Poemas : Que aunque los sueños de la tarde nos envuelvan |
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Hasta la próxima esquina donde la vida se detenga,
donde se hagan materia los sueños, donde un ángel me regale su mejor sonrisa y en un bálsamo me recuerde la flama del corazón, donde se junten las manos y las bocas se fusionen, donde un chelo nos aturda con dulzura, donde las palomas liberen su gracia y su vuelo, donde la poesía sutil nos demuestre el sentimiento del alma. Hasta la próxima lluvia donde renazca el amor que anhela su otra mitad, donde de un cielo que llora caiga el milagro de una estrella, donde el silencio solo exista cuando descanse el viento y algún poeta con su simple canción nos divague la cabeza, donde la lógica deje su poder a la demencia divina, donde los esteros del amor permanezcan húmedos y los deseos no embauquen la pasión, donde los pies descalzos se topen con las blancas arenas y no lastimen su impaciencia, donde la flor conserve su prestancia. Hasta la próxima sábana donde la penumbra me sorprenda con mi mano en tu cintura, donde la palabra soledad se adormezca y no moleste por un rato, donde la estúpida mentira agonice y no entorpezca la llegada de la paz interior, donde florezca la sublimación de los seres, donde las ventiscas cerca del mar disuelvan las neblinas del pecho y se introduzcan a sotavento todas las verdades esenciales, donde el pájaro nos cuente el secreto de la luna en su cuna de cristal, donde las borras del corazón no hagan mella en sus senderos. Hasta la próxima historia donde un redondo sol se duerma engendrando una llama en el cielo, donde como por encanto las campanas repiquen como pianos, donde no existan los héroes y la igualdad desde la colina marche en un continuo devenir, donde se dispare la sangre entre orgasmos y gemidos, donde las mandíbulas se carguen de sustancias y cada principio obtenga su final valiente, donde derechas e izquierdas se crucen en un ritual de firmamentos, donde remendadas primaveras hablen del otoño y entre sublimes pensamientos inundaciones y sequías hagan las pases, donde por fin niños y sonrisas conjuguen un bienestar de paz. Jorge Rosso |
Poeta
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bello poema, saludos