Recuerdo la sonrisa de tus labios
con entrega y pasión me embriagaba,
y esa mirada sin agravios
llena de dulzura enamorada.

Amor verdadero disfrutamos
respirando de tu cuerpo la fragancia,
un rico aroma que en la distancia
ese momento grato recordamos.

Te he buscado sin cesar,
vagando va mi pensamiento
en la inmensidad del tiempo,
de ti no me puedo olvidar.

Y hoy solo puedo recordarte,
aunque ya no estoy presente en tu corazón.
Al pensar en ti pierdo la razón,
por eso sigo tratando de encontrarte.

Julio Medina
5 de agosto del 2010