Textos :  ESPANTO
¡¡Espanto¡¡

Escrito por Juan Ignacio Macoñó Alba
Santa Cruz 05 de agosto de 2012

Caminaba a casa después de un largo día de trabajo, los pasos que iban, dibujándose en las calles arenosas, eran muestras fieles, que arrastraba los pies al caminar, cansado del arduo trabajo, que doblegaba mis ánimos e inducían mis pies a descansar.

Sorpresa, desilusión o desencanto, solamente eran tres cuadras y media que tenía que recorrer a pie, al llegar al portón de metal, vi un grupo de personas paradas, en la puerta de la casa del vecino, la mayoría eran mujeres que dialogaban, en voz baja, con espanto, temor y tristeza. Me detuve por unos segundos y los observé, el presentimiento, era evidente, algo no muy grato, había pasado, en casa del vecino, apodado el Collita.

Ingresé a casa sin hacer comentario, me cambié de ropa, y me puse ropa de diario, pronto salí de mi cuarto y fui decididamente a cerciorarme sobre lo que había ocurrido, ya sabía el día anterior que un accidente, había tenido el hijo del vecino. Supuse que estaba muy grave su estado de salud.

Al llegar a integrarme al grupo de señoras, les pregunté, que había ocurrido, todas me miraron fijamente, los ojos llorosos de algunas de ellas, me hicieron saber de inmediato, que mi vecino acababa de fallecer. Pronto mi vista se dirigió al fondo de la casa y ante mis ojos apareció un ataúd, un crucifijo y unas luces fosforescentes, mi cuerpo se estremeció…, no lo podía creer. Era joven, menor en años que yo, un hijo de unos cuantos meses de nacido quedaba huérfano, y una esposa joven, enviudó a temprana edad.

Mi mente por unos minutos se bloqueó, no pude pensar, solo dije: - se adelantó al viaje, y nos dejó atrás…

Después reaccioné y dije: _¿Quién está dentro del cuarto?
Una voz dijo:

_Está Bacha,
sobrenombre del hermano menor del fallecido, ingresé al cuarto, una energía negativa, vino en contra de mi cuerpo y nuevamente me hizo estremecer, pero esta vez con más fuerzas. Me detuve delante del cajón, y pedí a Dios que lo tenga en su Santa Gloria. Oré por él, pues era lo único que me quedaba por hacer. No pronuncié palabras solo silencié, y mudo ante la muerte, la contemplé, los minutos eran eternos, todo estaba en el vacío, nuevamente la nada vino a ocupar su lugar y mandó una vida más al olvido. Entonces sin forzar mis ojos, cayeron unas lágrimas que venían desde lo más profundo de mi ser.

Ya no estaba, él que un día estuvo, por aquí. El joven de palabras fuertes, alegre y luchador. Dormía en el silencio de aquella tarde. Las nubes viajaban enloquecidamente, y el viento cubría de polvo hasta los rincones más pequeños de las casas.

Entonces aquella tarde, vi palidecer, el semblante inerte de aquel vecino y desde mis adentros dije, una vez más, ¡Espanto!
Poeta

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Nilo
Publicado: 6/8/2012 15:25
Incondicional
Unido: 28-1-2012
Comentarios: 1495
 Re: ESPANTO

Interesante prosa, felicidades

Claudia
Publicado: 10/8/2012 5:28
Incondicional
Unido: 17-1-2011
De: México
Comentarios: 2442
 Re: ESPANTO

Así es la muerte, sorpresiva, y quien muere, solo se adelanta en el camino que todos recorreremos algún día. Buen escrito. Saludos. Claudia Alhelí Castillo