EL PAÍS DE FÚTBOL

Brasil ha reclamado por mucho tiempo el título de "país del fútbol", antes de este punto, los niños hacen su ejercicio diario luchan por un balón, el niño que llevan un poco más e inmediatamente empieza a soñar con los laureles con la rubia que le persiguen y todo lo que la meteórica carrera puede ofrecer, es el hijo, amigo, un familiar querido.

Sólo que no es así, el éxito se logra por una minoría, los estudios se dejan de lado (hay incluso los malos ejemplos de jugadores famosos que no cuentan gusta estudiar) por muchos atletas, que sin duda se perderá en el futuro, incluso si es hora para una entrevista o voluminosas administrar su dinero.

Así, el país del fútbol "se ha convertido en una válvula sociales para integrar a los desfavorecidos en la sociedad mundial, convirtiéndose rápidamente en un hombre incauto joven hábil con la pelota escondida en los guetos de la falta de oportunidades, un jugador exitoso.

La sociedad lo ha asimilado, aunque los conflictos han aumentado, el ventilador requiere que el Presidente del club, el entrenador y, especialmente, el jugador: gana y el éxito, llevando su dura realidad de las glorias de un equipo y un jugador que gana, y cuando llegue ese momento no ha ganado más, acumulando derrotas posteriores, la desesperación, la falta de ventilador fanáticos llega al punto de física y verbalmente hasta que la pelota profesional - hoy lo llamamos - como un atleta de jugar poco por su cuenta.

Pero lo peor de todo es que el fútbol del país es muy exigente en el fútbol, si las personas eran tan exigentes en la salud y la educación, por último exigir su plena ciudadanía, el país no podría ser el fútbol, pero el libro, salud y seguridad.





Marcelo de Souza Oliveira