dos Canarios Rojos peleando.
Se enfrentan luchadores carmesíes, Atletas de dulcísimo fulgor, Y suenan las guitarras con rencor En un vuelo de plumas y rubíes.
Un escherzo amapólico diríeis, De dos Luzbeles crueles con pavor, Y hay azúcar en todo su amargor, Y naranja sanguina exprimiríeis.
Alzan sus plumas los embajadores, Bolcheviques de ira deliciosa, Y tiemblan los hibiscos con rocío.
Y los dos exquisitos cantaores Acarician espinas de cien rosas, ¡¡¡¡Rojo carmín para el escalofrío¡¡¡¡. .............................................................. Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Dos Canarios Dorados peleando.
Se agreden sus Altezas imperiales, Excelsos archiduques exquisitos, Y en los grillos azules de sus gritos Hay un vuelo de arcángeles letales.
Son las zarzas de oro criminales, Y un jarabe de violetas de delito, Pero tienen los ángeles que cito Un frescor amarillo de trigales.
Se vencen, se derrotan, se acuchillan, El sol quema, los alamares brillan, Ay escorzo de atletas de oro puro.
Y es un canto que es místico y asceta, Se desgarran a luces los poetas, ¡¡¡¡¡¡Oro para la rejas y los muros¡¡¡¡¡. .................................................................. Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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