Poemas : Adiós madre querida |
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Adiós madre querida
Se ha ido un precioso ser, se ha marchado mi madre y el día se llena de neblinas y oscuridades Nos queda su recuerdo y la hermosa vida que nos dio llena de amor, de claridad y verdades Se ha ido un ángel, se marchitó una esperanza, que acariciaba cariños y voluntades Nunca se borrará de nuestra memoria a pesar del miedo y el espanto de las soledades Sus consejos y sus valores, perduraran por siempre en nuestras diarias actividades De día, la llevaremos en el trabajo y en el pensamiento con sus nobles bondades Y en la noche, la llevaremos en los sueños con la imaginación de sus profundidades Se murieron sus besos, pero quedó su aroma que anidó en mi corazón con intensidades Se esfumaron sus bendiciones, pero quedó allí en la puerta, su figura para las eternidades Se marchitó su alegría, su voz melodiosa y el escondite de sus complicidades Se marchó para siempre la madre protectora y se llevó su amor y sinceridades Sólo quedaron sus hijos, sus anécdotas, sus cuentos y sus leyendas llenas de curiosidades En este día tan especial cierro los ojos y veo a mi madre en el cielo con las divinidades Se ha ido una flor, se marchitó un jardín, dejando el abono con sus vitalidades Sus pétalos cayeron sobre mi cuerpo adolorido, llenándolo de pesares, de angustias y calamidades Se siente su ausencia, se siente su partida, se siente el silencio, se siente la brisa que acecha temeridades Su cuerpo se volvió cenizas y polvo, sólo quedó el recuerdo para las posteridades Su alma buena y pura voló hacia el infinito y del cielo sus espiritualidades Día de la madre para recordar, que el tiempo pasa y jamás a este ser se olvida Agradecerle por darnos el ser, el cuerpo, la hermosa y preciosa vida Son lazos de amor y sangre que quedan intrínsecos por siempre permanecida Queda una herida sangrante y profunda por la encantadora madre perdida Con pena y dolor se lleva en las entrañas a la madre adorada y querida Dios nos dio su bella naturaleza y a la madre esplendorosamente ofrecida De todas las mujeres fuiste la madre delicada y primorosa, la única maravillosa preferida Se marchaste el día menos esperado, dejando el corazón agobiado y sangrante Me amaste tanto que dio su cuerpo, su alma y su valor que es lo más importante La amé con la fuerza de mi espíritu y con el infinito amor y querer abundante Su partida dejó arrugado el cuerpo, el pensamiento con la palidez de mi afligido semblante Fue mi riqueza, mi sol y mi luna brillante, mi oro deslumbrante y mi anhelado diamante Ver partir la madre encantadora, es ver morir un jardín florecido de pétalos fascínate Seguir sus pasos, sus incalculables valores y sus consejos que repetía en su lecho agonizante Pedirle a Dios que reciba en su gloria, el alma buena y pura de mi madre, con fe y esperanza reconfortante. “Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga mayo 08-2022 |
Poeta
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