Cuentos : El lector ¨X¨... (Anticuento Fantaciencia) |
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EL LECTOR "X" Léase qué leía... La música empezaba a desvestirse, empalideció en el rincón y quedó inmóvil, el silencio derramó la puerta del fondo serenamente, con las sábanas tibias de la brisa, al borde de los senos, enteramente dí- ferentes al caer. Los ojos de la noche. Había cruzado esa dimensión, flotando temblorosa la espiral, del cuerpo dejado atrás como ceniza, como una gota, arena, grano. La tierra muda de sorpresa ya no existía en los mapas estelares, según la fuente de los rumores casi contra- dictorios en la Caología Teórica de la Metafísica Ondulatoria. Léase que leía... A veces, nada más para confirmar el mantenimiento hipotético de la humedad en los bosques de Venus, posterior a la introducción del valor inverso del cilindro en la Ley Corpuscular de correspondencia.. El lector "X"... Conocido en los anales de la Mecánica Clásica de los cuerpos blandos y en los descubrimientos termodinámicos aplicados a superficies elásticas. Estaba preocupado en su más reciente experiencia, sobre todo en el campo transcibernético de transporte extracorpóreo. Si bien, era matemáticamente probable en la Lógica Simbólica de características sagradas, él llegó a seberlo por cuenta propia. En esa dimensión, los trasplantes de alma eran una cosa sencilla, y los espíritus podían elegirlas. Ya no eran solo rumores, tenía evidencias subjetivamente interiorizadas, y convenientemente materializadas para dejarle convencido de ello. Pensaba y pensaba, letra a letra, en los diferentes lectores qu le servían de apoyo, ópticos, lasser, biomoleculares, trans- dérmicos, de microimpulso neuroeléctrico y demás. En su nuevo traje invisiblemente brillante se llevó la cabeza a las manos y trató de elegirse un alma apropiada, sin muchas vidas superficiales,y de pecados abolidos, recubierto de apariencias insubstanciales, de reproches a la gramática cuántica, se decía un tanto incómodo, entre la notable expansión desinformativa del hiperespacio. Y la fractura dimensional en el campo transcibernético, que hacía esencialmente raquítico el banco almogénico sacro-celeste, en esa dimensión de su experiencia. Léase qué leía... El lector "X", carbonizado entre las urnas fantasmagóricas de mercuriales cenizas plasmogénicas y etritrocíticas ingenuidades. No obstante... El eco de la voz retrocedió a la dimensión previa, y decodificado el mensaje convenientemente, de manera objetiva significaba. Un... "Ustedes los hombres creen qué ésto es muy fácil, uno debe elegir su alma, con el pasado y el futuro fusionados, y con la esperanza limpia de culpas, por los inframundos angustiados, aún después del viejo truco, y del azul celeste de su cielo" Pero... Nada de dientes apretados. Ni de llorar soles. Entre lágrimas verdes de nubes. Ni de cultivar sueños. ¡Aquí la realidad devora cualquier pesadilla y no hay a quién echarle la culpa del infortunio!. (Los chivos expiatorios no existen y no se crean). La causalidad es geométricamente esférica y el espacio inmanente se calcula en la autodestrucción, programada desde lo extracorpóreo del área vitalmente compartida. El lector "X". Léase qué leía... Pero en lugar de analizar el común denominador como un poseído, leía... Y, Z, W, XXX... Después de todo, la inercia contemplativa construía una intimidad compacta entre los ruidos indescifrables, rugosos y calambres, al cerrar la puerta al mundo. En el fondo, el lector "X", sabía que pasaría largo tiempo renglón tras renglón, antes de comprender los fenómenos anteriormente descritos. Esta vez, estuvo observando sospechosamente el sonido de aquél idioma incomprensible, a primera vista, con giros monosilábicos y guturales unos, y en otros graves y aglutinantes galimatías... Por lo menos, así le parecían en la imagenología acústica que había desarrollado, al haber cruzado los campos dimensionales por una teleolisis trascendental. ¡Y abundantes estados alfa acumulativos en el tallo cerebral y sistema límbico neoformado por estimulación transcraneal.! El caso es que, él lector "X", encefalizado emotivamente, sentía pensar, abstraído en la neumática del impulso vital, sin un propósito definido radicalmente, en que quedaría incorporado finalmente al universo energético, al margen de cualquier fantasía planeada. En X o Y... Previamente y claramente.
Urnificado en diamantes sintéticos, y un rubí óxido, sería una seria advertencia a la transformacióndel plomo en la poliédrica inconsciencia colectiva. Leía repitiéndose dudoso. En esa dimensión, continúa edificando el subsuelo de los sótanos inconscientes, y tiende puentes conceptuales para remodelar comprensivamente los cambios de irradiaciones helicoidales, en su alma herida con metástasis demonogénicas, esperanzado en la reconstrucción del futurismo que profesa. Si bien, se llevó toda la ceniza inmemorial a la urna Z,Y,W, al paso rítmico de una quietud deliberada, quería elegir su nueva alma, pues la que tenía había enfermado irreversiblemente, y en esa dimensión, los trasplantes de alma fueron la mejor alternativa en los planetas agónicos. Aunque nadie concebía que hubiera patología del alma, y mucho menos intercambios axiológicos deteriorantes hasta la misma profundidad subatómica de los neurotransmisores,los receptores ontológicos nunca habían sido reprogramables. Así lo había evidenciado, la última tendencia de la prostituida estadística, en las encuestas de los gusanos de una enana blanca de la constelación del sombrero. Después de haber hecho el cálculo infinitesimal, con la piedad pulsátil apropiadamente diseñada para tal efecto. Tal vez, la solución era un trasplante de alma. Y.. Cruzó la dimensión antes de concluir la lectura de su vida, "X", y se transformó en el lector cósmico. ¡La suprema leyenda!. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez |
Poeta
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Siempre sorprendente en su forma de escribir, siempre diferente y cautivante de principio a fin!!!Excelente!!!Saludos cordiales. Claudia Alhelì Castillo
Gracias estimada Claudia : Su tiempo, su lectura y comentario son muy valiosos. Es un gusto tener su presencia y atención siempre amable. Reciba mi amistad respetuosa.