Poemas : Acampar |
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Llego al campo, a un pequeño valle un tanto escondido y lejos de la ciudad, el aire limpio me purifica antes de que tan si quiera me baje del camión que me lleva a mi destino, veo un camino que llega al lugar que será mi hogar por el próximo día y medio, levanto mi tienda de acampar y tras tan solo unos minutos de pensar sentado en un tronco comienza a llover y con la lluvia empiezan a llover ideas a mi mente, estoy en un lugar falto de pluma o papel pero mi mente memoriza la inspiración que me llena por completo, me meto a mi tienda un momento, para alejar el sentimiento de estar enfermo, pero el solo sonido del caer de las gotas sobre mi toldo hace volar el cincel que imprime estos pensamientos en mi mente, el tiempo pasa y la relajación alcanza nuevos niveles crece y llega a un punto en el que siento que el sueño me vence, mas la plática alegre en esta casa para tres personas que será el refugio de dos por las próximas treinta y seis horas me mantienen despierto y cómodo, la lluvia cesa y escalamos el monte más cercano y después de un esfuerzo titánico caminando por un camino prosaico llegamos a la cima, y todo valió la pena pues el cielo sonrió a nuestro esfuerzo mostrándonos su más linda cara con nubes hermosas alegrando su rostro como la más fina joyería, la vista nos conmueve y tras tomar unas fotos hacemos del pasto nuestra cama y del cielo nuestro cobijo, admirando este lugar donde me gustaría que el instante durara eternamente un sitio que mis sueños jamás podrían capturar donde el olor a hierba fresca es el más delicioso aroma que he disfrutado, pasos se sienten, mas para mí el tiempo se ha detenido y antes de seguir mi camino quisiera disfrutar al máximo, pues esta hermosa vista no hace otra cosa que llenar mi alma de matices haciéndome sentir feliz y completo, y si la vida se sostiene por instantes quisiera que fuera este el que sostuviera el resto de mi vida, la noche cae mas el día esta aun lejos de terminar y mientras se acerca cada vez más compañía la fogata hay que avivar, nos sentamos al rededor en circulo y contamos historias, nacen cuentos y anécdotas, prosas y poemas, yo hablo de mis experiencias pasadas y comparto algunos versos, mientras la luna de a poco va saliendo el calor sigue creciendo y la luz sigue aumentando, las historias se siguen hilando de formas indescriptibles, las nubes cubren a las estrellas y mientras la luna sigue dando una lucha fiera por iluminarnos me siento más en confianza con quienes comparto una noche mágica, las conversaciones se profundizan y mientras más hablamos más me siento en mi hogar, llega la hora de dormir y nos metemos a la tienda mas no podemos ignorar la luz de la luna que opaca nuestras fogatas pero enciende nuestros ánimos, y decidimos dejar de lado las ganas de dormir y temprano en la mañana el monte volver a subir para presenciar el despertar del sol y como nos baña amablemente con sus rayos, el campamento está por terminar pero aun muchas cosas nos depara y después de ver el sol en tal etapa, no me sorprendería que pasara algo extraordinario, el sol comienza a salir y aunque aun no puedo verlo el cielo ya avisa su llegada y las nubes han sido teñidas de una gama de colores que jamás había presenciado anteriormente y que cambia caprichosamente al son que el sol naciente le toca, el día comienza con una vista tan hermosa que no sé ni que pensar, entre las caras que me ha mostrado el cielo ya no puedo decidir cuál fue más bella, pero no necesito hacerlo, termina el campamento y miro una última vez el valle que dejare atrás pero no a los recuerdos que hice en él ni a las personas con quienes los compartí
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Poeta
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