Poemas de naturaleza : LA ROSA Y EL SAPO |
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LA ROSA Y EL SAPO
Dedicado a Emilieta, que me contó este cuento Dicen que fue una rosa que le creció a un espino en un erguido tallo, y al frescor de una fuente; si el temporal de fuego mermaba la corriente se arrimaba a la sombra de las ramas de un pino. Por natural instinto fue creciendo la rosa conjugando armonía de luz en el paisaje; y aunque de espino fuera por su humilde linaje, al mirarse en el agua se contemplaba hermosa. La fuente era un reclamo de las aves del cielo y animales del campo que del agua bebían; saludando a la rosa, unos y otros partían buscando sus guaridas o remontando el vuelo. Con aquellas visitas se sentía halagada exhalando un suspiro de luz en la aureola de su sueño de reina, que aunque perdida y sola, era de aquel entorno la rosa más amada. Y aconteció que un día por la rosa atraído y el agua de la fuente, un sapo a paso lento, buscando entre las hierbas frescura y alimento, encontraba el paraje de su sueño cumplido. Y fue entonces el hado de una nota sombría, sin pretenderlo el sapo, sus modos ahuyentaban a las aves del cielo y los que allí llegaban, huían asustados de su fisonomía. Irritada la rosa le dijo sin complejo: no naciste del nardo, ni tu cuerpo es un lujo, llevas puesto en la panza el emblema de un brujo; tu mundo es otro sitio, ¿te has mirado al espejo? Al pobre sapo triste le hundió su cobardía, el complejo del feo, la vida sin sentido, apurada su angustia por lo hasta allí vivido notó que hacía daño a aquello que quería. No respondió palabra, apartándose a un lado buscando en la maleza un humilde escondrijo, fue guardián de la rosa, y en su interior se dijo: ¿cómo podré ausentarme si estoy enamorado? Se mantuvo al acecho, controlaba a la hormiga, evitando ser visto por no sufrir reproche; de voraces insectos por el día y la noche le libraba a la rosa llenando la barriga. Y así la rosa puso corona a su mirada, que engarzaba a los aires con su aroma y su aliento, una reina en la palma del espino y del viento... la caricia de un sapo de una vida callada. |
Poeta
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Muy hermoso relato, tiene una moraleja, que no debemos nunca guiarnos por el aspecto externo de alguien, lo que importa es el alma y los sentimientos, en este caso, la fealdad del pobre sapo se compensaba con su humildad y amor hacia la rosa; y la belleza de la rosa, exaltaba su altivez y arrogancia al sentirse bella, sin ver mas alla del aspecto físico de quien la amaba en silencio. Saludos Máximo, y muy agradecida con tus comentarios en mis escritos. Claudia Alhelí Castillo
Extraordinaria poesía Felicitaciones..