Comenzó el mes, comenzó cálido pero trayendo lluvia a mi ciudad, trayendo vientos refrescantes y nubes pasajeras, que no conocerás, vino con las vacaciones, trayéndome horas de ocio y reflexión, dándome tiempo para escribir, para sentir, para pensar en ti; ¿Sabes? Es curioso, durante el día el sol no asoma, pero por la noches la luz me alcanza y pinta agridulces recuerdos en mi oscuridad, con diversos matices, algunas zonas grises y otras tantas blancas o negras, así es como retrata tu rostro, tal como lo recuerdo, tal como te conozco, pero lo cierto es que hace mucho no te veo, y aunque pensarlo no quiero, sé que habrás cambiado, y espero que para bien, sin embargo se que también has avanzado, y tan solo me pregunto ¿Hacia donde? ¿Que tanto? Me pregunto la magnitud de tu andar pues con paso firme pero ligero siempre me lograbas aventajar y quizá en el camino de la vida ya no te puedo alcanzar, pero la luz lo hace, la luz te alcanza y me trae tu imagen, el viento te acaricia y me murmura tu nombre, y yo tan tarde y tan cobarde como siempre, no hago más que sentarme frente a mi pequeño cuaderno e hilar un poema nuevo, una vez más para ti, sin embargo no lo leerás, pues hace un tiempo el puente se cayó, la comunicación se perdió, y el destino conspiró con la distancia para que la comunicación se perdiera entre tu y yo, se encargó de que se cumpliera aquel adiós, y aun así desde hace unos meses me da por ponerme a esperar, un llamada que no vendrá, una carta, un mensaje, una señal de que en algún lugar lejano de mí, de que en tu nuevo hogar en otro país aun me piensas, aun recuerdas mi voz, quizá mi rostro, quizá mi pluma, pero cuando intento recordar tu voz mi mente me hace un jugarreta y en lugar de tu voz dulce e inquieta, reproduce en mis oídos el sonido de aquel avión al levantar el vuelo, el sonido de mi voluntad cayendo al suelo y rompiéndose en mil pedazos, y aunque he seguido adelante, ciertos días cruzas mi mente, sin pensarlo, sin proponértelo, así es como apareces, así es como el cielo de un nuevo mes trae tu nombre a mis letras, y deja mis manos inquietas, ansiosas de volverte a escribir.
sucede que todavía es1á prendida la llama del amor, saludos
Recordar es vivir. Me gusta tu forma de escribir. Saludos. Claudia Alhelí Castillo