Me enviaste unas rosas
un ramo de hermosas flores.
¡Agradable tentaciones posas
que desvanecen errores!

En aquella tierna infancia
recuerdo que me querías,
me doblegó la ignorancia
heridas en tu corazón abría.

No podía darme cuenta
lo cerca que tu amor tenía,
esa vil traición nos tienta
con su mala asesoría.

Angustiada marchaste lejos
herida, destrozada por dentro,
éramos corazones disparejos
donde no surgió un reencuentro.

Es mucho el tiempo pasado
el dolor ha quedado atrás,
las heridas se han cicatrizado
el presente cambiará, además.

Se renueva la atracción
rebosante de cariño,
vuelve a nacer la ilusión
que nos unió desde niños.

Julio Medina
11 de enero del 2011