Poemas :  Bandido de amores
Bandido de amores

Una mañana soleada de primavera, del pueblo de los mayores
Los jardines florecieron con sus pétalos en todos sus esplendores
Las mujeres lucían hermosas con sus sonrisas y sus bellos trajes encantadores
Todo era algarabía y de sus rostros el rebozo alegre de sus ardientes calores
De bufandas y pañoletas, de camisones y enaguas de vivos y sofisticados colores
Marchaban sonrientes y otras en los balcones florecidos, posaban para los pintores
Corrió la voz y las habladurías, como se prende rápido el carro en sus motores
Que venía bajando al pueblo, el pistolero y bandido de amores
Las preciosas y encantadoras mujeres, dejaron a sus esposos, maridos y novios, solitarios en los corredores
Sonaba la música y alegres melodías, en las tabernas, bares y mostradores
Corrían hechas bolas, saltaban cercas, cañadas y caminos, dejando atrás sus enaguas y sus protectores
Lo esperaban a la entrada del caserío, con algarabía y con los vítores intensos de sus pudores
Bandido de amores, con botas de charro y sombrero de vencedores
Las abrazaba y besaba a la vista de todos los mirones y por las rendijas de los observadores
Ladrón de corazones, de mirada furtiva del picaflor de los seductores
Vagabundo, fugitivo y andariego, de pueblo en pueblo, de sudores y emociones agotadores
Bandolero de amores y pasiones de frenesí y de lujurias del delirio, aterradores
Salteador de caminos, de mujeres y quereres, como la neblina esparce sus vapores
Facineroso y adoración de las queridas mujeres y amante, que les esculcaba la ropa y la fragancia de sus interiores
Bandido de amores y ladrón de hermosas pasionarias, la llama y el pabilo encendido de los invasores

Esposos, maridos y novios celosos y atrevidamente furiosos, solitarios en sus habitaciones
De ver que un bandido y ladrón, les estaba robando sus sangrantes corazones
Las hermosas y placenteras esposas, novias y amantes, no querían con ellos tener nada de placer, ni calores de sus sensaciones
Sólo pensaban en aquel bandido de amores, en la cocina, en la alcoba, en la sala y en todas las ocasiones
Se derretían por el bandolero de pasiones, con la mirada ida en sus carnales lujurias, en las impudicias de sus imaginaciones
Que las dejaba idas, mudas y boquiabiertas, de mirada perdida y somnolienta, sin aire para sus respiraciones

Una noche clara de luna llena, de aires suaves, apacible de horizontes y sombras misteriosas
Iba raudo el bandido de amores a una cita de placer con una bella mujer pueblerina, ardiente y maravillosa
La luz de los faroles era tenue y se prestaba para una furtiva pasión extenuante y amorosa
Una ventisca huracanada con relámpagos presagiaba llantos de lágrimas dolorosas
En la esquina de la calle real, cerca del cementerio desvencijado y triste de soledades rigurosas
Aparecieron unos malhechores con puñal al cinto, vociferando insultos y groserías asquerosas
A mansalva, a traición y en gavilla, le asestaron una puñalada por la espalda con furia y soberbia celosa y tenebrosa
Partiéndole el corazón al bandido de amores, con gritos desgarradores, espeluznantes, de sombras miedosas y de atrocidades horrorosas
La sangre del ladrón de corazones, corrió a borbotones calle abajo, en forma abundante escalofriante y miedosa
Entrando a las casas de tapia pisada, donde lo esperaban sus amantes, manchando las paredes con su sangre de pánicos y de pavores escabrosas
El rumor y el chisme, corrió como pólvora por el pueblo, con llantos y alaridos de las queridas amantes, de terrores estruendosas
Había muerto el salteador de caminos y el picaflor de quereres y de pasiones furtivas lujuriosas
Y allí en medio de un charco de sangre quedó boca arriba, inerme y moribundo el bandido de amores y de mujeres placenteras y muy hermosas
Una flor, una rosa de pétalos rojos y una bella orquídea, fue lanzada al cadáver en forma escondida y silenciosa
La quebrada del riachuelo se desbordó, saliéndose de su cauce y arrastró al ladrón de corazones, envolviéndolo en sus aguas turbias asombrosas
Una y otra lágrima se derramó por aquel bandido de amores, en forma de llanto misterioso y de miradas cariñosas dolorosas
Los jardines florecidos siguieron esparciendo sus perfúmenos y fragancias en las mujeres hermosas, placenteras y de sus cuerpos y maridos, vanidosas
El pueblo olvidó al bandido de amores y la vida volvió a alegrar los corazones en las cabañas con pasiones ardientes y muy fervorosas.

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga noviembre 09-2022
Poeta

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