Frases y pensamientos : LA PUERTA |
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Peté a tu puerta y no estabas, volví mas tarde y de nuevo no estabas. Varios días lo hice y no estabas. Años pasaran, yo haciendo lo mismo, sin darme cuenta cuanto tiempo había pasado desde la primera vez. La puerta aun existe, yo al timbre pulso, pero no contestas. ¿Por qué? Si no contestas, sabiendo que soy yo, es porque nada tienes para decir. Lástima, que nunca me atendieras, solo te quería pedir, si nunca iba a ser feliz, por lo menos darme libertad. ¿Era mucho? ¿Acaso no soy humana e hija de tu dios? Hace tiempos he dejado un recado escrito en un papel ya amarillo, bajo tu puerta, que por lo menos sintiera el amor de alguien, ¿lo leíste? ¿Y No tenías a nadie, solo como yo? ¿Nadie, con la mirada vacía, el corazon, sin vida y las manos tendidas, con una piedra en cada mano, recogida de la soledad? Me habían dicho que el destino vivía en aquella casa, lo creí, la puerta era tan blanca, tan suave al tacto, que cuando petaba, la acariciaba, con mis dedos, a ver si sentía algo de calor, que me quitara la frialdad, de mis manos. Hoy con una piedra en cada mano, son mi compañía, nada más, paso por la puerta blanca y suave, de nuevo con los nudos de mis dedos y muy leve, le toco, pero de dentro ninguno ruido, nada. ¿Para donde fue mi destino? ¿Quién se lo ha llevado? Porque no hay un duende que toque los corazones empedernidos, para tener un poco de amistad apertura de decir “yo estoy equivocado, “tengo que pedir perdón. No sé es todo muy difícil, de entender, no sé porque no me contestan detrás de la puerta blanca y suave, que me han dicho era donde vivía el destino. Quizá no vuelva a pasar más, por ella, me quedo con mis piedras frías en las manos y sueñe que son otras manos que sujetan las mías. Besaré el aire, por la noche a oscuras, pasaré mi piedra por la almohada y soñaré que he entrado en la casa con puerta blanca y vino alguien, para quedar velando mi sueño. Está cayendo la noche, hay un gris claro envolviendo, todo, solo sobresale el blanco de las paredes y lo oscuro de las trepaderas, con diseños de formas distintas, no hace viento, las hojas no se mueven, yo mirando para fuera, pienso” ¿porqué? Porque no tengo un brazo en mis hombros, mirando juntamente conmigo ¿el caer de la noche? ¿Porque estoy aislada, con una piedra en cada mano, sola en esta casa, que por cierto tiene puerta blanca, pero no es la que yo fui a buscar tantas veces? El ceniza claro, ya está casi negro, me voy a otro sitio, encender luces y hacer de cuenta, que mis piedras, son besos, de cariño y que no estoy sola. Así, pasó otro día, otros pasaran, la puerta nunca se abrirá aun que quede sentada en la hombrera esperando que se abra, quizá ya ni sepa el camino, ni el color sea blanco. Sin rancor, sin odio, sin desear mal a nadie, me abrazo a mi soledad. Es lo que tengo. Ya no lloran mis ojos, solo parados, están, ya nada me hace moverlos, lo que la vida tiene de bueno no es para mí. Oporto, 28 de Setiembre de 2011 Carminha Nieves |
Poeta
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