Entre sirios y silencio total
Yaces durmiendo
El sueño mortal
Y en el que fue tu hogar
Se encuentran almas lastimeras
Queriendo tu recuerdo abrazar
Solo añoran escuchar tu voz
Esa voz tan querida que ya no esta
y solo entre lágrimas escurridizas
Algún recuerdo grato y fugaz
Se escapa de sus memorias
Para en ellos poderte abrazar
Te has marchado ya
Tu tiempo terrenal termino
Pero es doloroso aceptar
Los designios de un ser celestial
Es algo que un ser mortal
Muy difícil puede aceptar
Y solo atina a pronunciar
Son los designios de Dios
Y que los debemos acatar.
Entre incienso y cempasúchil
Yaces inerte descansando
Y nosotros aquí seguiremos
Tu sonrisa, tu voz y tu alegría
Con tristeza recordando.