Poemas de reflexíon : Juicio a cuatro |
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Cuatro eran cuatro, errantes,
gitanos de manos sin piel, sus cuerpos esbeltos, quebrados, por ser lo que son y no es. Sus frentes sangrantes, morenas, levantan despacio hacia el sol, las lagrimas que corren, que vuelan, bañando sus ojos tizón. Es la voz de un gran fiscal la que en la sala restruenda, sin calor ni humanidad, lanza las silabas negras. "Gitanos culpables por nombre se oyó de repente ese voz", "culpables, culpables, culpables,", clamaban ya todas al son. Voz que sale del alma de una gitana mayor, es la que llora en silencio pidiendo por ellos a Dios. "Señor, tu que estás en los cielos", "tu, que eres la gloria y pasión", "atiende mis voces de duelo", "libralos tu de esta obsesión". Vuelve a sonar en la sala la voz del temido fiscal, lanza sus duras miradas presto se atiene a acusar. Gitanos culpables por nombre, por sus aires de libertad, el largo fuego de sus fiestas, por recurrir a la piedad. En cerradlos a pan y agua no los quiero oír quejar, dales el suelo por cama y obligadlos a picar. Que en las horas de la noche ya sus ojos no se cierren y si alguno cae exhausto que lo sepulten o entierren. Los gitanos se levantan con los parpados temblando, en la fiebre de sus ojos la sentencia tiritando. Si no hay razón alguna, solo por ser gitano, llora que llora la luna hoy el racismo ha ganado. En el año 1928, cuatro individuos de etnia gitana, |
Poeta
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