Frases y pensamientos : MIRANDO CON OTRA MIRADA |
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¿Sabes? Estoy quedando, un poco perdida, no sé lo que es verdad o mentira, no debería ser así. Tenía que estar segura, pero no, cada día que pasa, se rompe un poco el hilo que me prende a la ilusión, de tener la suerte de alcanzar lo que quiero. Cuando subo a mi habitación y oigo el viento, fuerte, la lluvia, masacrando las portadas, en ese momento, me encuentro, pienso en aquel montón de papeles y trapos, en un vano de un edificio, donde por bajo dormía alguien, ahí, me quedo sin escusas, para quejarme, sea de lo que sea. Me ha costado dormir, pensando en todas esas personas, que no oyen el viento, ni la lluvia en sus casas. En medio de la ciudad, llena de luces, alumbrando los edificios, rodeados de grandes hoteles, en frente a una Iglesia, allí estaba alguien, no sé si hombre, si mujer, viejo o nuevo, era un ser humano. Pasaban jóvenes, para ir a los bares, gente para el bingo, yo que iba a pie, estuve a un metro de aquel monte de trapos y papel, no pude hacer nada, con recelo que estuviera durmiendo. Hasta en el Ayuntamiento, están, bajo una arcada, son muchos, me da pena, quedo sin raciocinio, ellos o ellas me dan fuerza, me llaman a la razón, no me puedo quejar, no debía. Me gustaría hablar con ellos y preguntar, porque están así. Sé que muchos por malos tratos se marchan de casa de sus familiares, otros porque no quieren tener casa, ni obligaciones, pero muchos porque son obligados, a hacerlo. No tienen nada, solos, sin salud, sin nadie. Una oración por ellos y poco más puedo hacer, solo dar gracias a Dios, por mi cama confortable y mi casa confortable. Qué mundo perro, no me siento bien con tanta cosa que me da rabia, por no poder arreglar. Triste vida esta, pero al mismo tiempo, pienso, ¿serán felices a su manera? ¿Ya se acostumbraran? Lo digo, porque una vez una niña, muy sucia, vino a pedir a mi casa, yo la metí dentro, fui a la ropa de mi hija y elegí alguna para ella, después la metí en el baño, contra su voluntad, la limpie con la toalla y la vestí. Una merienda con todo lo que tenía le puse en la mesa, comía poco, le pregunté si no tenía hambre, me contestó que antes quería llevársela para los hermanos, le contesté; Come que ya llevaras para ellos. Así fue Le hice un bolso lleno de cosas. Pasado algún tiempo, volvió toda sucia, el pelo daba asco, de la ropa que había llevado ni sombra, quede mirando pasmada. Entonces ella me dijo, que si pudiera le gustaría llevar algo de comer, pero bañarse o quedar limpia que no quería, le gustaba andar así. Cada uno es como es, me ha dado una lección, no meterme con la manera de cada uno y dejar que vivan a su manera. Ahora, pienso, antes de tener pena, antes de sufrir, antes de intentar ayudar a alguien, tengo que saber el porqué, de aparentaren tanta miseria y después, si lo quieren mi ayuda daré. Samaritana, tendré que dejar de ser, me acuerdo de un señor muy mayor, que quería pasar de una acera a otra, volví atrás y me ofrecí, para ayudarlo a pasar la calle. ¡Me insultó! Así es. Así será. Siempre, la incógnita, del segundo siguiente. Por eso digo, que estoy un poco perdida, no sé lo que es verdad o mentira, mismo a nivel de sentimientos, cada vez entiendo menos. Abrazo, cuando me abracen, doy a quien me pida, no me adelantaré en nada, al revés, aguardaré que me llamen, que me quieran, que lloren por mí, porque me echan de menos, ahí lo pensaré dos veces y tomaré mi decisión, no mas adelantarme, no mas preocuparme, no merece la pena. Es pérdida de tiempo, haré a los demás lo que hagan conmigo. Oporto, 23 de Noviembre de2011 Carminha Nieves |
Poeta
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Carmina,
Trabajé cerca de quince años en un penal, y por sentimientos parecidos a los que describes me apunté voluntario para sacar a presos en sus permisos y repartirlos en los albergues de Madrid. Excuso decirte que me gané la simpatía de la junta de tratamiento de la cárcel y con mucha frecuencia cargaba el coche de "chavales"
Buena parte de ellos elegían la calle, incluso algunos con preocupante grado de enfermedad...
Así que bastaba que me diera un paseo por la Gran Via madrileña, y en los soportales de los cines o entradas del metro encontraba siempre a mis compinches con la indumentaria parecida a la del relato de tu chiquilla, y envueltos o dormidos en cartones.
La vida, Carmiña...
En los albergues de la casa de campo de Madrid, las chicas que ejercían la prostitución me pasaban aviso para que visitase a sus hijos en el penal.
Hay vidas paralelas, Carmina. Creo que hemos nacido en la misma onda.
Besos
Máximo
Si, puede ser, pero la onda se ha partido en dos, tu en tus montes,yo en uno lleno de malo olor de celos y mala indole, es lo que tengo.
Un beso con amistad, estoy de cama con un resfriado.Con una casa mia, tengo que andar al frio, pero voy a terminar con eso.
Me gusta tus notas, en mi soledad, eres una compañia reconfortante.
Carminha