Poemas : El día en que me haya ido |
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El día en que me haya ido
El día en que se detenga el tiempo con el alba al amanecer Y no haya más arreboles anaranjados en el caluroso atardecer Y las lloviznas entre las montañas esperen que salga el arcoíris y se esconda para nunca más volver, ni con sus bellos colores a aparecer Ese preciso día me habré ido, sin entender la vida, sus bellezas, su maltrato, ciego y adolorido sin comprender El día en que no haya pan, ni cereales, ni frutas, ni animales, ni el alimento para comer Y los ríos se hayan secado y sólo quede su camino sin agua para amortiguar la sed que clama beber Los peces salten muriendo en sus orillas y el hambre, el hombre empiece a padecer Ese mismo día me habré marchado presuroso y como un rayo veloz desaparecer El día en que las montañas con su frondosa selva de árboles empiecen en llamas a arder Y no haya lluvias que apaguen los incendios en lenguas de fuego al infinito a ascender Y la hermosa luna llena no vuelva a aparecer, ni en la madrugada, ni al anochecer Y el canicular sol queme las entrañas y el cuerpo a despellejar en sangres a borbotones a enrojecer Ese día zarparé sin barca, ni timonel y el agitado mar me arropará con sus agitadas olas en remolinos a envolver El día en que no haya emoción, ni se le encuentre pasión a la placentera y hermosa vida Y se convierta en un laberinto oscuro y tenebroso de sombras y neblinas, sin entrada, ni salida Ni haya descanso, ni paz, ni sueños placenteros y duraderos para la agitada dormida Ese justo día me habré ido despavorido y raudo, en un infierno la vida convertida El día en que reine el silencio y la triste soledad sea la única preferida Y la preciosa vida se convierta en un maremágnum desordenada de caos, odios, egos, vanidades y soberbias atrevidas Y se desangre en llantos de dolor con heridas abiertas del alma y corazón sufridas Ese día ya me habré ido y serán mis últimos pasos en mi agónica y lánguida despedida El día en que no haya pasión amorosa, ni se le saque el elixir a la vida en el recinto de las habitaciones Ni la emoción por el ser querido haga latir a los sufridos y sangrantes corazones Ni haya habladurías, ni reuniones, ni confesiones, ni interés en las reflexiones Ese mismo día me habré ido raudo con mis poemas a otros lares y a recitarlos a otros balcones El día en que el precioso y valioso aire surque la atmosfera contaminada y asfixie las agitadas respiraciones Y la hermosa vida se llene de caos, de guerras, de explosiones nucleares, llenando la tierra de miedos terroríficos, de sombras siniestras y confusiones Y las trincheras, calles, ciudades y poblados se llenen de sangre por las explosiones mortíferas de los tanques con sus cañones Y todo el medio ambiente se contamine y muera la verde y hermosa naturaleza, sin aire limpio para los pulmones Ese mismo dia me habré marchado sin un adiós, ni una despedida, sólo pidiéndole a Dios sus santas y esperadas bendiciones. “Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga septiembre 21-2023 |
Poeta
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