Prosas poéticas :  Mineralogía Extraterrestre.
Mineralogía Extraterrestre. ( sin haber leído el libro de mineralogía e inventándome los nombres de los minerales).



La anderosta es un mineral de sulfuro de exarconio, que aparece en cubos e icosaedros, de un brillo granate y verde, relampaguea en la oscuridad fosforescente y añil, y sirve para la extracción del exarconio, antipirético y antihelmíntico, antinematodo y antifúngico, que en dosis pequeñas devuelve la virilidad a los hombres. Se usa también en perfumería, pues huele a madreselvas enloquecidas y a nenúfares oscuros, y en cosmética, mezclado con irasita, como regenerador de la piel dañada. Tiene una propiedad extraña, la de percibir la música y, bajo el toque del diapasón de un arpa, se transforma, de granate y verde cambia a dorado y empieza a destilar vapores de ignina, que producen ensoñaciones de lilas y arañas, y calman los dolores de la vida, como una oscura mano de terciopelo frío sobre el cuerpo cansado. La anderosta es un mineral precioso, carísimo, muy raro, lo buscan los mineralologos como a la antigua piedra filosofal los medievales alquimistas. Por un yacimiento de anderosta los ejércitos de la confederación de Neuria se enfrentaron a las Republicas de Dignio, y un millón de muertos no sirvieron sino para extraer tan solo un kilo.

La exturmalina es aún más prodigiosa, de corte romboédrico y rosa, aparece en maclas violetas mezclada con oro, es fría como un témpano de hielo, un metal que siempre está frío, a diez grados bajo cero, si se golpea con furia desprende un sonido a grillos azules y violetas, que dura diez minutos, como si fuera la antigua mandrágora renacentista al ser cortada, si se calienta sigue fría, como si fuera la mano de la muerte, si aún así proseguimos calentando se descompondrá en libélulas azules, vivas y volantes, que forman parte de su red cristalina desde que quedaron atrapadas en la resina del árbol Guacayonin del que proviene hace mil años. Pero sólo engendra libélulas, como si no se hubiese dignado la resina a englobar en su misterio ni a hormigas ni a coleópteros. Cuando los exploradores planetarios bajan a los desiertos de Iñaco, siempre ardientes, llevan la exturmalina como regulador de la temperatura. Allí, en ese desierto, se cazan los hermosos antílopes de aruna, con sus tres cuernos retorcidos y afilados, que machacados en polvo son un antileucémico espléndido. Es terrible la suerte que persigue a los antílopes de aruna, pues son indomesticables, y mueren cuando pierden sus cuernos, pero los niños enfermos de cáncer exigen el sacrificio de la luna. Los bellos animales son gráciles como panteras y confiados como delfines y su caza es un horror siniestro.

La ticrionita es rosa y roja como un rubí salvaje, forma cristales trapezoidales, y es venenosa como el cianuro más cínico, cuando percibe el olor humano, se metamorfosea en una orquídea negra, de un olor tan sublime que quien lo huele cae hipnotizado en un sueño profundo. Y en ese sueño tan profundo hay quien dice que ha visto a Dios coronado de espinas tan bello y tan fulgente como un manantial de rubíes y que le ha curado las llagas de la sífilis.

La espumorotrita es mala como una mujer envidiosa, es un metal envilecido por su comercio, pues es el mayor afrodisíaco homosexual que existe. En las noches de orgía desbocada los gays la consumen pues alarga el acto sexual de manera indefinida y provoca orgasmos azules tan exquisitos como el rayo de un arcoiris caliente sobre la espalda. Pero su extracción es prohibitiva pues, guardada bajo siete llaves por los dragones unicornios, solo la sangre humana paga el precio de su coste.

Si sobre un cristal de Icronito verde se vierte una gota de agua el icronito se transforma en lirio. Si sobre un cristal de Idomito rojo se vierte una gota de zumo de naranja, el cristal se descompone en miles de hormigas rosas. Ambos minerales, puestos a la vez en agua, la hace arder. El residuo que queda es capaz de cicatrizar las heridas.

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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( es un relato muy malo pero es que lo que Natura no da Salamanca no lo presta).
Poeta

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