Poemas : No tengo sombras ni pulgares |
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Ya no tengo tus horas,
no sé si estar, si correr, el sol se esconde donde se oculta mi alma, no soy siquiera una huella en un charco, y el otoño flota ornamentado, extraño aquél sueño que nunca existió, no soy tus letras ni tus pasos, no soy la desnudez junto a la tuya, ya no tengo fuerzas ni momentos, no veo aquél amor que me diera de mamar, y digita un violín curvado en tu cintura, no soy tu, no soy yo, no soy aquél nosotros que abrazáramos, no tengo espalda ni prisa, solo un diezmado rebaño de espuma, siento entumecidas mis manos erguidas en busca de tus manos, no soy la simiente construida, no tengo mi locura ni tus besos, ya está el futuro devastado de canciones, no puedo despertarme con sonrisas pues extraño la voz de tu mirada, estoy desnudo, estoy vacío, no tengo mis labios en la bahía de tu piel, solo un mundo de cristal y la bestia contrariada, no tengo pan ni tengo fuego, no tengo piel ni estupidez, ya no hay tormentas en tu cuerpo, me encuentro como un niño dentro de su madre, sin luz, sin sonido y sin lluvias, solo un pálido pezón que devora mis ojos, no tengo el grito repicando como un sable, gira mi mente en un ancho vuelo y apaga una balada en su periplo, trepa el día de voces largas cubriendo mis huesos, no tengo paz ni tengo calma, no siento el corazón ni el desafío, tengo la incertidumbre de una frontera, la cabeza negra arrodillada, y el cuerpo repleto de presencias cayendo hacia la ruina, tengo ajadas mis arrugas y mis sienes y un espíritu guardado en un armario, mi fantasma solo y tonto que agoniza y un bandoneón que aturde mis oídos, no tengo sombras ni pulgares, no tengo dios, solo un delfín estremecido en mi interior, solo quise que el cielo nos uniera disipando tempestades, te miro y estoy ciego, visión imborrable de este viento que besáramos, tengo un cuarto repleto de errores, y ya no hay nada que decir, solo la mancha del alma respondiendo por ti, no tengo rayos ni tengo heridas, no tengo un llanto original, solo la sangre blanda desde el baldío del ángel, ya no tengo un suspiro entre tus labios y los míos, ya no hay estrellas, ni mi muerte puntual. Jorge Rosso |
Poeta
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Cuando hace falta aquel amor, que difícil es el olvido. Saludos. Claudia Alhelí Castillo
cuando s va el amor no queda nada aún en la soledad solo existe un vacío, bello poema, saludos