Frases y pensamientos : UN CAMINO |
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Una calle, tranquila, de tierra batida, bordeada de casitas, todas con un pequeño patio o jardín, andando, de espacio iba mirando, los colores, una tenia las maderas azules, otra rosa clarito, algunas eran rojas, pero las paredes todas blancas, la diferencia solo en puertas y ventanas. En la que las tenía en rojo, bajo una viña mesclada con geranios, una mesa rectangular, con un mantel de cuadros blancos y rojos un niño dibujaba, muy atento, que ni a dado por mí. Estuve un poco parada, un poco lejos un perrito ladraba, como si estuviera jugando con alguien. Una brisa cálida, acariciaba mi cara, el olor de flores, entraba en mis sentidos. Y quise vivir allí, era un paraíso, empecé a andar hasta el hilo de agua que corría, al fondo del camino, allí una tapicería verde, cubría el suelo, hierba, suave, que me invitó a sentarme. Una rana cuajaba, pájaros chirleaban entre las ramas, de los árboles frondosos y imponentes, eché mi i espalda hacia atrás, sentí el tronco como si fuera una almohada, estiré las piernas, de la botella bebí agua, comi una manzana, así me he quedado, no se por cuánto tiempo. Me quedé dormida. Al despertar, llena de pereza, me estiré lo que pude, de espacio me fui levantando, sacudí mi falda, bebí de nuevo un poco de agua y retomé el camino, por donde había venido. En la casita de ventanas azules, una estaba abierta y se oía, loza siendo lavada, las cortinas blancas, con un volante bailaban dentro y fuera. Que fresco estaría dentro! Si niños hubiera estarían durmiendo la siesta. Abejas, bailaban alrededor de las flores, un gatito se estiraba, frente a una puerta, campanas daba un reloj, las conté eran las cinco. Como pasó el tiempo! Ya iba casi al final de la calle, pero quería, quedar allí, era mi sitio, era lo que soñaba. Pensativa, fui andando para mi casa. ¿Pero que digo yo? Si estaba en un País extraño, en un hotel, de vacaciones! Al llegar, pedí la tarjeta, me metí en el ascensor, salí en mi piso y me fui a la habitación. Desnuda me metí en la ducha, deje que el agua me acariciase por bastante tiempo, serena y descansada, puse una bata de florcitas, y llamé a la recepción para pedir la merienda, zumo de melocotón, tostada y un solo. Me eché encima de la cama, pensando en el camino de tierra batida. Dormí un poquito, la camarera, petó a la puerta, le dije para entrar, dejó la bandeja en la mesa y con una sonrisa se marchó. Me levanté y fui a merendar, pensando, como sería mucho mejor hacerlo sentada en la Alfombra verde junto al pequeño rio al final del camino, bordeado de casitas blancas, con las puertas y ventanas, azules, otras rosa clarito otras rojas, oyendo las ranas, los pájaros, en el seno de la naturaleza llena de belleza de aquel rincón en tierra extraña, que deseaba fuera mi sitio, para vivir. Paraísos perdidos, para muchos, guardados por algunos, deseados por mí. Un camino de tierra batida, me ha dado las mejores vacaciones, de que me acuerdo. Un día volveré, otra rana, otros pájaros otro césped, otra brisa cálida, quizá otros colores en las ventanas, otras cortinas bailando fuera y dentro, otro niño dibujando, pero solo quiero que el camino de tierra batida, terminando junto al hilo de agua me acoja. Oporto, 31 de Agosto de 2011 Carminha Nieves |
Poeta
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