Poemas de alegría :  Divina compañera
En el jardín del alma florece,
un canto alegre que el corazón estremece.
Rayos de sol danzan en el día,
la alegría, radiante melodía.

En el lienzo del cielo, colores brillan,
como risas que en el viento titilan.
Mariposas danzan con fulgor,
bordando sonrisas con su ardor.

La risa, cual cascada en armonía,
rompe las sombras, trae luz y alegría.
Camina la vida con paso ligero,
pues la dicha es un eterno sendero.

Bailan las estrellas en la noche serena,
testigos de la felicidad que se encomienda.
El alma se eleva, ligera como pluma,
en el éxtasis de una alegría que nunca consuma.

Canta el río en su curso apacible,
una canción alegre, un murmullo audible.
Los sueños se entrelazan con realidad,
creando un poema de dicha y paz.

Así, en el alma, la alegría florece,
como un jardín donde el amor se ofrece.
Que en cada latido, en cada suspiro,
la alegría sea un eterno respiro.
Poeta

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